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Política

31 de Octubre de 2023

Ignacio Walker se abandera por el “En contra” para el plebiscito constitucional: “Chile Vamos no se la pudo con el Partido Republicano”

Ignacio Walker

El exministro y exparlamentario señala a The Clinic que el éxito del "En contra" dependerá de si el Partido Comunista y el Partido Socialista hacen una declaración "comprometiéndose con sus votos en el Parlamento" a que termine el proceso constituyente y que se mantenga el umbral de votación del 5%, para que los partidos políticos inferior a ese número no tengan representación en el Congreso.

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Fue hace poco más de un año cuando el exministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Ricardo Lagos, Ignacio Walker, transparentó que votaría “Rechazo” para el plebiscito del 4 de septiembre del 2022.

En ese entonces, el también exparlamentario militaba en la Democracia Cristiana (DC) y la decisión institucional del partido de ir por la opción “Apruebo” terminó augurando su salida de la falange nacional.

Este martes, Walker transparentó -en una columna de El Mostrador– que votará “En contra“, a sólo un día de que el Consejo despachara el texto final a plebiscitar el próximo 17 de diciembre. En ese sentido, en entrevista con The Clinic, el expresidente de la DC apunta a que lo “partisano” de la propuesta coincide con lo que criticó del trabajo de la Convención, así como también hace hincapié en la escasa capacidad de Chile Vamos, visto como sector bisagra en el Consejo, para alcanzar acuerdos entre los integrantes.

Más allá de que usted considera puntos favorables para la propuesta constitucional, habla del contexto en el que se da. ¿Fue la forma lo que impulsa su voto en contra?

—Fueron las dos cosas, cosas de forma y cosas de fondo. Lo más importante no es tanto tal, o cual inciso o artículo o título, sino que el proceso político mismo, el proceso constitucional, en el sentido en que no fue capaz, en estos cuatro años desde el acuerdo por una nueva Constitución, de concitar un acuerdo transversal. Por lo tanto, a la Constitución partisana de la Convención anterior, que fue un texto refundacional, al margen de la realidad, de la historia, del sentido común,  impuesto por la izquierda radical, hoy nos hemos ido al otro extremo, a una Constitución partisana desde una derecha radical que tiene el sello principalmente del Partido Republicano y que se expresa en la votación de ayer: 33 votos a favor, toda la derecha, 17 votos en contra, toda la izquierda. A eso le llamo Constitución partisana. Eso incide en el tema de fondo, que es la legitimidad de la Constitución, que es un tema en el que llevamos 35 años.

—¿Qué mensaje deja la votación de ayer? En el sentido de que bloque opositor y bloque oficialista voten distinto.

—Eso nos remite a la elección de mayo. Hay que ser claros: la derecha tenía más del 60% del Consejo, podía aprobar cualquier Constitución, cualquier texto porque tenía el cuórum para hacerlo. Y el Partido Republicano, solos, tenían un 40%, con lo que podían vetar cualquier texto. Eso es legítimo, porque ellos fueron elegidos en mayo, pero en el intertanto, el Acuerdo por Chile del 12 de diciembre fue muy sabio al crear esta comisión de expertos de 24 miembros que logró un acuerdo unánime desde el Partido Comunista al Partido Republicano. Si uno actúa de buena fe en un proceso como este y ve que se logra un acuerdo unánime, ¿qué es lo que tendría que haber hecho el Consejo? A mi juicio, actuando de buena fe: mejorar, perfeccionar, corregir algunas cosas que no quedaron muy bien resueltas, pero manteniendo la matriz de un acuerdo que fue unánime. Ese contraste es muy decisivo en lo que refiere, al menos, en mi voto.

La Comisión Experta alcanza este acuerdo unánime al anteproyecto, pero al presentar enmiendas al texto del Consejo, no existe más consenso. ¿Qué cambia entremedio?

—El argumento que esgrimen legítimamente la derecha y los republicanos: el verdadero órgano decisorio es el Consejo, y en eso tienen razón, porque el anteproyecto es una propuesta del anteproyecto al Consejo. El Partido Republicano batió un récord histórico: obtuvo el 35% de los votos en mayo, solo comparable con el 42% que obtuvo la DC en 1965.

Aquí la oleada derechista reflejada en el Partido Republicano es completa. Eso inhibió a Chile Vamos. No tuvieron la fuerza, la personalidad, la voluntad. Hubo, por cierto, una mejor disposición de algunos de sus miembros, pero Chile Vamos no se la pudo con el Partido Republicano. Doy un ejemplo: cuando se aprobó que todo ser humano es persona, cuatro consejeros de Chile Vamos (Hutt, Eluchans, Becker y Gallardo), osaron abstenerse. Al día siguiente irrumpió en la palestra pública José Antonio Kast increpándolos por esta abstención y advirtiéndoles que esto no debiera volver a producirse. Y nunca se produjo de nuevo.

La hegemonía del Partido Republicano, la audacia de Kast (…). Ellos han hecho un trabajo muy profesional y el que crea que puede subestimar la opción del “A favor” comete un gran error.

Eso va a depender de dos cosas: que el Partido Socialista y el Partido Comunista, que son el eje de la izquierda, en los próximos días, no semanas, porque puede ser muy tarde, hagan una declaración pública, solemne, comprometiéndose con sus votos en el Parlamento a dos cosas. Primero, que aquí termina el proceso constituyente. ¿Cuál es el gran talón de Aquiles de la opción “En contra”, a la que adhiero? que la sola posibilidad que se pudiera presentar continuar con un agónico proceso constituyente para una nueva Constitución vuelca la balanza en favor de republicanos y de la derecha.

—¿Ante el hastío y desgaste constitucional?

—Obvio, y la responsabilidad que tiene la izquierda de habernos metido en la Convención Constitucional anterior.

Lo segundo es que en esa misma declaración, junto con señalar que nos vamos a regir por la Constitución actual, es que tiene que comprometerse al umbral del 5% en materia electoral, porque esto es un gran aspecto positivo del actual texto del Consejo, en el sentido que ningún partido que obtenga menos de eso va a tener representación parlamentaria. Eso es así de simple. Si el PS y el PC dicen que no estamos en condiciones internas, que las tendencias y tal, bueno, olvidémonos entonces, allanémonos a la idea de que puede ganar el “A favor”. Esa es mi misión, así de clara.

Plantea que la discusión se retome en el Congreso.

—Por supuesto, si el Congreso detenta el poder constituyente en Chile y en cualquier democracia del mundo. Además, con la ventaja que cualquier reforma de Constitución sería de 4/7, como rige actualmente gracias a la enmienda de los senadores Rincón y Walker. Entonces, como lo veo, es muy simple. ¿Queremos que gane el “A favor”?, ok, que no se hagan ninguno de estos compromisos por parte de la izquierda. ¿Queremos ganar con el “En contra”?, entonces que se hagan esas dos manifestaciones públicas con compromisos de contar con los votos en los 60 días siguientes al plebiscito. Ahora, si no se puede, que cada cual asuma su responsabilidad.

—¿Cómo habla de la clase política en el caso de que este nuevo proceso fracase?

—El proceso constituyente ya fracasó. Fracasó anoche y fracasó con el resultado de la anterior Convención. ¿En qué sentido fracasó? En que no hubo acuerdo transversal. El objetivo, el sueño de un acuerdo por la “Paz social y nueva Constitución” o el “Acuerdo por Chile” y la decisión unánime de la Comisión de Expertos no tuvo lugar, no se verificó. Dicho eso, hay  dos opciones legítimas: votar “A favor” o “En contra”. Ninguna de las dos es un salto al vacío, pero el triunfo de la opción “En contra” depende de lo que acabo de señalar. No me cansaré de insistir.

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