El origen mexicano de la piscina Tupahue del Cerro San Cristóbal: la historia tras el icónico oasis de Santiago

En medio de la ola de calor que enfrenta la zona central de Chile, se hace cada vez más urgente recurrir a lugares donde capear el calor. Es así que las piscinas nacionales se vuelven un oasis en medio del desierto urbano.

Por sobre todas las piscinas en Santiago, hay una que es apuntada como la más emblemática: la tradicional piscina Tupahue. Su nombre provienen del quechua: “lugar de Dios“, nombre que recibió por su ubicación privilegiada en el Cerro San Cristóbal. 

Sin embargo, hay un aspecto en este balneario que no todos conocen: su conexión mexicana. Porque la existencia de la piscina se debe el arquitecto mexicano, Carlos Martner, quien vio su potencial cuando era una cantera en desuso que se había convertido en un gran basural. Inspirado por la naturaleza del Cerro San Cristóbal, usó el paisaje y roca toba soldada de la misma cantera para construir su piscina. Desde 1966, la alberca destaca por ser una de las más visitadas por los santiaguinos. 

En cuanto a las cientas de entradas que se venden para acceder a la piscina, Catalina Serrano, encargada de la sección de marketing y comunicaciones del Parquemet comenta que “vienen personas de todas partes. Eso es parte de nuestro sello, y esa es la gracia. Porque nosotros, dentro de nuestra misión y visión, tenemos un rol de integración social”.

“En la Piscina Tupahue viene de Chincol a Jote: extranjeros, chilenos, gente que viene de regiones. Y es bonito eso, porque esa diversidad se junta en la piscina”, describe Serrano.

Debido a su valor patrimonial y arquitectónico, el lugar se considera Monumento Histórico desde 2005. Sobre ello, Serrano comenta: “Son las primeras obras que integran el paisaje en la arquitectura. Creo que eso es un salto en la mirada de ciudad súper importante. En el caso de Tupahue, se reconoce desde ese lugar, pero también porque es un lugar típico. O sea, los chilenos vienen a la piscina Tupahue. Muchos, muchos”.

El Mural de la piscina Tupahue

La piscina no es el único atractivo del balneario, pues su mural también es una joya arquitectónica del lugar. Diseñado por el también artista mexicano Juan O’Gorman y ejecutado por la escultura María Martner, el mural representa la conexión entre Chile y México. En él, se personifica el encuentro de aztecas y araucanos, específicamente Cuátemohc y Caupolicán.

Sin embargo, debido al tiempo y al crecimiento de maleza, el mural se encuentra en mantención por segunda vez.

“Tuvo un proceso de restauración importante el año 2002, y ahora está en otro súper importante con hartos recursos de la Embajada de México en Chile“, explica Serrano. “El 2026 cumple 60 años, entonces están poniéndolo a punto para que cumpla sus 60 años en gloria y majestad“, concluye.

El balneario está abierto todos los días de la semana, excepto por los lunes y los martes. Las entradas para adultos y niños son de 7.000 y 4.000 pesos, respectivamente.