Panamericanos Santiago 2023: lo que se juega el Gobierno y los cuestionamientos a la transparencia de la organización

Antes de partir a China, en la inauguración de parte de las obras en el Estadio Nacional con motivo de la organización de los Panamericanos 2023, el Presidente Gabriel Boric admitió cierto “alivio” al constatar el avance de la infraestructura.

“En algún momento, cuando llegamos, hubo dudas si es que íbamos a alcanzar. Efectivamente, la pandemia fue un golpe muy duro para todo lo que significa la construcción, la planificación. Y siempre hay pájaros de mal agüero que dicen ‘no se va a alcanzar’”, afirmó.

Que estuvo en riesgo -incluso- ser la sede fue un secreto a voces que rondó a mediados del año pasado en la cartera de Deportes, algo que fue expuesto con preocupación por dirigentes de partidos de gobierno en reuniones de comité politico. Esa afirmación de Boric, de hecho, la respalda la alcaldesa de Ñuñoa, Emilia Ríos (RD) en conversación con The Clinic. 

“Cuando asumimos estaba todavía el gobierno anterior. La verdad es que había muy pocos avances en concreto en relación a la intervención en el Estadio Nacional. Eso es lo que yo puedo dar fe y me consta que no estaban las tramitaciones realizadas, que estaba todo a nivel de proyecto. Fue un desafío súper grande para el gobierno que asumió el año pasado poder tomar eso. Fue prácticamente desde cero”, comenta la edil.

Así, en apenas cinco días más, y a escasas horas de haber regresado de su visita al principal socio comercial del país, el mandatario será el encargado de abrir los fuegos de la competencia.

Cuando se encienda el pebetero olímpico, Boric estará acompañado por el ministro mejor evaluado de su equipo, Jaime Pizarro (Deportes), según Cadem. También junto a otros miembros del comité político y del resto del gabinete.

Tras el acto inaugural en el Estadio Nacional, está contemplado que Boric pueda asistir como espectador de alguna de las competencias a lo largo del evento deportivo. ¿Cuáles? Aún no está definido, de acuerdo a Presidencia. Pero como es usual, es algo que el propio Jefe de Estado definirá, previo aviso a su equipo de escoltas por tratarse de eventos de alta convocatoria.

Aunque sí es conocida su afición por el fútbol. En mayo acudió a las graderías del Estadio Santa Laura para ver el duelo entre la Universidad Católica, equipo del que es hincha, y Unión La Calera, acompañado del -ahora- subsecretario de Defensa, Ricardo Montero. Esa disciplina en los Juegos Panamericanos se desarrollará fuera de Santiago, en la región de Valparaíso, en los estadios Elías Figueroa y Sausalito.

La apuesta por situar a Chile como organizador de “grandes eventos”

Como sea, en el gobierno y en los partidos oficialistas admiten que una correcta ejecución del evento y una mayor exposición de Boric en una faceta más “lúdica”, podría dar un margen a la mermada aprobación del gobierno y de algunas figuras de su gabinete, como la de la ministra vocera Camila Vallejo. Aunque los datos dan cuenta que no siempre es así.

Corría el año 2015, el segundo año bajo la segunda administración de Michelle Bachelet. El verano fue turbulento y marcó un punto de no retorno respecto a la popularidad de la exmandataria: se develó el Caso Caval, escándalo político que involucró directamente a su núcleo familiar. A su hijo, Sebastián Dávalos; y su nuera de ese entonces, Natalia Compagnon. Indirectamente, y a la interna de su coalición, la Nueva Mayoría, los roces por la gradualidad (o no) de las reformas tampoco se disiparon.

Pese a ello, Bachelet optó por participar en la mayor cantidad de actividades ligadas a la Copa América siendo Chile, durante esa edición, organizador del certamen. Al inicio, la apuesta rindió frutos. La adhesión -según el sondeo de Cadem de la época- subió cinco puntos en la última semana de junio de ese año. 

Sin embargo, las cifras de la misma encuestadora de mediados de julio -con Chile ya coronado como campeón de la competencia- dieron cuenta que no se consolidó el entusiasmo inicial respecto de la gobernante y retrocedió -de igual forma- en su aprobación.

Guardando las proporciones, el escenario es un tanto similar. En el año del caso Democracia Viva -que involucró directamente a militantes del Frente Amplio- y con las reformas claves de esta administración entrampadas.

Pero más allá del posicionamiento de una u otra autoridad, el despliegue de los próximos días se convierte en la “valla” a sortear para demostrar que el país cuenta con las capacidades para la organización de eventos de esta talla. 

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¿La razón? El bochorno luego de que Chile fuera apartado de la organización del mundial de 2030, pese a que sus socios de la Corporación Juntos 2030 (Argentina, Uruguay y Paraguay) sí obtuvieron -al menos- partidos inaugurales, sin perjuicio de que la sede oficial de dicho campeonato se radicará en España, Portugal y Marruecos.

Por el lado de la seguridad, Carabineros dispondrá de tres mil efectivos policiales. De ese total, dos mil se desplegarán en Santiago. Dentro del principal recinto deportivo, el Estadio Nacional, quienes lo han recorrido dan cuenta que solo resta el retiro de escombros y arreglos de corte estético, como la instalación de vegetación.

Y la relevancia que dará Televisión Nacional (TVN) -uno de los canales oficiales- al evento no será menor, considerando el mal momento que atraviesan en términos económicos y de audiencia: la señal apostará a 17 horas diarias de transmisión, modificando por más de tres semanas el grueso de su parrilla programática, buscando amplificar el evento, que también emitirán otros canales, pero no con transmisiones tan extensas.

“Opacidad” en la organización

El trabajo realizado en los últimos meses por la Corporación Santiago 2023, el gobierno y el Instituto Nacional de Deportes (IND) ha sido valorado por diversas figuras políticas, en especial en la comisión de Deportes de la Cámara Baja y su símil del Senado. De hecho, integrantes de estas de diferentes sectores confirmaron que participarán en el acto inaugural, aunque algunos mantienen ciertas inquietudes.

Pese a que los arribos de Jaime Pizarro a Deporte y de Harold Mayne-Nicholls a la corporación fueron bien recibidos, sus esfuerzos no han sido suficientes para aplacar las molestias que existen, particularmente en la oposición, ante algunas materias que -advierten- no han sido clarificadas respecto a la organización.

Parlamentarios de Chile Vamos reclaman presuntas irregularidades en licitaciones y contratos, y aseguran que tanto Contraloría como el Consejo para la Transparencia tienen causas activas por eventuales faltas a la probidad. Dentro de la coalición, algunos aseveran que la organización ha sido desprolija, y que hay más dudas que certezas, pero que de todas formas abogarán por tener buenos resultados.

“Todos queremos que a los Panamericanos les vaya espectacular y que la imagen país sea la mejor que se proyecte. Pero tenemos conciencia que ha habido durante todo el proceso anomalías, irregularidades en la organización” señala el diputado de la comisión de Deportes, Andrés Celis (RN), quien asegura que hubo un aumento considerable del presupuesto que no estaba previsto.

El senador de Evópoli, Sebastián Keitel, agrega que “durante la planificación de estos juegos ciertamente han existido inconvenientes. Retraso en las obras, aumentos de precios en las construcciones y problemas en el manejo de recursos”, aunque asegura que Pizarro y Mayne-Nicholls han logrado encauzar la organización. 

En los partidos de gobierno reconocen que hay algunas cosas que deben ser aclaradas, pero que en esto también estarían involucradas personas de administraciones anteriores, desde la exministra Alexandra Benado y del gobierno anterior.

En abril, diputados y diputadas de oposición, con apoyo de algunos del oficialismo, solicitaron formar una comisión investigadora para indagar irregularidades en la organización y el financiamiento de los juegos, la cual tuvo su primera sesión esta semana.

La presidenta de la comisión de Deportes e impulsora de la comisión investigadora, Erika Olivera (Demócratas), señala que “se dice que una de las cosas que afectó el trayecto de la organización de estos juegos fue la pandemia, la inflación, pero es importante que la comisión investigadora pueda llegar ojalá a buenas conclusiones”.

Sin embargo, la actitud de la comisión de Deportes fue criticado por Harold Mayne-Nicholls, quien en julio participó de una sesión de la instancia, en la cual insinuó que la invitación era una “pérdida de tiempo”. Esto, considerando que la cantidad de trabajo que tenía para sacar adelante el evento tras asumir en reemplazo de Gianna Cunazza, y manifestó que las dudas por las irregularidades eran legítimas pero podían revisarse una vez concluido este.

Parlamentarios de oposición presentes en ese encuentro manifestaron sus críticas por la actitud del exdirigente de la ANFP, aunque respaldan el papel que ha jugado en la organización.

La diputada PC Marisela Santibáñez dice que “es complejo que las autoridades a cargo de llevar a cabo este evento estén citados semana a semana a la comisión. Me hubiese gustado un poco más de disposición para, o haberla hecho antes, o haberla retrasado un poco”.

El diputado del PPD, Cristián Tapia, afirma que “cuando llegamos el año pasado teníamos ciertos temores sobre cómo se estaban dando los trabajos. Los atrasos que se veían en una proyección muy difícil que pudiésemos tener todo listo (…) Pero ya tenemos casi 100% listo”.

De momento, según afirman los parlamentarios de las comisiones, están convocados a la inauguración. Hasta ahora, eso sí, afirman no conocer detalles sobre el acto a desarrollarse este próximo viernes.