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Reportajes

22 de Octubre de 2023

El “paso en falso” de Miguel Crispi (RD) que complicó la semana en La Moneda

La estrategia de La Moneda de negarse a que el jefe de asesores del Presidente, Miguel Crispi, acudiera a la comisión investigadora del "Caso Convenios", entrampó a Presidencia en una disputa con Contraloría. Mientras desde la Cámara defienden que el dirigente RD maneja información útil tanto de su período como Subdere, como de su actual cargo como asesor presidencial, en RD ven con preocupación que una de sus figuras estratégicas dentro del gobierno no corra un destino similar al del exministro Giorgio Jackson.

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Para sorpresa de La Moneda, a mediados de esta semana, los respaldos vinieron de un aliado inesperado. 

Fue el exjefe de asesores del expresidente Sebastián Piñera, Cristián Larroulet, quien se “cuadró” con la primera postura de Palacio -expuesta por el ministro de Justicia, Luis Cordero- frente a una eventual declaración del jefe de asesores de esta administración, Miguel Crispi (RD) en la comisión investigadora del Caso Convenios.

“Creo que el jefe del Segundo Piso y los asesores del Presidente son funcionarios públicos, pero son funcionarios públicos especiales. ¿Por qué? Porque se deben al rol del Presidente de la República y, por tanto, al igual que en una gran mayoría de países, el estatus de la Presidencia de la República es especial”, aseveró en diálogo con Radio Infinita.

Pero -y paradójicamente- el flanco que abrió el silencio de Crispi ya era insalvable. Y, para ese entonces, ya había obligado a que el asesor presidencial modificara su estrategia, mostrándose llano -a través de una misiva a la comisión- a acudir a rendir cuentas Congreso, luego de que Contraloría diera un plazo de cinco días a Presidencia para explicar la ausencia del militante RD. 

Incluso, el propio Presidente Gabriel Boric -desde China- debió referirse al tema, pese a que se había intentado evitar que la ola de cuestionamientos alcanzara al Mandatario.

“Por parte del gobierno, no hay nada que esconder”, enfatizó desde Beijing.

Aunque en ese viraje hay un detalle: la intención del gobierno es que las respuestas –in situ o por escrito- que pueda entregar a la comisión estén limitadas al período en que ejerció como Subsecretario de Desarrollo Regional (Subdere). No al cargo que desempeña hace poco más de un año en el Segundo Piso de La Moneda como uno de los asesores más estrechos del Presidente.

Información privilegiada

Lo cierto es que, a ojos no solo de la oposición, sino que también de dirigentes del Socialismo Democrático, Crispi maneja información más que relevante sobre ambos períodos.

Primero como Subdere, acerca de los traspasos de dinero a través de las gobernaciones regionales para proyectos levantados por fundaciones como -por ejemplo- ProCultura. También como asesor presidencial, su cargo -en el que aún se mantiene- al momento de que La Moneda tomó conocimiento del destape del Caso Democracia Viva. El escándalo “cero”, ligado a militantes y autoridades del partido de Crispi, que lo inició todo.

Y es que si algo se le critica al senador y presidente saliente de RD, Juan Ignacio Latorre, es que entrampó a La Moneda -y a Crispi- cuando no pudo aclarar de inmediato si el asesor del Mandatario se enteró con antelación del caso o no, luego de conocerse que la directiva del partido sí estuvo al tanto de los primeros antecedentes días antes -en una reunión telemática con los principales involucrados, como el exseremi de Vivienda de Antofagasta, Carlos Contreras; y Daniel Andrade- de la publicación del medio regional Timeline.

Dentro de la alianza de gobierno, los socialistas han criticado con dureza la negativa del jefe de asesores a acudir al Parlamento.

El diputado Marcos Ilabaca (PS), miembro de la comisión investigadora aseguró que “Crispi tuvo que haber asistido a la comisión Investigadora y no haber armado el grave problema que tiene hoy La Moneda (…). Todo se salvaba con que el señor Crispi estuviera presente y respondiera las preguntas de la comisión para no ser sido citado en dos oportunidades en las que se debió enviar antecedentes a la Contraloría para que el contralor señalara que es su obligación asistir. Esta es una situación lamentable que se podría haber evitado sin la tozudez del gobierno y de Crispi”.

Por otra parte, el presidente de la comisión, José Miguel Castro (RN), advierte que este lunes definirá la comparecencia o no del jefe de asesores.

“El problema está es que si lo dejo venir en base a la carta que él envió, únicamente como exSubdere, estoy echando abajo la citación que ya hicimos como comisión investigadora. La forma que tengo para citarlo es en su calidad de funcionario en general. Yo no tengo claro todavía si lo haré o no (…). Pero mi intención, más que darle un ‘escarmiento’ a Crispi, es que el Congreso Nacional mantenga y quede claro para este gobierno que la facultad fiscalizadora la tenemos. ¿Vamos a tener funcionarios con calidad de intocables, o no? Esa es la pregunta de fondo (…). Si hay temas complejos, él puede solicitar reserva de la sesión”, dice.

Ante esa eventual nueva convocatoria, en La Moneda dicen que Crispi ya se manifestó llano a asistir y que eso no ha variado. Sin embargo, sin la invitación formal sobre la mesa aún, aseguran que aún no hay un “diseño” en torno a su asistencia.

En medio de la discusión presupuestaria -la UDI advirtió disminuir a $1 los fondos de Presidencia si Crispi no se presentaba en el Parlamento- y con otra autoridad de Revolución Democrática cuestionada, la Directora de Presupuestos, Javiera Martínez, en el partido temen que la cabeza de Crispi se vuelva tan atractiva como se volvió en su minuto la del exministro Giorgio Jackson.

El blindaje de RD

Hasta el cierre de esta semana, según conoció The Clinic, algunos militantes de la colectividad evaluaban realizar una actividad de respaldo para el jefe de asesores de La Moneda y Martínez. Con menos masividad que la que concitó la de Jackson tras su salida del gabinete, pero bajo una idea similar: una comida de camaradería era el formato que se evaluaba.

Pero los más cautos, en cambio, han planteado que aquello sería una señal un tanto “derrotista” respecto de las dos figuras más relevantes de RD en el gobierno. Una representación mermada en el Ejecutivo -y castigada tras el Caso Convenios- luego de los últimos ajustes en los equipos.

Como sea, el jueves la directiva entrante -encabezada por Diego Vela- y parte de la bancada parlamentaria del partido acudieron hasta La Moneda para reunirse con la jefa de Interior, Carolina Tohá. Allí abordaron la agenda de seguridad y los reparos de la colectividad en Ley de Usurpaciones. 

Respecto de Crispi, sí se deslizó preocupación sobre la avidez de la derecha tras su figura. Y es que la herida de la caída de Jackson aún es reciente.

En lo formal, este domingo Diego Vela asume el mando del partido más longevo del Frente Amplio y en medio de un proceso que, si las bases así lo definen, terminaría con RD y derivaría en la fusión con Convergencia Social y Comunes en un partido único. 

En la ceremonia, dirigentes más contemporáneos a Crispi apuestan a que debería existir un gesto desde el presidente saliente, Juan Ignacio Latorre, o del propio Vela respecto de uno de los fundadores de la colectividad y el complejo momento que atraviesa.

Recorrido político

Si se pudiera establecer uno de los hitos que desencadena la historia posterior del Frente Amplio, particularmente de Revolución Democrática, algunos podrían coincidir con que la primera piedra la pone Miguel Crispi. 

Corría el 2008 en la Universidad Católica y Crispi, de militancia y herencia socialista por esos años -su madre es la exministra Claudia Serrano- oficiaba como presidente del Centro de Estudiantes de Sociología.

Junto a otros dirigentes de carreras afines a visiones más progresistas, articularon un primer núcleo de centroizquierda: la Coordinadora de Estudiantes por la Educación Pública. En ese entonces, intentan -sin éxito- destituir al Consejero Superior del Movimiento Gremial de la época: un joven Diego Schalper.

El fundamento era que el ahora diputado había aprovechado su cargo para desarrollar una agenda política y no meramente relativa a asuntos estudiantiles. “El ‘móvil’ era que me había saltado los estatutos”, rememora el parlamentario RN.

Pese a esa primera acción fallida, el movimiento de Crispi sirvió para articular a los estudiantes afines al progresismo, articula la Nueva Acción Universitaria (NAU) y levantan una lista a la FEUC liderada por él. Ganó. Y luego vino Joaquín Walker, Giorgio Jackson, Diego Vela, entre otros dirigentes prominentes de la centroizquierda en la Católica.

“Por su tradición, Crispi es el político. Giorgio Jackson, en cambio, era un dirigente de ingeniería, menos ‘ideologizado’ en ese entonces (…), con arrastre, porque era una carrera grande. Pero la mente del NAU era Crispi”, afirma un militante de los inicios del movimiento, hoy en RD.

Entre medio, y tras el año de las movilizaciones estudiantiles, se funda Revolución Democrática a inicios del 2012 y Crispi asumió como su primer coordinador nacional. Para ese entonces, ya había establecido un vínculo más que cercano con Jackson.

Incluso, compartieron domicilio en Providencia junto a otros amigos del NAU. Entre ellos, la exconvencional constituyente Giovanna Roa.

Luego de la apuesta del naciente partido por la alcaldía de Providencia, con Josefa Errázuriz a la cabeza de la comuna; y del ingreso de Crispi como asesor al Mineduc durante el gobierno de la Nueva Mayoría (y su posterior salida), en la interna sí se van evidenciando distancia en ciertas posturas.

Si Crispi no tiene tapujos respecto de posiciones más moderadas, o dialogantes con el mundo de la exconcertación, Jackson -ya diputado para ese entonces- es más audaz y apuesta a priorizar el diálogo con las exdirigentas estudiantiles del PC, sus pares en la Cámara Karol Cariola y Camila Vallejo. Pero en ese entonces, esas diferencias, más allá de los debates internos, no son gravitantes en un partido “al alza”.

Un par de años más tarde, en 2018, las diferencias entre los “Pantalones largos” -facción de los fundadores del NAU y RD, cercanos a posturas de mayor diálogo con la centroizquierda- y el “Tercerismo” de Jackson toman ribetes casi “históricos” para el curso del Caso Democracia Viva.

Con Rodrigo Echecopar a la cabeza del partido, el Tercerismo respaldó el ingreso de la Unión Nacional Estudiantil (UNE) al partido. ¿Su principal dirigente? Daniel Andrade Schwarze, dirigente de la FECH para ese entonces, y hoy principal implicado en la trama Democracia. 

El ingreso fue pleno: a finales de ese año, Andrade se hizo parte de la lista liderada por la diputada Catalina Pérez -respaldada por el Tercerismo- como coordinador de redes ciudadanas.

En la vereda del frente, Crispi respaldó la aventura electoral de Javiera Parada, quien tenía entre sus filas al -ahora- alcalde Tomás Vodanovic, y a la edil de Ñuñoa Emilia Ríos.

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