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Cultura & Pop

17 de Junio de 2023

Lo comido y lo bailado de Leo Caprile: desde el charquicán con huevo que lo lleva a su infancia al impacto de “Eleanor Rigby”, de The Beatles

Ilustración: Gabriel Ebensperger

En nuestra sección "Lo comido y lo bailado", el conductor de TV y locutor radial Leo Caprile recuerda las comidas y canciones de su infancia, también piensa en qué temas deberían sonar en su funeral y del mejor banquete de su vida, que lleva una receta familiar que comparte aquí.

Por Marcelo Contreras

En “Lo comido y lo bailado” de esta semana, el conductor Leo Caprile hace memoria de la música y los platos de su infancia, y también del mejor carrete de su vida, en Gorbea.

Lo comido

El plato inolvidable de mi infancia es el charquicán con huevo. No sé, la magia de ese puré de verduras con un poco de carne y un huevo que explotaba encima, con la yema chorreando, esa mezcla me volvía loco con una marraqueta calentita, crujiente, el untado era espectacular. También me volvían loco las alcachofas. La vinagreta, esa cuestión ácida, los espárragos, los locos. Yo comí locos de esos que parecían tarros de atún, no las cagadas chicas que hay ahora. Loco grande, con mayo casera. Era una huevá maravillosa.

La mejor comilona, panzazo, banquete de mi vida. Es que yo vivo en banquetes, cachai. Grandes comilonas. Hay un plato típico de mi familia que es el fetuccini con una salsa que hacemos nosotros, los Caprile no más, donde la carne mechada se hace en la salsa. Entonces, se sirve el plato con un buen trozo de carne de unos 2 centímetros de grosor, la mechada con ajo, zanahoria, perejil, y después se deja caer una catarata de salsa espesa, con vino tinto, tomate, qué sé yo. Y después una lluvia de escamas de parmesano de verdad. Ese plato, te tomas una botella de vino, y no te pasa nada.

El restaurante al que siempre vuelvo. Me gustan mucho los peruanos últimamente. Voy al “Barandarian”, al Warique, pero también me gustan las picadas. Por ejemplo, voy a “La Gaviota”, en Recoleta. Me gusta “El Ancla” o ir al “Liguria” a comerme un sándwich de mechada italiana con una cerveza. Esos son mis circuitos más habituales.

Mi postre irresistible, de los chilenos, es la leche asada. De los postres argentinos, el flan de leche con manjar y con crema chantilly. Vengo llegando de Argentina y me habré comido unos cuatro de esos. Y de los italianos, la panna cotta con salsa de frambuesa.

Mi última cena me la preparo yo mismo. Un caldillo de congrio espectacular, que es mi plato estrella. Y antes unos camarones al pil pil.

Leo Caprile recuerda el impacto que le causó escuchar “Eleanor Rigby” cuando niño.

Lo bailado

La canción que me lleva de inmediato a la niñez es “Eleanor Rigby“, de The Beatles. La escuché cuando tenía como cuatro o cinco años. Era una música distinta a lo que venía escuchando que eran boleros, baladas, La Nueva Ola. Y de repente aparece y era como qué raro. Me gustaba esa mezcla, pero no le entendía en el minuto, Pero después, cuando grande, me di cuenta que me llamaba la atención la mezcla de los sonidos electrónicos, de una banda de rock, y la comunicación con instrumentos de una sinfónica. Había corno francés, había tuba, había clarinete, trompeta, para una canción que me marcó. Inmediatamente vuelvo a ese patio Limache con pantalón corto jugando con un autito cuando la escuché por primera vez.

El mejor carrete de mi vida fue en Gorbea. Estaba invitado a comer un cordero, un verano, estaba jovencito, debía tener 19 o 20 años. Y me dieron ñachi. Y me arrebaté, quedé tirado, dormido. Y a lo lejos escuchaba una ranchera y partía tambaleándome y bailaba entonado, me ponía bailar sólo rancheras, haciendo el soberano loco. Y luego volvía a dormir. Al rato cordero, escuchar rancheras, y salía a bailar de nuevo. Di jugo toda la tarde. Fue un carrete notable.

La canción con la que bailo altiro es “Nunca me faltes“, del maestro Antonio Ríos.

Mi estribillo favorito es “Y va a caer, y va a caer”. 

Las canciones de mi funeral. Te diría la música de “El Padrino“. Cuando me van llevando, pero la versión lenta. Y cuando me estén cerrando, cuando me estén despidiendo, me gustaría que sonara “El Mercado de Testaccio“, de Inti-Illimani. También me gustaría “No soy de aquí ni soy de allá“.

* Leo Caprile, conductor de televisión y locutor radial.

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