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Libros

24 de Mayo de 2024

Cuentos sobre el Día de los Patrimonios: una selección en 100 palabras

Ilustración: Camila Cruz

Como todos los viernes, The Clinic presenta una selección de cuentos de Santiago en 100 palabras. En esta ocasión, las historias están inspiradas en el Día de los Patrimonios.

Por Santiago en 100 Palabras

Este viernes The Clinic presenta junto a Santiago en 100 palabras una selección de cuentos que han participado en el evento literario. En esta ocasión son cinco los escritos seleccionados y todos tienen como temática el Día de los Patrimonios.

Las paces

Un día Ícaro abrió los ojos en el frontis del Bellas Artes. Se incorporó sobre la roca y abrió sus alas impetuosamente. Despegó entre las caras pasmadas de los transeúntes. Sobrevoló el Parque Forestal y planeó haciendo acrobacias hasta el Costanera Center. Se encaramó en la cumbre de la torre. Allí, con la ciudad de testigo bajo la nube de esmog, hizo las paces con el sol del mediodía. Cuando regresaba lo redujeron cuatro helicópteros, enviados por la administración del museo a recuperar su escultura. Reubicado en su sitio, hoy saluda con una sonrisa a los que pasan.

Pablo Francis, 22 años, Providencia.

***

Greta

Cada noche, viviendo en el Museo de Historia Natural, Greta, la ballena, mueve sus cansados huesos para llegar a la laguna y recordar, junto a los patos y peces, sus días en el océano. Una de esas noches Greta se dio cuenta de que algo entorpecía sus piruetas acuáticas y no le quedó más remedio que actuar. Esta laguna es muy pequeña para dos gigantes, pensó. A la mañana siguiente, las portadas de los diarios titulaban: “Muere el pato gigante de hule”. Greta estaba satisfecha. El viento y un cartel fueron los mejores aliados para encubrir su crimen.

Nicole Hernández Alfaro, 29 años, Independencia.

***

Guía turístico

Chamullaba palabras en inglés y portuñol, intercalándolas con el coa, que dominaba a la perfección. Explicaba que la plaza de la Constitución tenía estatuas de expresidentes y que la Moneda había sido bombardeada en el siglo pasado. Cuando se le empezaba a acabar el repertorio, rogaba que comenzara luego el cambio de guardia, porque a los turistas les encanta tomar fotos a los carabineros de palacio. Él los mira desde atrás, sonriendo. Le gusta ese instante en que se descubre libre en la calle y a los uniformados tras las rejas.

Pablo Rojas Molina, 36 años, Santiago.

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Quiso saberlo todo

Al día siguiente de haberse jubilado, Manuel se presentó en la Biblioteca Nacional. Pidió el primer tomo de una enciclopedia universal para leer en sala; el último volumen lo devolvió luego de cinco meses, momento en el que solicitó un atlas de geografía. Arqueaba su espalda en el mesón hasta quedar encima de los libros, como si fuese un vampiro volcado sobre una fuente de vida eterna. Algunos años después, un guardia creyó verlo dormido sobre un texto, pero ya no respiraba. En la página del libro sobre la cual yacía su boca entreabierta no quedaba texto alguno.

Rodrigo Cuevas Alonso, 48 años, Santiago.

***

Los trenes tristes

Cuando paso por la Estación Mapocho, oigo llorar las almas de los trenes, porque les quitaron su casa. Miran con nostalgia los tiempos en que salían cargados de gente y mercadería a todos los rincones de Chile, desde una estación que ayer fue suya y se la arrebataron sin preguntarles.

César Sánchez, 6 años, Conchalí.

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