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Entrevistas

26 de Noviembre de 2023

Bárbara Figueroa: “Esto no es un plebiscito sobre la Constitución de 1980. Es un plebiscito sobre el texto que desarrolló el Consejo liderado por republicanos”

Fotos: Felipe Figueroa

La secretaria general del PC y exembajadora de Chile en Argentina asegura, tras la designación de Viera-Gallo como su sucesor, que "el hecho de que un exembajador sea quien hoy día asume la plaza permite dar una señal de continuidad respecto a la política exterior. Es una muy buena señal para el gobierno argentino". La exrepresentante afirma que no ha estado en las directrices de su partido intentar mantener el cupo en dicha designación. Concentrada por estos días en la campaña por el "En contra", defiende que el rechazo a la nueva propuesta no es una validación al texto vigente, pero es enfática en aclarar que, de triunfar la opción que defiende, el debate constitucional "no va a ser el debate principal".

Por Rocío Latorre

Antes de partir la conversación con The Clinic, la secretaria general del Partido Comunista (PC), Bárbara Figueroa, recuerda que debe devolver el llamado a José Antonio Viera-Gallo (PS), su sucesor en la embajada de Chile en Argentina. Ya han tomado contacto para las respectivas felicitaciones, comenta.

A fines de septiembre, la exdirigenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) dejó su destinación. Luego la muerte de Guillermo Teillier, Figueroa cruzó de vuelta la cordillera frente a la posibilidad cierta de asumir la dirección de su partido junto a Lautaro Carmona. Y así fue.

Durante un año y seis meses, la sindicalista residió en el edificio de la Embajada de Chile en Argentina, emplazado en el límite del barrio de Palermo Chico y Recoleta. Con ese background, conoce bien el estado de la política en el vecino país. Por ello, admite cierta ventaja en Viera-Gallo, quien ejerció el mismo cargo durante la presidencia de Mauricio Macri, hoy colaborador del mandatario electo, Javier Milei.

Concentrada en la campaña por el “En contra”, es enfática en aclarar que, de triunfar la opción que defiende, el tema constitucional “no va a ser el debate principal”. Y continúa: “Hay temas esenciales de los cuales hacerse cargo cerrado el proceso constitucional. Una vez que la ciudadanía se pronuncie el 17 de diciembre, la tarea principal para los partidos de gobierno es empujar el cumplimiento del programa”.

—¿Ya tomó contacto con el embajador Viera-Gallo?

—Sí. No cabe duda que el hecho de que un exembajador sea quien hoy día asume la plaza permite dar una señal de continuidad respecto a la política exterior. Es una muy buena señal para el gobierno argentino respecto de la seriedad en que nuestro gobierno se toma las relaciones.

—¿Tiene un plus su designación, al haber oficiado como representante de Chile en Argentina durante la administración de Mauricio Macri? El expresidente hoy tiene un rol en la figura de Javier Milei.

—Efectivamente puede ser un plus, puede ayudar a tener la referencia de la relación con Chile (…). Desde nuestra política de relaciones exteriores hay una señal muy clara de que hay estabilidad, hay continuidad. En ese sentido, uno esperaría que sea bien recogida por parte del nuevo gobierno y de su coalición. Si bien el presidente (electo) viene de haber sido parlamentario y no tiene una larga tradición en política, ha debido aliarse con sectores de Juntos por el Cambio, que tienen largo bagaje en la política en Argentina. Ahora, en materia de política exterior aún sigue siendo una incertidumbre lo que vamos a tener. Hasta ahora, el pronunciamiento ha sido poco claro respecto al tipo de relación que se quiere mantener con los países vecinos y cómo entiende el rol de la región.

Bárbara Figueroa: “No es nuestro objetivo, al ser parte del gobierno, la exigencia de cupos, cargos o designaciones”

—¿Tenía la intención de que su partido mantuviera el cupo en Argentina?

—En el minuto en que tuvimos el honor de ser designados como partido para asumir la Embajada de Chile en Argentina, lo asumimos con mucha responsabilidad. Entendimos que era una tarea prioritaria que debíamos cumplir con el más alto estándar (…). Pero no vincularía la responsabilidad con la que asumimos la gestión con una exigencia de mantener un cupo. No es nuestro objetivo, ni ha sido nuestra disposición, al ser parte del gobierno, la exigencia de cupos, cargos o designaciones.

Ahora bien, hemos sido muy claros en señalar, a propósito de los planteamientos de la oposición, de que la designación tenía que recaer en alguna figura que no fuera del PC dado el nuevo presidente electo, que nos parece que ese tipo de vetos no pueden existir. No habla bien de los partidos de oposición que pretendan determinar o incidir en la política exterior de nuestro país a partir de la definición de los presidentes o presidentas de los países vecinos. No corresponde que ningún partido, mucho menos los partidos de oposición, traten de imponerle vetos al PC.

Bárbara Figueroa.

—¿Qué idea se ha hecho sobre el planteamiento de erradicar o limitar el porcentaje de nombramientos políticos, como han planteado funcionarios de carrera?

—Tengo la más alta valoración del cuerpo diplomático. Yo, que provengo del mundo sindical, no puedo ser ajena a la demanda de la asociación respecto a la valoración que tiene que haber de su condición de carrera, con expertise, formados en la Academia Diplomática. Eso siempre tiene que ser un elemento que uno considere. Tanto así, que hoy nadie podría pensar que existe una proporción superior al 20% de embajadores políticos. Pero así como uno tiene que ser solidaria y comprensiva respecto de los planteamientos que hacen las asociaciones, me parece absolutamente entendible que son necesarias. en algunos casos, las designaciones políticas. Los gobiernos tienen que tener la posibilidad de marcar sus énfasis en materia de política exterior. En el caso de Argentina, si no me falla la memoria, ha habido solo una designación de carrera.

—Tiene una razón de ser, cree usted.

Exacto. Tiene que ver con la profundidad de las relaciones que uno quiere generar. Con el hecho de que somos países vecinos y que así como tenemos muchas materias en las que vamos a converger, también tenemos temas delicados que no son capaces de resolverse solo por la vía diplomática. Ahora, eso tiene que ser, y creo que ha sido así en la gran mayoría de las oportunidades, poniendo el más alto estándar para quienes nos van a representar en el exterior. En mi caso, yo no llegué a la embajada en Argentina asumiendo que lo sabía todo. Primero tuve una inducción por parte de Cancillería, luego estando allá tuve un diálogo muy fluido con todo el equipo del cuerpo diplomático.

—Pero el contraste más reciente es el caso de Susana Herrera, la exembajadora en Reino Unido.

Los procesos de inducción, sobre todo en el caso de los embajadores políticos, tienen que ser una condición sine qua non. Eso es fundamental para que no se cometan estos errores. No basta con el buen criterio político. También tenemos que conocer cómo funciona la institución para desempeñarnos de la mejor manera posible. 

“No podemos confiarnos en los datos de las encuestas, más allá de los porcentajes de respaldo al ‘En contra'” 

—Haciendo un paralelo con la elección presidencial de Argentina, las encuestan dan ventaja al “En contra”, pero la última encuesta CEP da cuenta de un 53% de indecisos a menos de un mes del 17-D, ¿se tiene en cuenta un voto silencioso al “A favor”?

Hay un fenómeno, que estamos viviendo a nivel global respecto a esta desafección de la ciudadanía con la institucionalidad política, que se refleja en este tipo de situaciones. No es que la gente mienta en las encuestas, pero prefiere omitirse respecto de lo que va a ser su pronunciamiento final porque probablemente desconfía. Hay una lógica, una política de la sospecha que está muy fuertemente instalada. No podemos confiarnos en los datos de las encuestas, más allá de los porcentajes de respaldo al “En contra”. Este es un proceso donde si nosotros queremos es lograr que la gente se sienta más involucrada, requiere más que el llamado a votar. Necesita más información, poder conocer cuáles son las razones y por qué hay sectores que decimos que hay que votar “En contra” (…). La gente consulta, por qué, por qué habría que votar “En contra”.

—Probablemente el votante se cuestiona por qué la izquierda llama a rechazar si desde el retorno a la democracia ha planteado terminar con la Constitución de 1980.

Esto no es un plebiscito sobre la Constitución de 1980. Esto es un plebiscito sobre el texto que desarrolló el Consejo liderado por republicanos. Ese es el texto que estamos votando. Sobre este texto, lo que vemos es que esto es un peligro. ¿Por qué? Porque todo aquello que no estaba consolidado en la Constitución de 1980 hoy se constitucionaliza. Estamos frente a un nuevo ladrillo como fue el texto que se plebiscitó en dictadura.

Bárbara Figueroa.

—¿No se legitima nuevamente el texto vigente? El Presidente planteó que cualquier resultado sería mejor que la Constitución de “cuatro generales”.

El dato de realidad indica que no porque hoy día estaríamos aprobando un texto peor que lo que nos rige. Evidentemente eso no es un problema del Presidente ni de sus dichos, es que yo creo que nadie lo esperaba. Había cierta esperanza con el tema de la comisión experta y el anteproyecto, nadie suponía que íbamos a tener que llegar hasta este punto. Estamos enfrentados a lo que estamos enfrentados: un texto partisano, ideológicamente vinculado a los sectores de la derecha que lo que busca es consolida los mayores flagelos de la Constitución de 1980.

—¿Si gana el “En contra”, el debate histórico por cambiar la Constitución continúa?

Yo creo que ese debate no va a ser el debate principal. Aquí hay temas esenciales de los cuales hacerse cargo cerrado el proceso constitucional. Una vez que la ciudadanía se pronuncie el 17 de diciembre, la tarea principal para quienes los partidos de gobierno es empujar el cumplimiento del programa, es garantizar que lo que hemos comprometido con la ciudadanía se cumpla. Tenemos un debate sobre pensiones que está estancado, no podemos avanzar. La ministra (Jeannette Jara) lleva todo su periodo tratando de avanzar en una reforma a las pensiones. Ahí están las prioridades post 17 de diciembre. Yo diría que incluso no es que estén postergadas ahora, lo que pasa es que estamos cruzados por este evento trascendental que es el plebiscito.

—El senador y timonel PPD, Jaime Quintana, ha planteado el compromiso de que no se vuelva discutir el tema constitucional al menos hasta 2030. ¿Coincide?

La ciudadanía se va a sentir convocada a hacer debates estructurales y profundos en la medida que siente que la institucionalidad política de respuesta a sus demandas más urgentes. Por lo tanto, la prioridad al menos para nosotros como partido, compartida con la gran mayoría de los partidos de la coalición, tanto de Apruebo Dignidad como de Socialismo Democrático, es sentarnos y ponernos de cabeza a ver de qué manera ayudamos al gobierno a sacar adelante el programa, cumplir con las demandas ciudadanas, responder a los requerimientos económicos que hoy están apremiando a nuestra población, atender la agenda de seguridad como se ha estado atendiendo de manera prioritaria por parte del Ejecutivo.

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