El conflicto interno en Gendarmería que desataron los celulares escondidos en dependencias de funcionarios de Santiago 1

El pasado viernes 29 de marzo, dos cabos de Gendarmería de la de la agrupación modular N°17-18 de la cárcel Santiago 1 encontraron un teléfono escondido en una canaleta de la guardia modular. Se trataba de un celular Huawei con una cinta negra, pegado a un cargador con un micrófono y una cámara, y papeles con el texto “Boya”, una marca de micrófonos.

Como publicó BioBioChile, el hallazgo ocurrió mientras los gendarmes limpiaban el sector, que había quedado desordenado tras el allanamiento que ocurrió la noche anterior en el espacio de los funcionarios. Minutos después, los funcionarios de los módulos 31-32 de Gendarmería encontraron otro teléfono en su caseta.

El hecho generó recelo entre los gendarmes que alegaron una vulneración a sus derechos como trabajadores. En su denuncia, quienes encontraron el primer celular, dieron cuenta de la “desconfianza que existe dentro de la guardia interna con la oficialidad”. A raíz de eso, los trabajadores entregaron el equipo a la guardia armada, para tener “mayor transparencia del procedimiento”.

Las teorías de los funcionarios de Gendarmería

Entre los gendarmes de Santiago 1 empezaron a elaborar distintas teorías para explicar el hallazgo de teléfonos en sus lugares de trabajo. La primera hipótesis es que se podría tratar de un acto de inteligencia por parte de Gendarmería. Sin embargo, eso sería una acción ilícita. Esto, porque la entidad no puede utilizar técnicas intrusivas ni métodos encubiertos.

En conversación con el medio citado, el secretario general de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), Felipe Rodríguez, comentó que “mantenemos la hipótesis de que esto es desconfianza hacia los funcionarios. No los están dejando trabajar tranquilos. Es como una persecución hacia el funcionario de Santiago 1”. En ese sentido, Rodríguez adelantó que están preparando una nueva acción legal al respecto.

Pero al mismo tiempo, otra teoría apunta a que esta podría ser un montaje por parte de los funcionarios de Gendarmería. Así, los efectivos podrían haber instalado los celulares justo después del allanamiento del jueves, buscando poner en duda el procedimiento y evitar otras indagatorias.

Al mismo tiempo, otros funcionarios aludieron a posibles maniobras para negociar tras los problemas administrativos que se descubrieron cuando 11 empleados de Gendarmería fueron descubiertos en una fiesta con alcohol y ketamina en una casa de la entidad.

También, alertaron la posibilidad de redes de corrupción con acciones ilícitas por parte del personal de Santiago 1, ya molestos por la serie de allanamientos en el penal. Uno de ellos ocurrió en diciembre pasado, cuando se encontraron ocho teléfonos personales en las guardias modulares. Tras ello, 12 funcionarios fueron llamados a declarar y nueve fueron destinados temporalmente a otros recintos.

Rodríguez afirmó que “condenamos que hayan realizado registros de allanamiento a las dependencias de los funcionarios donde ellos trabajan. Nos preocupa por la vulneración de derechos hacia nuestros asociados y nuestro personal de Gendarmería”.

En paralelo, como confirmaron en el Ministerio de Justicia y Gendarmería, la Fiscalía ya está investigando el caso.