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Cultura & Pop

26 de Octubre de 2023

“Me quedé en casa por años”: Fab Morvan habla de su vida tras Milli Vanilli y adelanta nuevo documental

Paramount+

Como un fraude fueron tratados Fab Morvan y Rob Pilatus 32 años atrás, cuando su productor confirmó que nunca cantaron sus canciones. Ahora, el único miembro con vida del dúo busca defender su verdad de la mano de un documental de Paramount+ y que detalla en conversación con The Clinic.

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Pudo haber sido por investigación o meramente por entretenimiento, pero la sorpresa abordó al cineasta estadounidense Luke Korem un día al ver videos en Youtube. ¿El motivo? Un breve video de Fab Morvan, el amado y odiado rostro de Milli Vanilli, cantando una canción en las calles de Nueva York.

“Oh, pensé que Fab no podía cantar“, habría dicho para sí Korem, encendiendo en él, una pequeña alerta a la que quiso responder. Al menos así relata el propio Morvan, en conversación telefónica con The Clinic, sobre el origen del nuevo documental de Paramount+, Milli Vanilli, que ya está disponible en la plataforma.

La banda quedó grabada en la historia de la música como uno de los asensos y caídas más abruptas. Tras tocar las estrellas, debieron devolver su premio Grammy a Mejor Artista Nuevo y aguantar las burlas y persecución de la prensa al ser tildados de un fraude.

Todo inició con la aparición de Fab Morvan y Rob Pilatus, dos modelos y bailarines de Francia y Alemania, respectivamente, entonando Girl You Know It’s True. El tema tenía un ritmo pegajoso clásico de la época y pasos de baile que todos en las discos querían imitar, por lo que la fama del incipiente grupo se disparó.

Sin embargo, tras el éxito de su primer disco, todo se desplomó cuando se descubrió que en realidad, Fab y Rob jamás cantaron sus canciones. Existía otro dúo tras bambalinas que se hacía cargo de todo. La bomba estalló, y se llevó los nombres de Fab y Rob con ellos.

“Siempre digo que uno más uno es igual a dos, no a tres. Pero así lo pareció entonces. Rob y Fab no eran los villanos, pero así fuimos tratados por la prensa“, reflexiona Morvan en conversación con The Clinic. De todas formas, se lamenta al decir que “no somos los primeros que fueron usados y abusados por la industria de la música y acabamos derrotados, pero así es el sistema”.

Al respecto, recuerda a quien lo descubrió a él y a Rob en una disco en Alemania, Frank Farian. “Él lo hizo tantas veces. Lo hizo con Bobby Farrell, en Boney M. Frank cantó su voz, y ahora quería hacer lo mismo con Milli Vanilli“, rememora, asegurando que tanto él como Rob se opusieron a aquella idea desde el inicio.

“Nunca nos dejó cantar. Nunca. Pero nosotros realmente lo queríamos hacer, eso siempre fue un motivo de lucha. Por eso también nunca salió el segundo álbum, aunque la música ya estaba grabada. Grabaron canciones porque Rob y Fab iban a aparecer en el segundo álbum, pero no quisimos hacerlo“, narra Morvan.

Tras una intensa lucha para poder usar sus voces en el segundo álbum, dieron un ultimátum. No continuarían a menos que pudieran interpretar sus canciones. “No sabíamos cómo nos percibiría el mundo, pero yo sabía que sería terrible“, adelanta.

Entonces, Farian decidió revelar a las verdaderas voces de Milli Vanilli, desligándose de la obra que él mismo creó. “Rob se estaba medicando a sí mismo y yo estaba metido en las drogas y alcohol. Porque nos perdimos. No teníamos protección. Nadie nos protegía del ojo de la tormenta“, recuerda amargamente.

El dúo estuvo en el foco de los medios, protagonizaron burlas y fracasos en sus intentos de volver a la música en los 90. Rob trató de acabar con su vida en 1991, pero fue una sobredosis accidental lo que acabó con él en 1998.

“Hicimos lo mejor que pudimos para lidiar con todo”, comenta con amargura Morvan. “Pero Rob perdió su vida a causa de todo esto. Las portadas en los medios hicieron que se perdiera una vida. Eso no es justo. No es justo en absoluto. Mientras ellos (los productores) fueron y continuaron haciendo el negocio como siempre, nos lastimaron, fuimos tirados como basura. ‘Oh, bueno, buscaremos otro nuevo’”, relata. 

En su caso, Morvan asegura que tuvo su propia lucha para seguir adelante, explicando que “hice lo mejor que pude para sobrevivir, aprendí a reinventarme, construirme hasta que me sentí seguro”. En eso, explica que en los primeros años “me quedé en casa. Me quedé en casa por años. Limitaba también el tiempo que pasaba afuera”.

“Y es que, cuando iba a la tienda y escuchaba a la gente reír, o verla sonreírme, no sabía cómo tomarlo. Pensaba ‘¿se ríen porque soy un chiste?’. Me sentí muy inseguro. Me sentí muy, muy, muy inseguro. No sabía lo que la gente estaba pensando. Y por eso, para no sentir eso, dije ‘es mejor que me quede en casa que lidiar con esto’. Así es como lo traté”, recuerda.

Milli Vanilli: Más allá de seres humanos

A la hora de analizar lo que pasó, Morvan afirma que ni él ni Rob fueron tratados “como seres humanos” en medio del escándalo. “Cuando estás en televisión y te conviertes en una estrella, las personas comienzan a desensibilizarse. No piensan en ti como un ser humano, eres algo más“, explica.

En esa rama, dice que al saberse el fraude, “el factor humano salió por la puerta. También estaba el hecho en el que la gente decía que habíamos ganado mucho dinero, así que solo nos decían ‘ellos son unos mentirosos‘. Recuerdo lo agresivos que fueron los periodistas durante esa conferencia de prensa y que pensaba ‘si eres periodista, ¿por qué no investigas a todos y no solo a Rob y Fab? ¿Qué pasa con el laberinto de la música? ¿Qué pasa con el productor?’. Era cosa de ver su historia”.

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Ahora, Morvan siente que al fin dicen su verdad. “En realidad, lo que me convenció en el documental era que de verdad querían contar la historia. Ellos descubrieron que detrás de todos esos titulares habían dos seres humanos: Rob y Fab. Ellos estaban dentro del trabajo en la industria musical”, menciona.

En esa rama, celebra que por primera vez, alguien “explica cómo funciona esa máquina. Había un gran productor que hacía todo, que pre-editaba, que organizaba todo. Pero de alguna manera, cuando todo cayó, nosotros pagamos el precio. Y los labores de los productores desaparecieron, y nosotros tomamos la culpa por todos”.

 “Cuando Luke me vio en algún lugar en YouTube cantando, dijo: ‘Oh, pero pensé que Fab no podía cantar’. Entonces, cuando empezó a investigar y miró la historia, dijo ‘aquí hay algo extraño. Alguien no está contando la verdad sobre lo que realmente sucedió‘”, relata. 

“Fue emotivo ver el documental”, afirma, para tomar una pausa y sonreír. “Cuando lo vi, sentí que mi garganta estaba apretada, tensa. Fue muy intenso, aunque yo ya conocía la historia. Al final, cuando vi a mi familia lo sentí: esta es mi vida. Esto es por lo que peleé y nunca creí que pasaría. Pensé que nunca tendría a la gente correcta para contar mi historia de la manera correcta. Pero luego sucedió y estoy agradecido. Estoy agradecido que sucedió. Estoy agradecido por todo lo que tengo. Y sé que lo mejor está por llegar”, comenta.

Sobre su día a día en la actualidad, Morvan se ve positivo y adelanta música nueva: “Creo que la música es la cura. La música salvó mi vida. Como lo hicieron mi madre, mi padre, mis amigos. Ahora vivo una vida feliz. Tengo una familia. Tengo cuatro hijos. Tengo a mi novia conmigo y es hermoso. Finalmente, después de todos esos años, he podido avanzar y ahora, la historia está siendo contada correctamente. Ahora hay gente que se puede poner en mi lugar, ahora la gente puede entender“.

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