Columna de Javiera Arce | En la búsqueda del trabajo digno: conciliación de la vida laboral, familiar y personal

Prontamente será aprobada la Ley de Conciliación de la vida laboral, familiar y personal, iniciativa impulsada por el Ministerio del Trabajo y Previsión Social, a través de la Subsecretaría del Trabajo.

Esta normativa, se enmarca en la búsqueda de poder alcanzar no sólo la formalización de los empleos, sino también en la capacidad de crear fuentes de trabajo decente. De esta forma, se podrá compatibilizar el cuidado de los hijos/as y dependientes con las tareas propias de una fuente remunerada.

Este cambio no es menor ni insignificante. Por el contrario, es un cambio que ayuda profundamente a las mujeres trabajadoras, que poseen innumerables problemas para compatibilizar ambos roles.

Dentro de las reformas, esta nueva ley viene a reconocer las tareas del cuidado como una forma de trabajo, pero, además de esto, contempla acciones concretas. Entre ellas, destaca el derecho preferente al ejercicio del feriado legal y ajustes transitorios en turnos y jornadas, para personas trabajadoras que tengan a menores a su cargo, durante el periodo de vacaciones escolares. Asimismo, también contempla la posibilidad de negociar, a través del sindicato, la posibilidad de disminuir transitoriamente jornada durante el mismo periodo, para favorecer así la continuidad laboral.

Pero no sólo eso. El proyecto de ley, además, establece el derecho a jornada híbridas, es decir, a una jornada que combine días de presencialidad con días en teletrabajo, para trabajadores y trabajadoras que tengan a su cuidado menores de edad así como también a personas en situación de discapacidad y/o dependencia moderada o severa.

Este cambio en la legislación genera una reforma sustantiva en el concepto de trabajo. Reconoce aquel trabajo no remunerado que posee un valor social y económico relevante, del que un sector importante de la sociedad se niega a reconocer su utilidad para el bienestar de las sociedades. Asimismo, es también destacable su fomento a la corresponsabilidad, en la medida que todos estos beneficios se establecen para padres y madres, para hombres y mujeres, contribuyendo así superar la desigual distribución de las responsabilidades de cuidado, que han recaído tradicionalmente en los hombros de las mujeres.

El beneficio que producirá esta normativa en términos generales en las familias, como específicamente entre las mujeres trabajadoras, aún se desconoce. No obstante aquello, implicará la generación de políticas públicas que le permitan a estas mujeres acceder a una realidad más amable que la de sobreexigirse y sobrexplotarse. Y le abrirá la oportunidad a los varones de poder involucrarse más activamente en la crianza y el cuidado de sus hijos/as, ya que la legislación, aún atrasada, no les permitía abiertamente, ocupar también un lugar relevante en la crianza.

Los cambios sociales son lentos, pero es importante reconocer cuando se avanza, particularmente en cuestiones tan significativas como conciliar dos mundos que parecían no ser compatibles, y que hoy en día podrán verse materializados en este avance. Es de esperar que se difunda para que cientos de mujeres trabajadoras puedan hacer uso de esta legislación y así mejorar su realidad.

*Javiera Arce Riffo, Instituto de Economía Aplicada Regional de la Universidad Católica del Norte