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Entrevistas

23 de Agosto de 2023

Patricio Guzmán, Premio Nacional de Artes de la Representación 2023: “Lo recibo muy bien. Un poco fuera de tiempo, pero es lindo recibirlo”

El documentalista de 82 años y director de La batalla de Chile se convirtió en el segundo cineasta en obtener el galardón que entrega el Estado después de Raúl Ruiz, en 1997. Desde París, donde vive hace cuatro décadas, Guzmán habló con The Clinic del tardío reconocimiento a su trayectoria en el país y de la necesidad de crear un premio exclusivo para el cine: “Así crecería nuestro oficio”, dice.

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Estaba sentado frente a su computador y envuelto en una extenuante ronda de entrevistas con medios estadounidenses, donde por estos días estrena una versión restaurada de su mítico documental La batalla de Chile (1975). Eran casi las seis de la tarde en París y el mediodía en Santiago, cuando Patricio Guzmán se conectó a una reunión vía Zoom en la que la recién asumida Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio Carolina Arredondo le anunció que acababa de obtener el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales 2023.

La noticia lo sorprendió gratamente, dice horas más tarde a The Clinic el realizador chileno de 82 años, desde su casa en la capital francesa. “Lo recibo muy bien. Un poco fuera de tiempo, pero es lindo recibirlo. Creo que lo recibo en un Chile más rebelde y más diverso, y eso me gusta”, dice.

El jurado –presidido por la ministra Carolina Arredondo e integrado por la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés; la representante de la Academia de Bellas Artes, Ana Reeves; la rectora de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), Elisa Araya, en representación del Consejo de Rectores; y dos designados por el Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio: la actriz María Izquierdo y el director y productor Pablo Perelman– le otorgó unánimemente al premio, al que también postulaban los actores Alfredo Castro, Luz Jiménez y José Soza, además del dramaturgo Marco Antonio De la Parra. 

La premiación de Guzmán rompió, además, con la tendencia histórica del mismo galardón, que hasta ahora había recaído en un solo cineasta: Raúl Ruiz, en 1997. 

“La extensa obra audiovisual de Patricio Guzmán tiene un compromiso esencial con la justicia social, y muy profundamente con la verdad y la memoria”, decía el acta oficial del jurado sobre la trayectoria del cineasta premiado en Cannes y con el Goya a la Mejor película por La cordillera de los sueños (2019). Guzmán recibirá un diploma, una suma cercana a los 23 millones de pesos y una pensión vitalicia mensual equivalente a 20 unidades tributarias mensuales (UTM).

“La batalla de Chile”, una trilogía fundamental en la historia del cine chileno, de Patricio Guzmán.

Considerado el gran documentalista de la memoria reciente del país, entre 1972 y 1979 Guzmán dirigió La batalla de Chile, trilogía documental de cinco horas de duración sobre el gobierno de Salvador Allende y su abrupto fin con el Golpe de Estado de 1973. Estrenado dos años después y durante el exilio de su director en Cuba, el filme sentó las bases de su cine y se convirtió en un clásico universal del género, que ahora regresa en una versión restaurada que debutará en varios países, incluidos Estados Unidos, Francia y Chile. 

La Cineteca Nacional lo exhibirá dividido en tres partes entre el jueves 21 y el sábado 23, a las 20 horas. Y el domingo 24, en tanto, habrá una maratón con el documental completo a contar de las 16 horas y con dos intervalos de 15 minutos.

La noticia de su premiación lo encontró dando entrevistas en las que le tocó recordar precisamente esos años, cuenta Patricio Guzmán, y no pudo evitar sentirse cruzado por distintas emociones. Sobre todo al tratarse de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y del quiebre de la democracia en Chile, además de su propia detención en el Estadio Nacional y de la desaparición de amigos y colegas suyos. 

“Te acuerdas de muchas cosas que pasaron en tu equipo; como el flaco (Jorge) Müller por ejemplo, que nunca ha muerto para nosotros. Sigue vivo. De compañeros inseparables como Pepe Bartolomé, Bernardo Menz, Federico Elton y, por supuesto, Chris Marker. Si no fuera por él, no habría hecho las películas de La batalla de Chile. Gracias a él tuve el material. Y que llegue cuando estoy terminando la restauración es muy bonito”, dice el también director de El botón de Nácar y Nostalgia de la luz

Usted es el segundo director de cine en obtener un premio que se entrega cada dos años desde 1993, y al que postulan creadores del cine, del teatro y la danza. ¿Considera que un solo premio es suficiente?

–Siempre nos ha costado en el mundo del cine, y más en el mundo documental.  En general es un camino difícil y son disciplinas tan distintas que debiésemos tener un espacio propio. Es como en los premios internacionales, en los que tenemos que competir con ficciones, por ejemplo, que son otro mundo completamente distinto. Sería deseable tener un espacio, porque así crece nuestro oficio. 

En 2019, usted filmó la Convención Constitucional para su documental Mi país imaginario y declaró a este mismo medio sentirse esperanzado por ese proceso de transformación. ¿Cómo ve a Chile y ese proceso ahora?

–Siempre vivimos atrasados. Crees que los cambios vienen en un año y se demoran cuatro o cinco. Solo hay que mantenerse optimistas en que Chile sabe sorprender.

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