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Entrevistas

20 de Diciembre de 2022

Natalia Piergentili (PPD) y críticas al acuerdo constituyente: “Espero que no se presenten indicaciones que nos devuelvan a la discusión que tuvimos durante tres meses”

La presidenta del PPD aborda el acuerdo alcanzado por los partidos para habilitar un nuevo Proceso Constituyente analizando las críticas de Comunes y el PC al pacto, quienes ya adelantan que impulsarán modificaciones al "Acuerdo por Chile" que ingresará esta semana al Congreso como reforma constitucional. "Si a alguien de nuestro sector le parece que hablar de que Chile es un Estado Social y Democrático de Derecho es de derecha, entonces yo ya me perdí”, sentencia en entrevista con The Clinic.

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Esta semana el acuerdo suscrito por los partidos para un nuevo proceso constituyente debería ingresar al Congreso bajo la forma de proyecto de reforma constitucional, para comenzar a ser tramitado y habilitar el itinerario hacia una nueva Constitución.

Es esa la instancia en que las dudas que hay en torno al denominado Acuerdo por Chile se comenzarán a develar. Por ejemplo, cómo será la designación de expertos, en qué proporción se conformarán los escaños reservados para los pueblos originarios, además de los tiempos en los que se llevará a cabo el proceso constituyente.

Para profundizar sobre los alcances del acuerdo constituyente, The Clinic contactó a la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, quien se refirió a la posibilidad de que sectores de la izquierda oficialista disconformes con el acuerdo, presenten indicaciones para tratar de modificar los contenidos suscritos en el documento. En este sentido, la dirigente hace un llamado a sus aliados para que no hagan eso en beneficio de la rapidez del proceso.

Además, se refiere a un eventual pacto electoral con el Frente Amplio para las elecciones de constituyentes, asegurando que “quizás termina siendo más sano ir en dos listas distintas y no en una forzada agarrados de las mechas”, previene.

-¿Cómo afecta al objetivo de tener una nueva Constitución que, recién salido el acuerdo, desde el oficialismo se critique?

-Es una mala señal porque aquí concurrieron representantes de todos los sectores políticos en la negociación, de modo que la firma no es una anécdota. Uno cuando llega a un acuerdo es porque lo va a respetar y eso es la tarea de los presidentes de partido; ¿cómo hacemos para que nuestras bases no sólo adhieran al acuerdo, sino que entiendan toda la trazabilidad que tuvimos para llegar al momento del acuerdo? 

Fueron tres meses complejos de definiciones y negociación. Espero que los partidos estemos a la altura de cumplir con nuestra firma en el acuerdo.

-Más allá de si se cumple o no la firma del acuerdo, ¿daña la confianza de la ciudadanía en el proceso que se produzcan estas críticas públicas tras suscribir el pacto?

-Puede haber de aquello, porque tengo la impresión de que los disensos no son el problema, son dónde se hacen. Porque si los disensos se hacen al interior de las conversaciones de los presidentes de partidos para allanar el camino y ver aprendizajes, me parece bien. 

Pero cuando tú muestras disensos por la prensa, complicas la discusión porque efectivamente era importante para nosotros despejar este acuerdo para poder enfocarnos en otras materias que están siendo trabajadas por el gobierno, pero que merecen la misma visibilidad que tuvo el proceso de negociación.

-Usted en particular, ¿tiene reparos con el acuerdo?

-A ver, yo firmé el acuerdo. Me hubiese gustado haber conseguido otras cosas, pero en el raya para la suma del objetivo que era resguardar los principios democráticos y dar un itinerario claro a la ciudadanía en el más corto plazo atendiendo lo que sucedió el 04 de septiembre, me hubiera gustado tener más consejeros electos. 

Sí, también me hubiera gustado que el comité de expertos no fuera a la comisión mixta cuando hubieran disensos, quizás. Pero insisto, en el contexto que se dio, es lo mejor que podríamos haber hecho.

“Después de la derrota del 04 de septiembre, el seguir en un proceso constitucional democrático es una ganancia”.

-En el oficialismo casi todos han dicho que el acuerdo no fue perfecto o que no era el ideal, mientras que el presidente de la UDI, Javier Macaya, dijo en CNN que el acuerdo era perfecto. ¿Salió derrotado el oficialismo de la negociación?

-Yo creo que no porque después de la derrota del 04 de septiembre, el seguir en un proceso constitucional democrático es una ganancia para el país. A lo mejor hay sectores que están más contentos que otros, pero finalmente concurrimos a suscribir un acuerdo y yo me quiero quedar con eso.

-Comunes y el Partido Comunista han señalado que intentarán mejorar este acuerdo en la tramitación. Eso implica presentar indicaciones a la reforma constitucional y demorar la aprobación de la misma. ¿Afectará esa demora el tener una nueva Constitución?

-Yo espero que no se presenten indicaciones que nos devuelvan a la discusión que tuvimos durante tres meses. Insisto, hay que pensar cuál es el objetivo mayor, ¿que yo como partido quede más contenta con algunos aspectos del acuerdo, o que logremos durante 2023 tener una nueva Constitución?

Yo creo que es la segunda opción y para que eso ocurra tenemos que tramitarlo rápidamente, toda vez que ya el 2024 hay elecciones municipales. 

Tampoco podemos tener un gobierno estresado en permanentes plebiscitos. Yo sería más generosa respecto de ver cuál es el objetivo mayor.

-La diputada Emilia Schneider (Comunes) dijo a The Clinic que algunas de las 12 bases institucionales le parecían muy cargadas a la derecha. ¿Son razonables esos puntos?

-Después del fracaso del 04 de septiembre, de los miedos levantados por la ciudadanía, plantear que Chile es un Estado Social y Democrático de Derecho, que es un Estado Unitario descentralizado, que va a haber separación de poderes y que se respeta la propiedad privada, a mí me parece que son bordes razonables y que, además, encaminan la discusión hacia lo que es una Constitución, que es un andamiaje institucional. 

La Constitución no es un programa de gobierno maximalista, ni un reivindicador de causas; la Constitución es una estructura administrativa, política y simbólica. En este contexto, los bordes o bases están dados para que la conversación se circunscriba en lo que es un derrotero constitucional. 

Por lo tanto, si a alguien de nuestro sector le parece que hablar de que Chile es un Estado Social y Democrático de Derechos y que la soberanía recae en el pueblo es de derecha, entonces yo ya me perdí sobre cuáles son las declaraciones de principios de la derecha y de la izquierda.

“Si a alguien de nuestro sector le parece que hablar de que Chile es un Estado Social y Democrático de Derechos y que la soberanía recae en el pueblo es de derecha, entonces yo ya me perdí”.

-La base número 9 del acuerdo dice que se protege y garantiza el derecho a la vida. ¿Eso no cierra la puerta a legislar sobre el aborto?

-El aborto es un ámbito controvertido, pero eso es una respuesta a que el derecho al aborto quedara consagrado constitucionalmente; es algo que hay que discutir a través de proyectos de ley. El cuidado de la vida como bien superior no impide una discusión sobre el aborto, sino que abre la discusión sobre temas que tienen que ver con la calidad de vida de las personas también.

“Quizás termina siendo más sano ir en dos listas distintas”

-La mayor incertidumbre sobre este acuerdo está en el rol de los expertos en el Proceso Constituyente. ¿Cómo va a ser la designación? ¿Qué mecanismo se usará en un Congreso con alta fragmentación política?

-Al interior de los partidos hay que trabajar en tener personas con experiencia en lo público, con una trayectoria legitimada por todos, pero que además tengan otras gracias. Que entienda cuál es el rol de una Constitución y que, además, tenga la capacidad de interactuar con otros. 

Porque yo puedo ser experta y todo el mundo puede relevar mi trayectoria, pero si yo estoy enamorada de mis tesis y si no tengo la capacidad de dialogar, no me sirve nada mi categoría de experta. 

Por lo tanto, acá necesitamos personas con marco conceptual, con trayectoria, pero personas que entiendan la necesidad de que este sea un proceso en el cual se avance en el diálogo.

“Quizás termina siendo más sano ir en dos listas distintas y no en una forzada agarrados de las mechas”.

-Para la elección de consejeros en el oficialismo, ¿van a ir en conjunto Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad?

-Eso es algo que estamos analizando, no por un tema de que queramos separarnos del Frente Amplio y ni mucho menos. La verdad es que tenemos que ver si cabemos en una sola lista.

-Son muchos partidos en la alianza de gobierno…

-Somos muchos partidos, todo el mundo va a querer tener el suyo en algún lugar. Entonces hay que explorarlo porque, quizás, termina siendo más sano ir en dos listas distintas y no en una forzada agarrados de las mechas. Es algo que no tenemos resuelto.

-Además que Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático apuntan a electorados distintos, ¿no?

-Es parte de lo que yo le he planteado a mis colegas respecto de que no dramaticemos que poco menos que nos vamos a quebrar, sino que también tenemos que ser capaces de concitar mayorías y para eso no nos podemos circunscribir a nichos tan específicos. 

Como te digo, todo eso está en conversaciones, pero en una conversación bien falto de drama.

-Llama la atención que en el acuerdo no se establecen mecanismos concretos de participación ciudadana como la iniciativa popular de norma que tuvo el proceso anterior. ¿Eso se debería incluir en la tramitación?

-Diría que está la voluntad de que eso ocurra, porque recordemos que en el proceso anterior no se pescaron las iniciativas populares. En el acuerdo quedó que, a través de las universidades regionales, íbamos a hacer levantamientos de inquietudes, ideas y planteamientos ciudadanos, de modo que eso está consignado. 

La idea también es que los expertos que van a empezar su trabajo antes puedan abrir audiencia pública y puedan conversar con grupos de interés, de modo de incluir en el anteproyecto esos sentires.

-¿Tienen poder de veto los expertos en este proceso?

-Yo te diría que no, en la medida en que los electos trabajen colaborativamente en función de objetivos mayores. Porque van a poder incidir si es que hay disensos que no se pueden resolver, ahí se arma una mixta, pero para llegar a eso tiene que haber dificultad de acuerdo. Un gran aprendizaje del proceso anterior para nosotros fue el llamado de la ciudadanía a llegar a acuerdos.

-El presidente de la UDI, Javier Macaya, dijo el pasado domingo 18 de diciembre que ponía un muro entre el acuerdo constituyente y la tramitación de la reforma de pensiones. Expertos electorales han dicho que el éxito de este nuevo proceso depende de que la ciudadanía vea a los políticos poniéndose de acuerdo en otros temas. ¿Se equivoca Macaya al hacer esa afirmación?

-Una de las cosas que a nosotros nos hizo estar y no claudicar a la idea de llegar a un acuerdo, fue instalar un precedente de capacidad de ponernos de acuerdo entre la oposición y los partidos de gobierno en un tema tan relevante como la Constitución, porque venían otros temas igual de relevantes como la reforma de pensiones. 

Espero que el espíritu de diálogo y la convicción de llegar a acuerdos esté presente en esta otra reforma. No por una cosa de reivindicar la política, sino que yo no podría explicarle al país que después de todos los años que hemos bregado por una reforma de pensiones, Chile no tenga una reforma de pensiones. Ese es un imperativo de la política.

-El ex ministro de la Segpres, Jorge Insunza, fue representante del PPD para esta negociación como parte del comité constitucional del PPD. ¿Es un candidato natural para experto?

-Estamos recién evaluando cómo vamos a seguir adelante para cerrar bien el acuerdo y para poder tener un proceso electoral sin complicaciones. Después veremos los expertos y haremos un levantamiento en el partido de todos los buenos cuadros que tenemos.

-¿No es un candidato natural al comité?

-Es que no depende sólo de mí ni de la voluntad de él, depende que nos pongamos de acuerdo entre la mesa del partido, la comisión política y los parlamentarios. Es un camino al que le queda mucho tiempo.


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