Campaña «Chile Vota Informado»: el primer spot televisivo del gobierno bajo el ojo de expertos

Durante la mañana de este 21 de julio, el gobierno presentó el primer spot de su campaña «Chile Vota Informado», que tiene por objetivo que la ciudadanía acceda a la propuesta de nueva Constitución, que será plebiscitada el 4 de septiembre.

En ese contexto, hoy se lanzó el primer video publicitario que fue transmitido en televisión abierta a las 21 horas. Un video de un minuto exacto donde se ven diversas imágenes de personas en el territorio chileno, junto a una locución en torno a la «línea» con que los chilenos debemos marcar nuestro voto en los comicios.

«En este plebiscito constitucional, todas y todos tenemos una línea que escribir por nuestro futuro, por eso queremos pensar en estas líneas como algo que nos une. No líneas que limitan, pero sí en las que nos conectan. Líneas que sean rectas porque es la forma más corta para juntarnos», se puede escuchar en el registro.

«Hagamos líneas que unan miles de puntos con tu punto de vista, con tu opinión, con tu línea de pensamiento. Dentro de un territorio que de lejos parece una sola línea, líneas que unen personas, que dibujan caminos. Líneas de conversación para escribir la línea que queremos seguir, dialogando, escuchando, y respetando las diferentes líneas de pensamiento», continúa el video.

Y concluye señalando que «por eso esta vez no solo tienes el derecho, sino el deber de ir a votar, para elegir juntos el Chile que queremos ser».

En The Clinic conversamos con tres expertos en comunicación política que analizaron los mensajes claves de la campaña y la eventual efectividad que esta podría tener en la participación electoral del plebiscito constitucional.

¿Mantiene la prescindencia?

Sebastián Valenzuela, profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Pontifica Universidad Católica (PUC), considera que el spot «no es una campaña para nada que se la juega por alguna opción. Al contrario, creo que está tratando de apuntar a la importancia del plebiscito y de recordarle a los chilenos y chilenas de que tienen que votar».

Coincide en ello Marcelo Santos, académico del Centro de Investigación en Comunicación, Literatura y Observación Social (CICLOS) de la Universidad Diego Portales: «Es discreto el video, no tenía una intención de ser excesivamente favorable o desfavorable (…) no es una invitación explícita o una cosa que va en contra de lo que uno esperaría de los límites de la propaganda vinculada al gobierno».

Agrega Santos que «está bastante neutral y me parece que está dentro de lo razonable. No es una cuestión explícita que debiera ofender a los partidarios del Rechazo, y mucho menos pasar por algo como que fuera uso indebido de recursos del gobierno». Sin embargo, dice que «uno se da cuenta, o siente de cierta forma la emoción que pasa el video con esa narrativa épica creciente. Es una narrativa convocante, de futuro, positiva, entonces es difícil entender que ese mensaje en alguna medida podría indicar que la persona que ve el mensaje se sienta invitada a votar Rechazo».

Claudio Salinas, coordinador del Magíster de Comunicación Política de la Universidad de Chile, también está de acuerdo con que el clip «aspira a la neutralidad» y está dirigido «solamente a la idea de participación». Sin embargo, agrega, que por el contexto político de polarización «cualquier cosa que haga el gobierno va a ser vista como campaña para el Apruebo».

Las «líneas» como hilo conductor

Para Valenzuela, el video tiene dos ideas fuerzas, que están relacionadas con «recordar la importancia de votar en un plebiscito donde el voto es obligatorio» y con «tratar de hacer de la votación del 4 de septiembre un punto de encuentro que contrasta con el clima más crispado de división que caracteriza un plebiscito binario». En ese sentido, para Salinas la figura de la líneas que se observan en el registro sirven como una analogía geométrica que «tiene que ver con la inclusión, con hacernos cargo del futuro».

Así, compara la actual campaña con la del plebiscito de 1988. «Uno podría entender que toda la comunicación que ha hecho el Rechazo desde antes de la Convención, durante y después, se agota en la Convención y queda sin futuro. Ahí yo establecía la analogía con la campaña del Si y el No: el Si también se quedaba respecto al pasado», sostiene.

Valenzuela agrega que el uso de las líneas «es un poco abstracto. Me parece que podría quedar un poco más claro las distintas ventajas que tendría el participar, su importancia, las consecuencias, etc. Aunque de alguna forma queda claro que este concepto de la línea necesariamente es un poco ambiguo, en parte porque es difícil hacer una campaña sobre un plebiscito sin jugársela por ninguna de las dos opciones».

«Creo que se repite un poco demasiado. Hace que uno finalmente se acuerde más de la línea que del mensaje final, que es que es una obligación votar. Eso está mencionado, pero podría estar más mencionado que el concepto de linea, de construcción, que son ideas un poco más abstractas y que a veces no necesariamente son comprendidas por toda la población», añade el académico de la PUC.

¿Es efectivo el mensaje de invitar a votar?

«Parcialmente», dice Santos, argumentando que «toda propaganda llega a una persona y a otras quizás no». También señala que es un «intento clásico de poner personas que representan diferentes zonas, regiones, la línea que une al país. Tiene las metáforas necesarias. Yo creo que si llega a la gente indecisa, que quizás es lo más importante».

Salinas indica que el video se puede tomar solo como un «puntapié inicial de una campaña que, desde mi perspectiva, es convocante tanto por su visualidad como por el contenido y los actores heterogéneos que, de alguna manera, señalan que este estado chileno es una unidad en sus diferencias. Reenvía una idea de democracia participativa más que representativa».

Un punto similar hace Valenzuela, quién sostiene que «esa pregunta se contesta con datos. Un spot por sí solo, por muy memorable que sea, siempre es un mensaje más dentro de un universo de mensajes, por lo tanto hace muy difícil evaluar si es que va a invitar o no a votar».

«La evidencia normalmente muestra que la comunicación mediática por si sola, es menos eficaz que la comunicación interpersonal», dice. «En la medida de que un spot -que es parte de una campaña más grande- genera conversación y hace que las personas en su diario vivir tengan más presentes el tema, si puede generar un efecto de recordarle a la gente la importancia que tiene participar e ir a votar por una u otra opción», concluye.