Maite Alberdi ad portas de competir en los Oscar 2024 con “La memoria infinita”: “Yo trabajo para el mundo, no para un país o una idiosincrasia”

El 21 de enero de 2023, en el Festival de Cine de Sundance, se estrenó La memoria infinita. La cinta, dirigida por la chilena Maite Alberdi (40), ganó, en esa ocasión, el gran premio del jurado y y MTV Documentary Films adquirió los derechos para distribuirla en el mundo.

Desde ahí, no ha dejado de cultivar éxitos. En febrero del año pasado, fue reconocida en el Festival Internacional de Cine de Berlín y en agosto llegó a los cines chilenos, donde fue un fenómeno de taquilla. De hecho, en su primer fin de semana, más de 50 mil personas llegaron a verla.

En la edición 2024 de Sundance, Alberdi recibió el premio Vanguardia, de manos de la actriz Jodie Foster, en la categoría de no ficción. Y, en su camino a los Oscar 2024 ―donde compite como mejor largometraje documental―, ganó el Goya a la mejor película iberoamericana a inicios de febrero.

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En conversación con El País, la cineasta aseguró que “en el documental el espectador tiene menos tolerancia al dolor que en una ficción, porque es real. La vida es suficientemente terrible como para que te pongas un documental donde no hay luces. Además, en la vida hay luces”.

“Si las personas que voy a filmar no me hacen reír o no tienen liviandad, no puedo. Si algo es muy, muy, muy terrible, muy trágico, sin matices, no me voy a meter ahí”, dijo.

En ese sentido, Maite Alberdi explicó que “elijo lugares y personas que en medio de un posible drama me hagan reír o que lo estén pasando bien en el cotidiano. Se trata de que las tragedias sean contextos y no el modo de abordar esa realidad. Desde ahí me engancho porque tengo que poder dormir en las noches. Es como el dolor en su justa medida”.

Consultada respecto a la universalidad de las temáticas que aborda en sus documentales, Alberdi sostuvo que “yo trabajo para el mundo, no para un país o una idiosincrasia. Más que la temática, lo que generan los personajes debe ser universal. Que realmente te puedas conectar con la persona que tienes al frente y que los temas puedan discutirse en todos lados. Tiene que ver principalmente con el nivel de conexión que me genera y que veo que puede impactar en otros”.

La directora, que grabó La memoria infinita durante cuatro años y medio, señaló que “vivo muchos años con las personas que filmo. Son personajes de las películas, pero para mí son relaciones personales que tengo en mi vida y que construyo. Lo que les pasa a ellos me pasa a mí. Lo que sienten ellos, lo siento yo. Sus pérdidas son mis pérdidas. Al final se transforma en mis experiencias de vida. Lo vivo así porque es mucho tiempo compartido. Son mis duelos y mis amores también”.

A juicio de Maite Alberdi, los premios que ha tenido la cinta “también derivan de la visibilidad que han tenido las anteriores. No existe una película sin la otra”. Según ella, “el éxito de La memoria infinita lo atribuyo a que tiene una emoción muy excepcional. Más allá del tema del alzhéimer, que no creo que sea el tema, es lo que le pasa a la gente viendo la película en todos los países. Es el mismo nivel de intensidad y eso no pasa siempre”.

La directora recordó su paso por los Oscar 2021 con El Agente Topo, que no resultó ganador. Al respecto, comentó que la “campaña pandémica” para posicionar la cinta fue virtual. “Me pareció una campaña más democrática para las películas, donde no había que desplegar todo los presupuestos que despliegan los distribuidores. Nosotros llegamos con El Agente Topo porque estábamos todas las películas en las mismas condiciones y no había que organizar eventos”, afirmó.

“Es una apuesta, pero aquí todo funcionó: ganamos [el premio del jurado en Sundance], la compraron, la prensa fue increíble. Es bien impresionante la cantidad de países en los que se estrenó y el impacto que tuvo”, dijo sobre el desempeño de la cinta que competirá el 10 de marzo en los Premios de la Academia.

“Las campañas de premios son muy desgastantes para un director. Lo he vivido como una oportunidad de promoción de mi cine. He tratado de asumirlo así, de agradecer tener un espacio. Es una oportunidad que no sé si se volverá a dar. Fue muy particular: tener un distribuidor dispuesto a invertir en una directora chilena y en una película chilena en Estados Unidos y en el mundo. No siempre pasa. Agradezco el regalo, pero es eso. Nosotros ya hicimos todo, ya estamos acá, era imposible: 167 películas, la mayoría gringas y lo logramos. Voy solo a celebrar, a estar ahí sin expectativas”, cerró la documentalista.