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Opinión

27 de Diciembre de 2023

Columna de Noela Salas, subsecretaria de las Culturas | El desafío de que las artes y las culturas no sean más el adorno al final de la fiesta

Por Noela Salas

Las culturas y las artes juegan un rol fundamental en la vida de las personas. Mejorar su acceso es un desafío, pero a la vez debemos avanzar hacia políticas efectivas de participación cultural desde las comunidades en todos los rincones del país.

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La creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (2018) trajo consigo una tarea transformadora: pensar, diseñar e implementar una institución que se haga cargo de las políticas culturales para un nuevo siglo, con nuevas contingencias y un sector en constante crecimiento.

El letargo de la implementación de esta institución, desde sus inicios hasta hoy, ha significado problemas que hoy sobrepasan lo interno. Dichos problemas se ven reflejados en una estructura desgastada y con grietas que nos ponen en tensión y hacen parecer que -en un espacio en el que estamos avanzando en múltiples tareas de fortalecimiento y trabajo tanto interno como hacia el sector y la ciudadanía- sólo existen aquellas fisuras.

Este año, desde la Subsecretaría de las Culturas y las Artes, hemos impulsado diversos procesos de cara al trabajo en conjunto con las y los funcionarios. Esto se ha expresado en diferentes instancias de trabajo interno y logros de implementación ministerial que nos han permitido justamente ir fortaleciendo nuestra institución para dar respuestas adecuadas a las personas y el sector cultural. Estos avances buscan robustecer la gestión interna, en el contexto de un aumento presupuestario de un 6,8% para el año 2024.

Podremos así, y solo así, seguir avanzando para mejorar las condiciones del trabajo cultural y llegar todos los rincones del país. Ejemplo de aquello son los 17 festivales de música públicos del programa Escuelas de Rock, el trabajo de los Cecrea en 13 regiones, el proceso participativo para la Política de Educación Artística, las 285 organizaciones culturales que ya forman parte del programa Puntos de Cultura, que busca fortalecer la cultura comunitaria en las 16 regiones, y las 156 beneficiadas por el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras ejecutado este año en todo Chile, como ejemplo de sólo algunas de las cosas en las que se ha estado trabajando.

Lo cierto es que sólo una institucionalidad robusta permitirá dar la sostenibilidad necesaria para abordar los desafíos que nos impone este presente, es por ello que a cuatro meses de asumir la subsecretaría, hemos estado trabajando arduamente hacia adentro, desde un esfuerzo colectivo de todas las partes, porque solas y solos no podemos, esta tarea es colectiva e implica altura de miras para tomar las decisiones correctas y con la celeridad que se requiere.

La crisis climática a nivel mundial, las rupturas democráticas y sociales de los últimos tiempos, así como la insospechada crisis sanitaria que nos azotó el 2020 nos demarcan un camino con múltiples complejidades, pero en el que avanzamos.

La pandemia nos hizo tomar aún más conciencia de la importancia que tiene la sostenibilidad del ecosistema cultural y artístico y el rol que los Estados cumplen en esa tarea. Nuestro país sufrió de manera radical los embates de esta crisis, con un sector sin acceso a una seguridad social, y muy pocas herramientas que permitieran focalizar una ayuda concreta.

En momentos de crisis, el sector buscó reinventarse no sólo para subsistir, sino también porque es en esos momentos en los que las culturas deben ser parte del kit de supervivencia de las sociedades que, afectadas por la situación mundial, vieron su mundo cambiar radicalmente. Y, en el ejercicio de aislarse, buscaron refugio en las diferentes expresiones culturales que estuvieron disponibles a través de las pantallas. La cultura nos permite enfrentar esta y las diferentes crisis actuales de manera más amable conectándonos con los otros y con nosotros mismos. 

Las culturas y las artes juegan un rol fundamental en la vida de las personas. Mejorar su acceso es un desafío, pero a la vez debemos avanzar hacia políticas efectivas de participación cultural desde las comunidades en todos los rincones del país. Esa es una tarea primordial para este Ministerio, porque la cultura es un bien público y un derecho de todos y todas y entender eso es clave para avanzar hacia la construcción de sociedades más justas e igualitarias.

Transversalizar su aporte un deber del Estado en su conjunto y avanzar con esa convicción es la tarea de todas las personas que hoy habitamos la institución, pero por sobre todo de las autoridades a quienes nos toca avanzar en la conquista de esos espacios de transversalización efectiva, para que el arte viva en el centro del ejercicio del bienestar social.

Para caminar en pos de este sueño colectivo en un mudo atravesado por una crisis del entusiasmo se requieren de las herramientas que las culturas y las artes entregan. Y allí tenemos el gran desafío de hacer florecer esa necesidad en la sociedad. Pero, para eso, institución y creadoras/es debemos estar juntas. Porque nos necesitamos para dar respuesta a tales desafíos. Que la cultura no sea el adorno al final de la fiesta, depende de todos y todas.

*Noela Salas Sharim, subsecretaria de las Culturas y las Artes

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