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3 de Septiembre de 2023

“Queríamos conocer cuáles eran los límites”: Hijos de Augusto Góngora relatan encuentro con Maite Alberdi por “La Memoria Infinita”

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Si bien Javiera y Cristóbal expresaron que tenían algunas aprensiones sobre la decisión de exponer la vida de su padre, recalcaron que fue el propio periodista quien decidió contar su historia. Por otro lado destacaron a Maite Alberdi afirmando que "hizo un gran trabajo, muy respetuoso".

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El documental La Memoria Infinita se ha convertido en todo un éxito de taquilla en los cines nacionales. Con más de 50 mil espectadores en su primer fin de semana las personas siguen llegando a las salas para conocer la historia de Augusto Góngora tras su diagnostico de Alzheimer.

En medio de la atención que ha generado la cinta, los hijos del fallecido periodista, Javiera y Cristóbal -a quienes tuvo de su matrimonio con la también comunicadora Patricia Neut-, recordaron a su padre y la decisión que tomaron de apoyar el rodaje de esta producción.

La propia Paulina Urrutia, pareja de Augusto Góngora, detalló en conversación con The Clinic cómo fue el momento en que decidieron apoyar hacer el rodaje. Durante una comida con la documentalista contó que “Augusto ya tenía problemas para comer, entonces yo le picaba las cosas. Estábamos en eso, la Maite hablando, y yo le decía, sí, pero no sé qué… Todos teníamos aprensiones: los hijos, los amigos audiovisualistas de Augusto, yo”.

“Había una resistencia de todo el mundo, porque los documentales no se hacen cuando la gente está padeciendo, pensaba yo. Bueno, y Augusto en esa comida, dice: ‘¿Pero, cuál es el problema? Yo no siento vergüenza de que se me caiga la comida’. Ahí quedó todo. Él tenía esa claridad meridiana porque Augusto lo vivió”, añadió

La participación de los hijos de Augusto Góngora en La Memoria Infinita

Javiera y Cristóbal además recordaron que ellos fueron parte de las primeras reuniones que se realizaron sobre el proyecto del documental. En dicha instancia compartieron con la directora de la cinta, Maite Alberdi, para expresarle algunas aprensiones que tenían al respecto.

“Con mi hermano nos juntamos con la Maite, sin conocerla. Yo la conocía en su dimensión profesional, había visto sus otras películas, sabía su historia. Y nos juntamos con ella para entender qué quería mostrar, cuál era la historia que quería contar, y presentarle también nuestros temores o aprensiones de hacer público algo tan íntimo”, señaló la mujer en conversación con La Tercera.

En esta línea confesó que “mi principal aprensión era que hubiera un resguardo por la intimidad más privada, por momentos más cotidianos. No por los problemas de la enfermedad en sí, sino que en el fondo queríamos conocer cuáles eran los límites a los que ella había pensado enfrentarse”.

Respecto a esta reunión, Javiera Góngora aseguró que “fue una conversación bien participativa, familiar, y también con amigos muy cercanos. Amigos de mi papá y amigos nuestros. (…) Entonces, podían ayudarnos a tener distintas miradas de todas las dimensiones que se iban a abordar y de todas las maneras que esta historia iba a mostrar”.

Asimismo, sostuvo que “hubo una decisión muy personal de él de asumir esta enfermedad y enfrentarse públicamente a este cambio de vida, pero de manera generosa con el resto, preocupado de que esto ayudara a otras personas, de servir de guía a gente que estaba pasando por lo mismo, hablar de la vulnerabilidad y de las debilidades”.

Por su parte Cristóbal remarcó que su padre “siempre, en todas las decisiones de su vida, nos integró a mí y a la Ja. Cosas que fueran desde remodelar una pieza hasta hacer este documental. Y sobre todo tuvo la delicadeza de integrarnos en este proyecto, en algo que nos podía repercutir en algún sentido al abrir nuestra intimidad familiar”.

“Habíamos conversado con la Javiera, la Paulina y mi viejo que estaba esta idea, y llegó un minuto en que él decidió que quería hacerlo. Nosotros le dijimos ‘bacán’, que lo íbamos a apoyar, que lo respetábamos. Al principio de las grabaciones nos juntamos con la Maite para conversar un poquito, para hablar de cuáles eran las expectativas de ella, cuáles eran nuestros miedos, pero todo fue muy compartido. Maite hizo un gran trabajo, muy respetuoso. Pero la decisión pasó por él”, complementó.

Finalmente, el hijo de Augusto Góngora reflexiono que La Memoria Infinita “es una historia de amor en muchos sentidos. Y agradezco mucho que también aparezcamos nosotros y todo lo que compartimos con él. Es el reflejo de que siempre estuvimos unidos. Nuestros padres se separaron y nosotros nos fuimos a vivir con él cuando éramos bien chicos. Mi viejo se hizo cargo de dos niños cuando los hombres no vivían con sus hijos. Fue muy disruptivo en ese sentido”.

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