La tensa relación entre González, Narea y Tapia: el historial de desencuentros que terminaron por separar a Los Prisioneros

El pasado 6 de febrero, el vocalista y líder de Los Prisioneros, Jorge González, interpuso una querella criminal en contra del exbaterista de la banda, Miguel Tapia, el exmánager Alfonso Carbone, y el notario Ricardo San Martín.

González acusa a sus exaliados de los delitos de falsificación de instrumento público, uso malicioso de instrumento público falso y administración desleal. Esto, pues, según González, fue engañado para firmar acuerdos buscando rentabilizar el patrimonio del extinto grupo.

Pero este conflicto ―que llegó a los tribunales― no es el primero ni el único en la historia de la banda que crearon González, Tapia y el guitarrista Claudio Narea a inicios de los años ’80, luego de conocerse en el Liceo 6 de San Miguel.

En enero de 1990, Narea dejó Los Prisioneros luego de una serie de desencuentros con su líder. Durante la internacionalización del grupo, en 1989, el artista no pudo viajar a la grabación de Corazones en Estados Unidos por problemas con su visa. Tapia tampoco pudo llegar. Eso resintió el ánimo de los dos miembros del grupo, que decidieron empezar a componer tres canciones en paralelo a Jorge González. De ahí salieron temas como We are sudamerican rockers, que quedó fuera de la siguiente producción de la banda, porque no le gustó al vocalista. “La ley decía que Jorge González era el compositor del grupo”, aseguró Narea en entrevista con revista Wiken en 1994.

En agosto de 1989, Claudio Narea actuó por última vez con Los Prisioneros. Ya los problemas personales con González habían vuelto insostenible su permanencia en el grupo. “Si me fui de la banda fue porque él se transformó en un loco”, aseguró en 2014 en conversación con El Comercio de Perú.

“Pensaba que la actitud de Jorge se debía a las drogas. Pensé que si estaba limpio de drogas era inofensivo, que no tenía más conflictos conmigo porque ya no estaba drogándose”, agregó Narea.

En mayo, meses después de que dejara el grupo, se anunció públicamente la salida de Claudio Narea de Los Prisioneros. Un año después, en 1991, González confesó en una entrevista que “cuando Claudio se fue, el grupo se acabó”.

Ese mismo año, el grupo ―ahora convertido en dúo― comenzó un receso, que finalizó en 2001, cuando comenzó la segunda etapa de la banda con dos multitudinarios conciertos en el Estadio Nacional.

Pero los problemas no tardaron en llegar. En febrero de 2002, durante una conferencia de prensa marcada por el consumo de drogas por parte del líder del grupo, Narea y González protagonizaron una fuerte discusión pública. Esto, luego de que el vocalista asegurara que “tengo una opinión por la que me van a crucificar. Yo apoyo la piratería. Considero que los discos son muy caros y los sellos no tienen la intención de bajar los precios. Estoy dispuesto a ganar menos plata si bajan los discos, pero los sellos no bajan los discos”. El guitarrista discrepó y planteó que tras la piratería existe una “mafia organizada” que podía afectar la industria.

En septiembre de 2002, en el Estadio Víctor Jara, el guitarrista tocó por última vez ―oficialmente― con Los Prisioneros. Mientras preparaban el álbum del mismo nombre, Jorge González le entregó los demos a Claudio Narea, a quien no le gustaron las grabaciones. Luego, se negó a grabar las guitarras y cuestionó al compositor. Tras una serie de discusiones, decidieron expulsarlo del grupo.

“Este despido me fue comunicado el día 18 de agosto, en el marco de una reunión a la que fui convocado por Jorge y Miguel. Sin mediar diálogos ni discusiones, Jorge González me comunicó, simplemente, que ‘no queremos tocar más contigo’. Me acusó de querer sobresalir y de comentar con amigos mis problemas al interior del grupo”, reclamó Narea en septiembre de 2003.

“La banda se separa”: el final definitivo de Los Prisioneros

El grupo terminó por separarse definitivamente en febrero de 2006, luego de una presentación en Venezuela. Ahí, según publicó El Mundo de Caracas, se realizó un breve show que no se extendió por más de una hora, dejando descontentos a los seguidores. Al terminar de tocar, González partió al hotel y los demás integrantes del grupo se quedaron en los camarines. Mientras el público gritaba, quienes organizaron el evento corrieron a buscar al vocalista a su habitación.

El líder de Los Prisioneros llegó enojado al escenario y dijo “no tenemos más canciones, se los advierto”. Luego, Miguel Tapia se acercó a un periodista venezolano y le confesó: “La banda se separa, esta presentación en Caracas fue la última. Lamentablemente el feeling y las diferencias musicales tan marcadas con Jorge González, se perdieron. No pienso tocar nunca más con él, y me dedicaré a hacer otro proyecto musical con Coti Badilla“.

González desmintió esa versión y aseguró que en 2005 Tapia había pactado su salida del grupo ―y con ello el fin de Los Prisioneros― porque se había ido a vivir a México. Además, remarcó que el de Venezuela era el último show pactado.