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Reportajes

30 años sin Kurt Cobain: Alfredo Lewin narra el impacto del líder de Nirvana en toda una generación

¿Cómo sería la voz de Nirvana si no se hubiera suicidado? ¿Qué es lo que lo hace tan icónico? ¿Cómo fueron los días después a su muerte? El ex rostro de MTV no se encontraba en EEUU cuando el cantante decidió quitarse la vida, ya que se casaba en Chile esa semana. Tras contraer matrimonio, tomó un avión y fue testigo de cómo Seattle lloró la partida de su héroe generacional. A tres décadas de aquel 5 de abril de 1994, el locutor radial analiza en primera persona la figura del músico.

Por Bárbara Alcántara
Kurt Cobain
Kurt Cobain
Captura "Nirvana: Live and loud"
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No recuerdo exactamente cuándo fue la primera vez que escuché a Nirvana. Probablemente fue en la radio. Lo más seguro es que haya sido Smells like teen spirit, se me hace parecida a In Bloom y Lithium. En ese momento, la diferencia pasaba por los videos y seguro Sábado Taquilla sería mi exposición a la banda. La verdad, recuerdo bastante más la primera vez que escuché a Pearl Jam y hasta a Soundgarden, que era algo bastante más indie y que fue lanzado en el mismo momento que Nevermind, el disco Badmotorfinger.

Luego, en 1993, diría que Nirvana, por su naturaleza punk me gustaba más que Pearl Jam y tanto como Soundgarden. Una cosa rara, pero sentía emoción porque había una cosa más punky detrás de esta actitud de sonido, de entrega, algo que me recordaba a esos buenos momentos de esas canciones más desaforadas de Guns N’ Roses. En ese momento, esas eran mis comparaciones y parámetros, súper básicos. Nirvana no podía ser nada más diferente a Bon Jovi o artistas del rock comercial, que eran lo que escuchaba. No podía ser más diferente que Depeche Mode, que también estaba pasando por un peak de mucha popularidad. No podían ser nada más diferente a The Cure y, sin embargo, me gustaban mucho.

5 de abril de 1994

Yo había llegado recién a trabajar a MTV, era pajarito nuevo, viviendo en Estados Unidos y el primer gran batatazo de una noticia como esa pasa justo cuando vine de viernes a sábado a Chile, para casarme, y habiendo pasado lo de Roma, en Estados Unidos se había filtrado una fake new que decía que él había muerto de sobredosis en Italia. (3 de marzo de 1994)

El 5 de abril llegué en la mañana a Chile y se demoró un par de horas en darse a conocer la noticia de un trascendido de que se había quitado la vida de un escopetazo y alguien en el mundo de la radio o del sello de Nirvana, en este caso BMG, me comentan que esta vez sí había muerto Kurt Cobain. No lo podía creer y obvio que tenía la cabeza puesta en otra parte, esa noche me iba a casar. Fue un tema de discusión bien siniestro en el momento de mi matrimonio con integrantes de mi banda de entonces (Diva).

Estábamos recién empezando a desentrañar el final de la historia trágica de Kurt Cobain y de Nirvana, era un ejemplo muy raro, el arco trágico de un rockstar que hasta el momento no habíamos conocido así, no habíamos visto en tiempo real suceder.

Una extraña luna de miel

El domingo en la mañana, post matrimonio, recibí una invitación a hacer una cobertura en Seattle en la semana siguiente. Viajé el mismo domingo y cubrimos no de la vigilia porque eso fue el fin de semana, eso fue en el pequeño parque municipal que hay detrás de la casa de Kurt Cobain, en la mansión donde vivía. Ahí fue todo muy dramático con los fans y las velas y todo eso, pero a la semana siguiente ya se orquestaron los homenajes grandes en la ciudad y en el Arena principal estaban las chicas de Heart, Chris Cornell y algunos de Pearl Jam; eso fue la despedida grande que se le hizo en Seattle y nosotros estuvimos ahí.

Durante varios días hubo una estela, como si no fueran días laborales, había todo un movimiento de gente muy potente para ir bajando la noticia y tener más información. La ciudad se vistió de un luto muy particular. Fue una extraña luna de miel.

Fue Ruth (Infarinato) quien dio la noticia. En esa época era todo un tema logístico el poder hacer transmisiones en deferecto, que pretendieran ser en vivo con actualizaciones, porque no se podían traspasar archivos tan grandes de video para que llegaran hasta Nueva York que era desde donde se emitía la señal para toda Latinoamérica.

Entonces, esto se hacía con la premura de hacer actualizaciones en donde Ruth grababa, en esa ocasión le tocó a ella, yo no estaba en Miami, si no habría sido yo. Eso se mandaba desde Miami a Nueva York en un fedex expreso que se demoraba lo que el avión se demorara desde Miami a Nueva York.

Lo que yo hice en esa semana en Seattle fue una cobertura más completa porque se transmitió para MTV News y se podía hacer una pieza más post producida, por tanto, mi cobertura no pretendía ser en directo sino más aterrizada de lo que había pasado, pero para mí fue una chance de ver la resaca de lo que pasó. Esta reacción demoró una o dos semanas. Los mismos músicos o la gente de la industria no reaccionaron tan rápido tampoco, hubo un silencio de parte de los protagonistas de la escena de la ciudad. Me refiero hasta el 11 o 12 de abril de 1994.

Un tipo anti industria

Lo magnético de Kurt Cobain, más allá de la intuición pop para sus canciones, muy gancheras, muy comerciales para una radio que a los tres o cuatro meses se rindió frente a la evidencia de que había algo fresco y urgente. Luego nos enteramos de cómo lucía, muy guapo, muy gringo pero su falta de carisma, paradójicamente, era su principal magnetismo, porque rápidamente vino aparejada la idea de que estábamos frente a un tipo anti industria que se comportaba distinto a todos los rockstars que conocíamos.

Esa actitud de Nevermind o me importa un pepino era lo que lo hacía tan particular. Habíamos tenido algunos atisbos con algunas figuras del rock y del metal que se comportaban de esa manera, pero esto era un nuevo concepto de chico malo. De verdad a él no le interesaba y la banda también lucía como si no les interesara, especialmente Chris Novocelic quien también al igual que Kurt Cobain, parte de su atractivo es que Nirvana se veía como una banda como todos nosotros.

Kurt Cobain

No nos costó nada vestirnos de Nirvana porque la ropa era barata y el grupo no ocupaba una tenida especial para subirse al escenario como los rockstars que habíamos conocido hasta 1992. Eso era un atractivo innegable, era la capacidad de proyectarse como el juego de espejos frente al tipo que está en el escenario y a su público, independiente de que Kurt Cobain mas encima, al traducir sus letras, se preocupaba de proyectar la angustia juvenil que le pagó súper bien, económicamente, le dio muchos réditos.

Generación X

La renuncia de Kurt Cobain, con esto me refiero a quitarse la vida, se nos antojó como extraño y tenía que ver con ciertos valores. Si es que de verdad los noventa iban a continuar ese vuelo ochentero que tenía que ver con la imagen, con la banalidad de la cultura y la verdad es que los noventa terminaron siendo casi peores, mucho más individualistas en tantos sentidos.

Había una parte de la generación del grunge, que es muy diferente al paraguas grande de la generación X, allí había gente que pensaba de maneras diferentes, pero estaban todos encapsulados en el año en que naciste y que en Estados Unidos se hablaba de que eran hijos de los baby boomers, que estaba relacionado a la explosión de la natalidad, etc.

Eso es una sociología gringa, no es una cuestión de la globalización completa en donde aquí en Chile o en cualquier lugar de Latinoamérica no nos empezaríamos a enchufar en esa manera de pensar hasta fenómenos aglutinadores como MTV o cuando empezamos a tener malls y este gran crecimiento en donde era lo mismo estar en Santiago de Chile que en Miami o en Paris. Me refiero a que las marcas son las mismas o a que ciertos elementos de la cultura pop son iguales, entonces reaccionamos no creyendo lo que pasó. Cuando un tipo logra ese éxito, al mismo tiempo pensamos, bueno, igual se preveía.

Él tenía otro conflicto, aparte de su drogadicción y temas de salud mental y física, tuvo que lidiar con la industria cuando él tenía una moral tan do it your self, además sintió que sus compañeros de escena del mundo indie detestaban el hecho de que se hubiera vendido. Kurt Cobain se compró unos conflictos que estaban absolutamente de más y que creo, no tienen que ver con la generación X. Es simplemente no creer que el tipo lo había hecho, digo no creer cuando estaba anunciado que iba para allá.

Viudos del grunge

El género del punk rock y el grunge tuvo mucha visibilidad en los noventa, refrescó la parrilla del pop rock de una manera impresionante porque le dio mucha calidad, había mucha propuesta y una idea de lo autentico, que lamentablemente estaba un poco inflada como si los otros, un poco más de plásticos no fueran auténticos. Creo que igual lo eran.

El asunto es que la muerte y la sobredosis de otros artistas generó una idea errada de la renuncia de todos estos mártires y una cuestión distorsionada en donde la droga, especialmente en el estado de Washington, donde los índices del consumo de heroína son mayores que el resto de Estados Unidos, y más encima el tema ambiental de este lugar tan apartado y triste, daba como resultado un índice alto de suicidios. Seattle no era la ciudad bullente en la que se convirtió cinco años después y hoy es intolerablemente grande, parecida a San Francisco.

A principio de los noventa no era así, y muchos murieron, no sólo Layne Staley, Mike Starr de Alice in Chains y algunos que tenían esa cuestión media Seattle metida adentro, Scott Weiland, Chris Cornell, Mark Lanegan; todos aquellos que alucinaron con esa movida, incluyendo a Taylor Hawkins ahora último, murieron y nos hacen pensar que somos viudos del género, que es una música que no se ha ido.

No es que haya envejecido mal, el grunge fue defenestrado de su carácter principal por la cantidad de grupos copia post grunge que empezaron a surgir después aprovechando esa impronta. La movida post grunge echó a perder el grunge.

In Utero

Su historia vital, sus letras, su sonido, la proyección que tenía con la carrera de Courtney Love con Hole y el disco considerado el más importante de 1994, Live through this, que salió semanas después de su muerte. Lo que decía, como sonaba, instalaron la idea de John y Yoko en reversa o Syd y Nancy reactualizados a los noventa. Había una gran historia más allá de la música, que era incontestable; el pop rock de mejor factura en el disco Nevermind, el pasado independiente que da una narrativa insuperable con Bleach en 1989, que les dio una credencial de autenticidad y, posteriormente, lo que sería una vuelta a las raíces. De hecho, el disco In Utero abre con la sentencia, “la angustia juvenil me ha pagado muy bien y ahora estoy viejo y cansado”. El tipo tenía 26 años.

Justamente In Utero es mi disco favorito de Nirvana, ahí leemos al mejor letrista, independiente de algunas cosas que podían haber dado la idea del futuro de Kurt Cobain. Es un disco áspero y desprolijo, una reacción al éxito de lo pulido, de una navaja con acrílico que es Nevermind. Toda su imaginería, portada, sus videos, especialmente Heart Shape Box; con un tipo más maduro que había entendido la ambición lírica de REM, la influencia de William Borroughs con todos los lados siniestros y negros que había en esas letras es donde aparece el poeta maldito que más encima venía con la idea de hacer su obra maestra. Hasta él mismo tuvo tiempo de cuestionarse si con este trabajo sería entendido por la gran masa del público y efectivamente no lo fue.

Moral inrrockuptible

Si Kurt Cobain no se hubiera suicidado, como músico ya había dado algunas ideas de lo que podía pasar en el futuro. Uno, se habría separado de Courtney Love. Dos, probablemente se habría separado de Nirvana. Yo creo que su idea (había metido a una cellista y un segundo guitarrista a los conciertos) era de que la banda podía convertirse en un grupo donde pudieran participar más personas. Quizás, esto es especulación, le habría bajado el sonido a toda esta cuestión del rock alternativo y grunge. Con más arte y menos intensidad de la típica canción grunge donde Rape me no se diferencia de In Bloom.

Quizás habría indagado en una faceta más acústica, todos dicen que el Unplugged lo dejó muy conforme y se habría ido más por el lado de Bob Dylan y John Lennon cuando era más acústico y mas minimalista. Creo que habría ido por una búsqueda más experimental, entendiendo que ya había saboreado el éxito y se podía dar el lujo de hacer cualquier cosa. Pero había una parte de Cobain que se atrapaba con la y lo arrastraba, entonces es muy difícil decir que es lo que habría hecho de no haber muerto.

Yo me lo imagino como Neil Young, finalmente Young es una especie de padrino del grunge y con una moral incorruptible o inrrockuptible, con causas medioambientalistas, feministas, sociales, anticapitalistas. Kurt Cobain habría sido un buen referente que podría haber plasmado el sentir de una generación que fue envejeciendo con él. Creo que se habría acercado desde algo más feo, más ruidoso como el grunge, a algo más bello.

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