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La Convención

16 de Febrero de 2022

Asociación de Diálogo Interreligioso y norma de Estado laico en la Convención: “Celebramos su aprobación”

Asociación de Diálogo Inter Religioso sobre norma de Estado laico en la Convención: "Celebramos su aprobación" Foto: Agencia UNO

Desde ADIR se mostraron a favor de la norma de Estado laico y libertad religiosa aprobada en la comisión de Derechos Fundamentales.

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La Asociación de Diálogo Inter Religioso (ADIR) “celebró” la norma de Estado laico y libertad religiosa aprobada en la comisión de Derechos Fundamentales de la Convención Constitucional.

Su director Omar Cortés Gaibur aseguró que “celebramos la aprobación de esta norma”. En un comunicado, aplaudió que el articulado incluya una versión menos “beligerante” del Estado laico.

¿Qué dice la norma?

La norma nace a raíz de una iniciativa popular que consagra la libertad de conciencia y religiosa como “un derecho humano fundamental en una sociedad democrática, pluralista y diversa”.

En ese contexto, se define libertad de conciencia como “la manifestación de todas las creencias y el ejercicio de todos los cultos. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o cosmovisión”.

Esto implica la libertad de adoptar una creencia o religión, pero también el derecho a manifestarla. Ya sea “individual o colectivamente, tanto en público como en privado, mediante el culto, la celebración de los ritos, las prácticas y la enseñanza”.

El articulado también prohíbe “medidas coercitivas” que puedan menoscabar la elección de una creencia o religión por una persona. Salvo que contradigan “limitaciones prescritas por la ley” en materia de seguridad, orden público, salud o derechos fundamentales de otros.

El texto también consagra el derecho de las creencias de los pueblos indígenas. Esto incluye la mantención y protección de “lugares sagrados” con relevancia cultural y espiritual.

Además, la propuesta de norma plantea que Chile, como Estado laico y no confesional, se rige por el principio de “neutralidad religiosa”. Esto es, reconoce la “espiritualidad” como parte esencial del ser humano, e incentiva la “convivencia pacífica” de todas las religiones.

Finalmente, el texto plantea que las entidades religiosas podrán organizarse como “personas jurídicas de derecho público”. Ellas no podrán tener “fines de lucro” y sus ingresos se deberán gestionar “de forma transparente”.

Asimismo, sus autoridades no podrán tener condenas que los “inhabiliten para trabajar con menores de edad ni registrar condenas por violencia intrafamiliar”.

El Estado laico: entre el dualismo y la imposición

Cortés Gaibur rescata que el texto “da lugar al diálogo, aunque no lo mencione”. Esto porque lo fomenta como “actitud y método para la comprensión y aplicación de un sentido claro de una democracia participativa e inclusiva”.

Además, manifestó que la norma “se ofrece como una apertura hacia una comprensión mas contextual del Estado laico”. Así, el concepto se aleja de “las tendencias beligerantes” que “tergiversan” su comprensión. Particularmente cuando se plantea como “negación de identidades creyentes por identidades no-creyentes y viceversa”.

Además, el teólogo evangélico destacó que la “neutralidad” se entienda como un respeto a la autonomía del Estado y las religiones. Sin que eso signifique “imposición, intervención y negación”.

En ese sentido, se mostró a favor de que la nueva versión del Estado laico deje fuera posiciones fundamentalistas, como la imposición de creencias o el “dualismo”. Esto último entendido como la pretensión de dejar las creencias “en el ámbito de lo privado”.

A juicio de Cortés, “ambas tendencias tienden a contaminar la convivencia con actitudes fundamentalistas” y son “germen de totalitarismos”.

Además, “desfavorecen la comprensión de lo laico como un marco de convivencia democrática en el contexto de la pluralidad y el necesario desarrollo de la interculturalidad”.

“Esperamos que una norma así, constructiva, esté reflejada en la redacción final de nuestro marco vital de convivencia democrática”, sentenció.

ADIR es una organización de la sociedad civil que fomenta el diálogo entre representantes de distintas iglesias del país. En ella confluyen autoridades pertenecientes a la Iglesia Metodista Pentecostal, Bautista, Islámica, Católica, Adventista, Judía, entre otras.

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