¿Duchas de agua fría o caliente? Lo que dice la ciencia para refrescar el cuerpo durante las “olas de calor” y el verano

Esta semana, la Región Metropolitana vivió una ola de calor, con temperaturas que superaron los 35°C. Uno de los métodos para sentirse fresco son las duchas de agua helada, pero ¿son realmente efectivas? Además, también hay otras personas que, incluso en verano, no renuncian a bañarse con agua caliente.

Un baño frío tiene beneficios para el cuerpo. De hecho, muchos ciudadanos eligen comenzar su día con un “balde de agua helada” para tener energía. Lo anterior se da porque el chorro fresco sobre el cuerpo produce un shock que activa la vasodilatación y aumenta la frecuencia cardiaca.

Por otro lado, las duchas de agua fría también mejoran la circulación sanguínea. Incluso, alivian los síntomas de la hinchazón y benefician la salud cardiovascular. Además, los expertos también recomiendan que, ante una eventual picadura o quemadura, se debe aplicar agua helada.

Un estudio de The Journal of Physiology dio a conocer que “la ducha fría puede ser útil en entornos de competición, en particular aquellos que requieren un cambio breve o con altas temperaturas ambientales”. Eso sí, los científicos enfatizaron en que “estos cambios tan drásticos de temperatura pueden provocar un shock, especialmente en los adultos mayores”. 

Termorregulación del cuerpo y temperatura perfecta para la ducha en olas de calor

La termorregulación es la capacidad biológica que tiene nuestro cuerpo para regular la temperatura, a través de diferentes métodos.

La vasodilatación es una de las técnicas de nuestro organismo. ¿Cómo ocurre? Cuando aumenta la temperatura, el sistema nervioso envía señales para que los vasos sanguíneos se dilaten, provocando que la sangre se conduzca a la superficie de la piel, para perder calor de forma más rápida.

Por ello, cuando nos sometemos a una ducha con agua fría, sentimos la sensación de “fresquedad” de forma inmediata. Eso sí, aquel estado podría durar poco, ya que después el cuerpo se calentaría aún más por la termorregulación.

Además, y otro de los efectos que no es muy conocido por los ciudadanos, es que las duchas de agua helada frenen el sudor -otro mecanismo del cuerpo para eliminar la temperatura interna-.

Entonces, ¿el agua helada o caliente para las duchas en días de calor? Ninguna de los dos es correcta. Los expertos afirman que la solución son los baños de agua tibia.

Una ducha de agua tibia provocará que el cuerpo tenga una correcta termorregulación, aumentando el flujo sanguíneo hacia la piel y permitiendo una sudoración correcta, con el objetivo de reducir la temperatura interna.

Por último, también se recomienda que en los últimos minutos de la ducha, o más bien segundos, se baje la temperatura del agua. Lo ideal es dejar un lapso de 10 segundos entre el cambio para acostumbrar al cuerpo.