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Política

9 de Enero de 2024

Irina Karamanos vuelve a referirse a su paso por La Moneda: “No lloraba de pena por irme, sino de lo mucho que había significado estar ahí”

Curadora de arte: el nuevo trabajo de Irina Karamanos tras su paso por La Moneda Foto: Agencia Uno

Sobre la concepción antigua del cargo que ocupó, Karamanos enfatizó que "es una mujer que se hace conocida por ser propiedad corporal, afectiva y sexual de alguien. De pronto te transformas en la mujer más intocable. La que menos debe seducir. La que debe cumplir con cierta convivencialidad y eso, en estos tiempos, es una expectativa inaudible”.

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Fue el 29 de diciembre del 2022 cuando Irina Karamanos, ahora excoordinadora Sociocultural de la Presidencia, dejó el Palacio de La Moneda y la administración del Presidente Gabriel Boric. Aquello era una promesa que había hecho: reformular el rol de la Primera Dama y dejar las instituciones que tenía bajo su cargo en los ministerios más acordes.

Además, el año pasado Karamanos volvería a estar en el ojo mediático. Primero, por una charla TED que dio en Estados Unidos, relacionada a repensar el cargo de la Primera Dama. Segundo, su ruptura con el Mandatario.

En conversación con La Tercera, la excoordinadora Sociocultural abordó cómo fue dejar La Moneda y su oficina, la que es conocida como “Versalles”. ¿La razón? Muchos dicen que es la más bonita del palacio presidencial. Se encuentra decorada con cuadros, muebles tallados que tienen varios años, alfombras, entre otros elementos.

Sobre dejar el lugar, Irina Karamanos reconoce que “hay un lugar que para mí es muy especial dentro del palacio. Debajo del primer piso, en los lugares donde no llega la luz, se gesta todo: se lavan las camisas que se manchan con café y se devuelven pulcras para arriba, limpiadas por señoras que llevan décadas ahí y que en muchos casos nadie sabe nombrar. Hay un salón de carpintería donde se construyen todos los escenarios, atriles para los discursos y los pendones para las presentaciones. Tras cada acto o anuncio, ellos son quienes construyen todo. Lo arman y desarman rápido. Y con ese equipo en particular tuvimos una buena relación. Así que me despedí de todos ellos”.

Además, agregó que “salir fue lento. Nos tomó más de un día. Sacamos las cosas en horarios en que la prensa no estuviera pendiente, porque no queríamos fotos, se podía leer como una imagen triste, pero la verdad es que estábamos orgullosas con el equipo de haber cumplido con éxito una misión: alivianar al Estado”.

“El poder es como una esfera magnética y uno se electrifica con eso”

Irina Karamanos también se refirió a lo que sintió, en el lado emocional, al dejar La Moneda. La socióloga reconoció que se sintió “comprimida” antes de retirarse del Gobierno.

“Se genera un apego extraño que, al soltar, también suelta muchos procesos comprimidos. Así me sentía yo: comprimida. Salir de la oficina fue fuerte. Lloré. No lloraba de pena por irme, sino de lo mucho que había significado estar ahí. Le di un cierre. Es eléctrico el salón. El poder es como una esfera magnética y uno se electrifica con eso, pero no porque te encante, sino porque te afecta. Al menos en mi experiencia, que iba contra la corriente a cambiar un rol, quizás para otros resulta más cómodo”, contó la profesional.

Por otro lado, Karamanos fue consultada por la reflexión que hizo tras dejar el cargo de la Primera Dama. Sobre aquello, dijo que “han pasado diez años (se ríe). Sobre el cargo, creo que fue una misión acotada, lograda y muy puntual, y al cerrarlo la pregunta se movió hacia cómo retomar mi trayectoria profesional, la autonomía material, reorganizar la vida de pareja en su momento con Gabriel y más tarde la separación“.

“Creo que al vivir una experiencia tan intensa como esta, más que preguntas, deja muchas respuestas, y quedan claras varias cosas sobre el futuro: piensas en qué es lo que más importa, a qué le vas a dar más sentido. Hoy quiero aprovechar cada vez más el tiempo. El poder es la posibilidad y capacidad de hacer algo, es facultativo. Moldear la realidad es una responsabilidad que genera mucha tensión y mucho respeto, a mí me preocupaba a diario el cambio que podría estar haciendo desde mi lugar. Era una sensación permanente de búsqueda de la mejor versión de las cosas. Mi equipo estaba cansado de que preguntara ‘¿cuál es la mejor versión de esto?’ Me sentía responsable del cambio que estaba proponiendo”, agregó la socióloga.

El silencio de Irina Karamanos tras dejar el cargo de la Primera Dama

Alejada del Gobierno, Irina volvió a su vida rutinaria. En el ámbito profesional, se ha dedicado a ser analista de investigación en temas de educación y migración. Además, tiene en mente un proyecto de una cafetería propia.

Luego de salir del cargo, Irina optó por guardar silencio y no exponerse de forma excesiva ante los medios de comunicación.

Sobre no hablar en aquel entonces, dijo que “sobre mi labor yo preferí no decir mucho, porque quería primero trabajar y después mostrar en lo que había estado trabajando. Yo no quise promocionarme a mí misma y eso genera mucha desconfianzaNo se lee como un acto de humildad, ni mucho menos austero, sino soberbio. Yo iba a algo muy puntual: entrar y salir, entonces, ¿por qué iba a hablar? Pero si no explicas el proceso permanentemente, no se entiende. Yo creo que ese fue un error. Asumí que sería menos engreído ocupar tanto tiempo en mi imagen comunicacional, como ir a la televisión, que lo hacen la mayoría de los políticos, porque sentí que habría perdido mucho tiempo si me hubiera dedicado a eso en lugar de trabajar en el cambio”.

En relación a lo anterior, y tras ser consultada por la imagen que se instaló sobre ella, Irina Karamanos señaló que “inmediatamente se asociaba a una chica privilegiada, desorientada, caprichosa y sin voz -porque no dije nada y nadie explicaba lo que estaba haciendo- y cuando hablaba, además, criticaba el lugar en el que estaba”.

“En la realidad, y lo que no se vio, es que junto a mi equipo trabajamos arduamente en la oficina, y luego, adicionalmente, en las minucias de las fundaciones que anclaban a la primera dama a una estructura estatal con fondos y recursos destinados a las familias de Chile. Estábamos tratando de arreglar unas cañerías que nadie quería oler. Y nadie quería entender adentro lo que yo estaba haciendo, no se sabía cómo iba a salir, si iba funcionar o no. Cuando algo sale bien, todos se suman, pero no mientras estás cambiando la cañería que huele mal”, agregó.

Por último, y sobre si será recordada como la mujer que le puso fin a la institución de la Primera Dama, Irina dice que no. “O por lo menos no me lo imagino así (…) Es muy categórico. Y aunque eso fue lo que hice, no me atrevo a escribir historia en el presente”, aseveró.

En línea con lo anterior y sobre la concepción antigua del cargo que ocupó, Karamanos enfatizó que “es una mujer que se hace conocida por ser propiedad corporal, afectiva y sexual de alguien. De pronto te transformas en la mujer más intocable. La que menos debe seducir. La que debe cumplir con cierta convivencialidad y eso, en estos tiempos, es una expectativa inaudible”.

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