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Entrevistas

19 de Octubre de 2022

Gloria Hutt, ex ministra de Transportes, sobre demandas del Estallido Social: «Siguen presentes, pero la mayoría no está dispuesta a que se resuelvan a cualquier costo»

Agencia UNO

Aunque está convencida de que es necesaria la redacción de una nueva Carta Magna, sostiene que las urgencias sociales que se levantaron en 2019 deben avanzar en paralelo. "El Presidente Boric propuso un programa que no se ha ejecutado (...) ni siquiera avanzando en iniciativas previas que podrian servir como partida", acusa.

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“Más que un momento puntual, el proceso nos puso a prueba con dureza. No solo en lo técnico, también en empatizar con el impacto emocional que la situación tuvo sobre muchas personas”, dice hoy la exministra de Transporte, Gloria Hutt, sobre el Estallido Social que comenzó el 18 de octubre de 2019.

Cabe destacar que bajo su mandato ocurrió el alza del precio en el transporte público que dio inicio a todas las protestas. Por eso, sostiene que “fue muy difícil”, y que junto a sus equipos puso el foco en “recuperar rápido la movilidad de millones de personas, que se vio afectada gravemente por varios meses”.

A 4 días de las elecciones generales de Evópoli, su partido que busca presidir, la ingeniera civil aborda el escenario actual del país, a tres años de un hito que marcó la política nacional.

“Estamos peor en todos los planos”

¿Qué evaluación hace del país a tres años de ocurrido el Estallido Social? ¿Estamos mejor o peor?

-Es importante distinguir dos planos: la manifestación violenta, cuyas consecuencias aún nos afectan en todo Chile, y las demandas sociales, para las que el presidente Piñera propuso caminos -sin encontrar acogida en la izquierda- y el Presidente Boric propuso un programa que no se ha ejecutado.

En resumen, estamos peor en todos los planos.

En el Estallido surgieron diversas demandas: pensiones, salud, educación, costo de la vida, etc. Había un malestar generalizado. ¿Usted cree que se han satisfecho esas peticiones?

-Efectivamente hubo una manifestación de necesidades no resueltas, muy concretas en la vida de las personas. Los programas de los candidatos presidenciales proponían diferentes fórmulas para abordar su solución. El candidato ganador comprometió avances que no se han concretado. Ni siquiera avanzando en iniciativas previas que podrían servir como partida.

Es evidente que la mayoría de las personas no ve resueltas esas demandas. A mí me parece muy valioso destacar el rol de los ciudadanos en el plebiscito de salida: las demandas siguen presentes, pero la mayoría no está dispuesta a que se resuelvan a cualquier costo, especialmente si afectan sus libertades, la igualdad entre todos y la estabilidad del país. Es muy importante eso.

“Se debe proteger la participación activa de los ciudadanos”

Actualmente está el nuevo proceso constituyente en plenas negociaciones. A su juicio, ¿cómo se avanza en política hacia el futuro y la satisfacción de estas necesidades?

-Es muy claro que la voluntad de la mayoría es que la elaboración de una nueva Constitución ocurra en un marco de rigor, prudencia y calidad, para darle legitimidad. 

La votación le pertenece a las personas, no a los partidos, y se debe proteger la participación activa de los ciudadanos en el proceso. 

Es indispensable avanzar en paralelo en el nuevo texto y en propuestas para responder a las necesidades no resueltas, mucho mas concretas y urgentes. Hay una segunda oportunidad para que el gobierno empiece a gobernar, a dar soluciones y sintonice con el sentir mayoritario. 

Les ha costado sacar el foco de atención de La Moneda, y echar a andar una agenda sectorial mas notoria y contundente.

¿Debe una nueva Carta Magna canalizar todas las demandas, o debe también impulsarse otra vía de trabajo en pos de las urgencias sociales?

-Como indiqué antes, son caminos que deben avanzar en paralelo, con la misma fuerza, dedicación y urgencia. No hay holguras cuando enfrentamos un escenario complejo en la economía, la seguridad pública y las demandas no satisfechas. El gobierno debe poner las prioridades y el Congreso, el ritmo. Una nueva constitución esta fuera de discusión, y ese proceso debe ser armónico con el tratamiento de los temas que son prioritarios para la ciudadanía.

El gobierno tiene el deber de garantizar que estos procesos se realicen en un ambiente de paz, y debe condenar sin ambigüedades la violencia, que tanto daño nos ha hecho.

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