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Entrevistas

27 de Diciembre de 2022

Axel Callís (Data Influye): “Ha sido uno de los peores años de la política desde el retorno a la democracia”

El sociólogo y director de la encuesta Data Influye, Axel Callís, define políticamente el 2022 con un concepto: “decepción”. En esta entrevista, aborda la política nacional de este año con ideas tajantes, como que el voto obligatorio “tiende a favorecer posiciones muchas veces populistas”, que será el sistema electoral del próximo Proceso Constituyente. Además, analiza la capacidad de acción del Ejecutivo en el futuro, sentenciando: “El precio que tendría que pagar el gobierno para sacar su proyecto es más rendición”.

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El sociólogo y director de la encuestadora Data Influye, Axel Callís, ha sido uno de los analistas que ha protagonizado el debate público durante el año 2022, muchas veces con un análisis crudo y al hueso de los distintos acontecimientos de la política en los últimos meses.

En esta entrevista con The Clinic sigue esa línea. El analista sostiene que la Cámara “es igual de circense que la Convención”, y que el Senado “es una suma de intereses particulares”.

Junto a ello, proyecta que el nuevo Proceso Constituyente “va a ser más bien fome” y, en este contexto, aborda la capacidad de acción del Presidente Boric: “El precio que tendría que pagar el gobierno para sacar su proyecto es más rendición”, sentencia.

-Una pregunta cliché: Si tuviera que definir el año de la política en un concepto, ¿cuál sería?

-Mmm, estoy entre dos conceptos. Entre frustración y decepción.

-No fue un gran año…

-Yo diría que fue más decepción

-Me dice decepción y se me ocurren dos ideas: Convención y gobierno

-Sí. Convención, gobierno y el nuevo Congreso.

“Ha sido uno de los peores años de la política desde el retorno a la democracia, porque las instituciones no han estado a la altura de la época post Estallido y post Pandemia”.

-¿Estamos lejos de tener instituciones fuertes?

-Sí, creo que ha sido uno de los peores años de la política desde el retorno a la democracia, porque las instituciones no han estado a la altura de la época post Estallido y post Pandemia. Es decir, de darle a los chilenos un estado de certidumbre y protección y de cerrar temas como pensiones y demases. 

Por eso estaba entre frustración y decepción, pero es más decepción, porque en el fondo es constatar que las instituciones están extremadamente debilitadas en Chile, todas; desde el Ministerio Público, no sólo por el tema del Fiscal Nacional, sino porque no tiene capacidades para hacer frente a la nueva coyuntura de seguridad y crimen organizado. 

-¿Tanto así?

Este año fue de constatar que la Cámara de Diputados es igual de circense que lo que fue la Convención Constitucional, que del Senado se esperaba mucho más pero que, al final, son una suma de intereses particulares que no logran acordar nada. 

Y también un gobierno que ha ido retrocediendo en su agenda; no logra dar en el tono y tiene un gabinete desjerarquizado. A eso se le suma el fracaso de la Convención, entonces ha sido un año para el olvido.

-¿A qué se refiere con gabinete desjerarquizado?

-Es un gabinete que tiene 24 ministros, pero en realidad tiene cinco. Entonces, es un gabinete que no existe y eso le quita mucha potencia y visibilidad a distintos tipos de agenda y de problemas grandes que tiene Chile.

-Respecto del tema institucional, si uno mira a los países vecinos, con Perú destituyendo a sus presidentes, con también en el caso de Cristina Fernández en Argentina, por poner dos ejemplos regionales: ¿Chile está encaminándose a ese mismo nivel?

-Yo creo que sí. Yo soy súper minoría en esto que estoy diciendo, pero creo que lo que faltaba era el voto obligatorio y ya se logró. Yo siempre he definido el voto obligatorio como la morfina que cubre todos los dolores y los síntomas, sobre todo en este caso que es un voto obligatorio a todo evento. En un Plebiscito me parece razonable que exista, pero no en elecciones municipales. 

Cada vez nos acercamos más a tener todos los tickets de Perú, Argentina, Brasil y el barrio. El sueño en Chile era despegarse del barrio y hoy día Chile está en el barrio.

“En el voto obligatorio vota todo el mundo y tienden a fortalecerse posiciones muchas veces populistas, porque es de mensajes brutales, atajos a problemas complejos y eso es terrible”.

-¿El voto obligatorio abre la puerta a fortalecer los populismos?

-Exactamente. Porque, en el fondo, es muy cruel el voto voluntario porque si el Estado no ofrece las facilidades para que las personas de sectores populares voten, votan menos, por lo que votan las personas más informadas y los más ricos. Cuando votan los más ricos salen posiciones más moderadas, pero a la vez, electores más informados. 

En el voto obligatorio vota todo el mundo y tienden a fortalecerse posiciones muchas veces populistas, porque es de mensajes brutales, atajos a problemas complejos y eso es terrible.

-Eso sí, con Perú hay una diferencia: ellos tienen Congreso Unicameral…

-Sí, pero el payaseo es el mismo que acá en Chile. Chile tiene dos Cámaras, pero el Senado estas últimas dos semanas se ha acercado mucho a la Cámara de Diputados.

-¿Se refiere a la votación por Fiscal Nacional?

-Sí, Fiscal Nacional, pero también Pancho Malo yendo al Senado. En general yo lo defino como una incapacidad de tomar acuerdos. 

La única noticia positiva con la que termina el año es el Acuerdo por Chile. Y lo pongo como algo positivo como la capacidad de resolver un tema, no necesariamente el contenido. 

Ahí hay una luz de esperanza con respecto a resolver algo, pero se resuelve desde la rendición del gobierno. Entonces es como complejo.

-Uno esperaría que esa capacidad de llegar a acuerdos se vea reflejada en otras materias. Sin embargo, el presidente de la UDI, Javier Macaya ha sido tajante estableciendo un muro entre el acuerdo constitucional y un acuerdo para pensiones…

-Claro, no hay un ánimo colaborativo. Uno puede entender que son oposición, pero también hay un deber de Estado de llegar a acuerdos. Yo no hablo de la democracia de los acuerdos, hablo de legislar, de resolver y cerrar. Es decir, sacar la pega. Creo que este es un Congreso que no saca la pega.

Política: “El precio que tendría que pagar el gobierno para sacar su proyecto es más rendición”

-El Congreso, principalmente la Cámara de Diputados, está muy fragmentado en diversas fuerzas de la política. ¿Cómo proyecta los tres años que quedan de este periodo legislativo?

-Proyecto el periodo legislativo que queda como un desastre. Una Cámara que suma un promedio de 2 o 3 independientes por mes,  y ya vamos en 40: a este ritmo van a terminar en 60 el próximo año. Eso quiere decir que cada persona que sale de un partido genera más dispersión, más fragmentación y más enfermedad democrática. Es terrible.

“Chile hoy es absolutamente ingobernable”.

-¿Estamos en un país ingobernable?

-Si: Chile hoy es absolutamente ingobernable.

-¿Y cómo puede resolver esto el Presidente Boric?

-No lo puede resolver. Yo creo que el acuerdo por la nueva Constitución mostró que el precio que se debe pagar por resolver el problema de la gobernabilidad para este gobierno es extremadamente alto. Es decir, que haya expertos designados y una serie de signos que no tienen salud democrática, habla de que la derecha está cobrando caro y eso es un mal negocio para el país porque acumula déficit democrático y eso se paga caro. 

Esto es como no tratar las enfermedades. Chile es un país que antes del estallido ya mostraba signos de debilitamiento democrático y ya estamos como en el final de eso, entonces, el precio que tendría que pagar el gobierno para sacar su proyecto es más rendición.

-Si llevamos esa idea de rendición, por ejemplo, a la reforma de Pensiones; ¿el gobierno tendría que rendirse con el destino del 6% de cotización extra?

-Claro. Hay una incapacidad por parte del gobierno de persuadir y ordenar a los suyos como primera cosa. Por otra parte, y esto lo planteé y me siento autor de esta idea; a la DC había que meterla en el gobierno desde el principio. 

No porque yo sea demócratacristiano, no lo soy para nada, sino que cuando la DC tenía 8 votos era negocio, eso te permitía tener una lógica cercana a los 78 votos. Pero bueno, al final eso no se hizo y se terminó disolviendo la DC.

“El precio que tendría que pagar el gobierno para sacar su proyecto es más rendición”.

-Al principio del año se decía que había un empate en la Cámara, pero eso era contando los votos DC que el gobierno nunca tuvo.

-Sí. Y al final Pamela Jiles y otros se pasaron a la oposición y hacen política muy parecida a la que hacen los Republicanos y el PDG.

“Es Camila Vallejo, Jeannette Jara y Socialismo Democrático lo que valoran las personas”

-Un tema que recorrió todo el 2022 fue el de las dos coaliciones de gobierno. El propio Presidente Boric pidió iniciar gestiones para conformar una sola coalición y, finalmente, terminaron en una alianza de gobierno con diferencias entre sí. ¿Cómo proyecta esa alianza?

-Tenemos conductas disímiles con respecto al acuerdo: Comunes y el PC alegando y el Socialismo Democrático calladito. Entonces, la gran prueba de fuego viene ahora con la elección de consejeros, si logran parar una lista única que sea competitiva y si logran elegir expertos que trabajen en conjunto. 

Hay una oportunidad para el gobierno de mostrar que puede, por lo menos, tener un pacto electoral, si es que no puede tener un pacto política. Eso estaría un peldaño más arriba de lo que tiene hoy el gobierno.

-Se viene un dilema respecto a esa elección: la cantidad de cupos por listas son pocos para la cantidad de partidos que tiene la alianza de gobierno.

-No, son dos más de lo normal.

“Es paradójico que la alianza primogénita del presidente, el FA, esté devaluadísima en el gabinete. Porque es Camila Vallejo, Jeannette Jara y Socialismo Democrático lo que valoran las personas”.

-Pero donde se elijan dos consejeros, van a poder llevar sólo cinco candidatos, y son varios partidos más.

-No. Cuando hay voluntad y buenos negociadores te pueden caber 20 partidos en una lista. Es lo que hacía la Concertación al principio de los noventa y después lo hizo la Nueva Mayoría. 

Pero respecto a las dos coaliciones, el otro problema que tiene el gobierno es que ministros del Frente Amplio bien evaluados no hay. Es paradójico que la alianza primogénita del presidente, el Frente Amplio, esté devaluadísima en el gabinete. Porque es Camila Vallejo, Jeannette Jara y Socialismo Democrático lo que valoran las personas. 

Eso es un problema que impide cierta cohesión dentro de lo que es el gabinete.

-¿A eso se suma la dificultad para ordenar las filas aliadas? Un ejemplo: el senador PS Fidel Espinoza.

-Pero desde hace tiempo que hay díscolos. Los primeros díscolos aparecieron en el 2005 o 2006 con Bachelet I, Marco Enriquez-Ominami, por ejemplo. El punto es que a los díscolos hay que tratarlos; es una forma de entender la política y hay tratamientos frente al discolaje.

“El sistema electoral plurinominal y binominal que hay en el Senado está hecho esencialmente para dos grandes pactos, no para cuatro o tres”.

-Volviendo al tema de las listas, ¿les convendría a Apruebo Dignidad y a Socialismo Democrático ir juntos, considerando que apuntan a electorados distintos?

-Pero si eso fue la Nueva Mayoría. Entonces, no estamos hablando de reinventar la rueda, sino de que en Chile hay antecedentes de pactos anchos desde siempre. Es como lo que está analizando la derecha, de si va o no con Republicanos. 

Acá el sistema electoral plurinominal y binominal que hay en el Senado está hecho esencialmente para dos grandes pactos, no para cuatro o tres.

Acuerdo Constituyente: “Va a ser un proceso más bien fome, aburrido”

-Entrevistado por este medio hace un tiempo, usted aseguró que “Boric no tiene ningún espacio para nada antes de cerrar el acuerdo constitucional”. ¿Qué espacio tiene ahora con el pacto cerrado?

-El Presidente lo que debería hacer ahora es cruzar los dedos y que se legisle sin turbulencias el acuerdo. Sería un buen augurio si empezamos enero con el acuerdo sellado y sería bueno que la tramitación sea más o menos rápida y que también los indicadores económicos mejoren un poquito.

“El Presidente lo que debería hacer ahora es cruzar los dedos y que se legisle sin turbulencias el acuerdo”.

-La ciudadanía está golpeada con el tema económico con un descontento al acecho. ¿Estaremos acaso cerca de un nuevo Estallido?

-No, porque en el fondo la Pandemia generó un grado de tolerancia a la crisis mucho mayor de lo que existía antes. Chile ha vivido catástrofes naturales y catástrofes sociales como el Estallido y la Pandemia, por lo que no creo que la salida corta del Estallido tenga algún sentido. 

Creo que sí pueden haber estallidos temáticos. Me refiero, por ejemplo, al tema de la migración que es un área que de no regularse podría empezar a generar problemas de violencia, eso es algo que me preocupa. También que las personas empezaran a pedir policías vecinales con respecto al tema de seguridad. Es difícil que ocurra, pero eso está más cerca que un estallido social.

-Si se aprueba la reforma constitucional, vamos a tener otro año entero de Proceso Constituyente. ¿Complicaría la gestión de gobierno del Presidente Boric?

-Es difícil porque la cantidad de bordes que tiene este proceso no va a generar grandes sorpresas; creo que va a ser un proceso más bien fome, aburrido. La discusión del sistema política va a ser más entretenida, pero ya le pusieron el borde de la bicameralidad: esto no va a tener el ruido ni el color que tuvo la Convención. 

Espero que el Presidente tampoco se asocie al resultado de este proceso, que aprenda la lección también.

-Justamente esa es la otra duda, ¿qué rol debe tener el Presidente?

-Tiene que ser un facilitador.

-Pero si le preguntan por temas del proceso, ¿debería quedarse callado?

-Lo que muchos dijimos que tenía que hacer desde el principio y que este gobierno no hizo porque este gobierno se puso la soga al cuello absolutamente solo. Todo lo que se está viviendo en el post Plebiscito es parte de esa tozudez de amarrarse al resultado de septiembre.

“La cantidad de bordes que tiene este proceso no va a generar grandes sorpresas; creo que va a ser un proceso más bien fome, aburrido”.

-Otro punto respecto del proceso es la posibilidad de que esto frene la tramitación de reformas como la de Pensiones o la Tributaria, o que algunos sectores condicionen sus votos en el Congreso a la aprobación de normas en el Consejo Constituyente…

-Yo espero que no se mezclen las cosas. La reforma de Pensiones tiene quórum de mayoría absoluta y no lleva temas constitucionales, la reforma Tributaria tampoco. 

Lo que sí va a pasar es que se va a mezclar el Consejo Constitucional con el 11 de septiembre y los 50 años del Golpe. Ahí va a haber un ambiente mucho más, no sé si llamarlo enrarecido, pero que tiende a unir bastante a la izquierda y la centro izquierda en términos culturales. 

Ahí el gobierno va a tener una ventana para tratar de generar un poquito más de piso político.

-Respecto de la designación del Fiscal Nacional, el Presidente Boric acusó un gallito de la política contra el gobierno. ¿Qué responsabilidad tiene el Ejecutivo en no elegir a su candidato en dos ocasiones?

-Yo creo que más en el primero que en el segundo porque en el primero la trató de hacer corta y pragmática y ahí sí faltó un poco de convencimiento porque, entre comillas, era más fácil sacar a José Morales que a Marta Herrera. Pero aquí la culpabilidad se reparte de igual forma para los tres poderes del Estado. 

-¿Y qué es lo que está fallando del proceso de designación del Fiscal Nacional?

-Acá está fallando un procedimiento de designación en todas sus partes. Yo estoy impactado con las tozudeces de distintos actores. La del Senado es increíble, pero por otra parte no entendí nunca por qué se iba al suicidio con Marta Herrera o por qué la Corte Suprema no pide o trata de generar un nuevo concurso. 

Como que aquí nadie habla con nadie, es como la negación de la política porque hay una cocina mal entendida. Juntarse en una casa y tomar decisiones es distinto que juntarse en La Moneda o en el Congreso los distintos actores y ver cómo arreglan esto.

-Hay quienes vieron falta de convencimiento de, por ejemplo, la ministra Marcela Ríos (Justicia) a la hora de explicar por qué eligieron a sus candidatos.

-Sí, haciendo un trámite en el que no está involucrado, sobre todo con José Morales; cuando trató de venderlo, entre comillas, hubo poca convicción. También con Marta Herrera, aunque un poquito más. 

Ahí falta trabajo prelegislativo, pero en el ámbito del respeto a los límites que tiene que tener cada poder. A mí me sorprende que haya senadores que prácticamente quieran digitar la elección.

-Para cerrar de forma similar a cómo empezamos. ¿Qué concepto o proyección tienes para 2023?
-El fin de la incertidumbre.


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