Marco Antonio Ávila se salvó de la AC, pero igualmente no pasó agosto: su complejo paso por el Ministerio de Educación

Marco Antonio Ávila (RD) a un mes de la acusación constitucional en su contra, dejó el Ministerio de Educación luego del tercer cambio de gabinete del Presidente Boric.

Una salida que la oposición venía pidiendo hace semanas y que en su adiós, el ahora exministro, aseguró que “voy a tener un poco más de tiempo para dedicarme a apoyar y reconstruir mi partido”.

“Me voy agradecido de la confianza del presidente, sin duda alguna que esta es una cartera muy compleja y me voy muy contento porque yo creo que logramos instalar al menos, la necesidad de de reactivar el sistema educativo, que es la gran deuda después de la pandemia”, dijo a la salida de La Moneda.

“Uno siempre puede hacer más, no. Nosotros hemos hecho gestión con ninguna inyección importante de recursos. Lo que hemos hecho solamente eficiencia interna, reasignación de recursos para poder avanzar en la reactivación educativa y otras múltiples demandas. El año pasado invertimos $60 mil millones”, explicó a la hora de ser consultado sobre su mea culpa, tras ser acusado constitucionalmente y las críticas que recibió su gestión. “Todavía hay muchos desafíos en Educación”, agregó.

Además, aseguró que no se va frustrado, asegurando que “uno sabe que esto tiene una duración bastante definida”.

Las polémicas del exministro Marco Antonio Ávila

Una de las principales tareas que tuvo al asumir su cargo, luego de un año y cinco meses, fue el retorno presencial de los estudiantes luego de la pandemia del coronavirus. Lo que estuvo marcado por hechos de violencia al interior y exterior de liceos y escuelas a lo largo del país.

Cuando el año pasado se dieron a conocer los números de deserción escolar, donde 50 mil estudiantes dejaron el sistema entre 2021 y 2022, se complicó aún más su continuidad en el Mineduc.

Este año tampoco ha sido fácil para el titular de Educación, que se vio marcado por la acusación constitucional en su contra. El libelo acusatorio, en sus siete capítulos, apuntaban a su responsabilidad política por la alta deserción escolar, los bajos resultados del Simce, la violencia en los establecimientos educacionales y el mal uso de recursos por parte de Junaeb.

El punto que causó revuelo en la oposición fue el cuestionamiento de la oposición por el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos. Luego de que se publicara una actualización al documento de “orientación de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex en el sistema educativo chileno”.

Sin embargo, la acusación fue rechazada por ser considerada homofóbica por parte del ejecutivo y fue rechazada con votos de la oposición, causando división en Chile Vamos.

Sumado a esto, la gestión del ministro Ávila no contó con una buena evaluación por parte de la opinión pública ni la oposición. De acuerdo a las encuestas, quien desde que asumió el cargo fue bajando su aprobación mes a mes, terminando con una desaprobación de un 60% en la última Cadem de evaluación a ministros.