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Especial The Clinic

14 de Febrero de 2024

El amor después del amor: la historia de dos personas que se conocieron luego de enviudar

Ilustración: Camila Cruz

Dos personas que se enamoraron, se casaron y enviudaron. Y, luego de eso, volvieron a enamorarse. Esta es la historia, en primera persona, de Carolina Bascur.

Por

“Tomás, mi primer esposo fue diagnosticado de cáncer por un tumor en el colon que ya había formado metástasis en el hígado. Yo tenía 35 años y dos hijos de 3 y 4 años. No lo podíamos creer. Atravesamos por quimioterapia, radioterapia, idas y venidas a la clínica. Fue un proceso difícil, que tuvo pocas buenas noticias y permanentes retrocesos. El amor que teníamos fue clave para enfrentar lo que vino.

Durante ese tiempo me encontré en el piso de oncología con una compañera de universidad, Angélica, que me contó que estaba tratándose por un cáncer de mamas. En ese momento nos abrazamos sin poder creer nuestra mala suerte.

Pasaron los meses y la salud de Tomás se deterioraba cada vez más. Fueron tiempos de profunda angustia y resignación para nuestra familia. A pesar de los esfuerzos, fallece el amor de mi vida con 39 años y se lleva consigo una parte de mí. 

En el tiempo transcurrido después de su muerte, todo se volvió más difícil. Estaba sola con dos hijos chicos. No pensaba que podría conocer a alguien que me hiciera sentir de la misma forma que Tomás y de volver a encontrar el amor.

Casi dos años después, me sorprende la noticia de que Angelica también había muerto. Fui a su funeral y quedé muy afectada. Ahí supe que tenía dos hijos de las mismas edades que los míos. Escuché cómo habló sobre ella su suegro, igual que mi papá para el funeral de Tomás. Era todo tan parecido y profundamente triste.

Después de un mes del funeral, quise contactar a Marcial, el esposo de Angélica, para ofrecerle mi ayuda. La experiencia es poco común, pocos podrían comprender de qué se trata. Desde ahí comenzaron largas conversaciones relacionadas a cómo lidiar con esta gran angustia y de que manera salir adelante con los niños tan chicos. Fue aproximadamente un año que nos mantuvimos hablando intermitentemente, compartiendo conversaciones sobre lo que ambos habíamos vivido.

Un día, mientras tomaba un café con una amiga en común, me preguntó sobre Marcial, de cómo estaba y si lo había visto. Le dije que nos comunicábamos por mensajes y que nunca nos habíamos visto. Ella se sorprendió y me preguntó por qué no le decía que nos tomáramos un café.

Recién ahí me di cuenta de que me gustaba, porque me daba vergüenza hacerlo. Solo habían pasado 10 meses desde la muerte de su esposa y yo no podía evitar sentir cierta atracción por cómo nos relacionábamos, aunque fuera ocasionalmente y por escrito. Decidí entonces alejarme y dejar de escribirle, para no ilusionarme.

Pasaron unos meses y Marcial me escribió nuevamente. Pero nuestras conversaciones cambiaron, ahora eran anécdotas más divertidas, algunas bromas y complicidades. Entonces me atreví a decirle que nos conociéramos. El dijo que sí.

En nuestra primera cita, Marcial me entregó una carta con un breve poema en el que me decía que nos arriesgáramos, que valía la pena. Yo le pedí un beso en ese mismo momento y desde ese día, nunca más nos separamos. En el 2020, decidimos vivir todos juntos con nuestros hijos y en 2021 nos casamos en pandemia.

Actualmente, estamos juntos con la intensidad que nos da vivir una vida más lúcida y con el regalo de haber encontrado el amor”.

*Carolina Bascur, tiene 43 años y es profesora de filosofía.

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