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Entrevistas

16 de Abril de 2022

Dora Altbir y el desarrollo de nanotecnología en Chile: “Puede impactar en todas las áreas que nos interesen como país”

Crédito: CEDENNA

En el marco del Festival Puerto de Ideas que se realizará en Antofagasta, Dora Altbir, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019, presentará la charla “La Revolución de lo Infinitamente Pequeño”, donde dará a conocer los avances en nanotecnología -su área de expertise- que lideran la vanguardia en Chile y el mundo. “Necesitamos fomentar una ciencia independiente, ligada a la resolución de los problemas país”, reflexiona en esta entrevista.

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“La nanotecnología trae toda una revolución a nuestras vidas”, dice Dora Altbir, doctora en física, directora de Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología (CEDENNA) desde su fundación y Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019.

Esta reconocida investigadora y Miembro de Número de la Academia Chilena de las Ciencias asegura que los avances en el área impactan en el día a día de las personas. Un ejemplo concreto sería el alargar la vida útil de los alimentos frescos, al ser conservados en envases que contienen nanopartículas.

Pero el aporte de la nanociencia también se puede apreciar en sectores clave de la economía nacional. Sin ir más lejos, Dora Altbir estuvo detrás del proyecto de CEDENNA que creó una serie de sensores para detectar rápidamente la caída de dientes de las palas mecánicas que se usan en la minería.

Esos desprendimientos, usuales en la faena, detienen el flujo de trabajo, provocando retrasos que, según advirtió la científica en su momento, significan pérdidas -sumando las operaciones de todas las compañías mineras del mundo- cercanas a los US$ 2.000 millones anuales.

El próximo 24 de abril, en el marco del Festival Puerto de Ideas 2022 que se realizará en Antofagasta, Altbir justamente expondrá acerca de estos temas. Previo a ese encuentro, en entrevista con The Clinic, la experta explica la importancia de inyectar fondos en el desarrollo de nanotecnología, listando las múltiples aplicaciones que esta puede tener. Asimismo, hace un llamado para que el sector privado invierta en investigación, y cierra con un análisis acerca de las trabas que las mujeres enfrentan, hasta el día de hoy, para entrar al mundo de las ciencias. “No existe igualdad de género sin acceso equitativo al conocimiento”, resume.

Dora Altbir. Crédito: CEDENNA.

-Su charla en Puerto de Ideas se llama “La Revolución de lo Infinitamente Pequeño”. ¿En qué sentido el desarrollo de la nanotecnología puede ser algo revolucionario?

-A tamaños nanométricos los materiales tienen un comportamiento diferente al que tienen los mismos materiales en tamaños mayores. Por ejemplo, el carbono, que rompemos fácilmente cuando queremos hacer un asado, a tamaño nanométrico puede ser hasta 300 veces más duro que el acero. Y esto significa que podríamos construir con él estructuras ultraresistentes e incluso fuselajes de aviones más resistentes y livianos, entre otras muchas cosas.

-Pone el ejemplo de los aviones, pero ¿En qué otros ámbitos puede ser algo “revolucionario”?

-Las tecnologías basadas en elementos a escala nanométrica son muchísimas, y en todas las áreas. Una de las más destacables, por la urgencia del problema que puede aportar a resolver, es el gran potencial que tiene la nanotecnología para aportar a frenar el calentamiento global, con sistemas de generación y almacenamiento de energías renovables, captación de gases invernadero, y muchas más. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con los alimentos frescos, cuya vida útil podemos alargar gracias al uso de envases con nanopartículas, así como usar menos fertilizantes y plagicidas en los cultivos. Impactos similares hay en otras áreas, y por ello decimos que la nanotecnología trae toda una revolución a nuestras vidas.

-Usted fue líder del equipo que ideó una solución para alertar la caída de dientes de palas mineras, un problema costoso para toda la faena minera. ¿Qué otro tipo de aplicaciones en la práctica, y adecuadas al contexto chileno como en este ejemplo, se pueden desarrollar mediante la nanotecnología?

-En CEDENNA, donde trabajo, estamos desarrollando aplicaciones tan interesantes como las que describía para los alimentos. También sensores ultrarápidos para la detección de bacterias alimentarias, embalajes con mayor contenido reciclable, pinturas antifouling, y le damos también valor a productos de desecho. Nuestro foco está en los sectores productivos más relevantes del país, como la minería, los alimentos, la acuicultura, entre otras, con un énfasis especial en el cuidado del medioambiente. Avanzamos desde la ciencia hasta la tecnología, en un trabajo multidisicplinario que nos permite ofrecer al país soluciones de frontera a problemas tecnológios que enfrentamos hoy.  En térmios generales, la nanotecnología puede impactar en todas las áreas que nos interese como país, y dependerá de un mayor desarrollo del vínculo universidad-empresa que su impacto sea aun mayor que el actual.

Además de este proyecto de dientes de palas, ¿Qué otras investigaciones, que le gustaría compartir con nosotros, le toman su tiempo hoy?

-Como ejemplo podría mencionarle tres líneas de trabajo de CEDENNA en ámbitos muy distintos: uno de ellos es nuestro convenio de colaboración con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) La Platina, para detectar la presencia de fungicidas en frutas y hortalizas, lo que permitirá a nuestros exportadores cumplir las exigentes normativas de control internacional que apuntan a la inocuidad alimentaria.

“El segundo se relaciona con nanoseguridad”, prosigue Dora Altbir. “CEDENNA cuenta con el único laboratorio de nanoseguridad que existe en Chile, cuyos integrantes representan a Chile ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en estos temas. Un laboratorio que, gracias a la incorporación de equipo altamente sofisticado, único en Sudamérica, apoya a las industrias en la defiición de protocolos que puedan asegurar la inocuidad de los nanomateriales a quienes trabajan con ellos, a quienes usan la tecología que los incoprora, y finalmente al medio ambiente, cuando dicha tecnología es desechada”.

Por último, la científica se refiere a “las nuevas tecnologías para el tratamiento de enfermedades”, citando avances vinculados al cáncer. “También en nuestros laboratorios trabajamos con una téccnica que se conoce como hipertermia, que destruye células cancerosas con casi nulos efectos secundarios. Es un trabajo muy incipiente, pero que creemos será muy valioso para poder integrar estos tratamientos en nuestro país”, pronostica.

“Necesitamos fomentar una ciencia independiente, ligada a la resolución de los problemas país”

-¿Por qué es importante que en nuestro país se impulse la investigación en esta área?

-Creo que nuestro desafío más importante es proyectarnos hacia una nueva etapa productiva, transformando a Chile en un polo de conocimiento e innovación, y no dejar pasar una vez más la oportunidad de mejorar la vida de todos los chilenos alcanzando un mayor nivel de desarrollo y calidad de vida. Y para eso es fundamental precisamente contar con una política pública de CTI (Ciencias, Tecnología e Innovación) de largo plazo, con recursos estables, que se enfoque en la formación e inserción de nuevos investigadores que puedan aportar al país.

-¿Y cuál es su diagnóstico con respecto al apoyo que existe hoy en Chile para el desarrollo de la nanociencia y nanotecnología?

-Necesitamos fomentar una ciencia independiente, ligada a la resolución de los problemas país que, de ese modo, contaría con la confianza ciudadana. Entonces (sería positivo) aumentar paulatinamente la inversión en investigación y desarrollo (I+D), que actualmente no supera el 0,4% del PIB, mientras el promedio OCDE es de un 2,5%.

-A nivel latinoamericano, ¿Qué tan avanzados o atrasados estamos, en términos de investigación y desarrollo de nanotecnología, en comparación con nuestros países vecinos?

-En las últimas dos décadas se ha visto un proceso de creciente institucionalización e internacionalización en el área de la nanotecnología en los países de nuestro continente. En particular alrededor de la nanociencia y la nanotecnología se han formado grupos de investigadores que, aprovechando la sinergia, han desarrollado conocimientos que, en algunos casos, es reconocido internacionalmente. Por supuesto algunos han avanzado más que otros, pero todos los países de América Latina, sin excepción, tenemos un mismo problema: los recursos para la investigación son limitados y provienen mayoritariamente de fuentes gubernamentales. Por tanto, compiten con otras tantas necesidades sociales de nuestros pueblos.

Sobre este punto, Dora Altbir hace una suerte de invitación al mundo empresarial: “Todos por igual necesitamos superar esa escasa presencia del sector privado en la inversión científico-tecnológica para proponer nuevas alternativas de acción que nos permitan juntos, científicos y empresas, apoyar el desarrollo de nuestros países. Creo que sólo creando un vínculo más fuerte entre universidades y el sector privado podremos generar más y mejores aportes a nuestros países, desde la ciencia y la tecnología en general, y por supuesto desde la nanotecnología también”.

“No existe igualdad de género sin acceso equitativo al conocimiento”

En una entrevista, tras ganar el Premio Nacional de Ciencias 2019, usted dijo que “la ciencia no tiene género, y tampoco la inteligencia”. Hoy, en abril de 2022, ¿Cree que las mujeres se enfrentarán aún a trabas para entrar al mundo de las ciencias? ¿En qué lo ve?

-Los datos entregados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) muestran que, aunque la participación femenina en carreras de pregrado alcanzó el 53,1% en 2018, la matrícula femenina en las carreras del área científica sólo alcanzó el 22%.  Y entre los académicos, las mujeres dedicadas a I+D tienen una presencia mucho menor que la de los hombres.

-¿Y cómo se arregla esto?

-Lograr la igualdad de género no sólo requiere hacer esfuerzos para la emancipación de las mujeres y de las niñas, sino también respaldar a las profesionales en el ejercicio de sus roles sociales, profesionales, laborales y familiares, permitiendo que estos se desarrollen en armonía. De lo contrario, tendrán que seguir eligiendo entre sus carreras o empleos y la maternidad, el cuidado de otros, etcétera. En cuanto a la ciencia, la recolección de datos sobre brechas de género que se ha hecho hasta ahora es un buen punto de partida. Ahora debemos ofrecer medidas que permitan a las mujeres una inserción real en la academia. Las salas cunas, los periodos de pre y postatal financiados para investigadoras jóvenes durante los postdoctorados, son algunas medidas que apuntan en esa dirección. Pero los prejuicios culturales hacen que aun la cancha no esté pareja. Debemos agregar más flexibilidad para que las mujeres puedan conciliar mejor sus diferentes roles, y podamos avanzar mejor en nuestras carreras académicas.

La directora de CEDENNA sintetiza el mensaje con una frase: “No existe igualdad de género sin acceso equitativo al conocimiento, pero una vez que las mujeres tienen acceso a la ciencia, deben poder trabajar en aquellos puestos de trabajo y de decisión sin tener que sacrificar áreas importantes de su desarrollo personal y familiar”.

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