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Entrevistas

29 de Octubre de 2022

Sabina Orellana (NAU), presidenta electa FEUC 2023: «El estudiantado fue claro y no permite el negacionismo. Ahora (…) la Universidad Católica debe reconocer su rol en la dictadura»

En la madrugada de este 29 de octubre, el Tricel confirmó los resultados y la NAU fue el ganador de la nueva directiva FEUC en primera vuelta. Aquí su presidenta adelanta sus líneas de trabajo y responde frente los polémicos dichos de su competencia del Movimiento Gremial.

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La tarde de este viernes 28 de octubre, el Tricel de la Pontificia Universidad Católica entregó los resultados de las elecciones para FEUC (Federación de Estudiantes) y Consejería Superior que se realizaron el martes y miércoles de esta semana. Un movimiento fue el claro ganador: la Nueva Acción Universitaria (NAU).

Como consejera superior asumirá el próximo año Camila Rojas, y en la presidencia de la Federación estará Sabina Orellana, estudiante de derecho y actuación desde el 2019. Ambas, ocuparán por primera vez un cargo de representación estudiantil en su institución educacional.

The Clinic conversó con Orellana sobre las principales línea de trabajo que tendrá su gestión durante el próximo año, además de comentar el desarrollo de la campaña, que estuvo marcada por polémicos dichos de la representante del Movimiento Gremial, Lucía Uriarte.

*En la madrugada de este sábado 29 de octubre, el Tricel confirmó la elección de la NAU tanto para FEUC como en la Consejería Superior. En la elección federativa, alcanzaron un 50,31% de los votos, por lo que no se deberá realizar una segunda vuelta.

“Una federación puede mejorarle la vida a los estudiantes”

Sabina Orellana milita en la NAU desde principios de 2020. Aunque entró primero a actuación y después a derecho, dice que ahora solo tiene ramos de esta segunda carrera. El año pasado fue coordinadora general de FEUC de manera telemática. Ahí, cuenta, aprendió “a ver como, en el fondo, la Federación si le cambiaba la vida a los estudiantes”.

¿En qué sentido?

–Hay muchas cosas que una federación puede hacer. Por ejemplo, cosas grandes como la gratuidad. En la NAU luchamos históricamente por la gratuidad y hoy hay estudiantes que pueden estudiar en la universidad sin endeudarse, mientras otros movimientos le decían al rector que “no le vendiera la UC a Bachelet”. Cosas así de grandes, pero también en las pequeñeces. Una federación puede mejorarle la vida a los estudiantes.

¿Cuáles son las grandes ideas fuerzas que tienen para su trabajo en la FEUC?

–Lo primero es el reencuentro. Llevamos dos años de pandemia –más un estallido– que por supuesto no nos ha permitido volver a hacer vida universitaria. Lamentablemente hay muchas generaciones que no se conocen (…) queremos volver a realizar eventos masivos, políticos, actividades con trabajadores/as y docentes. Queremos volver a ser, y a hacer universidad.

También, por otro lado, trabajar muchísimo la salud mental. Sabemos que es algo que tal vez algunos prefieren no tomarlo como una bandera política, pero nosotros creemos que es escencial. La universidad tiene los ránkings más altos de excelencia académica, pero lamentablemente tiene graves problemas de salud mental en los estudiantes. Eso porque yo creo que también la universidad todavía nos ve como un número. Ahí el trabajo de esta federación será que la universidad nos pueda ver como personas.

En la línea del reencuentro, ¿cómo se puede trabajar haciendo un trabajo articulado en conjunto con los otros movimientos políticos de la universidad?

–Son todos muy importantes para una universidad, porque son organizaciones sociales que permiten activar el diálogo y el trabajo colectivo. En ese sentido, como NAU siempre hemos promovido los movimientos políticos y organizaciones sociales por sobre los trabajos independientes o individualistas que a veces puede existir, porque creemos en el trabajo colectivo.

Yo fui coordinadora general este año y conocí a todas presidencias de los movimientos. Entonces se puede conversar durante el año para llegar a ciertos acuerdos. Como este año, que se llegó al acuerdo respecto al uso de espacios en un contexto de propaganda del Apruebo y el Rechazo para el plebiscito de salida. Una cosa que en principio rectoría había limitado y restringido los espacios, rozando la censura.

“El 11 de septiembre de 1973 es el día más nefasto de la historia de Chile”

El 20 de septiembre, la candidata a presidenta de la lista 1A del Movimiento Gremial, Lucia Uriarte, señaló en un debate de campaña que los hechos que ocurrieron durante el Estallido Social habían sido “más nefastos” para la democracia chilena que el Golpe de Estado. Declaraciones ampliamente criticadas, y que hoy Sabina Orellana responde duramente.

Sabina, ¿cuál es el día más nefasto para la historia de Chile?

–Para la NAU, sin duda es el 11 de septiembre de 1973. Y no nos quedamos solo en las palabras, porque nosotros hemos luchado históricamente para que hayan medidas de reparación, como recordar a nuestres compañeres detenides desaparecides. Es así como hemos entregado títulos póstumos, instalado placas memoriales, etc. Además, el desafío que tenemos este año es que la universidad por fin se haga cargo del rol activo que tuvo en la dictadura.

¿Cómo así?

–En el sosten técnico, intelectual y económico que hizo la Universidad Católica respecto de la dictadura. Además del sostén político. Recordemos que en el período de dictadura las federaciones fueron designadas, y son las mismas federaciones de estudiantes las que –a través del espacio estudiantil de la UC– sostienen también política y socialmente cualquier tipo de manifestación política distinta a la de la dictadura de Pinochet.

El estudiante universitario de la Católica habló super claro: el Movimiento Gremial sacó la última mayoría. Eso nunca antes en la historia había pasado, entonces el estudiante fue claro y no permite el negacionismo. Ahora, hay que gritar fuerte y claro para que la Universidad Católica reconozca su rol en dictadura. Son los resultados de antes de ayer que nos demuestran que es un sentir general que el estudiantado no va a permitir ningún tipo de mención negacionista o que no reconozca lo que signficó el 11 de septiembre de 1973.

“La NAU está por una Constitución hecha en democracia”

¿Qué visión tienen sobre el proceso constituyente que continúa en el poder legislativo? ¿Qué rol puede tener la FEUC en ello?

–Desde la NAU siempre hemos querido una Constitución hecha en democracia. Así es como está en los programas federativos de la NAU incluso antes del estallido. Por lo tanto (…) nosotros aprobamos de entrada y también fuimos parte del proceso constituyente. No solo a través de la federación sino también como movimiento político.

Lo que queda ahora es ser críticos con el proceso que hubo y también con el texto. Pero no solo eso, sino que también tomar aquello que funciona, y aquello que no le parece a la ciudadanía, para seguir construyendo un próximo texto constituyente.

Estamos seguros que el proceso debe continuar, a diferencia del MG y de Solidaridad. Desde la federación articularemos todos los espacios necesarios dentro de la universidad y a nivel comunal para trabajar con municipalidades, vecinos y vecinas, estudiantes, docentes, funcionarios y trabajadores.

La FEUC tras el primer día manifestó preocupación por el bajo quórum de votación, pero finalmente si lo lograron. ¿Cómo buscarán incentivar la participación del estudiantado?

–Aquí lo más importante es entender que hay cuatro generaciones que nunca habían votado de forma presencial. Muchos estaban esperando un mail con el link para votar. Yo misma nunca había votado presencial, entonces eso se vio reflejado y el primer día hubo mil votos menos que el año pasado el primer día. 

Sobre los desafíos, es importante una federación que esté en los patios. Eso hizo mucho sentido en nuestra campaña: muchos estudiantes me decían “en mis 4 o 5 años nunca una candidata a presidenta me había hecho patio”. Y eso es muy bonito: ver como valoraban que los candidatos estuviésemos en los puestos. Además que hicimos un programa participativo. No solo desde los militantes, sino que abrimos el espacio a todos los estudiantes y eso también gustó mucho. 

Falta mucha escucha, espacios de participación, de incidencias, donde los estudiantes se sientan parte. Yo no hice carrera política para llegar, soy estudiante de base y eso también me di cuenta que gustó. Porque los estudiantres se dieron cuenta que había una vocación de entrega y servicio para más allá del cargo de representación. A los estudiantes les gusta que la política no sea de nicho.

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