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Opinión

10 de Junio de 2022

La revancha de Eduardo Carlezzo

El futuro del enigmático caso de Byron Castillo, que puede llevar a Chile a la Copa del Mundo de Catar, está en manos de la FIFA. Una historia que seguramente sumará nuevos capítulos, mientras la figura de este abogado brasileño, que se apoderó de las ilusiones de miles de hinchas de la Roja, traspasa las fronteras del fútbol.

Matías Fuenzalida
Matías Fuenzalida
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Con impecable traje azul marino y cuidado corte de pelo peinado a la gomina, el abogado brasileño Eduardo Carlezzo hace ingreso al Salón Plenario de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional. A cuatro días de que la FIFA entregue su veredicto, una veintena de periodistas de los principales medios deportivos del país, lo esperan. Varios expectantes, otros solo dispuestos a recopilar nuevos antecedentes en uno de los casos más mediáticos del último tiempo en esta parte del planeta.

Carlezzo se ubica con determinación para dar inicio a su cuenta pública y advierte que será extensa y contundente. Tiene experiencia de sobra en este tipo de dinámicas ante las cámaras y la prensa. Así se puede ver en su elegante página web, donde aparecen videos con sus intervenciones en los medios y se detallan las causas que ha defendido en sus casi 20 años de trayectoria. La mayoría de ellas relacionadas con su especialidad, el derecho deportivo empresarial. Entre otras, representó a Boca Juniors en 2015 durante el escandaloso episodio del “gas pimienta” y tomó parte en el reclamo de la Federación de Fútbol de Chile por la inscripción irregular del jugador boliviano Nelson Cabrera. Esa vez, en 2016, el jurista logró que los altiplánicos fuesen castigados con la pérdida de puntos, pero un error de cálculo terminó con la Roja fuera del Mundial de Rusia por diferencia de goles. Ahora llena nuevamente las portadas de todo el continente, intentando llevar a nuestra selección, ahora sí, a una Copa del Mundo. Esta vez a costa de un joven jugador que defiende la camiseta de Ecuador pero que nació en Colombia. Una suerte de revancha, un nuevo intento por cumplir los deseos más íntimos de miles de hinchas del equipo de todos.

La exposición, ad portas de la respuesta de la Comisión de Disciplina de la FIFA, es impecable. En su investigación se encontraron pruebas concluyentes y nunca antes reveladas, como el registro de bautismo del apuntado Byron Castillo en Tumaco, Colombia. También, los certificados de matrimonio y de seguridad social de los padres de Byron. Obviamente emitidos en Tumaco, la pequeña ciudad en el departamento de Nariño donde hasta hoy vive su hermana. Parece muy difícil afirmar que Castillo haya nacido en suelo ecuatoriano, más aún cuando el Registro Civil de Quito no ha podido ubicar los papeles que acrediten su nacionalidad.

Carlezzo se ubica con determinación para dar inicio a su cuenta pública y advierte que será extensa y contundente. Tiene experiencia de sobra en este tipo de dinámicas ante las cámaras y la prensa.

Los argumentos son sólidos y claros. Carlezzo disfruta mostrando a los reporteros todo lo que ha reunido y se hace imposible no volver a viajar imaginariamente a los modernos estadios cataríes. Pero se abren los micrófonos y empiezan las preguntas directas de los presentes, que poco a poco van diluyendo sus propias certezas. Declara que si la denuncia se hubiese hecho antes, quizá habrían más posibilidades de ganar, pero que aún así llegará hasta las últimas consecuencias. Su semblante cambia de inmediato, sabiendo que es bien factible que no hayan sanciones determinantes y que todo quede así como está. En el proceso, los honorarios aumentan, la imagen del mediático abogado inunda cientos de portales y de paso, la cuestionada presidencia de la ANFP junta argumentos para defender su gestión. Más allá de lo que suceda en las oficinas de Zúrich, Suiza, el Caso Castillo será provechoso para varios.

Mientras tanto, se siguen sumando capítulos a la trama. El equipo mundialista de Ecuador dirigido por el argentino Gustavo Alfaro, entrena cerca de las playas de Miami preparándose para su próximo partido amistoso ante Islas Cabo Verde. El medio mexicano TV Azteca no se resiste y publica una supuesta filtración del fallo favorable a Chile, pero a las pocas horas decide retractarse por haber entregado información imprecisa. Además, justo cuando Carlezzo terminaba su relato en los salones de la ANFP, las redes sociales de la Federación Ecuatoriana de Fútbol respondieron subiendo una foto de Castillo sonriendo a la cámara. La Conmebol, como aprovechando el envión, aplica una sanción económica al Barcelona de Guayaquil, por el mal comportamiento de Byron durante un partido en la Copa Sudamericana.

Los argumentos son sólidos y claros. Carlezzo disfruta mostrando a los reporteros todo lo que ha reunido y se hace imposible no volver a viajar imaginariamente a los modernos estadios cataríes.

Posiblemente, cuando usted lea estas líneas, ya se conozca el veredicto. Castigo al jugador, multa a la Federación, expulsión de Ecuador, resta de puntos o la entrega del cupo a Chile. En cualquiera de los escenarios, el nombre de Byron Castillo quedará para siempre en los libros de nuestro fútbol. El enigmático caso de un desconocido jugador, que acercó a la Roja a una Copa del Mundo a pesar de no haber clasificado en la cancha.

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