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Reportajes

4 de Noviembre de 2023

La lenta decadencia del Parque de las Esculturas de Providencia: la desconocida historia tras la obra robada este año que no se pudo recuperar

Parque de las Esculturas Fotos: Felipe Figueroa

El robo de una pieza de bronce de unos 70 kilos, ocurrido en la madrugada del 29 de junio de ese recinto de Providencia revela la falta seguridad en un lugar considerado “uno de los 170 de mayor interés del mundo”. El parque, de 21.000 metros cuadrados, cuenta entre sus obras con piezas creadas por destacados artistas nacionales, muchos de ellos ganadores de premios nacionales de Arte y es usado como sede de ferias por el Municipio.

Por Jimena Villegas

La versión oficial indica que, la noche del 29 de junio pasado, durante una ronda nocturna, un guardia de la empresa de seguridad Growing, contratada para prestar servicios de cuidado en el Parque de las Esculturas de Providencia, se percató del delito. La escultura “Recurso Humano”, de la artista chilena Fernanda Cerda, ya no estaba en su lugar. La pieza, que se sostenía pendiendo de un cable de acero, era un torso basculante hecho de bronce. Había sido instalada en la zona sur oriente del recinto, a sólo pasos del puente Padre Letelier y del río Mapocho. Alguien, al amparo de la oscuridad, la había desmontado del trípode de 6,5 metros de altura que hasta entonces la sostenía.  

El Parque de las Esculturas es un recinto cerrado. Ofrece acceso al público entre 8:00 de la mañana y las 22:00 horas. Su extensión es de 21.000 metros cuadrados y a él se accede por tres entradas, que se cierran cada día con cadenas y un candado. Pero no tiene cámaras de seguridad. Por lo mismo, nadie sabe a ciencia cierta lo que pasó ese 29 de junio, si es que fue ese día realmente, ni a qué hora.  

Lo que sí está claro es que los ladrones no dejaron huella de su tropelía, salvo un orificio en el suelo, y que con este evento se cumplió una predicción que había hecho la propia escultora tres años antes: “Les avisé apenas vi que habían puesto luces en todas las esculturas menos en la mía”, afirma.

Fernanda Cerda cuenta que entonces habló con una persona que asiste al abogado Jorge Andrés González Granic, quien es el director ejecutivo de la Fundación Cultural de Providencia, cuya presidenta es la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei. Esa institución privada sin fines de lucro funciona en el Palacio Schacht, que está en Pedro de Valdivia. Gestiona -entre otros lugares comunales- el pabellón de exposiciones que existe en el Parque de las Esculturas. Fernanda Cerda agrega: “Me parece que en ese momento no se le dio la importancia que se debió haber dado. Ahora no hay nada que hacer”.

La escultora cree que su trabajo, que fue instalado en el Parque en 2010, ya no existe. Probablemente -indica- lo fundieron para venderlo por trozos y al peso. El crítico, historiador y curador independiente Justo Pastor Mellado sostiene que la aleación de la que “Recurso Humano” estaba hecha es perfecta para fabricar un tipo de tornillos: los que unen las mallas de cobre que hacen cable a tierra en los edificios.

Fernanda Cerda acota: “No sé si serán tan entendidos como para saber que es un tipo de bronce especial”. La artista habla de la aleación llamada “everdur”, que se usa para la fundición de esculturas y monumentos públicos. Está hecha en un 95% de cobre y lleva un poco de silicio y manganeso. Cuando la pieza está nueva, su color es muy cálido. En el caso de “Recurso Humano” ya estaba gris, a causa del paso del tiempo y la exposición al aire libre.

Por medio de un comunicado, la Municipalidad de Providencia señala para este reportaje lamentar “profundamente el robo de esta obra, que fue donada al municipio para su exhibición a todo público en el Parque de Las Esculturas”. El breve documento afirma que quienes robaron vulneraron “las medidas de seguridad que se han mantenido en este recinto en los últimos años”.

La concejala y exalcaldesa Josefa Errázuriz afirma que a los integrantes del Consejo Municipal se les informó del robo en su momento. Se les dijo también que habría un reforzamiento en la vigilancia: “Lo que tenemos en el Parque es un servicio externo. No son guardas municipales, entonces es poco más lo que puede hacerse. Desde mi perspectiva, es muy posible que en ese momento no haya habido guardia”.

A Errázuriz lo único que le causa extrañeza es que, al parecer, los guardias no se percataron de inmediato del robo: “Tengo la impresión de que pasaron unos cuatro días hasta que lo vieron”. De todos modos, para ella el hecho es fortuito: “Hay una permanente preocupación por el Parque y quisiera que quede muy claro. Se desarrollan actividades culturales de modo permanente. Eso, a mi modo de ver, contribuye a alejar la ocurrencia de este tipo de actos”.

¿Cuánto cuesta la obra?

El Parque de las Esculturas de Providencia está instalado en la ribera norte del Mapocho, entre las calles Pedro de Valdivia y Nueva de Lyon. Es un museo al aire libre, el primero de su tipo en Latinoamérica. Una placa instalada en la entrada del pabellón de exposiciones, que queda justo en la zona central del Parque, indica que en 2008 fue nombrado Museo Sitio por el Consejo Internacional de Monumentos (ICOM). Hoy es considerado -añade el cartel- uno de los 170 de mayor interés del mundo.

El diseño de ese pabellón, hecho en hormigón a la vista, y del propio Parque estuvo a cargo del arquitecto y Premio Nacional de Urbanismo Germán Bannen. Según indica el libro “La ciudad de Providencia”, fue abierto al público a fines de 1986. El hito de largada lo marcó la instalación de la primera pieza en exhibición, “Pachamama”, una enorme pieza hecha en piedra rojiza por la escultora y Premio Nacional de Artes Plásticas Marta Colvin.

La idea de desarrollar este recinto fue de otro premio nacional, el escultor Federico Assler, de quien hoy se exhiben dos imponentes obras, “Oda al río” y “Conjunto escultórico”, cuya su placa de piedra granítica figura rota y tirada en un rincón entre los arbustos. Pedro Bannen, hijo de Germán Bannen y arquitecto como su padre, explica que éste era parte de un proyecto mayor de Parques Integrados: “El pabellón es el pionero de los futuros cafés literarios y el banco diseñado, hoy conocido como banca Bannen, se usa en los espacios públicos de la comuna”.

Germán Bannen proponía enriquecer lugares abiertos y públicos de la ciudad. La idea de Assler era crear “un parque posible de proteger y controlar”, a pesar “del terreno largo y angosto por su ubicación junto al río”. En esa época, el Municipio trabajaba en la recuperación de los bordes del Mapocho, que habían sufrido la grave crecida del año 1982.

Tras el robo de “Recurso Humano”, el Parque de las Esculturas tiene 39 obras en exhibición. Entre ellas, figuran piezas de los premios nacionales Lily Garafulic y Sergio Castillo, y de Palolo Valdés, Lucía Waiser, Raúl Valdivieso y Juan Egenau. Seis trabajos están en instalados en los puentes Padre Letelier y Pedro de Valdivia, que demarcan el territorio al oriente y al poniente. Puesto que el propio Parque no cuenta con servicios sanitarios, el nicho en el que está instalada “Piedras de 4 miradas”, de Francisco Gazitúa, suele servir de baño a los transeúntes del puente Padre Letelier. Para quienes acceden al interior del recinto ayudan los árboles o bien los camarines del personal de aseo, cuando quedan sin llave.

Tal como la obra robada, todas las esculturas que conforman el conjunto de bienes artísticos del Parque de las Esculturas son propiedad de la Municipalidad de Providencia. “Recurso Humano” fue fabricada en el taller La Obra, propiedad del escultor Roberto Grimberg. Ubicado en la calle Martínez de Rozas, en la comuna de Quinta Normal, ese taller es uno de los pocos especializados en la técnica del bronce a partir de la “cera perdida” que hay en Chile.

“Nosotros -afirma Grimberg- donamos la obra. Cuando se presentó la oportunidad para que Fernanda entrara al Parque de las Esculturas, ella necesitaba el financiamiento y se lo dimos”. Fernanda Cerda cuenta que Grimberg tiene una copia de “Recurso Humano”. Fue fabricada junto a la que se donó al Parque. “No sé en qué estaban pensando en la Municipalidad cuando la valoraron en 10 millones. No entiendo cómo calcularon”, dice él.

Diez millones es la cifra que aparece en una querella interpuesta por el Municipio ante el 8° Juzgado de Garantía de Santiago. Admitida por el juez titular Daniel Eduardo Aravena Pérez el 29 de julio, en ella se habla del delito de robo con fuerza en las cosas en lugar no habitado, “en contra todos aquellos que resulten responsables, en calidad de autores, cómplices y/o encubridores del ilícito perpetrado”.

Roberto Grimberg dice que, si hoy Providencia deseara comprar su copia de “Recurso Humano”, tendría que pagar más de 20 millones: “Y eso solo pensando en los materiales, porque en ese cálculo falta la mano de la artista”. La querella municipal afirma que “Recurso humano” pesaba 40 kilos. Grimberg dice que el peso era de unos 70 kilos.

El artista explica que para montarla hubo que recurrir a una grúa y, por lo mismo, cree que para desmontarla quienes lo hicieron necesariamente tuvieron que subirse a algo y hacerlo entre varios: “La escultura estaba colgada de un gancho. Nunca se nos ocurrió que podían robársela, porque ese es un lugar cerrado y pasa gente por afuera, es un sitio concurrido. Por eso, a mí me parece un robo muy extraño. O estaban dateados o se habían puesto de acuerdo”.

El millonario contrato municipal con la empresa de seguridad

Carlos Barahona Castro es el gerente general de Growing, la empresa para la que trabaja el guardia que reportó el robo. Afirma que, tras el ilícito se reforzaron las rondas de quienes están destinados en esta operación, “según la necesidad y la disponibilidad”. Una persona que trabaja en el equipo de seguridad dice, no obstante, que no ha recibido órdenes específicas ligadas al resguardo de las piezas. Barahona agrega: “La Municipalidad tiene sus protocolos y al ser este de seguridad no me corresponde comentarlos”.

Según consta en el sitio web del Municipio, hay dos entidades ligadas al resguardo del Parque de las Esculturas. Una modificación de contrato, que está bajo el número 225 y que data de noviembre del año pasado, define que la empresa Seguridad SB Vigilancia debe disponer de una persona las 24 horas, de lunes a domingo. En el caso de Growing existe un contrato, bajo el folio 182, de octubre de 2022.

Ese documento señala que la entidad privada se liga a Providencia por tres años y un monto total de $ 1.528.226.929. Para el Parque de las Esculturas, en particular, existe una ampliación de contrato, que es de marzo de este año y está bajo el número 43. En ella se establece la actuación de una persona de lunes a domingo, entre las 8:00 y las 20:00 horas. Los tres documentos cuentan con la firma de los representantes legales de ambas empresas y de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei.

Carlos Maillet Aranguiz, arquitecto y director de la Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio de la Universidad San Sebastián (USS), define el robo de “Recurso humano” como “muy grave”: “Es un acto de vandalismo declarado firmemente en el derecho internacional y es, lisa y llanamente, un delito”. Maillet explica que la obra de arte en el espacio público “tiene una reconocida función como patrimonio inmaterial, por su impronta de belleza, verdad y razón al alcance de todos y todas”. En este caso -añade- hay una lesión aumentada: “Porque hemos declarado, como ciudadanos, la belleza de ese parque escultórico y su valor como tal”.

A modo de resumen, define al menos siete puntos esenciales para el cuidado de un Parque especial como el de las Esculturas. Entre ellos, están la conservación y el mantenimiento, con una protección a las obras contra elementos ambientales, y la accesibilidad, “para todo tipo de visitantes, incluidos aquellos con discapacidades físicas o visuales”. También la interpretación y la educación: “Ofrecer información clara y relevante sobre las obras de arte expuestas”.

En el ítem seguridad, aboga por implementar medidas de protección “contra el robo, el vandalismo y los daños accidentales”. Eso implica, además del personal de seguridad, “sistemas de vigilancia, iluminación adecuada y alarmas”.

Carlos Barahona, el gerente general de Growing, contrasta: “Siempre es posible reforzar la seguridad, pero hay que decir que, en estos tiempos, quienes deseen delinquir se las arreglan de todos modos para entrar en distintas instalaciones”. Barahona explica que en las Esculturas -como se conoce popularmente al parque- no hay control de acceso, porque es de libre circulación y de uso público.

Si bien existen casetas para guardias en dos de las entradas, indica que ese tipo de estructuras “tiene utilidad cuando existen barreras de control del desplazamiento”. Aquí -añade- la seguridad se vigila “por medio de las rondas permanentes que deben hacer los guardias”.

La única entrada sin caseta es, precisamente, la que da al puente Padre Letelier, que es la zona por donde se produjo el robo de “Recurso Humano”. Por la noche, no obstante, el Parque queda a cargo de una sola persona, cuyo centro de operaciones está aledaño al pabellón de exposiciones, que es el único lugar del Parque que sí cuenta con cámara de seguridad.

El crítico de arte e historiador del arte Justo Pastor Mellado es tajante y dice: “La Municipalidad tiene que hacerse responsable. Imagínate que robaran en el Museo de Bellas Artes, sería un escándalo. Acá no lo ha sido porque, como no hay edificio, existe la idea general de que las esculturas, al estar en el parque, se cuidan solas”.

Según él, es razonable que la autoridad municipal no espere “que alguien vaya y robe una obra que está en el espacio público”. Pero -añade- “eso crea el problema de la pertinencia del trabajo municipal en la preservación de su propio patrimonio”. Mellado dice: “Cualquier institución, y puede ser perfectamente un municipio, puede tener la tuición de un espacio como este. Pero es responsable de lo que ocurra en el espacio. Tan simple como eso”.

El descuidado estado de las obras del Parque de las Esculturas

Un texto escrito por el arquitecto Germán Bannen, y que está contenido en el libro “La ciudad de Providencia”, sostiene que entre los propósitos originales en el diseño del Parque estaba abordar “el problema de la escultura en el espacio urbano como una forma de arte posible de existir” y de ser capaz de sobrevivir a actos vandálicos.

Justo Pastor Mellado especula en torno a la idea de que quizá en el Municipio “no sepan lo que tienen”. Por eso, añade, el edificio donde se hacen exposiciones está “mal gestionado culturalmente” y parece no haber una política clara: “Eso implica que donde estén las esculturas no sea un espacio ferial, y en este momento ese Parque es un espacio ferial. Yo lo tengo que soportar porque vivo al frente. Veo cómo el comportamiento de las ferias que hacen vandaliza el espacio, machaca el pasto, falta el respeto a la escultura y socava la dignidad del espacio”.

Una vecina que se declara asidua al Parque coincide con Mellado: “Lo hemos visto decaer en los últimos años, especialmente después de la pandemia. El pasto está descuidado. Viene mucha gente y suele dejar basura tirada. Pasan días antes de que la saquen”. Según ella, estuvo semanas recogiendo restos de la instalación de un escenario que se usó para un evento de Navidad hace unos años: “El pasto quedó lleno de alambres y de plásticos”.

Otro visitante cuenta que intentó usar los códigos QR que hay disponibles para identificar los nombres y detalles de las obras: “Están todos oxidados por el paso del tiempo y no los han repuesto. Pero lo peor es que no sirven. No se puede ver la información de las esculturas”. El panorama -afirma- es triste: “Hay esculturas mal cuidadas y corroídas. El espacio se ve a mal traer”.

El arquitecto Carlos Maillet habla de “un desprecio de lo público”, que -añade- se acentúa en una sociedad iconoclasta que desdeña “la conversación cultural de los espacios recreativos de alto valor comunitario”. Desde su perspectiva, no hay un aprecio por este “espacio de educación no formal”, en el que hay unas esculturas “para toda la ciudadanía”.

Maillet pone énfasis en la participación de la comunidad local para generar sentido de pertenencia y responsabilidad. Pero también en la educación y la gestión: “Yo vivo muy cerca del parque y me parece que requiere mayor seguridad el entorno, fiscalización”. Para él, es básico crear conciencia y acción amplias: “Debería haber planes metropolitanos, que cooperen con las municipalidades, ya que el usufructo del Parque no es solo de Providencia. Hay tantos ciudadanos provenientes de otras comunas y que transitan en la semana y el fin de semana”.

En lo que a la gestión municipal compete, la concejala Josefa Errázuriz compromete una acción: “Estamos viendo los presupuestos. Lo que corresponde ahora que es exigir un aumento del presupuesto 2024 para el aseo y mayor seguridad por parte de la Fundación Cultural. Porque, como se identifica muy bien, éste es un museo al aire libre”.

*Colaboraron en este reportaje Francisco González y Sebastián Molina, ambos alumnos del Taller de Periodismo Escrito de la Universidad Católica.

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