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Reportajes

5 de Agosto de 2023

La Moneda humeante y los lentes trizados de Allende: los reservados intentos para dar con un relato de conmemoración de los 50 años del Golpe

Palacio de La Moneda (Foto: Felipe Salgado)

Delight Lab fue contratado para una proyección sobre La Moneda el 11 de septiembre próximo. El material original, aseguran quienes han tenido acceso a él, evoca la figura de Salvador Allende a partir de la trizadura de sus anteojos. Una de las imágenes lo muestra tal y como se recuerda probablemente la última fotografía que se tiene del exmandatario: con su casco puesto y el fusil AK47 que años antes le había obsequiado Fidel Castro. Ahí vinieron los primeros reparos. Y hay más. Como el intento por fichar al director de Los 80, Rodrigo Bazaes, la búsqueda de un relato oficial que a un mes de la conmemoración, aún no termina de cerrarse.

Por Rocío Latorre y Pedro Bahamondes Chaud

El 11 de septiembre de 2022, cuando se cumplían 49 años del golpe de Estado de 1973, debía marcarse un “apronte” a lo que sería el hito de los 50 años. 

La idea para la antesala del medio siglo desde el bombardeo a La Moneda y el quiebre de la democracia en Chile era ambiciosa: una proyección conmemorativa a cargo de la dupla Delight Lab, conocida por sus intervenciones lumínicas en las que proyectaban las consignas de la calle durante el estallido social y la pandemia sobre la Torre Telefónica. 

Los resultados del plebiscito del 4 de septiembre del año pasado, con el categórico triunfo del Rechazo, terminaron sepultando cualquier idea o símbolo que relevara el período de la Unidad Popular o la imagen del expresidente Salvador Allende, según confidencian quienes conocieron la trastienda del cambio de planes al interior del gobierno. 

La conmemoración, junto a los partidos y organizaciones de la sociedad civil, viró a una más bien sobria. Acompañado de su pareja, Irina Karamanos; de la ministra de Defensa y nieta del exlíder de la UP, Maya Fernández y de la –en ese entonces– recién asumida ministra del Interior (e hija del exministro de Defensa de Allende, José Tohá), Carolina Tohá, el Presidente Gabriel Boric dio un discurso con un clavel rojo en mano.

El Presidente Gabriel Boric en la conmemoración de los 49 años del Golpe de Estado. Foto: Presidencia.

“Frente a las divisiones, a los problemas de la sociedad, nosotros vamos a responder con más democracia y nunca con menos. Y esa es precisamente la enseñanza que nos dejó el presidente Salvador Allende”, dijo.

Casi un año más tarde, y con los 50 años del golpe ad portas, la construcción de un relato gubernamental sigue siendo un problema, entre opiniones contrapuestas sobre qué relevar, y que ha significado planes que se desmoronan luego de reunirse con artistas y sin llegar a puerto.

En medio de un ciclo político favorable para la derecha, en el gobierno admiten que ha sido difícil “dar en el clavo” respecto al tono y al relato en torno a la conmemoración, un aspecto que también ha terminado por complejizar y retrasar los aspectos más operativos de los actos que se realizarán en La Moneda durante septiembre.

Una intervención visual en suspenso

A fines de 2022, en diciembre, la otrora subsecretaria de las Culturas, Andrea Gutierrez, celebró un contrato con Delight Lab –por $ 15,7 millones– tras la fallida intervención que se planificaba inicialmente para septiembre del año pasado. 

El detalle, disponible en Mercado Público, da cuenta que el convenio responde a la adquisición de la obra “Conmemoración” con motivo de los 50 años del Golpe.

En esos mismos documentos relacionados se puede leer que, además de hacer entrega de la obra en formato de vídeo, el contrato también contempla “la intervención lumínica, videomapping a gran escala, con un relato poético en base a versos y proyección de un extracto de la obra, presentación que será realizada en algún lugar emblemático de la Región Metropolitana”. También se establecen plazos: se detalla que el acto descrito debe tener lugar entre enero o septiembre de este mismo año.

Así las cosas, la primera cuota por la entrega del material –por $6,2 millones– ya fue transferida a Delight Lab. El resto, según la disposición contractual, se pagará tras la presentación a gran escala.

Acorde a distintas fuentes, siempre se estipuló que esa proyección fuera sobre La Moneda, pero la coordinación con el gobierno no ha estado exenta de problemas.

El material original, aseguran quienes han tenido acceso a él, evoca la figura de Salvador Allende a partir de la trizadura de sus anteojos. Una de las imágenes lo muestra tal y como se recuerda probablemente la última fotografía que se tiene del exmandatario: con su casco puesto y el fusil AK47 que años antes le había obsequiado Fidel Castro. Ahí vinieron los primeros reparos.

“Patricio Fernández -exasesor presidencial para los 50 años- dijo que la propuesta no estaba en sintonía con el ‘nuevo Chile’ después del triunfo del Rechazo”, revela una fuente cercana a la organización de la conmemoración de los 50 años del Golpe. “No estaba en la línea editorial que él quería dar a ese hito”, señala otra. 

La dupla Delight Lab asegura que en su propuesta no estaba presente la imagen del expresidente Allende armado. “La cita eran los anteojos”, señalan.

Así luce la puerta de Morandé 80, ad portas de la conmemoración de los 50 años. Foto: Felipe Salgado.

Hasta ahora, la proyección de la obra “Conmemoración” no ha sido confirmada. Sin embargo, y consultado por The Clinic al respecto, el ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Jaime de Aguirre, asegura: “Próximamente informaremos de qué se trata dicha intervención y cuándo se concretará. Respecto a los detalles del contenido, estos aún se están definiendo”.

Similar declaración emiten desde Presidencia sobre el itinerario final de actividades del próximo 11 de septiembre y los días previos: “El calendario de actividades que se realizan en el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe Militar, será informado oportunamente por el ministerio de las culturas y las actividades en las que esté el Jefe de Estado por Presidencia. Se contemplan actividades culturales, reflexivas, ciudadanas y de Estado”.

Por su parte, la dupla creativa conformada por Octavio y Andrea Gana prepara otras intervenciones al margen de las actividades oficiales y que se realizarán también durante septiembre; una en colaboración con la Fundación Salvador Allende, en calle Alameda, otra que intervendrá la fachada de la Universidad de Chile y una tercera en uno de los principales centros culturales de la capital. Delight Lab prefirió no revelar, por ahora, las fechas y puntos específicos donde tendrán lugar dichas presentaciones. 

La Moneda humeante y un director pendiente

En torno a esa misma fecha, en la mesa técnica del ministerio comenzó a sonar con fuerza un nombre: Rodrigo Bazaes. El director de la serie Los 80 y coguionista de Violeta se fue a los cielos reconoce que fue convocado por el ministerio y que se le encargó idear un relato visual con miras al próximo 11 de septiembre. 

El director audiovisual añade que así lo hizo, siguiendo el principal lineamiento de la mesa técnica: encontrar un lenguaje que permitiera hacer converger las diversas opiniones y miradas que hasta hoy se tienen del Golpe. 

A diferencia de la propuesta de Delight Lab y otras, la intervención ideada por Bazaes por los 50 años excluía completamente las imágenes de Salvador Allende o Augusto Pinochet, y ponía el foco en el patrimonio y la constatación material del hecho.

La idea inicial consistía en una proyección hiperrealista sobre el Palacio de La Moneda que reconstruía las horas posteriores al bombardeo, con el edificio humeante y en ruinas.

Una imagen que el grueso de la población ha visto sólo a través de registros de la época; por esa razón, la intervención contemplaba instalar graderías para que la obra se convirtiera en un espacio de reflexión. La pieza se presentaría durante la víspera del fin de semana previo al lunes 11 de septiembre, bajo la consigna: “La casa de todos no se quema. Nunca más”.

“La imagen de La Moneda humeante probablemente iba a dar la vuelta al mundo”, dice ahora Bazaes. El director resalta el carácter poético de su propuesta, y agrega: “Mirar de frente el trauma y reunirnos a reflexionar es la única posibilidad de sanar”.

El director cuenta que nunca obtuvo respuesta de parte de Patricio Fernández. Tampoco desde el Ministerio de las Culturas. No al menos hasta varios meses más tarde, cuando -tras asumir el cargo- el propio ministro Jaime de Aguirre volvió a contactarlo –según cuenta–, esta vez para hacerse cargo de la dirección de un número musical que formará parte de un acto masivo previo al 11 de septiembre en el espacio público. 

Desde el gobierno ha trascendido que está pensada como una actividad cultural popular y que podría tener lugar en la Plaza de la Constitución. También se habrían barajado otros concurridos puntos de Santiago, como la Alameda o el paseo de calle Bandera.

Solo días después, vino la renuncia de Fernández y todo quedó nuevamente en nada. “De ahí no supe más”, concluye Bazaes. 

No habría sido el último intento: también se habrían contactado a los miembros de la banda Congreso para tomar el mismo encargo. Tampoco habrían aceptado. 

Salida de Fernández descomprime y 50 años del Golpe avanza

Que el propio jefe de Estado haya marcado matices en sus intervenciones donde se refiere al exmandatario socialista Salvador Allende y al período de la Unidad Popular no ha sido un escenario del todo cómodo para el Partido Comunista (PC) y el mundo de los derechos humanos.

“Desde la izquierda tenemos que ser capaces de analizar (la Unidad Popular) con mucho mayor detalle y no sólo desde una perspectiva mítica”, señaló Boric a inicios de junio en el noticiero de Chilevisión.

“Cuando el Presidente dice que hay que revisar el gobierno de la Unidad Popular, cae en el argumento de la derecha de justificar el golpe de Estado”, le replicó –en entrevista con La Tercera– el diputado Boris Barrera (PC).

Así lo describe otro dirigente oficialista: “Si hace 5 o 10 años había cierto consenso sobre las atrocidades de la dictadura, con un presidente de derecha como Sebastián Piñera hablando de cómplices pasivos, cualquier señal de justificación del golpe allana el camino para que en la derecha ‘salgan del clóset’”.

Pero más allá de las declaraciones de la oposición, el flanco izquierdo de la administración Boric también ha puesto en tensión las certezas que se tenían cuando comenzó la planificación más formal en noviembre, con el periodista y escritor Patricio Fernández a la cabeza.

La salida del fundador de The Clinic se selló en medio de acusaciones de negacionismo luego de una entrevista concedida a Manuel Antonio Garretón y fue el propio exconvencional quien optó por dar un paso al costado y no seguir con las actividades de conmemoración por los 50 años del Golpe. 

“Los politólogos podrán discutir por qué y cómo se llegó a eso, pero lo que podríamos intentar acordar es que sucesos posteriores a ese Golpe son inaceptables en cualquier pacto civilizatorio”, dijo Fernández, quien por estos días -y requerido para este reportaje- respondió que se encuentra en un viaje por el Amazonas.

En la arremetida del PC y de las organizaciones de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos habían reparos más de fondo: discrepaban con el tono, las actividades culturales y musicales que el escritor proponía durante las reuniones que sostuvo.

Para un alto exfuncionario del Ministerio de Cultura, el error estuvo en que la relación con el mundo de los derechos humanos -quienes exigían conocer en esos encuentros, por ejemplo, políticas públicas en torno a actos de reparación- no debió haberla tomado Fernández, sino que, desde un inicio, la subsecretaría de Derechos Humanos.

Luego de la salida de Fernández como asesor presidencial en la materia, no se buscó a un perfil que reemplazara ese puesto vacante. Pero sí aterrizó en el Segundo Piso el sociólogo Manuel Guerrero Antequera, como jefe de contenidos de la Presidencia. Desde ese rol, el profesional e hijo de Manuel Guerrero Ceballos –uno de los profesores asesinados en el caso Degollados, en 1985– ha asumido como una figura clave de enlace con las asociaciones de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos. 

Entre sus primeras acciones, a fines de julio se reunió con el Comité de Iniciativas Populares, que aúna a partidos oficialistas, organizaciones del mundo de los DD.HH. y otras como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

La presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Alicia Lira, presente en esa cita, afirma que “él (Guerrero) tiene el trabajo de escuchar las organizaciones, de las propuestas y todo eso. Con el peso moral que él tiene y la formación que tiene para nosotros también era mucho más fácil hablar (…). Se ha notado la disposición y la voluntad política”.

El diputado del PC, Boris Barrera, también hace una valoración personal de Guerrero. “Incluirlo dentro del equipo es una señal positiva (…). Sin duda que él tiene una mirada de futuro, pero pensando en reconocer la violación de los DD.HH. y el quiebre de la institucionalidad a través del Golpe. Es una señal positiva”, afirma.

De momento, y desde el Comité de Iniciativas buscan contar con los permisos de la Delegación Presidencial Metropolitana para poder realizar una actividad -en la antesala del 11 mismo- en calle Morandé, específicamente en la puerta de Morandé 80. El vicepresidente del PS, Arturo Barrios, la abogada comunista Julia Urquieta y el resto de participantes de la instancia sostuvieron una reunión el jueves pasado con la delegada Constanza Martínez.

“Una de las cosas que se habló es hacer esta actividad el 4 de septiembre, para eso se están solicitando permisos y autorizaciones, contemplaría el cierre de la calle”, cuenta Barrios. Y resume: “Al igual que lo hicimos con el natalicio de Salvador Allende, la idea es hacer un homenaje, en la antesala del día 11, pero en el día del triunfo de su elección”, afirma Barrios.

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