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2 de Febrero de 2024

Ricardo Fernández: “Cada vez está más difícil encontrar trabajo y hay menos continuidad de la que uno quisiera”

Fotos: Felipe Figueroa. Agradecimientos: Ladera Hotel (@laderahotel).

El actor de 45 años regresa a la televisión para sumarse a la exitosa teleserie "Como la vida misma" (Mega), tras dos años sin recibir ofertas. Adelanta que su personaje es un médico que entra “en el triángulo central de la historia", repasa su carrera, el momento en que prefirió grabar la última teleserie de TVN en vez de integrarse al elenco de "Verdades ocultas" -"si bien no me arrepiento, fue un error estratégico", dice- y el presente de su gremio, lejos de la época dorada de las ficciones. "Te impresionaría, te caerías de espaldas quiénes son las personas que les pregunto '¿Qué vas a hacer el primer semestre? No tengo nada. Absolutamente nada'. Y es muy triste", señala.

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El 2024 inició y sus primeros 31 días ya quedaron archivados, pero para Ricardo Fernández el 2023 aún no finaliza. “Para mí el año termina en marzo”, dice, mientras toma un café cerca de una plaza en Providencia donde se grabó “Soltera otra vez”. Viste de negro y se protege del sol con un jockey del mismo color. Mientras habla, se acomoda de distintas maneras en la pequeña silla de la cafetería, pero no pierde elocuencia al hacerlo. Mueve sus brazos, que recuerdan las manos del David de Miguel Ángel, para reforzar sus ideas.

Se le nota contento. Su 2023 se despide con buenas noticias. El remotaje de la obra “Ante que los dioses fueran hombres”, que estrenó en Matucana 100 en agosto del año pasado, fue invitada a ser parte del festival Santiago a Mil (“estuvimos en la sala grande. Teníamos temor de no llenarla y finalmente la llenamos”)- y, hasta el domingo 29, estuvo en el Mori de Bellavista.

Este viernes se estrenó “Baby Bandito” de Netflix, serié que grabó el primer semestre del año pasado. “Es una historia que trata del robo del siglo. Una historia chilena, con actores chilenos, con el estándar de Netflix, producida por Fábula. Es mi primera serie para Netflix, así que muy entusiasmado. Espero estar a la altura”, dice. La producción debutó en el número uno de lo más visto en el servicio de streaming, lo que puede ser el primer paso para el deseo del actor sobre esta producción: “Que le vaya bien y genere una precuela, una secuela, y tener continuidad en el streaming, que es un espacio de exhibición nuevo para mí”.

Además, este mes comenzará a grabar sus primeras escenas para “Como la vida misma“. En la teleserie de Mega, Ricardo Fernández interpretará a Gabriel, un médico que entra “en el triángulo central de la historia y que altera las vidas de estos personajes, de Diego Muñoz, de Ingrid Cruz y de Sigrid Alegría”. “Estoy recién leyendo la historia. Es un viudo, tiene dos hijos, destacado en su profesión, este tipo de médicos que son muy contenedores, que siempre están disponibles. Su oficio es lo que lo define, es lo más importante para él. Después de enviudar, hace tres años, se tuvo que hacer cargo de su familia, de sus hijos y su prioridad era sostener a su familia. Un hombre bueno”, agrega.

Esta es su segunda ficción en el área dramática que encabeza María Eugenia Rencoret, luego de ser parte del final de otra exitosa producción: “Verdades ocultas”. Fue justo esta teleserie su última experiencia en televisión, a la que regresa tras dos años sin ser convocado a algún proyecto. “No hubo oferta, no hubo…”, reconoce, para luego agregar: “Claro, siempre el nombre de uno ronda, pero nada… las posibilidades han disminuido con un área dramática produciendo. En un momento hubo tres áreas dramáticas, que tampoco daba, pero forma parte de la naturaleza de nuestro oficio”.

El actor reconoce que “los llamados no están a la orden del día”. “Si uno no sale en la tele, como que la gente cree que ese actor está o debajo de una palmera o debajo de un puente, ¿cachai? Entonces, existe esa imagen, pero mira, no te voy a dar nombres, pero actores consagrados, de mucha experiencia, de mucho talento, no han hecho teleserie en dos años”, comenta.

-Se da esta particularidad en que regresa a Mega, nuevamente a una teleserie que ya está al aire y siendo exitosa. ¿Qué complicaciones trae eso? Porque se suma a un elenco ya afiatado y quizás algo cansado.

-Sí, es cierto. Es un elenco que lleva ya un año grabando, que están cansados, pero es un elenco en el que hay mucha, mucha buena onda. Es un elenco afiatado, que lleva mucho tiempo. En general, los actores logramos sobreponernos, porque somos contenidos por una buena producción y entre nosotros mismos. Y tienes el desafío, por un lado, de tratar de, esto es como entrar en un partido el segundo tiempo, o estar en una obra de teatro y entrar en el tercer acto. Hay que estar muy atento y ser muy perceptivo de cómo viene el trabajo.

Pero también tiene la ganancia de que es un personaje nuevo, que desconoce todo lo que ha pasado, no viene siguiendo la historia de antes, no tiene relación con nadie y, en ese sentido, me permite entrar más fresco, más espontáneo. Efectivamente, es una teleserie que le va muy bien y eso me estimula mucho, porque la gente la está viendo, entonces genera expectativas con personajes que ya han sido aceptados y queridos. Uno espera que sea bien recibido el trabajo de uno también.

-¿Le genera ruido que en los últimos proyectos televisivos lo convocaran cuando ya están al aire?

-No, no me hace ruido, solo que uno tiene… a ver, uno desea cosas que no siempre ocurren. Insisto en el punto en que se han estrechado mucho las posibilidades de trabajar. Tengo colegas de mucha experiencia, muy talentosos, que no han sido convocados hace mucho tiempo. Los elencos se reducen, las historias son más breves. Hay un cambio generacional de actores más jóvenes, muy talentosos. Entonces, son varios factores que inciden en eso.

En lo personal, no me ofendo. Evidentemente que es rico partir en un proyecto desde el comienzo. Lo que me hace ruido es que haya sido más esquivo las posibilidades de trabajar. Me pone muy contento que puedan confiar en mí, y entrar, digamos, a ser un aporte en una teleserie que le está yendo bien. Por lo tanto, es una responsabilidad no ir a guatear. Pero, ante todo, siento mucha alegría y orgullo que me hayan llamado en estas instancias de la teleserie. Por supuesto que uno quisiera tener más trabajo, más continuidad, pero así está el escenario hoy en día.

El “sentimentalismo absurdo” de Ricardo Fernández

La relación de Ricardo Fernández y Mega pudo empezar antes, ya que el actor recibió un llamado para ser parte de las primeras temporadas de “Verdades ocultas”. “Parece que era la dos”, cuenta. Con humor, comenta que “espero que no lo hayan tomado como un desaire”, ya que finalmente optó por otro proyecto.

“Son decisiones que tienen costos y yo he tomado decisiones, a lo largo de mi carrera, que han tenido costos y consecuencias. Después de Chilevisión, un área dramática ‘que en paz descanse’, fui convocado en algún momento y no supe adaptarme a las nuevas condiciones del mercado. Fueron decisiones equivocadas, pero creo que son tropiezos que para la carrera de un actor son necesarios, porque te obligan a repensar tu relación con el oficio, a repensar concretamente tu manera de actuar”, reflexiona. En vez de la exitosa teleserie protagonizada por Camila Hirane, Carmen Zabala y Matías Oviedo, Ricardo Fernández decidió ser parte de la que sería la última teleserie de TVN.

-¿En qué radicó y cómo ve esa decisión hoy, después de todo lo que ocurrió con el área dramática del canal público?

-Mira, volví y decidí hacer la teleserie, porque, en un sentimentalismo absurdo -probablemente-, decidí hacerla, porque fue mi casa televisiva durante 10 años y sentí que con ese proyecto el área dramática de TVN, hoy en un absoluto abandono, podía reflotar. Efectivamente, fue la última teleserie. Cuando estaba en esa decisión, todo el mundo me decía: “No, huevón, tienes que irte a Mega. Ese canal está haciendo cosas. Va a seguir adelante. El que le va mejor”. Tomé una decisión que, ahora con perspectiva, si bien no me arrepiento, fue un error estratégico.

Fue un error, porque debía haber hecho carrera ahí, debí haber continuado, habría tenido más trabajo durante más tiempo, pero tomé esa decisión por esas razones, por razones sentimentales. Me sentía muy vinculado al canal y pensé que esa teleserie podía reflotar el área y la terminó por hundir. No porque nos haya ido pésimo, pero no nos fue lo suficientemente bien como para que el canal siguiera invirtiendo en su área dramática. Después se desmanteló y fue tremendo.

Uno se da cuenta que esto es un negocio también. Volví a TVN después de haber estado seis años en Chilevisión. Sí, es cierto, me sentía parte de algo y me encuentro con un canal con políticas muy distintas de las que se tenían en el momento en donde estaba. El área dramática era absolutamente central y lo que producía circulaba por el canal, porque, de alguna manera, sostenía la parrilla programática. Los actores íbamos al matinal, a la teleserie le iba bien, por lo tanto, empalmaba con el noticiario y le iba bien también. Entonces me encuentro con un canal en que funcionaba cada una de sus áreas, digamos, de manera totalmente aislada, independiente.

Fue bien triste, el canal estaba pelado, circulaba muy poca gente. Bueno, hoy en día los estudios los arriendan para hacer películas como “El Conde”. La situación de abandono que tiene en este momento es muy triste.

-¿Siente que hay una administración que se farreó el área dramática de TVN?

-No me siento muy autorizado para hablar sobre eso, pero parto de la base que las cosas cambian, no es una foto. Yo pensaba, sobre todo cuando era joven, que las cosas iban a permanecer de la misma manera. Entiendo que la “Quena” Rencoret trató de mantenerse y sostener el área dramática, pero cambian las cosas, cambia la gestión, cambian las personas y eso produce movimientos que, probablemente, el canal lamentó. De la misma manera que Vicente Sabatini se fue a refundar el área dramática que ya existía en Chilevisión. Ya había un proyecto de área dramática y que se pretendía que fuera un gran proyecto después, con los nuevos estudios en Machasa y bueno, también dejaron de tener el área dramática.

Cambió el modelo de negocio y lo que ha hecho muy bien ahora Mega es adaptarse a esas nuevas condiciones del mercado. Como decía Sabatini, “la ficción es la reina”, y siento que la “Quena” Rencoret ha perpetuado eso. Se ha sabido adaptar. Ella es una mujer brillante en ese sentido y lo ha hecho muy bien. Logró sobreponerse a esta crisis de la televisión y hacer los ajustes necesarios para que sus teleseries fueran exitosas. Siempre ha tenido una mirada fresca y renovada en los contenidos de sus teleseries.

Ricardo Fernández

Integrante de la época dorada de las teleseries

Hace unos años, Ricardo Fernández tomó otra decisión, una que define más bien como “una concesión”. Optó por desafiar al hombre “pudoroso, muy castigador y exigente conmigo mismo”, y retratarse desnudo en una sesión fotográfica. “Eso no lo habría hecho antes y lo hice como un gesto de, cómo decirlo… traté de que no me importara”, cuenta. “Para mí fue un desafío y un paso que di, del que no me arrepiento. Son cosas que llaman la atención, pero sí me lo planteé como un desafío, porque, en general, no tengo ganas de hacer esas cosas como que se alejan de mi oficio. Pero también una mirada súper cartucha”, explica.

Las fotografías, que se viralizaron rápidamente, llegaron casi dos décadas después de su debut como actor de TV con un personaje que es recordado hasta el día de hoy: Sebastián de “Romané”. “Yo salí de la escuela de teatro e hice esa teleserie cuando tenía 22 años. Era muy chico y fue muy abrumador lo de la fama. En un momento donde ser un actor famoso tenía otros costos, otras implicancias. No existían las redes sociales. Ahora hay mayor cercanía por las redes sociales, como que la gente no se obnubila tanto por el actor famoso, lo que me parece bien. Pero en ese entonces fue más complejo, más difícil de manejar. Era muy chico para resistir, tratar de mantener los pies en la tierra era complejo”, rememora el actor.

Ricardo Fernández está consciente de que algunas personas lo recuerdan por las primeras teleseries que hizo, esas de la época dorada de TVN, que “tenían un protagonismo social muy importante, tenían mucho rating y marcaron una época en la televisión”. “Agradezco que, fundamentalmente, se me conozca por mi trabajo en televisión, en el teatro, más que por mi privada. En general, he tratado de mantener eso en reserva. Entendí el fenómeno de la televisión y las teleseries. Finalmente, lo que uno recibe de afuera es puro cariño de la gente, porque ocupa un lugar muy relevante en su vida”, asegura.

En esa época, los actores con pantalla vivían años lucrativos, con relaciones contractuales y oportunidades que distan de las actuales. Una burbuja que reventó y que hoy tiene a muchos con presentes alejados de la televisión. “Siempre fui muy cauto, porque, en general, más allá de los contratos que tengas, la duración de esto o las lucas que uno pudo ganar, uno vive con el terror. Al menos viví todos mis primeros 10 años, 15 años, en donde, si bien había abundancia, prosperidad, continuidad, uno siempre estaba con la pregunta de ‘¿y me volverán a llamar?’”, expresa Ricardo Fernández. “Fui cauto, fui responsable, logré ser ordenado y capitalizar lo que gané en ese tiempo, pero creo que no todos tuvieron esa visión”, añade.

-¿Siente que hubo una miopía del gremio de pensar de que esto podía ser para siempre?

-Hay muchos que dicen: “¿Pero cómo, si estuvo tantos años y ahora se está quejando”. Bueno, no me atrevo a hablar por mis colegas, porque cada uno sabe cómo invertir su plata, pero creo que en este oficio, si uno no vive con la conciencia de que es una carrera inestable y que está sujeta a un millón de cosas, que necesita mucha disciplina, mucho trabajo, mucha astucia, es muy difícil sostenerse. Y muchas veces teniendo todas esas cosas, todos esos recursos, el ser un buen actor, ser responsable, disciplinado, también quedan en el más absoluto abandono. La televisión es muy clara en eso.

Afortunadamente, como soy una persona obsesiva, neurótica y aterrada, siempre viví con ese miedo, con ese temor, y que eso me salvó cuando vinieron las vacas flacas. Pero siento que fue necesario que ocurriera, porque es un aprendizaje, porque es un golpe de realidad. Cuando a uno le va muy bien, cuando hay mucho entusiasmo con el éxito, la caída es muy, muy dura. Muy estrepitosa. Por eso no hay que estar ni muy contento ni muy deprimido. Pero sí es conocida la historia de gente que no logró capitalizar y eso, bueno, hay factores de suerte también, de cómo uno se mueve.

Ricardo Fernández

-En entrevista con The Clinic, Alfredo Castro decía también que “la cantidad de personas cesantes que hay en mi rubro es impactante”.

-Estoy absolutamente de acuerdo con Alfredo Castro, porque yo también lo veo con colegas de mi generación. Pregunto: “Huevón, ¿en qué estás?”. Y me dicen “En nada”. Insisto en que no te voy a dar nombres, pero te impresionaría, te caerías de espaldas quiénes son las personas que les pregunto “¿qué vas a hacer el primer semestre? No tengo nada. Absolutamente nada”. Y es muy triste.

Yo lo veo no sólo en actores de mi generación, sino que mayores y menores que yo. Es verdad, una realidad que está ocurriendo, que está cada vez más difícil encontrar trabajo y hay menos continuidad de la que uno quisiera. Me ha pasado a mí también.

-Canal 13 tuvo en el congelador dos años su nueva teleserie “Secretos de familia”. Chilevisión tuvo guardada “Dime con quién andas” por un buen tiempo, la estrenó y terminó fracasando. ¿Cómo se vuelve a la competitividad que había antes y que las distintas áreas dramáticas se empiezen a activar y que no sólo sea Mega?

-Lo que pasa es que los canales, me refiero puntualmente a Canal 13 y Chilevisión, se llenaron de temor en este escenario tan incierto, en donde una teleserie podía irle muy mal, que es lo que ocurrió. Son inversiones que se hacen que son muy grandes, y cuando se tiran al aire y no les va bien, de alguna manera se pierde la inversión o porque la tienen que sacar del aire o porque la tienen que cambiar de horario a uno mucho menos rentable, en términos del avisaje, y todo eso, entonces agarraron miedo.

Cuando un canal no es capaz de generar continuidad, de arriesgar, de perder una vez, perder por segunda vez, hasta que le da el palo al gato, no sé… el mismo Chilevisión, cuando hizo “Gemelas”, le fue muy bien. Ahora, las apuestas tienen que ser responsables y los criterios que manejan los canales de televisión también son económicos. No pueden tirar a la banca rota un canal tirando una teleserie que no le va bien. Es un escenario complejo.

Creo que todavía los canales están en un proceso de adaptación y no saben cómo poder instalar áreas dramáticas que sean solventes, que no sean riesgosas económicamente, pero no soy quién para decir cómo tiene que enfrentar eso un canal. Sería maravilloso que TVN pudiera reflotar su área dramática. Es saludable para la industria, se generan producciones más competitivas, la exigencia aumenta. Sería espléndido, sería el mejor escenario, no solo para el gremio de los actores, sino que para la industria. Se vuelve más exigente a sí misma.

Ricardo Fernández

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