Diputado Francisco Undurraga (Evópoli): “Andar justificando el Golpe es una ridiculez, pero cómo llegamos a eso es una reflexión pendiente para el país”

Este 11 de septiembre se cumplen 50 años del golpe de Estado, y los partidos de Chile Vamos decidieron no acudir a la conmemoración oficial que se realizará en La Moneda. Además, el bloque firmó un compromiso paralelo por la democracia y los derechos humanos. A juicio del jefe de bancada de los diputados de Evópoli, Francisco Undurraga, la coalición no se restó, sino que abrió “un debate honesto y sincero”.

Para el parlamentario, es necesario que el país haga “una mirada al pasado, aprender de él, para poder proyectar sanamente a Chile, con la conciencia clara de que desde los orígenes hemos sido un país dividido“. Según Undurraga, “cada 50 o 60 años nos tendemos a morder, y esa no es la vía correcta para construir un futuro”.

–¿Cómo ha visto esta conmemoración de los 50 años del golpe de Estado?

-Ha sido muy errática. Poco y nada se ha hecho de acuerdo al plan inicial y las expectativas que el propio Presidente Boric le señaló a su gente en esta materia. Todo quedó muy desdibujado con la salida de Patricio Fernández. El acto más relevante que se ha hecho antes del 11 de septiembre es la invitación del almirante De la Maza a los familiares de los detenidos en la Isla Dawson, lo que reviste una condición especial muy valorada por toda la ciudadanía.

–¿Cree que han faltado más gestos del Gobierno?

-El Gobierno demostró no tener un plan muy afinado y, adicionalmente, fue bastante errático y generó mucha división en este periodo. Las declaraciones del Presidente Boric durante este último tiempo no han ayudado a generar una unidad y una amplitud de criterios, entendiendo que él quiere, por sobre todo, cubrirse por la gente que vivió tan profundamente las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.

–En ese sentido, ¿estuvo de acuerdo, como parte de Chile Vamos, de restarse del compromiso al que invitó el Presidente Boric por los 50 años?

-Nosotros no sentimos que nos restamos. Yo creo que el Presidente, a pesar de que nosotros no vayamos a concurrir al acto, logró despertar un debate honesto y sincero con todas las fuerzas políticas. Todos han sacado una declaración. En el caso de Chile Vamos, tomamos los puntos fundamentales dados por el Presidente de la República, en términos de más y mejor democracia, irrestricto respeto de los derechos humanos y solución de los conflictos por la vía pacífica.

Esto, finalmente, ayudó al país y las fuerzas políticas a generar una reflexión en torno al quiebre institucional, al golpe de Estado.

–Pero si la declaración de Chile Vamos está en la misma línea que la del Gobierno, ¿por qué no adherirse a ellos?

-Cuando nosotros estamos en un conglomerado, tenemos que ser capaces de consensuar acciones y situaciones con nuestros socios. Creo que, además, la ocasión con la cual se pretendía firmar el compromiso no era la más adecuada, porque ahí hay mucho dolor, mucha carga, todo legítimo por cierto. La prueba está en que los expresidentes firmaron de forma privada. Pero, ¿aquí lo importante es firmar un papel y sacarse una foto o comprometerse de verdad con una conducta que garantice el Estado de Derecho, los derechos humanos y la democracia? Lo importante, más allá de la firma, es comprometerse.

Ante ese llamado, por lo menos en Chile Vamos, acogimos los tres puntos del Presidente, los incorporamos y le agregamos cosas que para nosotros también son importantes, que sabemos que no serán refrendadas por el Gobierno y sus partidos, como la libertad de pensamiento y la seguridad. Eso, sumado al respeto a los derechos humanos y la defensa de la democracia, constituye una derecha democrática que tiene muy claro cuál es su misión hacia adelante.

–¿En Chile Vamos ha existido una reflexión real o hay un afán de hacer puntos políticos con este tema?

-Estoy convencido de que los presidentes y los secretarios generales reflexionaron sobre este tema, y lo mismo los partidos y sus comisiones políticas. Hemos tenido un diálogo bastante profundo sobre estos temas. Con la democracia no se juega, porque es algo inmaterial que cuando no se tiene, y se sufre una dictadura de izquierda o derecha, por Dios que hace falta. Chile fue capaz de recuperarla de forma pacífica, y nosotros tenemos que ser capaces de proyectarla y fortalecerla hacia adelante.

–A su juicio, ¿la conmemoración de estos 50 años ha acrecentado la división entre los políticos pero también entre los ciudadanos?

-Llevamos bastantes años divididos, creo yo. La forma de hacer política del Frente Amplio y el Partido Comunista en el Gobierno también ha sido bastante sectaria. Tanto, que hoy entramos a un 11 de septiembre con mayor adhesión a las dictaduras. Eso no es porque desde Chile Vamos estemos proclamando alguna, sino porque la ciudadanía, lamentablemente, está viendo cómo fallan la democracia y sus líderes, y está priorizando un ‘orden’ so pena de sacrificar libertades personales.

–¿Le parece que se han ido extremando los discursos políticos para estar a tono con eso?

-Claro, es evidente que eso ha sucedido. Tanto en la izquierda como en la derecha.

–¿En quiénes, en concreto, en la derecha?

-La ciudadanía sabe perfectamente de lo que hablamos. Yo quiero mirar hacia adelante, hacia el futuro y quiero que construyamos un país mejor. Si estamos sacándonos la costra todo el rato, no vamos a cambiar y vamos a estar todo el tiempo a la defensiva. Con la democracia hay que estar a la ofensiva, construirla todos los días, no hay que darla por buena.

–Desde algunos sectores se ha planteado que existen algunos escenarios que justifican quiebres democráticos. ¿Cuál es su mirada al respecto?

-No hay escenarios que justifiquen quiebres democráticos, pero es muy fácil opinar con la distancia de 50 años. Pero con esto no estoy justificando el golpe de Estado y, de hecho, me estoy comprometiendo para que eso no vuelva a suceder nunca más. Pero, también, para no llegar nunca más a lo que pasó desde el 11 de septiembre en adelante, nos hace falta una reflexión de lo que pasó antes del 11 de septiembre, para no cometer los mismos errores.

–¿Qué ha podido reflexionar usted de ese pasado?

-Para mí, el 11 de septiembre es el fracaso absoluto de la capacidad de ponerse de acuerdo. Es el triunfo de la intolerancia y de una sociedad que venía dividida, prácticamente por mitades. El Presidente Allende tenía minoría bastante contundente. El país y la sociedad claramente estaban divididos. También, hubo gente que lo pasó muy mal, que no vivió las detenciones y torturas, pero muchos chilenos lo pasaron mal. La confrontación no tuvo solución por las vías democráticas y terminó en el Golpe.

Las visiones que hoy tenemos nosotros sobre lo que pasó hace 50 años y gatilló la dictadura, son bastante compartidas. Pero andar justificando el golpe de Estado es una ridiculez. Pero cómo llegamos a eso es una reflexión pendiente para el país. Y lo importante es tomar conciencia de que no podemos llegar a ese tipo de situaciones extremas.

–En medio de la división política, ¿cree que es posible conseguir acuerdos y entendimiento?

-Nosotros tenemos mala memoria. Los políticos tenemos mala memoria y no hemos sido capaces de comunicar a la gente de una mejor forma. En la crisis más importante de nuestra democracia en los últimos 30 años, el estallido social, fuimos capaces de ponernos de acuerdo y dar una salida democrática a la situación. Llegamos a un acuerdo por una nueva Constitución y paz en Chile. Sobre paz se habló poco y el proceso constituyente fue enteramente fallido. Pero cuando nos sentamos a conversar y buscamos, de verdad y de forma desinteresada, buenos objetivos, lo logramos.

Posteriormente, a Chile Vamos se le interpeló por parte de la izquierda y la centroizquierda de si íbamos a ser capaces de iniciar un segundo proceso constituyente, y logramos ponernos de acuerdo en 12 puntos base para el proceso, que esperamos que no sea fallido.

El proceso constituyente: “Si nos atrincheramos, vamos a cometer el mismo error que antes”

–¿Cree que el trabajo del Consejo Constitucional y las enmiendas aprobadas se diriges hacia la ‘buena y nueva Constitución’ que espera su sector?

-Nosotros no debemos tomar posición en este minuto. La ciudadanía, aparentemente, está en contra del proceso completo y le interesa poco lo que contenga el texto. Pero yo soy un convencido de que tenemos que dotarnos de un nuevo chasis constitucional. Tenemos que dejar trabajar al Consejo y, cuando se termine de votar, podemos concluir si esto va por buen o mal camino. Las constituciones, lamentablemente, no tienen ocho artículos. Tienen muchos.

Yo llamo a la calma y a la observación, y a la responsabilidad por parte de quienes nos representan a todos en este proceso. Busquemos una Constitución que, de verdad, cobije a la inmensa mayoría, entendiendo que siempre va a haber una minoría que no debiera estar por sus propias convicciones en esto. Pero las constituciones son las patas de la mesa para poder construir las políticas públicas.

–Sobre todo interpela a los republicanos, ¿no?

-Yo interpelo a todo el mundo. Si estuvieron hasta las 02.30 de la mañana tratando de ponerse de acuerdo y no pudieron, no fue sólo porque no pudieron los republicanos. Tampoco pudo la izquierda. Entonces, si vamos a atrincherarnos, vamos a cometer el mismo error que se cometió en el proceso anterior, y eso sería lamentable.

–¿Chile Vamos tiene posibilidades de ser un ente articulador de acuerdos en el Consejo?

-Eso es lo que hemos visto que ha sucedido y está sucediendo. Pero quien tiene la mayoría y la mayor responsabilidad evidentemente es el Partido Republicano.