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17 de Septiembre de 2023

Lautaro Carmona (PC): “Si no se es capaz de tener una nueva Constitución en este proceso, el mandato seguirá en pie”

Lautaro Carmona, secretario general del PC (Foto: Francisco Chamaca).

Tras la cita del PC en La Moneda con el Presidente Boric -donde se advirtió del avance opositor en el Consejo Constitucional- el líder comunista adelanta que, como oficialismo, iniciarán diálogos con la derecha, entre partidos, para evitar un nuevo fracaso del proceso. Además, explica que antes de que finalice este mes, la colectividad completará la vacante de su fallecido timonel, Guillermo Teillier, aunque de forma "provisoria", para luego dar curso al proceso de congreso que escogerá un nuevo Comité Central y, a su vez, una nueva directiva.

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“Si no le molesta, con toda la comisión política”, confidencia que le dijo el secretario general del Partido Comunista (PC), Lautaro Carmona, al Presidente Gabriel Boric, previo a la visita de la directiva en pleno de la colectividad a La Moneda.

La cita del pasado jueves, con la mayoría de los 16 miembros de dicho estamento, era un pendiente solicitado por los propios comunistas. Antes, incluso, de la muerte de su presidente, Guillermo Teillier.

La conversación se extendió por más de dos horas y allí los dirigentes PC le levantaron alertas al mandatario. Particularmente sobre el curso del Consejo Constitucional y las enmiendas presentadas por la derecha, particularmente desde el Partido Republicano.

En conversación con The Clinic, Carmona adelanta que como oficialismo iniciarán una serie de diálogos bilaterales con las colectividades de la derecha, con el fin de intentar consensos en torno al texto constitucional. Pese a que la noción oficialista es que este proceso puede ser la última oportunidad de este ciclo político para dar con una nueva Carta Magna, el líder PC reafirma que el mandato de una nueva redacción continúa vigente.

—¿Cómo le plantearon esa preocupación al Presidente Boric?

—La conversación se hace en un contexto en que la derecha ha tomado la iniciativa y avanza con posiciones muy reaccionarias. Eso lo consideramos un desafío a las fuerzas democráticas, de izquierda, de centro, progresistas en general. Nosotros planteamos que esto es serio, grave obliga a reaccionar y a elaborar política.

—¿Desde el gobierno se compartió una percepción similar?

—El gobierno tiene un juicio positivo del papel que está jugando la minoría que nos representa. Si uno integra al consejero Alihuen Antileo, (tenemos) 17 de 50 consejeros. Por tanto, la derecha puede darse el gusto de aprobar un proyecto de texto a la medida de ellos. El gobierno sabe que los consejeros están haciendo un muy buen trabajo y tiene una manifestación de confianza en que los partidos políticos estamos preocupados que ese papel se juegue interpretando lo que fue la motivación del acuerdo que repuso el proceso constitucional.

—Por el curso de la discusión en el Consejo Constitucional, los más pesimistas ya apuestan a posicionarse desde el “En contra”.

—Nosotros tenemos autocontrol. No nos queremos adelantar y que se dé la sensación de que vamos a abortar este proceso. Queremos entrar en un debate entre partidos, no de los consejeros, donde le planteemos a la derecha que se pronuncie, no a los consejeros, si están disponibles -a pesar de que tengan mayoría- a construir un texto que represente a la sociedad chilena (…). Los políticos tenemos que hacer gestiones. Serán bilaterales formales o informales. No vamos a dejar de agotar ningún trámite que nos abra las expectativa de que se haga una propuesta de texto constitucional que implique un paso adelante.

—¿No hay una expectativa de que el gobierno se involucre más en esta recta final?

—Que entre el gobierno no cambia las proporciones que tiene el Consejo. No veo dónde el gobierno haría lo que los partidos no pueden hacer (…). Hay oficio para hacerlo.

—Dentro de las críticas al primer proceso estuvo que esta administración no trató de revertir el curso de ciertas discusiones que minaron el respaldo a la propuesta…

—Hablar del primer proceso y relacionarlo con el gobierno es facilitarle la tarea y la autocrítica a los partidos. Acá el problema que hubo es que los partidos levantamos listas y, una vez electos los consejeros, no hubo coordinación entre ellos. Eso no tiene nada que ver con el gobierno. Cada uno salió a buscar alianzas, en la medida que creía y no había una visión de que esta era una Constitución para Chile y no para algún partido. Y así llegamos a la exageración a la que se llegó. El texto tenía una exposición exagerada en cuanto a detalles que no eran necesarios en una Constitución.

—De rechazarse la propuesta constitucional en diciembre, ¿hay espacio para reabrir el proceso por tercera vez?

—Para mí, desde el punto de vista político, el mandato de una nueva Constitución está vigente. Si no se es capaz de tener una nueva Constitución en este proceso, seguirá en pie. Ahora, ¿tiene fecha eso? Eso es otra discusión. El espacio político para una fecha quedaría bastante conflictuado porque el año siguiente y el subsiguiente son años electorales. Es ampliamente probable que ese sea un desafío que quedará pendiente para un futuro espacio de gobierno.

—Fuera de eso, es de la idea de insistir por tercera vez, entonces.

—Soy de la idea de que a Chile le falta una nueva Constitución. Y que mientras exista inteligencia, la posibilidad de argumentar qué cosas traba (la actual Constitución), debiera existir como desafío tener una nueva.

“(Guillermo Teillier) tenía conciencia que estaba dando una batalla dura”

Cuando Carmona habla de Guillermo Teillier, los recuerdos se remontan a 1980. “Nos encontramos ese año en el equipo de dirección interior del partido. Yo desde la juventud, él estaba en tareas del partido ya (…). Fueron 43 años de trabajo conjunto”, dice.

Y agrega: “Los comunistas tenemos mucha intensidad en la parte humana. Perdimos una persona que forma parte de uno. Uno siempre se acuerda de (Pablo) Neruda, de su poema al partido: ‘me has hecho indestructible porque contigo no termino en mí mismo’. Eso está muy entre nosotros”.

—¿Qué recuerda de sus últimas conversaciones con Teillier?

—Fue una mezcla, respecto a lo humano y a su salud. Mensajes de “fuerza”, “a seguir batallando”. También de parte de él para las tareas que me correspondían a mí. Él estaba en cama, pero no era una relación con alguien desvalido. No. Uno, hasta las últimas, hablaba con una persona en plenitud. Pero tenía conciencia que estaba dando una batalla dura.

—¿Cómo será el proceso de la sucesión de la presidencia de Teillier?

Una primera cosa es que la conducción del partido es colectiva. El partido no ha estado nunca descabezado. Ni cuando se enfermó Gladys (Marín) ni ahora que se enfermó Guillermo. El Comité Central es el soberano para elegir quién lo representa en las tareas uninominales. Dicho eso, tenemos que resolver también la vacancia del presidente del Tribunal Supremo porque también falleció Pepe Figueroa, quien era el presidente del tribunal. El comité central va a resolver cómo se ajustan esas tareas que, por ley, estamos obligados a tenerlas.

—¿Eso lo hará el Comité Central actual?

Este Comité Central, en el mes de septiembre.

—Se había señalado que sería el nuevo Comité Central, tras el proceso de congreso del partido, quien definiría esa vacancia. Para entender, ¿la presidencia que se defina ahora será provisoria?

—No, no es provisorio. Para un tiempo más breve se podría decir (…). La convocatoria a un congreso es el evento más importante en nuestro partido. Eso no puede ser convocado, dirigido u organizado por un equipo transitorio, sino que por cuadros permanentes con plena vigencia y autoridad. Que vayan a durar menos es otra cosa. Sí será el futuro congreso, en cuanto a su política y a sus futuros dirigentes del Comité Central, los que definan quiénes van asumir después.

—Se habla de convocar a ese proceso en noviembre. ¿Sigue en pie esa fecha?

—Algunos hablan de noviembre, otros de diciembre.

—¿Está disponible a asumir en este período más breve?

—Una manifestación de este tipo puede alterar la rigurosidad de un debate en igualdad de condiciones de todos los que son parte del colectivo.

—¿Considera que la nueva dirección, los dos cargos principales, deben tener una fórmula paritaria como se ha dicho?

—Creo que es la propensión más natural. Es altamente probable que lo tenga.

—También se habla de una renovación general en los primeros cargos de dirigencia, como la presidencia y la secretaría general…

—El partido tiene una historia: continuidad y cambio. Siempre existieron dirigentes estudiantiles (o jóvenes) integrados. Yo fui integrado a la dirección clandestina del partido siendo dirigente de la juventud (…). Estaba Volodia, Millas y Corvalán. Nunca sentí que había un sesgo en el debate. Es una cosa más estas nomenclaturas que se imponen. Yo las observo y las registro.

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