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Ñuble, la región más pobre de Chile: alta ruralidad, un desempleo por las nubes y baja infraestructura golpean a Chillán y sus 20 comunas

La última Encuesta Casen reveló que la región de Ñuble es el territorio con la tasa de pobreza por ingresos más alta de Chile, con un 12,1%. Tras su creación en 2018, sus habitantes y autoridades rastrean la explicación a distintos factores: problemas en su instalación, la alta ruralidad de la zona y, apuntan, la falta de políticas públicas de descentralización, con alta dependencia de Chillán.

Por 30 de Julio de 2023
AgenciaUno
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“Nos puede sorprender el resultado de la Encuesta Casen, pero Ñuble es una de las regiones más rurales del país. El territorio, en su mayoría, es aún muy rural. Faltan fuentes laborales formales y la calidad de vida de las familias, en su mayoría, depende de trabajos transitorios”. Así describe Lorena Polanco, trabajadora social y concejala de San Carlos, la realidad que vive la región del Ñuble.

La última Encuesta Casen, publicada por el Ministerio de Desarrollo Social, dejó un dato clave. La pobreza por ingresos en Chile bajó desde un 10,7% a un 6,5% en 2022. Un descenso empinado, donde destacaron regiones como Los Ríos (-5,9), La Araucanía (-5,2) y Biobío (-4,7). Como contraparte, Ñuble se transformó, por primera vez, en la región con la tasa de pobreza por ingresos más alta de Chile.

Con un 12,1% de tasa de pobreza por ingresos, la región creada en septiembre 2018 como una división de Biobío, quedó al fondo de la lista. O, viéndolo de modo inverso, primerísima, superando a la histórica región que utilizaba esta posición: La Araucanía.

Por ello Lorena Polanco apunta a algunas de las causas que explican estas cifras: “Chillán es nuestro gran foco urbano. Es la capital regional, y existe una gran dependencia a ella. Hay sectores, zonas rurales, que no tienen conexión directa de transporte público con Chillan, y tienen que buscar otras rutas de acceso. No se han implementado los servicios como corresponde en provincias”.

Según información del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 2021, de las 21 comunas que son parte de Ñuble, solo Chillán es considerada una comuna urbana. Una de veinte. El 96% del territorio regional es considerado rural, lo que se complementa con que el 62% de la población viva en este tipo de territorios.

Por ello es que a muchos no les sorprende la cifra de encuesta Casen, pero sí los alerta. Ese es el caso del delegado presidencial de Ñuble, Gabriel Pradenas, quien describe lo que esto significa. “Nos preocupa de manera significativa. Se puede entender en elementos asociados a distintos factores económicos que han dificultado su desarrollo. Entre ellos los distintos sectores industriales que se ven afectados en 2022, o las condiciones socioeconómicas de Ñuble”, describe la autoridad de Gobierno.

Una región con -casi- cinco años de antigüedad

En 2015 la ex presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley que creó la región de Ñuble. Con 26 votos a favor y dos en contra, en 2017 el proyecto fue aprobado en el Senado, transformándose en ley. Más tarde quedó firmada y ratificada por la propia mandataria en 2017, en el centro de la zona: Chillán. Así, el 6 de septiembre de 2018 comenzó a funcionar como tal. El inicio de su historia independiente de la región del Biobío. Con el tiempo, sin embargo, comenzaron a asomar los problemas.

Días antes de la entrega de los resultados de la última Encuesta Casen, distintas movilizaciones en el sector público se tomaron las principales ciudades de la zona. Entre las exigencias se encontraban puntos en común, la falta de infraestructura y personal para que las instituciones funcionen.

Roberto Herrera, economista y académico de la Universidad de Concepción con sede en Chillán, describe que el problema de Ñuble tiene varios factores. “Convertirse en región afecta directamente el nivel de inversión pública del territorio. Se refiere a proyectos de infraestructura o equipamiento mediante inversión sectorial desde los distintos ministerios o por los Instrumentos de Inversión Regional“, dice.

Con ello, apunta a que “este financiamiento público o de inversión motiva la participación de las empresas privadas en sus respectivas licitaciones. Tanto en construcción como servicios. Este dinamismo es el que en la actividad económica impacta positivamente en el empleo. Y, por consecuencia, en el PIB regional de Ñuble”.

Sin embargo, Herrera advierte las complicaciones que existen. “Dada la reciente creación de la región de Ñuble, aún se requiere de un plazo de adaptación adicional. Además que hemos tenido shocks económicos importantes como el Estallido, la pandemia, el fenómeno inflacionario“.

Así, llega a uno de los puntos de la discusión que se toma la zona: “La instalación incompleta de la región de Ñuble, podría tener un impacto en sus tasas de pobreza en comparación con el resto de las regiones de Chile. No olvidemos que si hacemos esta comparación hace cinco años, estaríamos comparando la dinámica de una provincia con el resto de las regiones del país”.

Lorena Polanco, por su lado, relata una de las realidades más duras de Ñuble: el desempleo. Según cifras del INE de este año, la región tiene la tercera tasa de desocupación más grande de Chile (9,2%), quedando solo debajo de la Región Metropolitana con un 10,1% y Antofagasta con un 9,5%. En total, se trata cerca de 21.959 desocupados. Un 25% más de la cantidad de desempleados de 2022.

“Influye directamente que buena parte de las zonas rurales dependen de la cosecha, la agricultura. Se trata de un nivel de ingresos de familias que no es constante durante todo el año. Acá, digamos -dice buscando las palabras correctas la autoridad y trabajadora social- muchas personas trabajan haciendo ‘pololitos’, trabajos esporádicos que sin duda es uno de los problemas de base que tiene la región”, resume Polanco.

Los desafíos, avances y la línea de meta

La Encuesta Casen 2022 no solo arrojó datos sobre la tasa de pobreza por ingresos, sino de fondo. Es así como la región de Ñuble, paradójicamente, se transformó en el territorio de Chile que más descendió en cuanto a pobreza multidimensional. Es decir, temáticas como vivienda, trabajo, seguridad social, entre otras.

El delegado presidencial Gabriel Pradenas lo describe como uno de los hitos clave par el avance en la zona. “Pasamos de 24 puntos en la incidencia de pobreza multidimensional a 15 puntos porcentuales. Si bien nunca es suficiente, es un gran avance. Creemos que las políticas públicas han influenciado este tipo de cambios: un plan de emergencia habitacional, el Copago Cero que impactó muy fuertemente en Ñuble, además de trabajos liderados desde otros ministerios”, dice la autoridad.

Así, Pradenas va al fondo de los desafíos que significa la relativa reciente creada región. “Necesitamos seguir profundizando tanto mejoras en la dotación como en presencia de programas en las provincias. Hemos levantado esto por diversos servicios, a través de distintos ministerios. Sobre todo, para ayudar al mundo rural”, cierra.

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La concejal Lorena Polanco, por su parte, detalla desafíos similares a los descritos por el delegado presidencial. “La dependencia de Chillán es muy grande. Antes dependíamos de Concepción, ahora, los servicios se encuentran ubicados en Chillán. Hay muchos que hablan de descentralizar, que es un concepto muy manoseado. Pero no hay descentralización si no se deslocalizan los servicios”, describe la trabajadora social.

Marcela Perticará, directora del Departamento de Economía de la Universidad Diego Portales, apunta a que pese a las cifras existen tendencias que muestran los cambios que vive la región. “La pobreza en esta región está cayendo de manera sistemática -incluso contando 2020- desde su creación. Cae de 16.2% en 2017 al 14.9% en 2020, para llegar al 12.1% en 2022”, comienza afirmando.

“Eso no quita que siempre sea bueno hablar de cómo se reparten los fondos del Estado a las regiones, en en qué medida ciertas regiones del país pueden estar postergadas en temas de acceso a servicios públicos, como son salud y educación. Importante es que la pobreza multidimensional cae también en esta región. Este indicador la ubica como la quinta región menos pobre del país (medida a nivel de personas, si usamos hogares, queda en séptimo lugar)”, complementa.

Por su lado, el gobernador regional Óscar Crisóstomo, apunta a los desafíos y avances que se han logrado en la zona. “Tenemos claro el escenario de nuestra región, pues son datos que, en el caso de los ingresos, no debieran impresionar a nadie, porque ya lo evidenciaban las mediciones anteriores, no obstante, es un indicador que ha mejorado; pero es un proceso que toma tiempo”, comienza describiendo.

Sin embargo, destaca que “hay una reducción de los índices. Más aún en la pobreza multidimensional que unifica un sinnúmero de variables. En este sentido, es fundamental que el Gobierno Central tenga un plan que se ponga al día con la instalación de la región de Ñuble y que aporte a la descentralización, para así llevar a cabo políticas públicas que complementen el trabajo del Gobierno Regional”.

Una línea de soluciones políticas

El diputado Felipe Camaño (Ind-DC), apunta al trabajo conjunto con el fin de voltear la realidad que vive la región. “Hoy es la región más pobre de Chile y en cuanto a la pobreza multidimensional sigue siendo una de las regiones más carentes del país. El principal desafío es instalar la presencia del Estado, sobre todo de los propios funcionarios públicos”, describe.

“Legislativamente nos hemos cansado de pedirle al Ejecutivo que acelere el tranco en la instalación de la región. He llegado a presentar proyectos para intentar crear servicios en la región. Al principio fue considerado inconstitucional, pero hoy estamos avanzando en que esto avance en la Cámara de Diputados”, agrega.

La diputada Marta Bravo (UDI) apunta al mismo problema de fondo. “Es evidente que la creación de la Región de Ñuble no vino acompañada de un mayor desarrollo económico de nuestra zona. Eso no quiere decir que haya que retroceder en la decisión, sino que por el contrario, debe ser un llamado de atención para que las autoridades, sobre todo del nivel central, empiecen a ver a Ñuble como una región, y no como una provincia”, dice.

Una línea similar a la de su colega, Cristóbal Martínez (UDI), quien afirma que “hay que tener en cuenta que hoy muchas decisiones o inversiones se hacen en el Biobío, pensando que Ñuble también se vería beneficiada con ello. Cuando la realidad indica que necesitamos más que nunca un desarrollo local, que nos permita crecer y aumentar el empleo para beneficiar directamente a los habitantes de la zona”.

Frank Sauerbaum (RN), por su lado, lista las problemáticas que observa dentro de la región de Ñuble. “Tenemos deficiencia en personal, pero también en infraestructura. Ha sido muy lenta la implementación de profesionales y concursos públicos para llenar cargos. Pero, también se han tomado decisiones equivocadas”, afirma el parlamentario.

Junto a ello, pone ejemplos sobre la mesa. “Ha habido un atraso inexcusable en por ejemplo el proyecto más emblemático importante que es el Embalse Punilla que va a regar 60.000 hectáreas y va a poder ayudar a 5.000 pequeños agricultores pobres justamente que viven del agro”, comenta.

“Hay 300 proyectos detenidos en la región de Ñuble por falta de disposición eléctrica. O sea, problemas de diseño dentro de la región. Lamentablemente todas las autoridades no han podido paliar las deficiencias en estos años. Ñuble tiene un tremendo potencial”, remarca.

Este fenómeno también se puede observar en los ojos del economista de la Universidad de Concepción, Roberto Herrera. “Solo hace unos días antes de que se publicara la encuesta Casen al menos 30 servicios -Registro Civil, Serviu, etc- se sumaron a un paro en varios sevicios públicos. De carácter local, es parte de las demandas que siguen desde que se creó la región: aumentar el personal, mejorar la infraestructura y asegurar el adecuado funcionamiento de las provincias”, detalla.

Algo que, dice, es uno de los grandes desafíos de la región, para levantar en este contexto: “Es importante cuestionarse la creación de nuevas regiones en el contexto actual del nivel de descentralización que tenemos en Chile. Aunque hay esfuerzos, el país está atrapado en una cultura predominantemente centralista, dificultando el desarrollo de los territorios. En resumen, aún queda camino que recorrer”.

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