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Entrevistas

25 de Octubre de 2022

Mauricio Morales, analista político: “Socialismo Democrático debiese desistir de su participación en el gobierno si los ataques del FA se siguen agudizando”

El académico de la U. de Talca dice que el Socialismo Democrático debería "desistir de su participación en el gobierno" si las diferencias con el FA se acentúan.

El académico de la U. de Talca entra al debate de la semana luego que el senador y presidente de RD, Juan Ignacio Latorre, emplazara al Socialismo Democrático a evitar la cátedra sobre una correcta gestión política de coalición. En este sentido, Morales dice que los partidos de la centro izquierda oficialista deberían evaluar por “amor propio” la continuidad en el gobierno, en caso que se acentúen las diferencias con el Frente Amplio, sus aliados en el Ejecutivo.

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No bien terminaba el control de daños que implicó para el oficialismo la aprobación del acuerdo de libre comercio TPP11, cuando el senador y presidente de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre, protagonizó una incendiaria entrevista dominical en El Mercurio donde, entre otras cosas, les mandó el siguiente recado a sus aliados: “Que la ex Concertación no nos vengan a decir a nosotros cómo gestionar una coalición”. 

Luego de esa quemante declaración, sucedió lo que muchos preveían: la respuesta inmediata de los aludidos, siempre con el tono cáustico que abrió el timonel frenteamplista. A modo de ejemplo: “Acá manda el Presidente. Uno le pregunta al dueño del circo y no a los payasos de cómo se administra el circo”, dijo un irritado Tomás De Rementería, diputado y subjefe de bancada PS. “De una soberbia de temer”, acotó Fidel Espinoza, senador socialista y crítico agudo de su propio gobierno.

“Parece que busca justificaciones para generar inestabilidad y no dar apoyo al gobierno”, ponderó a su turno Natalia Piergentilli, presidenta del PPD. Ante la arremetida de los aliados, Latorre replicó: “Todas las semanas alguna dirigencia de la Concertación critica al FA o al gobierno: ha existido hostilidad”, dijo, sugiriendo de paso una “síntesis intergeneracional” a objeto de “no repetir recetas que no dieron resultado”. 

Por cierto, al ver que sus huestes se estaban sacando los ojos, el Ejecutivo debió intervenir para bajar la animosidad oficialista. En este sentido se entienden las palabras de la vocera de gobierno, Camila Vallejo. “Salgamos de la lógica del cahuín”, dijo la portavoz de La Moneda, pidiendo la esquiva “unidad” entre los partidos aliados.

Elementos suficientes para que el académico de la U. de Talca, Mauricio Morales, examine los problemas de convivencia entre ambas coaliciones que, dicho sea de paso, tendrán un cónclave oficialista -dirigido por el Presidente Boric- en el palacio presidencial de Cerro Castillo -Viña del Mar-, justamente con el propósito de decirse unas cuantas verdades e, idealmente, limar las asperezas de marras.

-“No nos vengan a decir a nosotros cómo gestionar una coalición”, le dijo al Socialismo Democrático el presidente de RD, Juan Ignacio Latorre. Dado los problemas de convivencia en el oficialismo, ¿visualiza que este gobierno pueda finalizar con este diseño de dos coaliciones en el poder?

-Es muy difícil que la coalición que entró con el Presidente Boric sea la misma que lo acompañe hasta el final. Esta es una coalición pegada a la fuerza y caracterizada por profundas diferencias políticas, ideológicas y estratégicas. El amor propio indica que el Socialismo Democrático debiese, en algún minuto, desistir de su participación en el gobierno si los ataques que provienen del Frente Amplio se siguen agudizando. 

Las palabras del senador Latorre no deben ser interpretadas como arrogancia, sino que como un llamado a defender la identidad de Apruebo Dignidad: eso es lo que está de fondo. Por cierto que puede parecer un descriterio, pero claramente esas declaraciones son una provocación para que los de al frente decidan dar un paso al costado. El Frente Amplio prefiere fracasar en la suya, a hacerlo con ideas ajenas.

-¿Considera usted que el Presidente Boric ha ejercido el liderazgo como jefe del oficialismo, o es un objetivo imposible al sustentar su gobierno en dos coaliciones que cada día profundizan más sus diferencias?

-El Presidente Boric nada puede hacer en este conflicto con un 26% de aprobación, nada. De hecho, los ministros mejor evaluados son del Socialismo Democrático y los peor evaluados son los de su sector, Apruebo Dignidad; algunos ministros del Socialismo Democrático duplican en aprobación al propio Presidente. Por tanto, el único camino posible es resistir hasta donde pueda con estas dos coaliciones. 

La supervivencia o muerte de la gran coalición de gobierno no depende del Presidente, sino que de los legisladores y los presidentes de partidos. La fractura que se produjo a raíz del TPP11 es tan significativa, que confrontó a dos culturas políticas distintas, casi opuestas diría yo en algunos aspectos, especialmente en materia económica y de política exterior. 

-¿Qué debe hacer el oficialismo para “salir de la lógica del cahuín”, tal como pidió la vocera de gobierno, Camila Vallejo, a los partidos de gobierno?

-El cahuín es connatural a la vida humana y más a la política, esto se debe tomar en serio: hay dos proyectos políticos distintos que conviven en un sólo gobierno. Boric buscó al Socialismo Democrático para aumentar su contingente legislativo y sumar liderazgos en los ministerios. 

Apruebo Dignidad no tiene equipos técnicos ni políticos para gobernar por sí solo. La banca que tenía eran los convencionales, pero todos quedaron tan mal evaluados, que cualquier ingreso de ellos al gobierno sería interpretado como una mala decisión. 

Entonces, si la coalición original del Presidente no cuenta con un volumen importante de legisladores y tampoco con equipos técnicos y políticos, no le queda otro camino que depender del Socialismo Democrático. A eso es, precisamente, a lo que se opone Latorre.

-“El problema del gobierno se llama Frente Amplio”, dijo usted en entrevista con Mega. En varias ocasiones usted ha sido severo con esta coalición. ¿Realmente el gobierno no padece de otros que no sean el FA?

-Sí, soy severo con el gobierno porque creo que puede rendir mucho mejor porque es una generación extraordinaria de políticos que se forjó en la lucha estudiantil, deben aprender a aceptar la derrota y a reconstruirse desde el fracaso: es una generación que estuvo acostumbrada al éxito. En sus primeras incursiones electorales lo ganaron todo, y ahora se miran la cara entre ellos mismos porque no entienden de qué forma llegaron a una situación tan crítica. 

La responsabilidad de sacar esto adelante es del Frente Amplio, el alma máter del Presidente, y de la generación más joven del PC representada por Camila Vallejo, una vocera de excepción para los tiempos que vive el gobierno. 

El problema del gobierno está en dos áreas críticas en un contexto de crisis: Economía y Desarrollo Social. Ahí el Presidente debe tomar una decisión: o confirma a los ministros actuales, o los cambia. No puede ser que Marcel sea el encargado de tirar el córner e ir por el cabezazo al mismo tiempo. Desde mi perspectiva, la ministra Jara, actualmente en Trabajo, es la indicada para asumir cualquiera de esos dos ministerios hoy mal evaluados. 

-¿No advierte también que un problema del gobierno es ver paralizada su agenda ante un acuerdo constitucional trabado, principalmente, por la oposición?

-El gobierno se debe desconstitucionalizar, la Constitución que quería ya no fue. Debe digerir esa derrota rápido y preocuparse de administrar la crisis. De una vez por todas, el gobierno debe separar lo importante de lo urgente. Es obvio que el proceso constitucional es importante, pero hoy lo urgente es seguridad pública y economía. 

Ante un gobierno debilitado, la derecha aplicará un chantaje sistemático. ¡Los liderazgos de la derecha no pueden ser más fatales! Amenazan con bloquear el proceso constitucional frente a cualquier decisión del gobierno, por tanto, se acusan solos de que la nueva Constitución no les interesa. 

Es un espectáculo lamentable el que da la derecha. Yo sólo rescato a Mario Desbordes, que de tanto pelear, capaz que termine abandonando RN. Es de los pocos que entiende el rol de una derecha moderna.

-A propósito, ¿cómo califica el rol de Chile Vamos ante el gobierno: ¿Obstruccionista o colaborativa?

-Si el gobierno está en dificultades, la derecha lo hace tan mal o peor. Salvo contadas excepciones, es una derecha poco dispuesta a salir de la crisis. Estratégicamente les acomoda porque en 2023 tendríamos, al menos hasta ahora, elecciones de convencionales, en 2024 elecciones locales y en 2025 elecciones presidenciales y legislativas. 

“Las palabras del senador Latorre no deben ser interpretadas como arrogancia, sino que como un llamado a defender la identidad de Apruebo Dignidad: eso es lo que está de fondo. Por cierto que puede parecer un descriterio, pero claramente esas declaraciones son una provocación para que los de al frente decidan dar un paso al costado”.

Ellos creen que mientras más ahogado esté el gobierno, mejor les irá electoralmente. Pero cuidado: con voto obligatorio no es necesariamente la elite tradicional la que gana. El PDG está armando una plataforma de manera muy intuitiva, a ratos desordenada e incomprensible, con cambios bruscos de opinión, y con consulta permanente a sus bases. 

Si arman una primaria entre Parisi, Carter y Jiles, ojo ahí. Capaz que saquen más gente a votar que la propia derecha. La gente castiga el obstruccionismo y, en una de esas, premia el pragmatismo que ofrece el PDG.

-Por último, usted que militó 25 años en la DC, ¿sobrevive este partido a la crisis interna que vive por estos días?

-La pregunta es dura y la respuesta es muy dolorosa en lo personal: la DC se va a fracturar. Eso es inevitable y, de hecho, viene ocurriendo desde el resultado del Plebiscito de Salida. Pero lo peor no es eso. 

La DC no sobrevivirá pasada las elecciones legislativas de 2025, siguiendo el derrotero de otros partidos demócrata cristianos de América Latina. Esa historia ya está escrita. Para el recuerdo quedarán sus tres gobiernos, que han sido de lo más destacado en el Chile de los últimos 60 años.


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