De un pie de cueca hasta una noche en la Blondie: medio estadounidense escoge los mejores panoramas para hacer en 36 horas en Santiago

The New York Times incluyó a Santiago dentro de su listado de recomendaciones sobre destinos turísticos del mundo. El prestigioso medio estadounidense realizó una reseña dentro de su sección “36 horas en”. Se trata, según explican, de una “guía del viajero sobre los destinos imprescindibles más deliciosos, aventureros y fascinantes de una ciudad”.

Así entregan una serie de consejos sobre cómo se puede aprovechar de la mejor manera el tiempo indiciado al visitar cada destino. En esta oportunidad eligieron a la capital nacional con una serie de actividades que van desde paseos por sus espacios naturales o barrios históricos y museos, hasta algunos destinos para la noche.

De entrada señalaron que Santiago al ser la puerta de entrada para lugares como la Patagonia, el desierto de Atacama o Isla de Pascua, en muchas ocasiones los viajeros pasan de largo por la ciudad. “Puede que no brille como Río de Janeiro o Buenos Aires, pero si se rasca la superficie, la ciudad está llena de música, arte y vida nocturna, con el impresionante telón de fondo de los Andes”, destacaron.

Por otro lado apuntaron que en la ciudad “las divisiones siguen siendo profundas, 50 años después de que el golpe de Estado del general Augusto Pinochet, apoyado por Estados Unidos, diera paso a una dictadura de 17 años”. En esta línea recuerdan el Estadillo Social de 2019 afirmando que “las cicatrices están a la vista”. De todas formas recomiendan que “debería darle a Santiago la oportunidad de impresionarle”.

Qué hacer durante 36 horas en Santiago

El recorrido propuesto por The New York Times parte un día viernes a las 19.30 horas con el panorama de aprender el baile típico nacional. “Para los no iniciados, la cueca, que fue declarada danza nacional de Chile por el régimen de Pinochet en 1979, puede parecer un desconcertante torbellino de pañuelos y tacones”, señalan. En este sentido recomiendan ir a la Casa de la Cueca en el barrio Matta Sur donde se imparten clases ($3.000) con música en vivo.

Para seguir la ruta señalaron que a las 21.00 horas y a solo unas cuadras se encuentra la Pulpería Santa Elvira, local abierto en 2018. “La pequeña carta del chef Javier Avilés, que cambia a menudo, remezcla clásicos chilenos de temporada, como una creativa panera que juega con ‘la once’, una comida tradicional de la tarde. Otros juegan con las texturas, como un puré de calabaza servido en su dura piel. Tres platos y una copa de vino local salen a unos 35.000 pesos por persona”, añaden.

Luego de descansar durante la noche, la siguiente parada cae a las 10.00 horas del días sábado. Para iniciar esta jornada recomiendan visitar el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Sobre este recalcan que hace un “recorrido por la dictadura chilena, desde el golpe de Estado del General Pinochet del 11 de septiembre de 1973, que dividió al país, hasta el retorno a la democracia en 1990”.

“La pared con los rostros de los más de 3.000 hombres, mujeres y niños desaparecidos o ejecutados forzosamente, que se ve mejor desde la segunda planta, es escalofriante. La visita al museo dura aproximadamente una hora y es gratuita, aunque se fomentan las donaciones voluntarias si se opta por una audioguía (disponible en inglés, español, francés o portugués)”, complementan.

Ya para las 11.30 horas saliendo de este lugar aconsejan dar un paseo por la calle Compañía de Jesús en el Barrio Yungay, donde destacan vive actualmente el Presidente Gabriel Boric. En esta zona además recomiendan visitar el restaurante Peluquería Francesa “de 155 años de antigüedad (donde podrá comer bien y, curiosamente, cortarse el pelo)”. Además destacan otros locales como la Tetería Cleopatra o el Café Cité.

Lugares para comer y salir durante la noche

Para el momento del almuerzo a las 13.00 horas sugieren tomar el Metro hasta Franklin y pasar al mercadillo Persa Víctor Manuel para visitar el restaurante El Franchute del Barrio, precisando que “el menú de tres platos, sin bebidas, cuesta 17.000 pesos”. Luego de comer el recorrido sigue a las 14.00 horas visitando Galería La Curtiembre para luego “aventurarse por los callejones impregnados de incienso con más de 1.200 puestos”.

El itinerario continua a las 15.30 horas con la Factoría Franklin con sus diversos espacios que si bien destacan “abre todos los días, pero los fines de semana está más animado”. Algo que no debe faltar en el recorrido es el completo. Para ello recomiendan para seguir a las 19.30 horas con el Portal Ex Bahamondes en la Plaza de Armas de Santiago. “Un completo y una pinta de cerveza Escudo cuestan 3.000 pesos cada uno”, precisan.

Con esta comida lista el medio estadunidense recomienda seguir con el paseo a las 20.30 horas para llegar hasta Lastarria. “Empiece en El Bajo, un bar situado bajo el GAM, el característico centro artístico que lleva el nombre de la primera premio Nobel de Chile, la poetisa y educadora Gabriela Mistral. Tras el bombardeo del palacio presidencial durante el golpe de estado, la junta militar gobernó Chile desde la torre de El Bajo hasta 1981. Pida dos pisco sours, uno peruano (con clara de huevo y lima) y otro chileno (sin huevo, con limón), por 6.500 pesos cada uno. Después, dirígete al Café Escondido, una plaza con mesas bajo un nudoso ficus. En su juventud, el presidente Salvador Allende vivió al lado. Pida una jarra de borgoña por 12.500 pesos, el equivalente a la sangría con sabor a fresa”, señalan.

Para ir cerrando el día y pasar una noche de fiesta aconsejan tomar un auto a las 22.30 horas y emprender rumbo a la discoteca L.G.B.T.Q. Blondie para la que se debe pagar una entrada de $10.000 para disfrutar de sus espacios de baile. Para los que no sientan que ese es su ambiente recomiendan en tanto el “animado Bellavista, sobre el fangoso riachuelo que una vez fue el poderoso río Mapocho, donde los bajos atronadores compiten con la cumbia a todo volumen”.

Llegando a las 36 horas recorriendo Santiago, The New York Times propone para el domingo a las 10.00 horas ir a dar un paseo al Cerro San Cristóbal. A esa hora, apuntan “se abre el teleférico, que te lleva a la cima en menos de 10 minutos”. También recalcan que se pueden hacer caminatas por los distintos senderos que tiene. “La recompensa en la cima es un mote con huesillo (unos 2.500 pesos). (…) Para bajar, hay que tomar el funicular que baja por el lado opuesto y te deja en Bellavista, a una cuadra de La Chascona, la peculiar casa del poeta Pablo Neruda”, cierran.