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11 de Abril de 2024

Los centímetros sí importan: cómo las oportunidades de los chilenos pueden estar determinadas por su estatura

Estatura Zlovenia Corante

El informe 2023 de NCD Risk Factor Collaboration, reveló los promedios de estatura de los hombres y mujeres chilenos es de 1.73 y 1.59 metros, respectivamente. ¿Le importa su estatura a las personas? Alejandra Energici, socióloga de la Universidad Andrés Bello, cree que sí. “Las normas estéticas determinan nuestras posibilidades en este país. Lo físico, puede llegar a afectar incluso las oportunidades laborales, de contratación y de salario. Pasa con la gordura, pasa con la altura”, plantea,

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Dos años después del mundial de Alemania 2006, Lionel Messi reveló a la prensa que a los once años empezó a usar una hormona de crecimiento. La misma que le dio el metro sesenta y nueve que mide hoy. En esa época, la consulta de la presidenta de la rama de Endocrinología en Chile, Claudia Godoy, se empezó a llenar de niños que querían la poción mágica para crecer como el futbolista argentino. 

Todos querían ser más altos, antes siquiera de haber terminado de crecer. “Existe un tremendo estrés social en torno a la altura a esa edad”, explica la especialista. “A veces, incluso nos cuesta convencer a los padres de que la hormona de crecimiento no se receta solamente porque el niño es bajo. Es algo que yo llamo el fenómeno de la “endocrinología cosmética”: pensar que crecer, es como hacerse una cirugía plástica”, continúa. 

El informe 2023 de NCD Risk Factor Collaboration, reveló los promedios de estatura de los chilenos y cómo han ido cambiando con el paso del tiempo. Hoy, los hombres de nuestro país miden 1.73 metros y las mujeres, 1.59. ¿Le importa su estatura a las chilenas y chilenos? Alejandra Energici, socióloga de la Universidad Andrés Bello, cree que sí: “Las normas estéticas determinan nuestras posibilidades en este país. Lo físico, puede llegar a afectar incluso las oportunidades laborales, de contratación y de salario. Pasa con la gordura, pasa con la altura”.

Y la estatura, a diferencia de otras características físicas, no es algo que se pueda —ni se deba— cambiar fácilmente. Según El Financiero, a Lionel Messi le hicieron un estudio exhaustivo para comprobar que su baja curva de crecimiento era un problema causado por déficit de producción de hormona de crecimiento en la hipófisis. Como él, uno de cada 10.000 niños nacían con este trastorno. El tratamiento duró tres años y cada uno de los 15 centímetros que subió, costó dos mil 295 dólares. 

“Todas las familias llegaban a la consulta con el sueño de que sus hijos crecieran más para ser altos futbolistas de la elite”, cuenta Claudia Godoy. “Pero el tema no funciona así. No puedo desear que mi hijo mida 1.78 si mide 1.66. Si partimos de la base que son niños sanos pero más bajos —porque los chilenos en general no somos tan altos—, podemos decir que muchos de los tratamientos, se solicitan por factores socio-emocionales más que genéticos”.

Un factor de discriminación en nuestra sociedad

La escena es probable: una mujer que con tacos se ve más alta que el hombre, genera incomodidad. Un hombre bajo per se, es complejo. Alejandra Energici se ha dedicado a investigar sobre el cuerpo y la apariencia en Chile, y explica que “en los cánones de belleza tradicionales del país, el cuerpo femenino es fácil de esconder, de no destacar, de ocupar poco espacio versus lo masculino. La estatura, es parte de eso también. Si eres hombre y ocupas menos espacio del que deberías, la masculinidad está en jaque también”.

La discriminación por apariencia física ha llegado incluso al ámbito laboral. Un estudio de Fundación Ronda revela que el físico está dentro de las tres discriminaciones principales en la oficina. Un 27% de 5.608 personas entre 18 y más de 60 años lo ha sentido producto de su apariencia y nivel socioeconómico. Esto mismo es lo que podría estar provocando que la causa número uno de consultas en endocrinología sea por talla baja. 

“La talla baja tiene estándares claros y no se define solo por ser más bajo que los demás”, explica Claudia Godoy. “Hay que estar ‘bajo el percentil 3’, o sea, el 3% más bajo de la población. La mayor parte de las familias que consultan, no son de talla baja”. La especialista relata que en la consulta, ocurre mucho que mamás y papás llegan después de comparar la estatura de los niños con las de sus amigos en el colegio. 

Sienten que sus hijos, se están quedando chicos. Pero en realidad, es cuestión de tiempo para que llegue el estirón. “Existe un tremendo estrés social en torno a la altura a esa edad. A veces nos cuesta convencer a los padres de que su hijo es sano”, agrega. Según la OMS, en Chile el “percentil 3” de las mujeres es 1.50 metros. El de los hombres, 1.63. “De ahí para abajo se puede decir que están en talla baja”, asegura Godoy. 

Mujeres altas y hombres bajos fuera de la norma 

Detrás del exceso de preocupación de las familias por la estatura —a pesar de que según explica la especialista, la mayor parte de los niños que consultan, van a lograr medir más—, también hay un tema de idiosincracia. ¿Por qué llegó a ser tan importante la estatura para la chilena y el chileno? Se trata de una metáfora social: más estatura, mayor ostentación. Para bien o para mal, porque según Alejandra Energici, “la norma general en este país son los cuerpos que no llamen mucho la atención. Nos incomoda mucho, somos muy sensibles a las diferencias de la apariencia”. 

La norma discrimina entre hombres y mujeres también. Una mujer más alta de lo normal entonces, incomoda producto de que la norma llama a que las mujeres no ostenten. “El origen de estas normas es algo que estamos estudiando en este momento”, continúa la socióloga.  “En Chile la ostentación en las mujeres se castigó mucho en algún momento histórico. Se temía que las mujeres en vez de maternar, se preocuparan solo de arreglarse a sí mismas”. 

Pero el ‘castigo’ también pasa si una mujer no cumple con la norma de apariencia. Alejandra Energici cita un artículo de The Economist que demuestra que, incluso, en Estados Unidos las mujeres tienen el mismo incremento salarial por hacer un postgrado, como por adelgazar. “Lo físico afecta nuestras posibilidades laborales a nivel de gordura y con el resto de las normas estéticas pasa lo mismo. Si miramos gordura, hay diferencias en niveles de contratación y de salario. Aseguro que lo mismo pasa con la altura”, dice. 

Y los hombres la tienen difícil. La norma social general aún no permite que un hombre pueda usar tacos para verse más alto sin ser juzgado. Uno de los escenarios más complejos en este tema y hasta hace poco, eran los hombres en las fuerzas armadas. “Fue muy polémico, porque en el ambiente militar quien no cumple con un cuerpo masculino que imponga autoridad al pie de la letra, no funcionaba. La estatura es parte de ese cuerpo normativo”, dice Energici. 

En abril del 2023 y bajo el inicio de una potencial reforma a Carabineros, la institución cambió sus requisitos de ingreso. Fue un acto inédito: en vez de pedir 1.60 metros para mujeres y 1.70 para hombres, la estatura mínima sin zapatos quedó en 1.50 y 1.60 metros, respectivamente. También se eliminó el requisito de no tener defectos físicos notorios. 

¿Cómo vive el chileno su altura?

Las épocas de mayor consulta por la talla, según Claudia Godoy, son inicio y final de año. Dos oportunidades de comparación entre los niños, que a fin de año están todos juntos frente a sus padres en las actividades escolares y a principios, volviendo distintos después de las vacaciones. 

Y cuando alguno de los padres es baja o bajo y lo ha pasado mal, es difícil de convencer de que su hijo está sano. O que es complejo intervenir en su condición genética si es que no es necesario. “De todas las expectativas que se tienen con los hijos, la estatura es una presión muy fuerte y que nadie puede manejar. Hay que  evaluar bien el hecho de que efectivamente se necesite un tratamiento para talla baja”, dice la endocrinóloga. 

El informe de NCD muestra la estatura promedio de las chilenas y chilenos a través de los años. En 14 años, los hombres, marcan más de un centímetro de crecimiento —171.7 cm en 2009—. Las mujeres,  7 milímetros —158.7 cm en 2009—.

Algo interesante pasa cuando las niñas y niños cumplen cinco años. El promedio de estatura es el mismo: 1.13 m. A esa edad, aún no hay hormonas que actúen sobre el crecimiento. “El cese del crecimiento, tiene que ver con el cierre de los cartílagos por los estrógenos”, explica Godoy. “Como las mujeres producimos más estrógeno a partir de cierta edad, crecemos y dejamos de crecer antes. De ahí viene por ejemplo que entre cuarto y sexto básico, las niñas pueden ser una cabeza más alta que los niños”.

“Ahora, los hombres también cierran los cartílagos de crecimiento producto del estrógeno. Transforman un poco de testosterona en él. Como la cantidad de estrógenos en los hombres es mucho menor, crecen más tiempo”, agrega. 

Si miramos 150 años hacia atrás, las guerras, la desnutrición y la sobre-nutrición posterior a eso, ocurrieron durante los dos primeros tercios de esos 150 años. “El ser humano creció aceleradamente producto de esos cambios ambientales y nutricionales. Pero en los últimos 50 años, como raza estamos creciendo mucho menos”, dice Godoy.

Finalmente, nadie ha crecido mucho durante el último tiempo. Un estudio del Imperial College de Londres midió y pesó a más de 65 millones de niños en 193 países del mundo. Según el crecimiento entre 1985 y 2019 —34 años—, Chile aumentó 4 puntos en la talla de hombres y mujeres. Eso nos permitió avanzar del lugar 156 al 131 en el ranking mundial de altura.

 Y si en 14 años hemos crecido en promedio 1 cm, proporcionalmente, nos quedaría 1,4 por crecer en los 20 años siguientes. Quedarían 2,4 cm en los próximos 34 años. 1,6 cm menos que en el último tercio de medición —1985-2019—. ¿Por qué menos? “Las políticas de nutrición de los años ’70 generaron un impulso en la estatura de los chilenos, pero hoy, ya estamos estancados como nación. Probablemente, como raza también”, concluye la endocrinóloga.

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