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15 de Marzo de 2022

Fernando Huanacuni: “El ser humano no puede vivir sin la madre tierra, en cambio la madre tierra sí puede vivir sin el ser humano”

Archivo personal

El ex canciller boliviano Fernando Huanacuni es aymara y conoce bien los conceptos que ahora se discuten en nuestra Convención Convencional respecto de los pueblos originarios: Estado Plurinacional, Interculturalidad, Justicia Indígena, Derechos de la Naturaleza. En conversación con The Clinic, explica bien cada concepto y los pone en contexto. “No va a haber liberación, si no reconstruimos nuestra identidad cultural”, precisa.

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En su libro Vivir Bien/Buen Vivir. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias de los pueblos ancestrales, publicado en 2010, Fernando Huanacuni señala: “Los pueblos originarios planteamos una forma de convivencia con el propósito de cuidar el equilibrio y la armonía que constituyen la vida”. Nos explica que ser indígena se traduce en ser coherente con nuestra propia historia de vida, y recuperar los conocimientos que fueron enseñados por abuelos y abuelas. En su caso, con quienes vivió durante su niñez y adolescencia, pues fueron ellos quienes le trasmitieron el idioma, la historia y las tradiciones culturales.

 “Bajé de la montaña para insertarme a lo que hoy constituye la ciudad en el año 1980”, cuenta en extractos de su vida personal. Llegar a la ciudad le permitió reflexionar sobre el valor de la identidad en la perspectiva “histórica propiamente aymara”.

Explica que ser indígena se traduce en ser coherente con nuestra propia historia de vida, y recuperar los conocimientos que fueron enseñados por abuelos y abuelas. En su caso, con quienes vivió durante su niñez y adolescencia, pues fueron ellos quienes le trasmitieron el idioma, la historia y las tradiciones culturales.

Huanacuni estudió Derecho y se formó en Ciencias Jurídicas en la Universidad de San Andrés, ubicada en La Paz, en Bolivia. Nació en un Ayllu, el poder comunitario aymara que ha persistido a pesar de los “asedios”, como llama a los intentos de las elites por reducir la vida comunitaria aymara e inculcar la propiedad privada como proyecto republicano. “El abuelo y la abuela, todas las mañanas ofrendaban a la tierra. A pesar del racismo, continuaban practicando nuestra cosmovisión, filosofía, espiritualidad y reflexionar en nuestra perspectiva política”.

También su abuelo le enseñó el mundo organizativo indígena y juntos participaron en las movilizaciones del Quinto Centenario. En Bolivia, la fecha adquirió ribetes de una insurrección armada con la insurrección del Ejército Guerrillero Tupac Katari y de movilización social con las organizaciones indígenas. A través de su memoria, Huanacuni narra cómo fue la movilización de repudio al Quinto Centenario: una “multitud manifestándose”, que concluyó con un gran encuentro en Tiwanku, la ciudad Aymara pre existente al Tawantinsuyo. “Es ahí donde emergen la propuesta del Estado Plurinacional y luego surgen los Derechos de la Madre Tierra y el Buen Vivir”, señala quien llegó a ser canciller de Bolivia entre 2017 y 2018, para el tercer gobierno de Evo Morales.

Para los dirigentes y dirigentas de los movimientos indígenas en América Latina, el reloj de la historia quedó marcado en 1492. Es un punto de inflexión: las civilizaciones son derrocadas, los indígenas esclavizados y relegados a las tierras menos productiva. La religión católica se inculcó a la fuerza durante la colonia y luego continuó bajo las repúblicas. Lejos de aminorar la violencia luego de las revoluciones hispanoamericanas de los siglos XVIII y XIX, el desojo territorial se profundizó con políticas que afectaron la identidad indígena. Hablamos del racismo en una larga duración. Según Huanacuni, no es posible revertirlo sin disputar los espacios políticos.

“No va a haber liberación -afirma- si no reconstruimos nuestra identidad cultural, por eso es que se ha generado una nueva perspectiva que hoy llamamos el Estado Plurinacional”, sostiene. Ese es su sueños para el conjunto de los pueblos originarios de América Latina.

Plurinacionalidad y poder comunitario

El paradigma de la Plurinacionalidad -que hoy se debate en Chile, y que fue aprobado por en el pleno de la Convención Constitucional para ser incluido en la nueva Constitución– emerge por el poder comunitario de los pueblos originarios. “Es la estructura que nuevamente va a rediseñar el Estado. Habrán varios principios que son totalmente diferentes al Estado Nación” explica Huanacuni en conversación con The Clinic. El principal, es la transición de un Estado antropocéntrico a uno ecocéntrico. Mientras el primero se constituye en la individualidad, el segundo lo es en la comunidad. Si en el primero el ser humano es el protagonista, en la segunda experiencia “es el conjunto de las vidas que complementan a la vida humana. Lo comunitario trasciende más allá de lo social: árboles, insectos, ríos, montañas y nieve”.

El Estado ecocéntrico, afirma Huanacani, no se constituye en la individualidad, sino que en la comunidad. El protagonista “es el conjunto de las vidas que complementan a la vida humana. Lo comunitario trasciende más allá de lo social: árboles, insectos, ríos, montañas y nieve”.

El aceleramiento del cambio climático da la razón a los movimientos indígenas en América Latina y la disminución hídrica es un tema que debería preocuparnos en general como humanidad. Sin embargo, explica que fueron los pueblos originarios en las décadas de los 80 y 90 quienes propiciaron el reconocimiento de la Naturaleza como sujeto de Derecho. Hoy ello existe en las constituciones de Ecuador y Bolivia, mientras que en Chile se está en pleno debate en la Convención Constitucional gracias a las dos corrientes Plurales que conviven en los Escaños Reservados –“Pueblos Originarios” y “Coordinadora Constituyente Plurinacional y Popular”– y que parece ser uno de los principales consensos.

Plurinacionalidad sin Autodeterminación no son compatibles. Llevarla a la práctica a través de la Autonomía, es sólo reconocer la continuidad de la vida comunitaria indígena, la que se sustenta en las múltiples vidas que conviven y cohabitan en igualdad de condiciones. Para convencer a los no indígenas, el concepto de Interculturalidad crítica es el camino para lograr llegar a un pacto democrático. Toda la sociedad debería compartir los Derechos de la Naturaleza en la óptica de Huanacuni y él fundamenta su visión: “La naturaleza puede vivir sin el ser humano, pero nosotros no podemos sobrevivir sin ella. Si destrozamos la madre tierra, estamos destrozando la fuente de la vida no solamente del ser humano, sino de toda forma de existencia”.

Derechos de la Naturaleza y Justicia Indígena

El modelo económico que actualmente se aplica en América Latina, exclusivamente en torno al extractivismo, ha generado la destrucción de la Naturaleza. Con el paso de los años, ese desajuste entre la concepción de vida que tiene el mundo indígena y los no indígenas ha generado un aceleramiento del cambio climático. Dice Huanacuni: “El extractivismo económico de hoy no puede perpetuarse en el tiempo porque está destrozando la fuente de la vida que es la Pachamama, la madre tierra. Y ese abismo lo ha llevado el Estado Nación monocultural. ¿Qué es lo que promete un Estado Plurinacional?  Primero, cuidar la vida y cuidar la vida significa derechos de la madre Tierra. Si afectamos la matriz de la vida, todo se pone en riesgo, incluso el ser humano, por lo tanto, ése es el principio fundamental del cual todo proceso de transformación Plurinacional se debería estructurar”.

Huanacuni invita a superar el paradigma antropocéntrico que ha generado la destrucción de la naturaleza. Uno de los conceptos que ha sido sostenido por las y los convencionales de los pueblos originarios en Chile; es decir, transitar de Estados nacionales monoculturales a unos de carácter plurales.

“¿Qué es lo que promete un Estado Plurinacional?  Primero, cuidar la vida y cuidar la vida significa derechos de la madre Tierra. Si afectamos la matriz de la vida, todo se pone en riesgo, incluso el ser humano, por lo tanto, ése es el principio fundamental del cual todo proceso de transformación Plurinacional se debería estructurar”.

En las últimas semanas, se han manifestado argumentos en contra de los Derechos de la Naturaleza que parecen más bien descalificaciones que una invitación a pensar un nuevo tipo de República. “Esta es una constitución indigenista”, dicen; o como tituló La Segunda el viernes 4 de marzo: “Agenda indigenista impone sus términos en el texto final”. Una estrategia mediática que seguramente apunta a generar una animadversión respecto del plebiscito de salida.

A pesar de ello, lo cierto es que la Plurinacionalidad es la oportunidad para resolver lo que Fernando Huanacuni denomina la “deuda histórica”. Es decir, el pensamiento colonial y sus políticas que postergaron a los pueblos originarios, empobreciéndolos. En una segunda dimensión está el “paradigma comunitario ancestral que reconfigure al Estado en uno comunitario”; y en una tercera, los derechos de la madre tierra. “Entonces el Estado Nación que pretende garantizar la vida, los derechos del ser humano, pero destrozando la madre tierra, en realidad está entrando en una contradicción, no va a poder garantizar, porque están destrozando la fuente de la vida que es la Pachamama, la madre tierra”, sostiene.

Huanacuni comenta que una de las principales críticas al proceso boliviano ha sido la continuidad de políticas de extractivismo. Y se da el tiempo de explicarlo: “Los Derechos de la Naturaleza es poner al servicio del Estado Plurinacional sus frutos, porque es en beneficio de la vida y cuidando la vida”. Ello iría de la mano con la nacionalización: “No vamos a poder hablar de Estado Plurinacional si nosotros no recuperamos la soberanía también ligada a la dignidad”.

Vivir Bien es garantizar jurídicamente los principios ancestrales que se expresen constitucionalmente, que es la reestructuración del Estado en un órgano Ejecutivo, Judicial y Electoral. “Para ello es muy importante reformular la educación, que aspire a formar una ciudadanía plural”, dice Huanacuni; y trae a la discusión la Ley Avelino Siñani, que sostiene en algunos de sus fundamentos su aspiración a una educación democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad. También intracultural, plurilingüe e intercultural. “A través de la educación hay una herramienta para inculcar los valores que hagan transitar la educación individual a una comunitaria”.

“Es muy importante reformular la educación, que aspire a formar una ciudadanía plural”, dice Huanacuni; y trae a la discusión la Ley Avelino Siñani, que sostiene en algunos de sus fundamentos su aspiración a una educación democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad. También intracultural, plurilingüe e intercultural.

Rememora los años en que estuvo en el gobierno de Evo Morales, y repite la frase que el mandatario le dijo una vez: “El ser humano no puede vivir sin la madre tierra, en cambio la madre tierra sí puede vivir sin el ser humano”. Hoy, a juicio del ex canciller, el ser humano se ha transformado en un depredador que ha incrementado el exterminio de las otras especies de vida que conviven con nosotros. “Tenemos que reflexionar: no podemos seguir con ese ritmo que nos llevará a un abismo. Por lo tanto, hay que reflexionar desde el Estado y las formas de producción”. Y añade: “Una normativa que proteja a la Naturaleza o la convierta en sujeto de Derecho, es el principio para el cambio”.

Pero eso debe ser con un cambio de paradigma inclusive en la misma izquierda. Ver críticamente cómo la izquierda incorpora a los movimientos indígenas dentro de la categoría de movimientos sociales o insertan los conceptos indígenas en sus programas sin una autocrítica. Huanacuni mira con recelos algunas propuestas emanadas del mundo sindical, pues los considera jerárquicos e individuales. “Un sindicalista, por ejemplo, si ve una montaña, simplemente es una fuente de riqueza, pero si un hombre o una mujer indígena lo ve, son sus antepasados, es una abuela o un abuelo, no es solamente una fuente de riqueza. La izquierda tiene ese pensamiento y el mundo sindical también. Ahí esta nuestra diferencia y nuestro punto siempre crítico entre pueblos originarios y movimientos sociales”. No obstante, también analiza críticamente a los movimientos indígenas, los que sólo se sostienen desde una identidad, sin dar o crear alternativas reales de poder.  

“Un sindicalista, por ejemplo, si ve una montaña, simplemente es una fuente de riqueza, pero si un hombre o una mujer indígena lo ve, son sus antepasados, es una abuela o abuelo, no es solamente una fuente de riqueza. La izquierda tiene ese pensamiento y el mundo sindical también”.

No es una transición fácil. “¿Cómo explicar que lo indígena no es solamente el territorio ancestral, ni una dinámica política, económica y social?”, se pregunta. Es también hoy, por las consecuencias del colonialismo, una dinámica demográfica en las urbes: viven y conviven en los territorios con el resto de la sociedad. A diferencia de Bolivia, la población indígena no es mayoritaria en Chile, lo que dificulta la transición de una lógica individual a una estructura comunitaria ancestral.

Huanacuni hace una distinción entre el Vivir Mejor y Buen Vivir. El primero describe como el paradigma del consumismo en que se mueve por la oferta y demanda, la cual significa sobrevivir antes que vivir bien. El Buen Vivir es recuperar los valores, principios y su vinculación con la naturaleza. “Si no se recupera ese vínculo, la humanidad continuará depredando lo único que le permite vida: la naturaleza”. 

Un Estado Plurinacional al desarrollar la Autonomía necesita, a su vez, reconocer los Derechos de la Naturaleza como paradigma. Ello significa otra transformación: la conformación de una Justicia Indígena y de ese modo “sacar de raíz lo punitivo”. El paradigma de la Justicia indígena es retornar al equilibrio y armonía. En las comunidades no existen cárceles ni en el idioma aymara tal concepto. “Pero sí hay una posibilidad que se produzca una desarmonía en la comunidad. Si eso sucede: hay mecanismos, instituciones para su retorno”, explica. Se hace con la persuasión y también imponiendo castigos que van en beneficio de la comunidad. El propósito es devolver a quien incumple las leyes indígenas, los principios de honestidad, respeto y una conducta respetuosa.

“Suena a cosas del pasado, pero para un futuro Plurinacional, para lo comunitario, son valores para restablecer el equilibrio y la armonía”, señala. El problema de una persona es un problema de la comunidad. “Ahora en un sentido de Estado, significa que hay un espacio jurisdiccional que la justicia indígena ofrece para resolver conflictos. Lo que vivimos hoy en Bolivia es qué temas debe resolver, qué ámbitos conviven y cómo se articulan los mecanismos de justicia”.

El paradigma de la Justicia indígena es retornar al equilibrio y armonía. En las comunidades no existen cárceles ni en el idioma aymara tal concepto. “Pero sí hay una posibilidad que se produzca una desarmonía en la comunidad. Si eso sucede: hay mecanismos, instituciones para su retorno”, explica.

Hacia una América Plurinacional

Una de las oportunidades abiertas para superar las trabas estructurales que vive la población indígena a nivel continental es superar también las limitaciones que generan las elites para impedir las alianzas entre pueblos originarios. Eso plantea Huanacuni, quien sostiene la creación de una “estructura Plurinacional que no resuelva en un país la problemática, sino en una dimensión continental, porque hay distintos pueblos indígenas con iguales problemas. Si la Plurinacionalidad es el nuevo mapa de las naciones, migrar del Estado nacional a un Estado Plurinacional bajo un continente plural podría resolver problemas económicos, de educación y culturales”.

En su mirada, Chile estaría viviendo un empuje gracias a los pueblos indígenas, movimientos sociales y estudiantiles. Un camino que fortalece lo que avizora como una América Plurinacional y para ello es necesario un mecanismo de integración: lo denomina RUNASUR, una articulación de organizaciones indígenas con la perspectiva de cuidar el Estado Plurinacional y proyectarlo en una dimensión continental, como paradigma “comunitario que es irreversible” dice.

“Estas tierras son de los pueblos originarios y preservar un Estado Plurinacional con reformas integrales es una prioridad. Nosotros eso lo llamamos Abya Yala, que es el proceso de cambio de la América Plurinacional”.

* Fernando Pairican es historiador. Académico Escuela de Antropología de la Universidad Católica de Chile.

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