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Opinión

7 de Agosto de 2023

Columna de Camila Rojas (Comunes) | Semana Mundial de la lactancia materna

Lactancia FOTO: MATIAS DELACROIX / AGENCIAUNO

La diputada, en su columna para The Clinic, plantea que es "fundamental que abramos estas conversaciones de la misma forma que amamantamos: sin pudores, sin tabúes".

Por Camila Rojas

Hasta hace poco tiempo la lactancia materna todavía estaba cubierta bajo un manto de vergüenza. A las mujeres prácticamente se les exigía cubrirse completas a la hora de dar teta y ni pensar en hacerlo en público. Con esto no sólo se seguía relegando a las mujeres al ámbito de lo privado, sino que además se propiciaba un tabú absurdo y se desfavorecía el vínculo materno con su bebé al taparle la cara mientras se le amamantaba.

No por nada la distancia que hay entre la cabeza del bebé que amamanta y la de la madre, es prácticamente la misma que el recién nacido puede enfocar: unos 20 a 25 centímetros. Hoy muchos de esos tabúes han ido desapareciendo, no por obra de magia sino gracias al activismo de madres y organizaciones que se han encargado de promover la lactancia materna. No tener que cubrirse o avergonzarse por dar leche, sin embargo, es apenas el mínimo, lo básico.

En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que acaba de cumplirse entre el 1 y el 7 de agosto, nos preguntamos entonces, ¿hemos avanzado lo suficiente en promover y facilitar la lactancia a las madres y sobre todo a las madres trabajadoras? Existen salas de lactancia y también horarios protegidos para ello, pero ¿debemos conformarnos con estas medidas? ¿Alcanza con una hora al día para amamantar o sacarse leche realmente? ¿O las mujeres que amamantamos deberemos acostumbrarnos a vivir en un torbellino intentando equilibrar nuestro trabajo y nuestra maternidad?

Un ir y venir, un correr, sacar leche, refrigerar, reuniones, sacar leche, trabajo, más reuniones, sacar leche, preocuparse de la casa, sacar leche. Todo esto sin siquiera ahondar en la corresponsabilidad en la crianza de los hijos, o, muchas veces, la ausencia de ella.

Me parece fundamental que abramos estas conversaciones de la misma forma que amamantamos: sin pudores, sin tabúes. Que hablemos de todas las situaciones que hoy no están facilitando lo suficiente un derecho fundamental de los bebés.

Hablemos de lactancia y depresión posparto, de patologías mamarias, de conciliación laboral y de cómo amamantar y ser amamantado es un derecho y, por lo tanto, debe ser un compromiso de empleadores, del sistema de salud, de los padres y/o parejas, y de la sociedad en su conjunto.

Camila Rojas, diputada (Comunes )por el 7º Distrito.

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