Columna del diputado Eduardo Durán (RN) | Reforma Previsional: ¿Falta de voluntad política o exceso de ideología?

Llevamos meses discutiendo sobre la mejor fórmula para llegar a un acuerdo en pensiones. Se han creado mesas técnicas, de trabajo, grupos interministeriales y estamos prácticamente en lo mismo.

Gobierno y oposición no logramos llegar a un acuerdo satisfactorio que desenrede la madeja entre posiciones muy distintas. Desde mi lugar he puesto toda la voluntad para conversar e incluso me he incorporado a diálogos en los cuales los partidos de mi coalición prefirieron no participar.

Parte importante del nudo de la actual reforma de pensiones es su visión ideológica. Hasta ahora lo que el Gobierno incentiva es un aumento de la cotización de un 6% con cargo al empleador, que iría en gran parte a un fondo común o solidario, y la división de la industria, donde quien administraría los fondos sería un ente público. En resumen, la cotización extra iría a un monopolio público, poniendo en peligro la libertad de elegir.

En síntesis lo que el gobierno quiere es instalar un sistema de reparto, imposible para estos tiempos, considerando el envejecimiento de la población. Solo un dato: en 2050 habrá 2,1 personas en edad de trabajar por cada adulto mayor, algo muy distinto a 1981 cuando había 7,1 u hoy donde estamos cerca de 5.

El Gobierno decidió postergar la entrega de indicaciones para después del plebiscito constitucional pensando que un resultado en contra le pueda dar margen de negociación para seguir adelante con su idea de reforma. Pero el error es inmenso: la aprobación de la reforma no depende de una elección, sino de la convicción que el seis por ciento adicional debe ir a las cuentas individuales de los cotizantes y no a un fondo solidario.

La solidaridad hay que construirla desde la PGU, un sistema creado en el gobierno pasado y que ha resultado la forma más simple y rápida de elevar las actuales jubilaciones, pero como no fue idea del sector que hoy nos gobierna, no se le da mucho crédito. La PGU se financia con impuestos generales y no necesita recurrir al ahorro de los trabajadores para elevar las pensiones. ¿Por qué una persona que gana un sueldo de 600 u 800 mil pesos debería ayudar a financiar a otros que ganan uno y dos millones?

Soy consciente que el acuerdo por pensiones no puede seguir esperando y lo único claro es que si gobierno y oposición seguimos con los puentes cortados no podremos conseguir el objetivo final. Mientras tanto todos los días jubilan en Chile 500 personas que siguen viendo con impotencia como las distancias ideológicas las privan de un ingreso digno y permanente para el final de su vida.

Llegó la hora final. Ya no hay margen.

Eduardo Durán, diputado RN e integrante de la comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara.