Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Reportajes

30 de Marzo de 2024

Cuando el compañero de trabajo es el amante: historias en que el paso a ser infiel le gana a la razón

Infidelidad en el trabajo Ilustración: Camila Cruz

De acuerdo a la psicóloga experta en terapia de pareja, Jessica Harrison, de Pareja Sana, "la vida familiar y de pareja se ha visto mermada por las extensas jornadas laborales y la exigencia del trabajo. Entonces, es muy fácil que se comiencen a generar vínculos con personas en el trabajo”. Esto, junto con una crisis en la pareja, pueden hacer la bomba perfecta para que ocurra una infidelidad. The Clinic reunió dos testimonios de personas que fueron infieles en un ámbito laboral, en los que la adrenalina sobrepasó las consecuencias de ello en sus relaciones y en el trabajo.

Por

Pamela (39) nunca tuvo en sus planes ser infiel. Y menos con el compañero de trabajo de ella y su pareja. Sin embargo, en su relación la chispa se iba apagando cada vez más. Y así, empezó a mirar a su colega con otros ojos. “Llegó un momento en el que empecé a tirarle indirectas, y él enganchó altiro”, dice Pamela. “Y así, empezamos a tener onda”. 

De hecho, aún recuerda la primera interacción que marcó un antes y un después en la relación. Ella, como era recepcionista de la oficina, fue a buscar unas fotocopias en el área de trabajo de él. Cuando lo vio, le dijo: “Si estuviera soltera, nosotros ya no seríamos amigos”, dijo Pamela. Él se quedó sin habla. 

Los dos comenzaron una danza entre miradas furtivas y conversaciones que ambos buscaban: cuando se veían, se lanzaban comentarios en doble sentido entre risas. La situación fue así durante un par de semanas, hasta que una oración marcó el comienzo de la infidelidad: “Apuesto a que no te atreves a darme un beso”, le dijo el hombre a Pamela. Y ella, sin pensarlo, se lanzó a besarlo. Ese fue el inicio de una aventura que duraría ocho meses. 

Según la psicóloga Jessica Harrison de Pareja Sana, hay una alta probabilidad de que las parejas que son infieles lo sean con personas dentro del trabajo. “La vida familiar y de pareja se ha visto mermada por las extensas jornadas laborales y la exigencia del trabajo. Entonces, es muy fácil que se comiencen a generar vínculos con personas en el trabajo”, indica Harrison. Y eso, combinado con una crisis en la relación, propicia que la infidelidad ocurra. “Es fácil confundir los sentimientos cuando hay alguna persona que empieza a completar este espacio, y sobre todo, cuando compartimos tantas horas en el trabajo fuera de casa”. 

Un compañero de trabajo ante la crisis 

De hecho, en el caso de Pamela, su infidelidad fue el punto cúlmine de una serie de crisis que llevaba con su pareja. Su hija había nacido hace un año, y sentía que la vida en pareja ya estaba muerta. Por ejemplo, no salían a comer, ni a ver a sus amigos, ni a bailar. “Me sentía muy amargada en mi relación”, dice Pamela. 

La psicóloga y sexóloga Carolina Carrasco, directora del Centro Reviva, dice que existen dos tipos de infidelidades. Por un lado, están las que son más esporádicas, que usualmente ocurren con personas que uno acaba de conocer. Y por otro, están las que son mucho más íntimas. “Me atrevería a decir que la infidelidad que implica más cercanía, más intimidad, más amistad, puede darse más compañeros de trabajo”, indica la psicóloga. 

Así fue en el caso de Pamela, quien en su compañero de trabajo, encontró un amigo que la apoyaba. “Como había tenido a mi hija hace poco, sentía que estaba fea. Entonces, él me decía: ‘No, Pame, tú estás bonita. Yo creo que le gustarías a cualquier tipo’. Entonces, eso hizo que me subiera el autoestima”, explica Pamela. 

De esa misma manera sucedió con Andrea (31), -quien prefirió que se le llamara con un seudónimo para no revelar su identidad-, que también fue infiel con un compañero de trabajo. Las razones que la llevaron a eso son parecidas a la de Pamela: la rutina estaba matando su relación.

“Encontré una persona que sí se preocupaba por mí. Todos los días en la mañana me preguntaba si estaba bien, me trataba con cariño, se preocupaba de si comía o no. Y esas cosas ya no las tenía con mi pareja en ese momento”, ejemplifica Andrea. 

De acuerdo con Harrison, estas son las razones principales por las que las personas recurren a ser infieles. Por un lado, están las causas personales, como la “baja autoestima, insatisfacción personal, alguna búsqueda personal, alguna crisis personal o búsqueda de validación externa”. Y por otro, están las que son propias de la pareja: problemas de comunicación, insatisfacción sexual, la rutina o la falta de tiempo. “En general, cualquier crisis de pareja puede llevar a que la relación se deteriore a tal punto que uno de los dos sienta la necesidad de buscar algo fuera de la relación”, indica Harrison. 

La emoción ante la infidelidad

El escenario de las infidelidades de Pamela ocurrían en el trabajo. Cuando ella y su amante querían verse, acudían al baño que estaba cerca del área de trabajo de él y se besaban. Cuando terminaban, le pedía ayuda a su amiga del trabajo para que los demás no se dieran cuenta de la infidelidad. “Mi amiga iba, miraba que no hubiese nadie alrededor y me decía: ‘ya, ahora sale porque no hay nadie’. Esperábamos un rato, y él después salía”, cuenta la mujer. 

El escabullirse y mantener la relación a escondidas, en especial teniendo en cuenta la prohibición del trabajo, puede contribuir a la relación. “La infidelidad es una relación altamente pasional. Y la pasión, está sostenida por dos elementos: la prohibición y el secreto”, explica la psicóloga Harrison. 

Este también fue el caso de Andrea, quien aprovechaba de pasar por los sitios que su amante concurría para verlo y conversar con él. A veces era en un jardín, otras en el estacionamiento. De hecho, aún recuerda lo que sintió y lo que conversaron después de que se dieran su primer beso. “Se sintió raro. Pero según lo que fuimos conversando, a los dos pensábamos lo mismo: que era bacán. Ambos, con pareja, nos gustaba, aunque sabíamos que estaba mal”, reconoce Andrea. 

Eleonora Aldea Pardo, bloguera, diseñadora gráfica e influencer de Instagram, se dedica a ilustrar muestreos que realiza en la red social. En ellas, espera que sus seguidores respondan preguntas cotidianas o que le generan curiosidad. Una de las últimas fue: “¿A quién te agarrarías si abrieras tu relación?”. Los resultados apuntaron entre personas desconocidas y conocidas. Y entre este último grupo, el 20% confesó que se involucraría con un colega. 

“Siempre pido que me hagan confesiones y cosas así, y casi siempre está relacionado con gente de la pega”, cuenta Aldea. Si bien piensa que una de las razones es porque las personas tienden a ver sus colegas todos los días y esto genera cercanía, considera que la prohibición es un elemento a considerar. “Está súper mal visto que te metas con gente del trabajo. Entonces, creo que tiene todos los factores emocionantes de la infidelidad”. 

Lo que pasa en el trabajo, no se queda en el trabajo

Con el pasar de los meses, el amante de Pamela comenzó a ponerse celoso de su pareja. En su afán por estar con ella, la mujer comenzó a darse cuenta de que su amante le escribía mensajes a su pareja por medio de cuentas falsas. Le decía que Pamela estaba con otro, que salía a carretear sin él, que lo engañaba en el trabajo. 

Con eso, las personas del trabajo comenzaron a darse cuenta de lo que sucedía. Cada vez que ella entraba al lugar, sentía como la miraban o comentaban sobre la infidelidad. Así, teniendo en consideración que los tres trabajaban en el mismo lugar, su jefe decidió cambiarla de área. “Yo me sentía súper culpable, porque decía: ‘me mandé el cagazo estando mi pareja aquí mismo’ y me sentía súper mal. Bajé mucho de peso en esa época”, dice Pamela. 

La psicóloga laboral Pía Vergara dice que las relaciones en el trabajo y con mayor razón las infidelidades, son problemáticas por las diferencias que puedan ocurrir entre las dos partes. “Esto repercute en el clima laboral porque está tenso, con ganas de rencillas, o quiere aclarar cosas que no tienen nada que ver con el trabajo”, dice Vergara. “Y pasa lo que pasa cuando terminan: no quieren volver a verlos y los tienes que ver igual”. 

Así, las decisiones de los empleadores puede ser mover a los involucrados, o simplemente despedirlos. Aunque está última, según Vergara, no es tan común. “Hay empresas que se prohíben explícitamente relaciones interpersonales fuera de lo laboral, por eso mismo. No es porque sean especialmente pesados o que sean estrictos sino que se ha visto que se puede desmoronar un equipo de trabajo por relaciones románticas, aventuras”, explica Vergara. “Y es muy difícil que una persona tenga la madurez y el altruismo de decir: ‘bueno, esto se queda acá y por el trabajo voy a seguir haciendo mi pega’. La mayoría se quiere ir o tiene que aguantarse los cahuines que generan un clima tenso”. 

Así, una vez que a Pamela la movieron de sucursal, tuvo que empezar a reconstruir las piezas de su relación. Sin embargo, a pesar de que lo intentaron, no lo lograron. “A pesar de que él me dijo que entendía que había sido un error, yo ya no me sentía convencida de estar con él. Y ni siquiera con la otra persona. Yo desde ahí, estuve sola”. 

En el caso de Andrea, la situación concluyó como pocas. A final de año, sus jefes la llamaron a su oficina y la despidieron. “Ellos me dijeron que había una situación, y que yo sabía lo que era. Me dijeron que ellos no se iban a meter en mi vida privada, pero que eso no podía perjudicar mi trabajo”, cuenta Andrea. 

Hasta el día de hoy, su pareja no sabe que ella le fue infiel. “Espero que nunca se entere. Las cosas con él sí mejoraron”, concluye Andrea.

Notas relacionadas

Deja tu comentario