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Nacional

6 de Junio de 2022

El perfil de Boric en la influyente New Yorker: los mejores pasajes del texto que explican el rol del Presidente en la izquierda latinoamericana

Agencia Uno

El artículo escrito por el periodista estadounidense Jon Lee Anderson, se refiere al "cambio social radical" que el magallánico promete implementar en Chile y cómo, para lograr eso, deberá enfrentar tanto a la oposición como al oficialismo.

Por The Clinic

En medio del inicio de la gira internacional del Presidente Gabriel Boric por Norteamérica, la influyente revista estadounidense The New Yorker publicó un detallado perfil del mandatario explicando el rol que tendrá la figura del magallánico en la izquierda latinoamericana.

El artículo titulado ¿Puede el joven presidente de Chile reimaginar la izquierda latinoamericana?, fue escrito por el periodista estadounidense especializado en temas latinoamericanos, Jon Lee Anderson, quien se refirió al “cambio social radical” que el Jefe de Estado promete implementar en Chile y cómo, para lograr eso, deberá enfrentar tanto a la oposición como al oficialismo.

A continuación te compartimos una selección de los extractos más destacados sobre este perfil realizado por The New Yorker sobre Gabriel Boric:

Joe Biden, Xi Jinping y Vladimir Putin

El artículo parte realizando un repaso por los días posteriores a la elección de Gabriel Boric como Presidente de la República, contexto en que el que destacan los primeros contactos que tuvo con líderes internacionales como los mandatarios Joe Biden (Estados Unidos), Xi Jinping (China) y Vladimir Putin (Rusia).

“Chile, con sus cuatro mil millas de costa, es un puesto de avanzada táctico en América Latina, una región donde Biden ha estado tratando, de manera intermitente, de aumentar su alcance. El viaje sería complicado para Boric; había ganado el cargo al frente de una coalición de izquierda que incluía al Partido Comunista de Chile, que tiende a considerar a Estados Unidos como un agresor imperialista”, apuntan.

Asimismo, recalcaron que “la Embajada de China había entregado personalmente una carta de Xi Jinping, en la que le recordaba cortésmente a Boric que la República Popular China era el mayor socio comercial de Chile. Chile es el mayor productor mundial de cobre y el segundo de litio; El suministro de baterías y teléfonos celulares de China depende del comercio”.

“Boric también había escuchado que Vladimir Putin estaba considerando una visita a Argentina y se preguntó si querría agregar a Chile a su itinerario. Hizo una mueca al pensar en ello. Algunos en la extrema izquierda de Chile ven a Rusia como un aliado contra la ‘hegemonía’ estadounidense, pero Boric no quería a Putin en su país.

El gabinete de Boric y su pareja, Irina Karamanos

Otros de los aspectos que descató The New Yorker, fue que Gabriel Boric “había declarado que su gobierno sería feminista y que su gabinete, por primera vez en América Latina, sería predominantemente femenino; catorce de los veinticuatro ministros serían mujeres, incluidos los secretarios de defensa e interior. Dos ministros eran abiertamente homosexuales. Muchos de los funcionarios de Boric eran jóvenes izquierdistas, como él”.

Asimismo, mencionaron que “su pareja, Irina Karamanos, también representó una ruptura con el pasado. Tiene treinta y dos años de ascendencia griega y alemana, habla cinco idiomas, tiene títulos en antropología y educación y es considerada una líder en la política feminista. Ya había logrado picar a algunos chilenos al declarar que ‘reformularía’ el rol de Primera Dama, porque ‘no era ni primera ni dama'”.

De la dictadura al estallido social

En el artículo escrito por Jon Lee Anderson, el periodista hace además un repaso por la dictadura de Augusto Pinochet y el “campo de pruebas para el neoliberalismo” que se instaló en el país y la “restauración de la democracia” evitando los “extremos” en que “Chile se estableció como una nación estable y ascendente en medio de vecinos volátiles y más pobres”.

Sin embargo, precisa que “las políticas económicas instaladas bajo Pinochet no cambiaron fundamentalmente”, por lo que “las desigualdades se hicieron más severas”, apuntando a cómo todo este escenario desencadenó en el estallido social iniciado en octubre de 2019 y el posterior Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución suscrito en noviembre del mismo año, destacando que en “la izquierda, el firmante más destacado fue Gabriel Boric”.

En este contexto el periodista afirmó que “los esfuerzos de Boric para calmar los disturbios ayudaron a convertirlo en un candidato viable para presidente”.

El encuentro de Jon Lee Anderson con Gabriel Boric

Tras esto, Jon Lee Anderson relató el encuentro que tuvo con Gabriel Boric cuando se sumó a una celebración al día del cumpleaños del magallánico, señalando que la conversación “se tornó seria cuando giró hacia los caprichos de la izquierda chilena. Aunque Boric se había convertido en la figura principal, algunos lo vilipendiaron como amarillo por su disposición a entablar un diálogo con los adversarios. En el extremo izquierdo, ser amarillo equivale a ser un traidor”.

Los desafíos que enfrenta Gabriel Boric según New Yorker

“En el cargo, Boric enfrenta enormes desafíos. Su partido y sus socios de coalición son minoría en el parlamento, y para aprobar cualquier ley tendrá que negociar acuerdos con sus rivales políticos. Su propia coalición, Apruebo Dignidad, o Elijo la Dignidad, está dividida por disputas internas, especialmente entre sus aliados políticos más cercanos y el Partido Comunista”.

El dirigente estudiantil

Respecto a la trayectoria de Gabriel Boric, remarcó que estudió derecho en la Universidad de Chile, pero que nunca ejerció, tras lo cual la política “se convirtió en su interés permanente”, emergiendo como líder estudiantil en el invierno de 2011 en medio de las protestas realizadas durante el primer Gobierno del exPresidente Sebastián Piñera, recalcando además las figuras de Camila Vallejo, Karol Cariola y Giorgio Jackson.

“En 2009, Boric fue elegido presidente del sindicato de estudiantes de la facultad de derecho. Dos años más tarde, se convirtió en presidente del sindicato de estudiantes de la Universidad de Chile, derrotando por poco a Vallejo, una estudiante de geografía a quien la revista Times había apodado ‘la revolucionaria más glamorosa del mundo’. Ambiciosos, brillantes y francos, los cuatro activistas eran amigos de las diferencias: Vallejo y Cariola eran comunistas, Jackson y Boric estaban más cerca de los socialistas democráticos. En las elecciones de 2013, los cuatro ganaron escaños parlamentarios”, señaló.

Asimismo, apuntó a que el frenteamplista “en sus primeros días como parlamentario, era brillante, intenso y ambicioso, pero nuevo en la política y buscaba orientación. Nacido en 1986, apenas recordaba los años de Pinochet y, como otros de su generación, se impacientaba con reformas moderadas”.

La firma de Boric en el Acuerdo por la Paz

“El partido de Boric, Convergencia Social, se opuso al acuerdo, que vio como un impedimento para reformas más fundamentales (…) Al final, Boric firmó, en su propio nombre, en lugar de como representante de Convergencia Social. El Partido lo suspendió, pero el trato se llevó a cabo. Tal como lo vio Boric, había apostado su capital político para deshacerse de ‘la constitución de Pinochet de una vez por todas'”.

Boric y la Convención

“Muchas de las propuestas poco prácticas fueron rechazadas. Pero los medios, particularmente los de la derecha, han presentado un goteo constante de noticias sobre las ideas más extrañas. Si el congreso constitucional fracasa, sería desastroso para el gobierno de Boric, ya que podría revivir a sus oponentes tanto de derecha como de extrema izquierda”.

Conocer más mundo antes de ser Presidente

Jon Lee Anderson reveló además que “durante una de nuestras conversaciones, confesó que deseaba haber visto más mundo antes de convertirse en presidente. Había hecho su primer viaje fuera de la región cuando tenía trece años, yendo con su familia a Disney World. Levantó las manos y se rió avergonzado. A los diecisiete años, había vivido durante cuatro meses en un pueblo cerca de Nancy, Francia, pero había visto poco del país. Fue poco después de que Estados Unidos invadiera Irak, y su familia anfitriona estaba demasiado preocupada por los ataques terroristas de represalia como para permitirle visitar París. En cambio, Boric se quedó cerca de la aldea y el padre, un veterano de la guerra de Argelia, le contó historias sobre cómo arrojaba prisioneros desde helicópteros. Unos años más tarde, Boric se unió a sus padres en una gira por el Mediterráneo, pero no vio más que un atisbo de Europa. ‘Roma, Praga, El Cairo, Atenas, un día en cada lugar’, dijo, encogiéndose de hombros”.

“Posteriormente, Boric realizó un viaje a Israel y Palestina. ‘Fue lo más brutal que he experimentado’, recordó. Habló acaloradamente sobre el muro que divide Cisjordania de Israel y sobre lo que sintió fue una política de ‘humillación’ de los palestinos. Después de las elecciones, el candidato de Boric para ministro de agricultura escribió para decir que el embajador israelí los había invitado a una presentación sobre el uso del agua. Chile estaba en medio de una sequía sostenida, y los israelíes son reconocidos por sus avances en el riego por goteo. El ministro aseguró a Boric que el Embajador era un progresista, criado en un kibutz. Boric no estaba convencido. ‘Tenemos que tener algún tipo de discusión política primero”, me dijo. ‘Quiero decir, no podemos normalizar este grado de brutalización'”, recordó además el periodista.

Asimismo, sostuvo que “después de la primera vuelta de las elecciones, en la que Kast tomó la delantera, Boric se acercó al centro. Sus socios de coalición del Partido Comunista continuaron apoyando a las autocracias de izquierda en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Boric había tomado una posición contraria, tuiteando: ‘No importa a quién moleste, nuestro gobierno tendrá un compromiso total con la democracia y los derechos humanos, sin apoyo a ningún tipo de dictadura o autocracia’. Ya había criticado al régimen de Daniel Ortega por reprimir a los opositores políticos y había reprendido duramente al gobierno cubano por reprimir las protestas del año pasado. Calificó el mandato de Nicolás Maduro en Venezuela como un ‘experimento fallido’. En represalia, Maduro sugirió que Boric era miembro de una nueva ‘izquierda cobarde'”.

“Desconfía de la retórica de la extrema izquierda”

En el artículo además el periodista estadounidense recordó un encuentro entre Gabriel Boric y su amigo cercano, Emiliano Salvo, en donde “hablaron con nostalgia sobre su admiración juvenil por los primeros años de la revolución bolivariana de Venezuela”.

En esta línea, afirmó que “a pesar de la sensibilidad de Boric por el lenguaje resonante, desconfía de la retórica de la extrema izquierda. Sintió que el discurso de suma cero de las últimas décadas había ‘servido más como veneno que como fertilizante’. Desde antes de que naciera Boric, Fidel Castro había ejercido una enorme influencia en la izquierda latinoamericana, promoviendo un enfoque absolutista del poder y la política”.

“Boric me dijo: ‘Tenemos la oportunidad de reinventar la izquierda’. Pero él sabe que la dicotomía crucial en la región es menos entre izquierda y derecha que entre democracia y autoritarismo populista. Boric, joven y libre del pasado, parece ser el político que mejor puede articular los beneficios de una mayor libertad frente a la ideología. Después de la elección, nombró a un economista del establecimiento muy admirado de unos sesenta años como su jefe de finanzas, lo que ayudó a calmar los nervios de los mercados y la comunidad empresarial de Chile”, recalcó.

Sobre este punto, el reportero del The New Yorker señaló que el propio Gabriel Boric “está más cerca del centro. Cuando le pregunté si tenía un modelo a seguir, dijo, un poco vacilante, que siempre había admirado a Allende, pero que no tenía ‘modelos a seguir estáticos’. No fue porque fuera un camaleón, aclaró, fue porque estaba ‘evolucionando continuamente’.

La llegada a La Moneda

Finalmente, The New Yorker se refirió al cambio de mando y posterior llegada de Gabriel Boric al Palacio presidencial La Moneda. Sobre el primer evento destacó la presencia mayoritaria de invitados de izquierda

“Aparte del Rey (Felipe de España), había pocos conservadores. Bolsonaro había insistido en boicotear, aunque de todos modos no habría sido bienvenido. El contingente de izquierda era mucho más fuerte, incluidos miembros del movimiento Podemos de España. También asistieron los presidentes de izquierda de Argentina, Perú y Bolivia, así como el candidato presidencial colombiano Gustavo Petro, ex guerrillero. Después de la inauguración, Petro y Boric tuitearon una selfie de ellos mismos sonriendo y haciendo formas de corazón con sus manos”, relató Anderson.

En tanto, sobre el discurso que el ahora Presidente de Chile realizó desde uno de los balcones de La Moneda, destacó algunas de las promesas realizadas por el frenteamplista; “Cuando Boric apareció en el balcón, habló de cómo los cohetes habían perforado una vez el edificio donde se encontraba. Nunca más, sugirió, el Estado chileno reprimiría a su propio pueblo”.

“Habló de las cargas del país: campesinos sin acceso al agua, estudiantes endeudados, jubilados sin pensiones adecuadas, familiares de desaparecidos que aún esperan a sus seres queridos. Varias veces, dijo, ‘Nunca más’, repitiéndolo en su tenor aflautado como un encantamiento”, añadió el periodista estadounidense.

Una vez concluido el discurso de Gabriel Boric, Anderson describió que el ambiente que quedó en la ciudad era “festivo, irregular, como si acabara de dar un concierto. Sin embargo, a medida que me acercaba a la Plaza de la Dignidad, la multitud se hizo más escasa y pronto quedó claro por qué”.

“Unas pocas cuadras más adelante, los manifestantes habían construido barricadas en la avenida y les habían prendido fuego. Habían colgado una pancarta en uno con un mensaje para Boric: ‘No olvidaremos que hiciste un pacto con el enemigo, y no saldremos de las calles hasta que se complete la liberación'”, cerró Jon Lee Anderson para su artículo en The New Yorker sobre Gabriel Boric

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