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Entrevistas

17 de Diciembre de 2023

Ana Lya Uriarte (PS): “Esta contienda electoral tiene mucho de emocionalidad y los hechos imprevistos pueden jugar un rol importante”

Fotos: Felipe Figueroa

La exministra PS y hoy panelista de "En clave política" de The Clinic ha sido una activa vocera por el "En Contra". Una de las mujeres fuertes del bacheletismo repasa los escándalos que han tensionado la antesala del plebiscito. Respalda la gestión de su par socialista, Carlos Montes (Vivienda), a la vez que reconoce una inexperiencia en las "canchas gubernamentales" de la generación que hoy gobierna. Por eso mismo, dice entender -a propósito del Caso Convenios- que los dardos al Frente Amplio sean "más intensos en aquellos que dijeron ser los paladines de un determinado comportamiento". A horas de la definición electoral, Uriarte -aunque reconoce la ventaja de su opción- advierte que se complejiza proyectar un resultado dada la asociación que se ha hecho del proceso como una medición del Ejecutivo.

Por

Hace casi un año atrás, antes de la noche de Año Nuevo, Ana Lya Uriarte (61) sintió una leve molestia en la garganta. Si no fuera porque esa noche se reuniría con un amigo con un problema de salud crónico, la exministra habría pasado por alto el síntoma. Como resguardo, se practicó un test rápido de Covid-19 y el resultado saltó a la vista: positivo.

En ese momento, quien fuera la titular de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), se resignó a guardar aislamiento. Al fin y al cabo, eran tan solo cinco días. Pero la enfermedad y sus secuelas marcaron el inicio del fin de su gestión a cargo de la cartera que lleva la relación entre el Ejecutivo y el Congreso.

Tras su salida del gabinete, se refirió solo una vez al tema. Hoy reconoce que “fue una decisión dolorosa, con un gran sentimiento de frustración. Era muy desgastante la fatiga. En Valparaíso, en el viaje de ida y de vuelta, dormía. (…). Mi voluntad era de seguir, pero mi cuerpo no respondía a mi voluntad y eso tuve que comunicárselo al Presidente Boric”.

Desde hace algunas semanas, Uriarte se sumó como panelista al programa de The Clinic, “En Clave Política. A la par, colabora con el gobierno desde el ministerio de Energía como asesora del ministro Diego Pardow y ha sido una activa vocera del “En Contra”.

***

—Retrocediendo, y antes de ser la titular de Segpres, usted se suma a La Moneda como jefa de gabinete de la exministra del Interior, Izkia Siches. ¿Qué cree que le faltó para un mejor desempeño?

—La exministra Siches es una persona con un gran talento político. Lo demostró cuando fue presidenta del Colegio Médico (Colmed) en una época muy difícil. Logró generar un liderazgo y una conducción importante. Luego se incorporó a la campaña (de Gabriel Boric) y su participación fue crucial para el triunfo del Presidente. Pero siendo ella una mujer muy talentosa y con muchas habilidades, entró a un mundo que no le era propio. Me refiero al mundo de gobernar. Y adicionalmente, a un tema que tampoco había sido el de ella, como es seguridad. Creo que no fue un tema de capacidad, o del capital político que tuvo ni de la potencialidad que tiene. Pero efectivamente la falta de haber jugado roles en las canchas gubernamentales cobró un precio con ella.

—¿No es algo transversal en esta generación que hoy gobierna? Lo planteó así hace algunos días el contralor saliente, Jorge Bermúdez.

—Esta es una circunstancia que el propio Presidente Boric ha reconocido en varias intervenciones. Efectivamente, hacerse cargo de un gobierno requiere un profundo conocimiento del Estado. Pero pasó también cuando asumió el expresidente Piñera en su primer gobierno. Se incorporaron una serie de personas, con todo tipo de pergaminos y triunfos en el área privada. Pero cuando llegaron al mundo público se encontraron con un escenario que les fue muy complejo de entender y desenvolverse adecuadamente.

Ana Lya Uriarte

—¿El escándalo de Democracia Viva, rotulado ya como un caso de corrupción, se enmarca en esa inexperiencia respecto al Estado?

—Lo que uno podría decir es que sin lugar a dudas, independiente de lo que diga la justicia en su momento, acá hubo una actuación, que se repite como con un patrón y que resulta impropia (…). Fue un actuar que no se condice de personas que formaban parte de un partido político que, se entiende, está luchando por objetivos que son nobles, con fines que apuntan a un bien común, a generación de justicia social.

Líos de probidad y el Frente Amplio: “Entiendo que el juicio sea más intenso cuando recae en quienes dijeron ser los paladines”

—A propósito de esos ‘objetivos nobles‘. ¿Se peca de superioridad moral en el Frente Amplio cuando se habla de una ‘escala de valores superiores’ y luego estalla un escándalo de estas características?

—Todos los partidos políticos tienen el deber ético de combatir frontalmente la corrupción. Y todos los partidos políticos, absolutamente todos, tienen un par de heridas de corrupción que exhibir. El juicio de valor respecto de que lo haga uno u otro, tiene que ser igualmente severo (…). Situarlo solo en el Frente Amplio debilita el juicio respecto a los demás que estamos en otros partidos que, lamentablemente, también hemos tenido que sobrellevar el dolor de la corrupción.

—El cuestionamiento es más duro por las banderas que ellos levantaron.

—Entiendo perfectamente que el juicio crítico sea más intenso cuando recae en aquellos que dijeron ser los paladines de un determinado comportamiento. Y han pagado duros costos por esa identificación de ser los paladines de la probidad. Pero en esa crítica sostenida exclusivamente al Frente Amplio está dejándose de mirar el fenómeno en su integridad.

Ana Lya Uriarte y su defensa a Carlos Montes: “Es un hombre con trayectoria”

—¿Cree que el gobierno ya debió haber detenido la ‘sangría’ respecto al Caso Convenios con la remoción de implicados directos o indirectos como el jefe de asesores, Miguel Crispi; o del ministro de Vivienda, Carlos Montes? La arista judicial será un flanco permanente.

—Tomar la decisión de sacar a un ministro determinado, en una coyuntura determinada, perfectamente podría significar lecturas o interpretaciones respecto de responsabilidades que no existen. Es muy complicado tomar ese tipo de decisiones

—¿Y qué evaluación tiene de Montes con los nuevos antecedentes que se tienen a la vista, como la existencia de un informe provisto por la exsubsecretaria Tatiana Rojas?

—El ministro Montes está muy bien evaluado en el desempeño de su tarea. Es un hombre con trayectoria. Esa trayectoria importa mucho, porque hay una conducta histórica (…). Tatiana Rojas ha entregado dos versiones distintas. Y respecto a la entrega de ese informe, no sabemos la manera en que se lo entregó al ministro. Si es que le alertó que era un informe importante. O si era un informe habitual, sin información trascendente. Los ministros recibimos una cantidad de información tremenda y por eso tenemos gabinetes, para que discriminen. Siempre y cuando se reciba una alerta, sino la información puede ser mirada en un momento extemporáneo.

—Otros socialistas plantean una ‘traición’ a Montes de parte del Frente Amplio, siendo él un dirigente impulsor de la alianza con esta nueva generación de izquierda. ¿Coincide?

—Hay un seremi que faltó al deber que tenía de desarrollar su cargo con probidad y con ética y eso por supuesto que es una traición a su ministro. Ahora bien, uno puede identificar conductas de ciertas personas del Frente Amplio que han generado un perjuicio enorme. No solamente a Carlos Montes, sino que al gobierno. Y voy a ir más allá: al progresismo en su conjunto. Pero no creo que hay una generación que traicionó a Carlos Montes. Eso me parece un exceso.

—¿Usted ya habría dado un paso al costado en los zapatos del ministro?

—La decisión que toma un ministro respecto de su permanencia o no en un cargo no tiene sólo que ver con su voluntad, sino que tiene que ver con una reflexión política mucho más amplia. No podría contestar esa pregunta.

“Los gobiernos asumen con un programa, pero los porfiados hechos obligan a los ajustes”

—Giorgio Jackson hablaba de la nueva Constitución como una condición habilitante para el programa. En cualquiera de los escenarios, ¿en qué pie queda el cumplimiento del mismo?

—En esto lo programático se relaciona con lo pragmático. Y al día siguiente del plebiscito, el gobierno va a continuar fortaleciendo la agenda de seguridad porque es la principal preocupación ciudadana, con o sin nuevo texto. El pacto fiscal, con o sin nuevo texto, sigue siendo un objetivo político de primer orden porque va a influir fuertemente en otra arista programática: las pensiones. 

—En el Socialismo Democrático han hablado de ‘repriorizar’, de poner la gestión por encima de las ‘transformaciones’.

—Algo que he ido observando desde los 90 es que los gobiernos asumen con un programa, pero los porfiados hechos obligan a los ajustes. Gobernar, entre otras cosas, significa leer lo que está ocurriendo en la sociedad. No tengo duda alguna que la priorización que se le ha dado a seguridad responde a una realidad que está viviendo la ciudadanía. 

—¿Qué tanto pueden incidir los hechos de los últimos días en los resultados electorales que conozcamos al final del día?

—El ‘En contra’ tiene bastantes probabilidades de ganar. Pero también esta es una contienda electoral que tiene mucho de emocionalidad y los hechos imprevistos pueden jugar un rol importante. Eso hace compleja una proyección también por otro factor: los representantes del ‘A favor’ han buscado permanentemente la identificación del gobierno con el plebiscito.

Ana Lya Uriarte: “La expresidenta Bachelet tiene todo el derecho a intervenir en la vida política”

—A inicios de la semana, defendió duramente a la expresidenta Bachelet de lo dicho por la senadora Ximena Rincón luego de aparecer en un clip por el ‘En contra’…

—A mí me parece que esa frase (“La presidenta Bachelet o entendió algo distinto de lo que dice o está mintiendo”) excede completamente los códigos a los que en general adscribimos quienes estamos en política, respecto de personas con las que hemos trabajado y que han depositado su confianza en nosotros. No pude ocultar mi opinión cuando me la preguntaron.

—Ideológicamente, Ximena Rincón hoy está en otra vereda. ¿Qué cree que hubo detrás de ese cuestionamiento a la exmandataria?

—No me atrevo a decir cuáles son las inspiraciones que la llevan a esto porque todo su camino es muy ajeno al que yo he tenido y tendré. Su opción por el ‘A favor’ es tan legítima como la de cualquiera y puede actuar sin sujeción a su pasado. Es libre completamente. Pero eso tiene ciertos límites en relación con el cuidado y el trato amable que le debe a una persona con quien compartió.

—¿Cree que aún ‘mueven la aguja’ las posturas que respalda Michelle Bachelet?

—Desde que tenemos voto obligatorio, tenemos millones de personas que realmente son una que para todo el mundo político. Decir hasta dónde mueve o no la aguja la expresidenta Bachelet es realmente una afirmación que no tiene ninguna evidencia. Lo que sí puedo sostener es que ella tiene todo el derecho a intervenir en la vida política, expresando su opinión, sus opciones y su fundamento. Lo que uno espera es que sean respetuosos quienes no están de acuerdo con ella 

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