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Ciencia

18 de Julio de 2022

Fact-checking a «tormenta solar» anunciada para este martes 19 de julio: Expertos responden 3 preguntas claves

Pixabay

Conversamos con el profe José Maza y con Manuel Aravena, astrónomo de la UDP, sobre el raro fenómeno que anunció una científica de la Nasa. A pesar de que dicen podría afectar a satélites fuera del campo magnético, no creen que haya consecuencias mayores.

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La científica de la Nasa, Tamitha Skov, anunció recientemente en su cuenta de Twitter que este martes 19 de julio una tormenta solar podría impactar al planeta Tierra.

«Un filamento con forma de serpiente lanzado como un gran tormenta solar mientras estaba en la zona de impacto de la Tierra. La NASA predice el impacto a principios del 19 de julio. Fuerte aurora se muestra posible con este, en latitudes medias profundas. Los usuarios aficionados #radio y #GPS esperan interrupciones de la señal en el lado nocturno de la Tierra», escribió la norteamericana.

The Clinic conversó con el profesor José Maza y con Manuel Aravena, director del Núcleo Astronomía de la Universidad Diego Portales (UDP), sobre qué signfica que llegue una tormenta solar la tierra y que consecuencias podrían generar en nuestro planeta.

¿Qué es una tormenta solar?

Aravena sostiene que son como «pequeñas explosiones en la superficie del sol y en diferentes partes, aunque generalmente en la parte ecuatorial del sol». Maza complementa que estas ocurren cuando en la estrella del sistema solar se genera un campo magnético global.

«El sol lo empieza a enrollar y enrollar, porque tiene una manera bastante particular. El sol gira en 25 días, pero su ecuador gira más rápido que las zonas de latitudes intermedias, entonces el campo magnético queda ordenadito como gajos de naranja y el giro del ecuador lo va estirando primero, alineando con el ecuador solar, y después esos tubos magnéticos se rompen y generan manchas», explica.

Estas manchas, señala que son zonas de muy alta densidad magnética y por eso se producen eyecciones de materia que suben hasta 10 mil kilómetros, para luego volver a caer en la fotósfera (capa más interna de la envoltura del sol).

«Pero en algunos casos esa eyección de masa fotosférica se transforma en una “eyección de masa coronal”», la denominación científica para estas tormentas solares.

¿Qué tan probable es que impacte en la Tierra?

A pesar de lo anunciado por Tamitha Skov, los especialistas señalan que es difícil que esto suceda. «No se puede saber exactamente a que velocidad camina», dice Maza, porque que «no hay una certeza total de que eso va a ser así».

Aravena también señala que «tiene que ser muy mala suerte que nos llegue una tormenta solar, en general, ya que tiene que ocurrir que esa “explosión” esté apuntando hacia nosotros (…) es como que estuviera disparando una pistola en una dirección, y nosotros vamos justo pasando por donde va pasando la bala».

Aunque esto ya ha sucedido en el pasado, Maza dice que «no le parece que sea este el momento en que ello ocurra». Explica que estos fenómenos pasa cuando el sol está en un período de máxima actividad, de sus ciclos que duran 11 años.

«No es el caso. Ahora estamos empezando a salir de un mínimo (…) El 2026 vamos a estar un máximo de actividad. Ahí podría ser más creíble diría yo», sostiene.

¿Cuáles serían las posibles consecuencias del impacto?

«Las tormentas solares están hechas por partículas cargadas, como electrones, protones, cosas así, entonces principalmente lo primero que afectan son los satélites y las cosas que están por fuera del campo magnético que nos protege», dice el académico de la UDP.

Maza agrega que «cuando llega, apreta el campo magnético», por lo que se podrían producir auroras boreales. «En Islandia y Noruega posiblemente entre las 2 y las 4AM van a ver en el cielo como si estuvieran sacudiendo la sábana de un fantasma. Se verá como verdosa, son muy bonitas», dice “El Profe”.

Sobre la afectación de los satélites, dice que podría afectar a los estacionarios -«que sirven para la televisión y esas cosas»- porque están a 36 mil kilómetros de altura y «están relativamente desportegidos».

«El campo magnético protege muy bien a cuestiones que están entre los 10 y 20 mil kilómetros, pero estos están como “más arriba de la azotea del edificio”. Los satélites de GPS no están tan arriba, y los de posicionamiento global están semi protegidos, pero también pueden quedar expuestos a que un tufazo de radiación y de plasma les produzca un daño», señala Maza, y concuerda con Aravena, que señala que «algunos podrían quedar inutilizables».

Maza agrega que «hay un morbo siempre de que si ocurre una enorme tormenta solar vamos a quedarnos sin GPS, sin comunicaciones vía satélite o sin comunicación telefónica», lo que podría por ejemplo, perder la ubicación de los aviones que son monitoreados por las torres de control.

Sin embargo, eso sería «más de Hollywood que de la vida real».

«No descarto que si hay una cuestión totalmente fuera de rango, pueda quedar un poquitito la embarrada. Pero esta noticia es una noticia como pequeñita», concluye el astrónomo más famoso de Chile.

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