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5 de Febrero de 2023

Salir de la cárcel: las dificultades para reinsertarse socialmente

AGENCIA UNO

El año pasado, 10.995 personas privadas de libertad y condenadas accedieron a prestaciones de intervención en centros penitenciarios no concesionados, según Gendarmería. Khristian Briones, exreo, asegura que es difícil conseguir trabajo al terminar una condena, por los antecedentes penales.

Por Catalina Martínez Soto

Es muy difícil reinsertarse”, admite Khristian Briones (44), quien cumplió dos condenas en el Centro de Detención Preventiva Santiago Sur (expenitenciaría) por delitos asociados a robo. Tras salir en libertad, y luego de altos y bajos con el consumo de drogas, decidió construir un espacio para que quienes hayan estado privados de libertad puedan reinsertarse social y laboralmente.

Así nació la Fundación Dimas que, a través de Aguas Dimas, genera puestos de trabajo para personas con antecedentes penales. A juicio de Briones, una de las dificultades de la reinserción es que al salir de la cárcel “no te entregan las herramientas para insertarse socialmente y tampoco está la oportunidad laboral”.

Durante el año 2022, 10.995 personas privadas de libertad y condenadas accedieron a prestaciones de intervención para reinserción social en centros penitenciarios no concesionados, según cifras de la Subdirección de Reinserción Social de Gendarmería. Hasta noviembre de 2021 ese número llegó a 7.816.

El jueves de esta semana, Gendarmería lanzó la campaña “No seas de cartón, cree en la reinserción”, que busca aumentar la cantidad de personas que se adscriban al decreto de Ley N°409 -promulgado en 1932-, una vez que hayan cumplido su condena, con el fin de optar a un trabajo formal y disminuir la reincidencia delictual.

Al acceder al decreto las personas podrán eliminar sus antecedentes penales, una vez que hayan cumplido un proceso de firma mensual en los Centros de Apoyo para la Integración Social (CAIS) o, en caso de que no exista aquella unidad en la respectiva región, en los Centros de Reinserción Social (CRS) o Establecimientos Penitenciarios (EP). Para quienes tienen una condena, deberán ser dos años de firma mensual, mientras que quienes posean más de una serán cinco.

“El beneficio que tiene esta norma es que logra que una persona que tiene la voluntad de querer integrarse a la sociedad pueda hacerlo mediante la eliminación de los antecedentes penales, esa es la gran ventaja que tiene esto”, dice al respecto el subdirector de reinserción social (s) de Gendarmería, Ricardo Hidalgo.

En 2022, según datos a los que accedió The Clinic, 11.397 personas estaban en proceso para acceder a la eliminación de sus antecedentes, 9.964 hombres eran hombres y 1.433 mujeres. La cifra total, no obstante, ha disminuido en comparación a años anteriores.

En 2021, de acuerdo al mismo registro, llegó a 12.309 (10.879 hombres y 1.430 mujeres) y en 2020 a 14.162 (12.488 hombres y 1.674 mujeres).

De la cárcel a crear un espacio de reinserción

Nacido el 16 de febrero de 1978, Khristian Briones califica su infancia de difícil y violenta. Su padre, recuerda, lo abandonó cuando tenía un año y fue criado por su familia materna, en la población José María Caro. A los 13 años comenzó a vivir en la calle y a consumir pasta base.

Para poder conseguir esta droga empecé a robar espejos de micro, con mucho miedo”, dice.

Tuvo varios pasos por el Sename hasta que cumplió 18 años y cayó en su primera condena de prisión, en 1996, por los delitos de robo con intimidación y robo con fuerza.

“En la cárcel nunca tuve la posibilidad de rehabilitarme o aprender cosas positivas, salí con más de 20 puñaladas, salí 30% quemado, probé drogas que nunca había probado, como el crack”, recuerda, y agrega que “hay mucha violencia en ese lugar”.

La primera vez que salió en libertad en el año 2004, dice, volvió a su casa en la población El Castillo en La Pintana y buscó trabajo, pero no resultó.

“No pude conseguir trabajo porque tenía antecedentes, pero la posibilidad de robar estaba siempre, porque yo volví al mismo contexto cuando salí de la cárcel”, comenta, y reconoce que “como no resultó el tema laboral y sí estaba la posibilidad de robar, empecé a robar nuevamente”.

En 2006 volvió a la cárcel, condenado por el delito de robo con sorpresa. Pero esa vez, dice, fue distinto, porque conoció al sacerdote Nicolás Vial, presidente de la Fundación Paternitas. “El padre me dijo que cuando saliera en libertad lo fuera a buscar”, señala Briones, y así fue.

Una vez que cumplió su segunda condena, el sacerdote le consiguió un puesto de trabajo en un supermercado en la comuna de Lo Barnechea. “Estuve trabajando 18 meses, salí dos meses el mejor empleado del mes”, dice.

Sin embargo, los problemas con el consumo de drogas no se detenían, por lo que decidió acudir nuevamente a Vial. Tras pedirle ayuda consiguió un puesto de trabajo en la Fundación Paternitas. “Empecé a hacer aseo en Paternitas y empecé a estudiar en las tardes”, comenta.

En ese tiempo, Briones terminó su enseñanza media en el Colegio Particular de Adultos ITSA, y finalizó sus estudios en 2011. Más tarde, entró a Técnico en Trabajo Social en el Instituto Profesional Valle Central y, en paralelo, también acompañaba al sacerdote a los talleres que hacía en cárceles. Incluso, llegó a ser el encargado de los programas que impartía la fundación.

Tras su paso por la Fundación Paternitas, en 2018 decidió crear Fundación Dimas y Aguas Dimas para fortalecer la reinserción social que, a su juicio, requiere de factores como el acompañamiento psicosocial y la capacitación laboral.

“Buscamos sacar lo mejor de cada uno. La idea es que se puedan conocer y que tengan la confianza de decir ‘me va a ir bien, este paso lo daré porque ya no quiero estar más preso’”, dice.

A cargo de la fundación consiguió un convenio con Gendarmería para remodelar el módulo 12 en el Centro Penitenciario Colina 2. La pandemia, sin embargo, afectó el avance del trabajo y, actualmente, aspiran a actualizar el documento para comenzar con la construcción este año.

Queremos que se asegure que ese espacio va a ser administrado por Fundación Dimas para un programa de reinserción y de evangelización católica”, dice Briones.

Khristian Briones.

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