La resurrección del Barrio Suecia

No más de 55 años de existencia tiene el Barrio Suecia y carga con más vidas que un gato callejero. Partió como residencial, siguió como pituco sector de tiendas de moda (las llamadas boutiques) y decoración, derivó en zona de restaurantes, pubs y clubes nocturnos, hasta que decayó en cuadras de prostitución, drogas y crimen. 

Un punto de inflexión lo marcó, en 2005, el asesinato de un hombre de 25 años y tres heridos que dejó un baleo a la salida de la discoteca Club Antares. Dos años antes, en 2003, el Entrenegros, de Miguel Piñera, cerraba su cortina.

Hoy, en una reconversión que no comenzó hace tanto, en el barrio conviven edificios mixtos de vivienda y oficinas, hotelería, tiendas, cafés, bares y un variado despliegue gastronómico. Nada, tal vez, digno, hasta ahora, de un ranking mundial. Pero sí de paladares y presupuestos de quienes trabajan por estos lados (me incluyo), harto joven y críticos gastronómicos curiosos, que no se van a la segura, que aprecian la cocina de pequeño local.

Definamos Barrio Suecia como las cuadras que recorremos entre Avenida Providencia, la Costanera Andrés Bello, Santa Magdalena y Nueva Los Leones.

Sólo allí, entre autos y caminantes, hay lugares que vale la pena considerar. Partiendo en Sta. Magdalena 34, el café-restaurante Nicolas, que se autodefine como francés, tiene buenos almuerzos (voto por las sopas y ensaladas) y convenientes happy hour. 

A pasos, en Sta. Magdalena 104, está Café de la Santa, con el mejor chocolate caliente del área. Hacia el oriente, en el paseo General Holley, Café Holley, con pastelería vegana que no he probado, y una terraza que en primavera y verano es una delicia. En Bucarest 87, la comida brasileña de Brach, con ricos pao de queijo y brigadeiros. En Bucarest 202, hace unos meses se instaló un Mr. Jack, con sus hamburguesas y una buena ensalada César. Si es para llevar,  comentadas son las ensaladas de Tasty Garden, en Nueva Los Leones 150.

La comida coreana tiene varios representantes. El más reputado, por el espacio que ha tenido en el periodismo gastronómico, es el Guksi, en Nueva Los Leones 140, que desde hace unas semanas cuenta con terraza que da a la calle. Otro coreano de verdad es el Ch01, en Santa Magdalena 168. El EveryDay, en Santa Magdalena 134, y el Ramen Ryoma, en Gral. Holley 2312, aportan al circuito.

Dos paradas extras para no quedar corta: la ropa vintage de Lé Sang, en General Holley 2335, y la aromaterapia de la marca francesa Naturel Organic, en Sta. Magdalena 41.

La nueva etapa del Barrio Suecia comenzó a gestarse en 2007, cuando se estrena el Nuevo Plan Regulador de Providencia y se hacen cambios a la ordenanza municipal.

¿El objetivo? Terminar con el perfil de “barrio del carrete” y transformar la zona en una de oficinas, con movimiento de día. Un año antes se había puesto la primera piedra del Costanera Center, inaugurado en 2012, y que evidentemente ha aportado un importante flujo de personas transitando por el sector, lo mismo que la salida del metro Los Leones por calle Suecia.

Adicionalmente a todo este movimiento, clave en la transformación del sector ha sido la restricción en la entrega patentes de alcoholes para desinhibir la actividad de clubes nocturnos (queda uno en Bucarest con patente de “restaurante de turismo”), no así de bares y restaurantes. Más recientemente, como parte de las medidas de mitigación del enorme mall, la municipalidad realizó el proyecto Calle Viva General Holley para mejorar la movilidad y priorizar la circulación de los peatones y la plantación de árboles. Se sacaron los estacionamientos en superficie y se emparejó calle y calzada. Misma estrategia que actualmente está en obra en Santa Magdalena. La referencia de ambas iniciativas es la bella Orrego Luco.

Esta postal conversa con el gran aporte que ha hecho Pizza Bar Flama, en los extramuros del Barrio Suecia, cruzando Providencia hacia el sur, en Mardoqueo Fernández 15. Suerte de plazoleta dura, por años fue zona de nada, un peladero subutilizado. Con la llegada Flama y los arreglos que han hecho sus socios Clarisa Casciano y Max Cabezón, el sector ganó un nuevo rinconcito que funciona de día y de noche y que, además, le ha dado un nuevo aire a un bar de culto, a unas tres cuadras, en el Paseo Las Palmas: El Foxy, históricamente conocido como el Bar de Willy, que suele recibir a quienes ya han gozado de una rica pizza.  

¿Pendientes? Como trabajadora que llega diariamente en auto a su oficina, un dolor de cabeza sigue siendo Bucarest, con doble vía, zona de descarga de varios proveedores, además de tránsito y descanso de los repartidores de una dark kitchen. Suma en caos un edificio que se levanta en la vereda oriente. Ese movimiento causa tacos absurdos. No es raro pasarse 20 minutos arriba del auto para transitar entre Providencia y la Costanera. La basura en esas pocas cuadras tampoco aporta. Todo lo contrario. Resta en la armonía y belleza que tanto necesitamos.