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21 de Febrero de 2024

Asma, depresión, cáncer y otras: las enfermedades que se pueden evitar al reducir el consumo de azúcar

Asma, depresión y cáncer : las enfermedades que se pueden evitar al reducir el consumo de azúcar Foto: Envato Elements

Esta confirmado que el consumo de alimentos azucarados libera neurotransmisores asociados al placer, como la Dopamina, lo que facilita la adicción a estos productos. El exceso de azúcares libres puede provocar diferentes tipos de cáncer, afectando a más de 10 órganos. Sin embargo, si se logra disminuir su consumo, el cuerpo experimentará importantes cambios, como sentir más energía y una mejor regulación del sueño.

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El azúcar es uno de los ingredientes que está en la mayoría de los alimentos. Además, la usamos para endulzar el té y el café. Sin embargo, su consumo en exceso puede traer graves problemas a la salud. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo de azúcares libres representen menos del 10% de las calorías diarias.

Primero, hay que entender los conceptos de azúcares agregados o libres. Según explicó Cecilia Sepúlveda, nutricionista especialista en obesidad y trastornos de conducta alimentaria y presidenta del Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile, los carbohidratos (CHO) son unos nutrientes que se clasifican en complejos (que requieren mayor trabajo digestivo para su absorción) y simples (que se caracterizan por su rápida absorción), palabras que recogió National Geographic.

Dentro de los CHO, se encuentran los azúcares, los que al incorporarse rápidamente al cuerpo provocan un aumento de la glucemia, para proveer energía al cuerpo. Dentro de los azúcares simples, están la fructosa de las frutas, la lactosa de la leche y la sacarosa (azúcar de mesa). Sin embargo, la OMS alerta sobre los azúcares libres. ¿Qué quiere decir? Cuando este ingrediente se le agrega a un producto, como las bebidas.

Dentro de los azúcares libres se encuentran los monosacáridos (como la glucosa y la fructosa) y los disacáridos (como la sacarosa o el azúcar de mesa) que se agregan a los alimentos y las bebidas, así como azúcares que están naturalmente presentes en miel, jarabes, jugos de fruta y concentrados de jugo de fruta. Eso sí, la OMS no se refiere a los azúcares de las frutas frescas y verduras o los azúcares presentes de forma natural en la leche, porque no hay evidencia sobre los efectos adversos de consumir estos azúcares.

Los peligros del consumo excesivo de los azúcares libres

Esta confirmado que el consumo de alimentos azucarados libera neurotransmisores asociados al placer, como la Dopamina, lo que facilita la adicción a estos productos.

Sobre algunos riesgos elevados, la presidenta del Colegio de Nutricionistas de Chile afirmó que “los azúcares simples aportan calorías solo con función energética. Cuando no logras usar esa energía, se almacena rápidamente como grasa corporal, altera la respuesta metabólica, que si es de manera sostenida produce resistencia a la insulina, hipertrigliceridemia (elevación anormal del nivel de triglicéridos) y diabetes mellitus”.

Además, un estudio que fue recogido por CNN, evidenció que el consumo excesivo de azúcares libres también puede provocar problemas de salud como: obesidad, hígado graso, déficit de atención en niños, presión arterial alta, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, cáncer, asma, caries, depresión e, incluso, muerte prematura.

¿A qué órganos puede afectar el exceso de consumo de azúcar? Al esófago, mama, colon y recto, útero, vesícula biliar, estómago, riñones, hígado, ovarios, páncreas, tiroides y al cerebro.

 ¿Qué le ocurre al cuerpo cuando no recibe azúcar libre?

“Cuando dejas la sacarosa, considerando que mantienes un equilibrio energético, los cambios son bioquímicos: el metabolismo energético se regula mejor; probablemente sentirás más energía; tendrás menos ganas de comer productos azucarados; habrá una mejor regulación del sueño; y, a largo plazo, menor grasa corporal”, afirmó Cecilia Sepúlveda.

La profesional entregó algunas recomendaciones para conseguir el objetivo, como evitar los productos ultraprocesados, preferir frutas enteras y no agregar azúcar en la comida de los niños, ya que, de acuerdo a la nutricionista, “la intensidad del dulzor se educa, si comienzan agregando azúcar en sus primeras comida, cada vez necesitará mayor dulzor para sentir este placer”.

Si bien, a veces es difícil eliminar algo de nuestro consumo, la OMS recomienda que, en una dieta de 2000 calorías diarias, el consumo de azúcar sea equivalente a seis cucharaditas al día. Lo anterior ya provocaría un beneficio para nuestra salud.

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