Paulina Vodanovic (PS) y futuro de Jackson: “Hay una autocrítica que cada uno tiene hacer y ver hasta dónde está siendo útil al proyecto político”

“No podemos estar contentos”, reflexiona de entrada la senadora y timonel del Partido Socialista (PS), Paulina Vodanovic. Los porcentajes de la más reciente edición de la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) no hicieron más que confirmar un péndulo político favorable a la derecha, con el Partido Republicano erigiéndose como la tienda que provoca mayor identificación entre los consultados. Pero inmediatamente detrás de la tienda de José Antonio Kast, asoman los socialistas.

Vodanovic afirma que no se “obnubila” con ese dato en particular. Pero sí recalca que no es por azar que su partido, uno de gobierno, de fuerte presencia en el gabinete, se posicione ahí.

Atenta por estos días al ciclo político español y a la última aventura electoral del PSOE, la senadora aprovecha de abordar, en conversación con The Clinic, la contingencia oficialista, el futuro de Giorgio Jackson y el de su partido.

–¿Qué lectura hace como timonel del posicionamiento de su partido?

-De esta encuesta no podemos sacar cuentas alegres, porque vino a confirmar lo que veníamos viendo en las últimas elecciones. Hay una fuerte presencia y liderazgo de la derecha, particularmente con el Partido Republicano. Pero el hecho de que el PS sea nombrado como la fuerza oficialista donde las personas se sienten mejor representadas, da cuenta de una gestión de la mesa directiva que presido.

–¿Lo atribuye a una mayor presencia en el gabinete desde el ajuste ministerial de septiembre pasado?

-Creo que los liderazgos del partido se identifican con una conducción coherente y una línea política seria dentro del gobierno que la ciudadanía valora. Me parece que hay una valorización importante del Socialismo Democrático, o incluso de los 30 años.

–¿Eso lo ha tenido en vista el Presidente Gabriel Boric?

-Ocupar posiciones importantes dentro del gabinete significa también una mayor injerencia en los temas importantes y en la conducción política. Pero hay ministros y ministras muy bien evaluadas dentro de Apruebo Dignidad. Lo que quiero decir con esto es que no es que solo el Socialismo Democrático aporta los mejores cuadros, pero el Presidente hizo lo que correspondía en su momento: integrar a ambas coaliciones de manera importante al comité político y al resto del gobierno para que, finalmente, todos confluyamos en igualdad de condiciones.

–Pero tras el Caso Convenios sí se ha instalado una percepción de que Apruebo Dignidad, la coalición del Presidente, da menos muestras de gobernabilidad que el bloque político que ya ha administrado el Estado. ¿Coincide?

-Sobre ese caso en particular, me parece que frente a hechos de esta gravedad hay que actuar con agilidad. Y en un principio, al menos la percepción que yo tengo, es que en RD que no aquilataron la gravedad de los hechos (…). Entiendo también que, tal vez, al no ser una fundación del partido, sino de miembros del partido -y a mí eso me lo explicó personalmente el senador Juan Ignacio Latorre (RD)- no contaban con toda la información en un principio. Pero en el fondo, a mí la diferenciación entre los “hijos mayores” o “hijos menores” del Presidente no me gusta. El bloque original, Apruebo Dignidad, es con el que Gabriel Boric gana. Entonces también tenemos que entender que la ciudadanía, en su momento, optó por eso, pero que el Socialismo Democrático ha colaborado en darle conducción al gobierno.

Vodanovic por Jackson: “Uno quisiera que pudiera él concentrarse en las tareas del ministerio”

–En el PS algunos senadores han sido particularmente duros con el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson (RD), sobre todo tras el robo en las dependencias de su ministerio. ¿A qué responde ese “fuego amigo”?

-El ministro Jackson, cuando fue ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), no generó las complicidades que requería ese cargo. Y entre medio, se cruzó el tema de la eliminación del Senado que pretendía parte de la Convención Constitucional. Puede haber muchas explicaciones de corte personal y político del porqué de sus críticas, pero la realidad es que el Presidente lo mantuvo en el gabinete. Lo puso a cargo de un ministerio clave como Desarrollo Social y uno quisiera que pudiera él concentrarse en las tareas del ministerio y no tener que estar dando continuamente declaraciones por distintos hechos. Creo que debe ser bastante duro para él este momento, lo de su partido…

–Las peticiones de renuncia al ministro ya no vienen solo de la oposición, el senador Fidel Espinoza, de su partido, lo ha dicho.

-Nosotros no podemos caer en ello. Creo que hay ministros que de repente están de “turno” para que les peguen. Pasó con la ministra Antonia Urrejola, ha pasado con el ministro de Educación, ahora con Giorgio Jackson. Entonces más allá de las desavenencias políticas y personales, hay un foco de la derecha de empezar a pegarle a ciertos ministros y ponerlos en el centro del problema. No podemos caer en ese juego.

–¿Pero no hay una evaluación dentro del oficialismo? ¿Si es que su salida podría facilitar la relación con la oposición?

-Siempre hay una evaluación que tiene que hacer cada ministro. Es cierto que el Presidente es quien deposita la confianza en ellos, pero hay una autocrítica que cada uno tiene hacer y ver hasta dónde uno está siendo útil al proyecto político.

–¿Cree que esa reflexión debe hacerla Jackson?

-No podría decirle yo que la haga. Todos sabemos el rol que uno debe cumplir, él tiene una relación privilegiada con el Presidente, se conocen de muchos años y él sabrá que es lo que tiene que hacer.

Presidenta PS: “El relato de los 50 años era claro, pero el tema comenzó a personalizarse en Fernández”

–¿Cómo evalúa la gestión del gobierno en torno a ese hito?

-Como partidos, esto lo conversamos en las reuniones que hubo en La Moneda en su momento: el gobierno está encargado de organizar un acto central, pero también se nos planteó que se organizaran actividades desde la sociedad civil y los partidos políticos. La lectura que se nos señaló era de, más bien, una conmemoración centrada en la revalorización de la democracia, el respeto de los derechos humanos y con ciertos hitos y actos de memoria.

–Usted tomó distancia de la “cancelación” a Patricio Fernández, exasesor presidencial en la materia.

-La participación de Patricio Fernández terminó empañando el sentido de esta conmemoración. Se tornó en un tema personal, en relación a él y a su relación (o falta de relación) con las organizaciones. Creo fue una crítica demasiado severa al actuar de Fernández y empañó el sentido de futuro de la conmemoración y en el mensaje a las nuevas generaciones en cuanto a la revalorización de la democracia y el respeto a los derechos humanos.

–¿Se le ha dificultado al gobierno acertar en el relato de la conmemoración, en medio de un ciclo político favorable a la oposición?

-Yo creo que el relato era claro, pero el tema comenzó a personalizarse en Patricio Fernández, y él terminó siendo el centro del debate más allá del tema de fondo. Por eso él decidió renunciar, yo relevo que él, dándose cuenta que era parte del problema, haya decidido dar un paso al costado (…). Ahora Manuel Guerrero (jefe de contenidos de la Presidencia) es el coordinador de las actividades por 50 años. Espero que siendo un tema alojado ya definitivamente en la Presidencia, podamos tener un diálogo más fluido entre partidos y organizaciones de derechos humanos, de detenidos desaparecidos.

–El Presidente Boric ya adelantó la invitación a firmar una declaración de condena al golpe de Estado, pero en la oposición algunos personeros hacen una distinción entre el 11 de septiembre y el resto de la dictadura…

-Me parece que el consenso mínimo sería establecer que no se puede nunca, bajo ningún concepto, quebrantar la democracia. Que nunca un golpe es válido. Es algo mínimo, es un acuerdo que debiera poder celebrarse transversalmente y que no tiene que ver sólo con el año 1973.

–¿No ve factible que todo el arco político se haga parte de ese llamado?

-Veo una derecha muy intransigente, dividida. Aquella derecha con la que antes se podía dialogar, hoy está en una postura negacionista, bordeando el populismo. Yo no sé si todo lo anterior será posible. Tengo poca esperanza porque la irrupción de republicanos ha hecho que el resto de la derecha gire a una postura mucho más intransigente.

–Por último, ¿mira con atención la interna PPD? En la elección al Consejo Constitucional definieron competir en dos listas, decisión cuestionada por el propio Mandatario y la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD).

-El PPD tiene un rol importante dentro del gobierno. Espero que con la nueva directiva tengamos una muy buena relación de trabajo (…). Tenemos que avanzar en lo que ha estado en el imaginario político nuestro: hacia una federación de los partidos afiliados a la Internacional Socialista. Para mí es muy importante tomar como ejemplo lo que hizo Pedro Sánchez. Confrontar a la derecha española con datos, los de un gobierno socialdemócrata, que asume sin vergüenza que lo es. Mirando el ciclo electoral acá, eso lo tenemos que defender. Y en eso, el PPD es un aliado fundamental. Tenemos la obligación de unirnos y de ampliar nuestras bases actuales y salir más allá de esos límites. Ese será un tema central en el congreso ideológico del PS en octubre.