Crónica de una Cámara de Diputados en crisis: cuatro escenas de la compleja presidencia de Vlado Mirosevic y los consejos de sus predecesores

“Los primeros días han sido hostiles”. Así definió el propio diputado Vlado Mirosevic las tensiones que debido enfrentar en apenas diez días sentado en la testera de la Cámara.

En principio, el diputado  y líder del Partido Liberal ni siquiera era opción para presidir la corporación. Fue sólo la bajada de la diputada Karol Cariola (PC) como opción oficialista a la presidencia de la Cámara, lo que le permitió surgir como opción literalmente a último minuto para ejercer como máxima autoridad de la Cámara, luego de un infartante y angustioso proceso de negociaciones lideradas, incluso, por la ministra Segpres Ana Lya Uriarte.

Incluso, desde que el nombre de Vlado Mirosevic fuera oficializado por el oficialismo en el cónclave realizado el 06 de noviembre -día anterior a la elección- en el palacio presidencial de Cerro Castillo (Viña del Mar), su figura comenzó a recibir comentarios hostiles. “Es como Karol Cariola 2.0”, fue lo primero que espetó la nueva presidenta de Evópoli, Gloria Hutt, antes de que el legislador por Arica asumiera la conducción de la institución.

Resulta que su participación como coordinador y vocero de la campaña del Apruebo para el Plebiscito de Salida, que fue una de las objeciones endosadas a Karol Cariola cuando aún era opción para el cargo, tensionaron a la oposición. Esto, pese a que Mirosevic podía ser considerado como una carta más moderada para el cargo que la diputada comunista, dada su identificación con las ideas de centro izquierda y su domicilio político en Socialismo Democrático.

Casi inmediatamente desde que asumió el cargo, al diputado Mirosevic le tocó enfrentar la tramitación de la Ley de Presupuesto 2023, además de una serie de movimientos desde la oposición. 

Muestra de lo anterior es que inmediatamente después de la elección de Mirosevic, el diputado Gonzalo de la Carrera presentó una moción de censura contra el presidente de la Comisión de Economía, su colega Daniel Manouchehri (PS), evidenciando el comienzo de una ofensiva para arrinconar al oficialismo en la corporación.

Aquí, The Clinic te cuenta los X episodios difíciles que ha enfrentado Vlado Mirosevic a X días de su ascenso como presidente de la mesa directiva de la Cámara.

1.El “hálito alcohólico” de Alinco que interrumpió el discurso de Mirosevic

Si bien el discurso del presidente de la Cámara se suele hacer inmediatamente después de ser electo por sus pares, Vlado Mirosevic decidió esperar hasta el día siguiente. “Ya he recibido el primer reclamo como presidente de esta corporación; se me ha reclamado por el no uso de corbata. Entonces, voy a postergar mi discurso hasta mañana para poder hacerlo”, explicó el parlamentario. 

Fue así que llegó el día martes 08  de noviembre. En su discurso, Mirosevic adelantó que “dirigir esta Cámara no será fácil y todos lo sabemos. En el estado en que está la política en Chile y en el mundo, está muy viva la tentación de gritar antes que escuchar, y de patear la puerta antes de dialogar”, afirmó.

Y como si las palabras del nuevo presidente de la corporación fueran un presagio, el diputado independiente René Alinco se levantó de su silla y comenzó a gritar distintas frases de difícil comprensión.

Sin embargo, según consignó Biobío, Alinco le habría gritado a Mirosevic “háblele a todos, presidente”. A la vez, sus colegas le habrían gritado “vendido” y Alinco habría respondido “vendido, pero no traidor”. 

“Estas actitudes matonescas son lo que tenemos que erradicar de esta Cámara. Esto es lo que tenemos que cambiar”, retrucó el aludido. 

Otra escena que se vivió en ese momento fue que la diputada María Luisa Cordero (RN), se acercó a Alinco para entregarle una bufanda roja. El diputado recepcionó el gesto agitando la prenda en círculos y por sobre su cabeza, como si estuviera en medio de una fiesta.

Al rato comenzaron las acusaciones contra Alinco. Así, la diputada Lorena Fries (CS) acusó a Alinco de tener “hálito alcohólico”. Por su puesto, el parlamentario negó dichas imputaciones. 

Una consecuencia directa del episodio fue la expulsión de Alinco de la bancada del PPD. Al día siguiente, además, Mirosevic acotó: “hay algunos que les gusta hacer show y yo voy a ser durísimos contra ellos, y los voy a aislar”, dijo a radio Agricultura.

2.Despertó la “jauría”: reyerta verbal entre Carmen Hertz y la derecha

Un rol clave de la mesa de la Cámara es controlar el debate y los tiempos que utilizan los diputados para intervenir en el Hemiciclo. Algo que Mirosevic comenzó a ejercer con problemas minutos después de su lío con Alinco.

Resulta que Carmen Hertz había sido interpelada por el parlamentario Cristián Labbe (UDI), quien la acusó de negacionista por criticar la gestión de Sergio Micco (DC) en la dirección del Instituto Nacional de Derechos Humanos. Ante ello, Hertz tomó la palabra para hacer uso de su derecho a réplica.

Así, mientras cuestionaba a Labbe por “carecer de un mínimo de pudor”, fue interrumpida por la bancada de la UDI, exhortando al presidente de la Cámara a que llamara al orden.

“Diputados y diputadas, escuchemos a la diputada Hertz”, respondió Mirosevic. Así, Hertz acusó que la UDI surgió “como defensor de los crímenes políticos de la dictadura”.

Fue ahí que los reclamos comenzaron a ser audibles en la transmisión oficial de la Cámara. Eso desató la indignación de Hertz, que tras golpear la mesa, solicitó a Mirosevic: “Podría llamar al orden, por favor, a esta jauría”.

Cuando el presidente de la Cámara tomó la palabra, quedó en evidencia que no sería fácil mantener el control en el Hemiciclo. “Yo les quiero pedir… la diputada está haciendo uso de un derecho reglamentario que todos tenemos. Por favor…”, alcanzó a mencionar Mirosevic cuando los gritos se intensificaron y vino la frase de Hertz que terminó siendo viralizada: “¡Cállense, jauría!”.

Esto derivó en que el jefe de bancada del Partido Republicano, Jose Meza, le pidió a Mirosevic que condujera el debate y el subjefe de la bancada UDI, Sergio Bobadilla, pidió una reunión de comités parlamentarios para calmar los ánimos. Mirosevic, en tanto, solicitó no suspender su primera sesión como presidente, y bajó de la testera para participar de aquella reunión.

3.Negacionismo: la trifulca entre el PC y Republicanos

Una semana después de su elección, el Hemiciclo comenzó a debatir la Ley de Presupuesto 2023. Con esto se dio inicio a un ciclo de declaraciones cruzadas entre diputados de diversas bancadas.

Ese mismo día, lunes 14 de noviembre, la sala de la Cámara protagonizó un entrevero verbal entre comunistas y republicanos.

Resulta que el diputado republicano Cristián Araya comenzó a cuestionar el presupuesto destinado a materias relacionadas a Derechos Humanos.

Sin embargo, todo se desvirtuó cuando Araya cuestionó los fondos destinados a una “supuesta búsqueda de detenidos desaparecidos”, según sostuvo. Esto generó la inmediata reacción de la bancada comunista, principalmente de la diputada Lorena Pizarro, cuyo padre es un detenido desaparecido de la dictadura cívico-militar. Naturalmente, la frase fue recibida como un ataque directo.

Así, la diputada no demoró en levantarse y cruzar el hemiciclo para confrontar a Araya y referirse a la bancada republicana como una “tropa de cobardes”, además de recordar la situación vivida por su familia en el régimen de Augusto Pinochet.

La escena demostró, nuevamente, el crispado escenario en el que debe trabajar la mesa de Vlado Mirosevic, quien durante el incidente se limitó a decir “orden, orden” en la Sala, esfuerzo infructuoso debido a los caldeados ánimos en el Hemiciclo. 

Luego del incidente, el presidente de la Cámara reaccionó diciendo que “en esto tengo que ser ecuánime”, adelantando que remitirá los antecedentes a todos los parlamentarios involucrados. Además, habló de un trabajo que está llevando respecto a eventuales modificaciones al reglamento de la corporación, a fin de “sancionar de la manera más dura a aquellos que tienen este tipo de incidentes dentro de la Sala”.

4.Excelente ambiente laboral…: Las amenazas de censura

La compleja gestión de Mirosevic tiene su lado más preocupante en la posibilidad de que sea un mandato breve. Desde que asumió la presidencia de la Cámara ha recibido varias amenazas de ser censurado en su cargo. Mirosevic dice que han sido cinco amenazas, pero las más claras han sido dos.

La primera amenaza vino desde la UDI tras el incidente entre Hertz y las bancadas de derecha, particularmente del diputado Felipe Donoso quien advirtió: “Si la mesa, en sus 10 primeros minutos de ejercicio, no es capaz de aplicar con ecuanimidad el reglamento, esta mesa va a durar muy poco”.

La primera advertencia ocurrió en la jornada del pasado miércoles 16 de noviembre en plena discusión presupuestario, principalmente por una indicación de la derecha para aumentar la Pensión Garantizada Universal (PGU) a $250 mil, lo que fue rechazado por el hemiciclo.

El tema es que desde Chile Vamos acusaron que la votación se inició cuando algunos de sus colegas no estaban en la sala por haber ido al baño, lo que generó molestias contra Mirosevic y acusaciones de un actuar “mañoso” de su parte.

Entonces, el diputado y jefe de la bancada RN, Andrés Longton, dijo: “si usted quiere permanecer en la testera y que no sea eventualmente censurado, le pido más ecuanimidad e imparcialidad en la conducción”.

Ahí, el diputado Mirosevic respondió principalmente a través de su cuenta de Twitter: “Quiero insistir en un llamado fraterno a mis colegas a subir el nivel en la Cámara de Diputadas y Diputados. El país nos está viendo y exigen una mayor altura y respeto por esta institución”, apuntó.

Viera-Gallo y Paulsen: los consejos a Mirosevic de ex presidentes de la Cámara

A propósito de las complejas primeras dos semanas de Mirosevic en su nuevo cargo, The Clinic contactó a dos ex presidentes de la Cámara, a objeto de analizar el tema a partir de sus respectivas experiencias previas. 

El primero de ellos es José Antonio Viera-Gallo, el primero en asumir la presidencia de la Cámara tras el retorno a la democracia en 1990.

“La dificultad (del cargo) es que el presidente es elegido por una parte de la Cámara, pero trabaja para toda la corporación”, dice el histórico militante socialista. En esa línea, dice que “la clave es que hay que ser imparcial en la dirección de las sesiones y, sobre todo, en la interpretación del reglamento”.

Viera-Gallo hace la salvedad de que a él no le tocó la complejidad de una Cámara fraccionada, aunque su problema no era menor al tener que enfrentar las primeras horas de la Transición. Con todo, recomienda “conversar con las bancadas que lo cuestionen, y si esas críticas tienen fundamento, hay que darles una señal para resolverlas. Si no tienen fundamento, tiene más que ver con un problema político que no depende del presidente”, agrega.

De todos modos, hay una parte de la labor de presidente de la Cámara que implica el uso de habilidades blandas, según sostiene Viera-Gallo. “Tiene la posibilidad de llamar a reunión de comité, también está la Comisión de Régimen Interno, pero lo más importante son las relaciones informales que él pueda tener. Quizás hoy los ánimos están más crispados, pero es lo que toca y ayuda bastante”, asegura.

Diego Paulsen (RN) es otro ex diputado que sabe de complejidades en la conducción de la Cámara. Su ascenso a la testera surgió por un quiebre de la entonces oposición que no cumplió en votar por Gabriel Silver (DC) ante un acuerdo administrativo que desconoció el Frente Amplio ante acusaciones de violencia intrafamiliar contra el entonces legislador falangista. 

Además, durante su gestión tuvo que enfrentar dos mociones de censura, logrando sortear ambas y terminar su mandato de dos años como presidente de la Cámara. Todo en medio de una Pandemia y enfrentando asuntos quemantes como la tramitación de lo retiros del 10% de las AFP.

De partida, Paulsen reconoce sobre esta labor republicana con visos de ingratitud. “Manejar una Cámara política con 154 miembros diferentes a ti y donde los intereses son muchas veces opuestos, es muy difícil, sobre todo siendo minoría”, dice. 

Ahí, desliza su primer consejo a partir de su experiencia: “Finalmente, junto a Francisco Undurraga (Evópoli) y Rodrigo González (PPD) les dimos garantías a todos y pudimos terminar bien nuestro periodo, incluso con dos intentos de censura”, rememora el ex legislador.

Además, el ex diputado coincide con Viera-Gallo respecto de la mala disciplina interna en las bancadas: “Antes había intereses colectivos. Cuando no tienes un todo con quien conversar, esta conversación se diluye. También coincido en el punto de las conversaciones informales. El café con parlamentarios que uno sabe que tienen menor disciplina interna es clave para lograr que se ordene la discusión”.

De todos modos, Paulsen tiene una opinión distinta a la de Viera-Gallo sobre la interpretación del reglamento, agregando su consejo final a Mirosevic: “Aquí el reglamento es uno y la clave es apoyarse en la mesa técnica de la Cámara. El secretario y el prosecretario saben muy bien cómo se ha tratado cada artículo en el pasado, y eso te permite seguir una misma línea para ser ecuánime en la sala”, sugiere.

Con todo, Paulsen se atreve con una positiva proyección para el nuevo presidente de la Cámara. “A mi me tocó trabajar con Vlado ocho años, conozco sus capacidades. Tenemos posturas políticas opuestas, pero creo que es alguien que siempre buscó el diálogo y los consensos. No me cabe duda de que va a sacar adelante una buena presidencia”, afirma.

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