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Entrevistas

24 de Julio de 2022

Raúl Soto, presidente de la Cámara de Diputados: “Se debe ordenar la base política del gobierno, falta un diseño estratégico”

El presidente de la Cámara, Raúl Soto, cree que hace falta "ordenar la base política del gobierno".

El presidente de la Cámara de Diputados acusa la ausencia de una planificación estratégica en el gobierno, a partir de que se rechazara el veto del Ejecutivo al proyecto de Infraestructura Crítica con votos oficialistas. "Hoy día los trámites legislativos se están dando de forma absolutamente espontánea", agrega el parlamentario PPD en entrevista con The Clinic, luego de que en su Cuenta Pública a nombre de la corporación que dirige, planteara un "Acuerdo Transversal por la Reunificación" y extendiera una invitación al Presidente Gabriel Boric para que se apersone en la Araucanía.

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A poco más de un mes y medio del Plebiscito de Salida, los presidentes de ambas cámaras de Congreso lideraron la Cuenta Pública del Congreso. Un hito republicano que por el momento político que vive el país, adquiere un cariz de cierta urgencia institucional.

Así lo asumió el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto, quien aprovechó el Momentum para mandar ciertos mensajes que, a juicio del parlamentario, son imperativos: extender una invitación al Presidente Gabriel Boric a que visite la Araucanía -”Allá lo necesitan”, subrayó el legislador- y la convocatoria a un Acuerdo Transversal por la Reunificación”, idea planteada ante un Plebiscito de Salida que asoma a la vuelta de la esquina, particularmente por la incertidumbre del día posterior al 04 de Septiembre ante un resultado donde el único consenso es que, al parecer, no habrá un amplio consenso en torno al Apruebo o el Rechazo.

“Mi preocupación hoy día es que estamos en un país con un clima de mucha violencia y polarización y eso puede ser una dificultad para seguir hacia adelante, cualquiera sea el resultado del Plebiscito, más allá de que mi posición personal y política sea apoyar y votar por el Apruebo, ese es el piso mínimo para partir el 05 de Septiembre, que es el Estado Social y Democrático de Derechos. Es un cambio significativo que implica una mejora en este cambio de modelo que se hace necesario después de haber vivido un Estallido Social”, dice el parlamentario PPD.

-Su foco de preocupación vendría siendo el día después del Plebiscito. 

-Sin embargo, mi rol de presidente de la Cámara me obliga a extraerme de mi visión y mi posición particular para pensar en el escenario post Plebiscito, donde el 05 de Septiembre va a ser tanto o más relevante que el 04 de Septiembre porque vamos a tener una foto de un país dividido. 

Lo que vamos a necesitar, por tanto, es un acuerdo transversal para reunificar a Chile a partir del 05 de Septiembre. Un acuerdo político que sea amplio, transparente, de cara a la ciudadanía, y que permita fijar efectivamente las certezas que la gente necesita hoy día para dar tranquilidad de cuáles van a ser los siguientes pasos. 

¿Qué escenarios proyecta?

-Si gana el Apruebo, por ejemplo, necesitamos acuerdos y mayorías para implementar esa nueva Constitución y cumplir con el mandato popular y, al mismo tiempo, hacer las correcciones y mejoras que sean necesarias. Eso requiere mayorías y voluntad en el Congreso Nacional. No va a ser una implementación por arte de magia ni automática. 

Por el contrario, si gana el Rechazo, tenemos la responsabilidad política de asumir que la Constitución del 80 ya fue desechada y deslegitimada por el 80% de la ciudadanía de nuestro país en el Plebiscito de Entrada. Por lo tanto ni el gobierno, ni el Parlamento, ni el país pueden seguir adelante como si nada con esta Constitución que no tiene legitimidad social. 

¿Entonces?

-En ese caso tiene que haber una nueva hoja de ruta de cambio constitucional. Es el escenario que se está poniendo también el Presidente Boric y el gobierno cuando se abre a la posibilidad de un nuevo Proceso Constituyente. 

Para ese escenario tiene que existir nuevamente un acuerdo político transversal que permita sentar las bases de la viabilidad política y legislativa para ese nuevo camino constitucional, el que debe ser habilitado a través de una reforma constitucional que pase por el Congreso Nacional. 

Eso requiere nuevamente diálogo y acuerdo. En cualquier a de los escenarios vamos a necesitar reunificar a Chile, poner en el centro el diálogo y los acuerdos y, a partir de ahí, generar condiciones de estabilidad y gobernabilidad. 

-¿Visualiza agua en la piscina? El PC se opone, por ejemplo. Y de los republicanos…

-Bueno, usted menciona los extremos, pero entre esos extremos hay una amplia y diversa mayoría que puede permitir alcanzar no solamente los 4/7, sino que incluso los 2/3 que se requieren en ambas cámaras para hacer cualquier cosa a partir del 05 de Septiembre. Me refiero a cualquier cosa desde el punto de vista de la implementación o de su hoja de ruta de cambio constitucional.

Yo veo un ambiente de diálogo muy favorable hasta ahora en el mundo del Socialismo Democrático. Esto lo hemos conversado con gente del PPD, del Partido Socialista, del Partido Radical, del Partido Liberal. Lo hemos conversado con la Democracia Cristiana, con el PDG, con los partidos de Chile Vamos, la UDI, Renovación Nacional y Evópoli. 

En ese mundo hay espacio de alcanzar acuerdos que entreguen esas certezas que se van a requerir en cualquier de los dos escenarios. Espero que esto se pueda ampliar y que se sumen todos los que quieran. Insisto, sé que hoy día estamos en un momento electoral donde cada uno quiere llevar agua a su molino y eso es legítimo en un contexto democrático donde se juega tanto para Chile. 

Yo también tengo mi opción, pero el día 05 de Septiembre ya no va a haber Apruebo ni Rechazo. Lo que corresponde es dar garantías al país, y eso se logra a través de la buena política y de acuerdos que sean no cocinas, sino que sean de cara a la ciudadanía. Algo se fracturó en nuestro país con el Estallido Social, por lo que tenemos que avanzar a un Estado social y Democrático de Derechos que garantice dignidad y justicia social.

-Constato que no mencionó al FA

-Sí, hemos conversado y la verdad es que hay apertura y disposición de parte de actores relevantes del Frente Amplio a abrirse a acuerdos. Por el momento electoral creo que todavía no están disponibles a manifestarlo públicamente, pero creo que se pueden terminar sumando, sobre todo cuando ha sido el propio gobierno y el Presidente Boric.

El que se haya abierto al escenario post Plebiscito y puesto de manera correcta en el escenario de que gane el Rechazo y ver cuáles van a ser, en definitiva, los caminos a seguir en esa situación, nos obliga a todos también a pensar en ese momento y a asumir las responsabilidades que nos van a corresponder. 

-El objeto de su propuesta planteada en la Cuenta Pública es “para la reunificación”. En ese sentido, ¿fue un fracaso de la Convención no haber resuelto la “fractura social” que se expresó a partir del Estallido Social?

-Es difícil hablar de fracaso anticipadamente, todavía no conocemos el resultado. Creo que la situación se va a revertir y terminará ganando el Apruebo. No lo sé, no lo sé, pero no creo que sea necesariamente un fracaso. Sí creo que hay un problema mucho más de fondo y es que nuestra sociedad ya venía fracturada. 

De alguna u otra manera eso también se veía reflejado en el debate constitucional y se ve reflejado hoy día también en el proceso electoral. No creo que haya fracasado porque fue un ejercicio democrático necesario y sano para nuestro país. 

Por primera vez en la historia tenemos un Proceso Constituyente absolutamente democrático que pudo haber tenido problemas, complejidades, polémicas, todo lo que usted quiera, pero que es un ejemplo para el mundo en términos de cómo salir de una crisis de manera democrática. 

Independiente del resultado, en la historia de nuestro país va a quedar como un ejemplo y no como un fracaso. Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, esa es la lección que tenemos que sacar, y cualquier sea el resultado, para las decisiones posteriores tenemos que partir desde esa misma premisa.

-¿Por qué entonces el Presidente plantea otra Convención si la que redactó el borrador de nueva Constitución es un “ejemplo”?

-Los aportes son muchísimos. El texto es tremendamente rico en avances sociales, en cambios importantísimos que nuestro país no solamente exigió durante mucho tiempo, sino que son necesarios para la paz social y la estabilidad democrática. A lo mejor la atención de la gente se centró más en el proceso mismo, en las polémicas de los convencionales, en la falta de expertise constitucional, legislativa, en un sinfín de otras materias que son más bien accesorias a lo principal. 

Lo principal hoy día es el texto y lo que corresponde es que cada uno lo lea y destaque lo positivo, lea también los elementos que le generan dudas y a partir de ahí se pueda formar su convicción. Pero de ahí a plantear que sea un fracaso el proceso, absolutamente no. 

Esto es un tremendo avance del punto de vista de los contenidos que se están planteando y del punto de vista de los cambios y transformaciones que Chile necesita, también desde el punto de vista de profundizar la democracia. En eso no nos podemos perder, cualquiera sea el resultado, hay aquí algo muy importante que rescatar.

La idea de un acuerdo que no parezca “cocina”

-¿Cómo evitar que este acuerdo no sea percibido por la ciudadanía como una “cocina”? 

-En mi cuenta pública dije “hagamos política, basta de consignas”. Le ha hecho mucho daño a la buena política dejar atrás el entendimiento, la capacidad de escucharnos, de dialogar, de llegar a acuerdos por atrincherarnos en posiciones extremas, donde le hablamos a pequeños nichos electorales, pero dejamos de ver o de hablarle al país. 

Hay que salir de esas trincheras y yo no le tengo miedo a eso. El acuerdo del 15 de Noviembre, por ejemplo, en su momento también fue tildado de cocina por sectores más extremos. Finalmente hay que relevar qué fue lo que permitió una salida institucional a una crisis social y qué fue lo que habilitó el Proceso Constituyente que culmina el 04 de Septiembre. 

Entonces, la pregunta es: ¿nuevamente vamos a mirar para el techo a partir del 05 de Septiembre? ¿Nos vamos a volver a atrincherar y esperar que sea nuevamente el pueblo de Chile el que nos obligue a  llegar a un nuevo acuerdo, o vamos a asumir una actitud más responsable y proactiva de sentarnos inmediatamente en la mesa a dialogar para anticiparnos y dar las certezas que el país requiere? Es lo que espera el país y todos los sectores políticos. Espero que estemos a la altura de las circunstancias.

-En caso que gane el Rechazo, ¿qué mecanismos tendrá la ciudadanía para incidir, en caso que gane el Rechazo? 

-Eso está por verse, efectivamente tenemos que discutirlo. Lo que hacen los acuerdos políticos es habilitar los caminos por la vía legal, por la vía constitucional, por los canales institucionales, pero quién tiene la última palabra siempre es la ciudadanía. Lo que se decida tiene que ser transparente, de cara a la gente, participativo y representativo. 

Tendrá que verse en su momento, y tendrán que ponerse todas las alternativas sobre la mesa y ver en conjunto cuáles son las mejores opciones. Insisto, dejando de lado nuestros propios intereses políticos y poniendo por delante el bien superior de nuestro país.

-La derecha ya ha adelantado algunos criterios para un potencial acuerdo: no quieren Paridad de Género, tienen reparos con los Escaños Reservados, y a no pocos dirigentes de sector les acomoda una comisión de expertos. 

-Ellos llegarán a esa conversación con sus planteamientos iniciales, al igual como lo fue el 15 de Noviembre, y tendrán que ceder hasta que se logre un consenso. No creo que en el Siglo XXI sea sostenible después del Plebiscito de Entrada, sobre todo donde la ciudadanía también expresó cuál era su opinión respecto del órgano que debía redactar la nueva Constitución. 

Se debe hacer algo similar a una Convención Constitucional, que sea participativa, donde se respete lo que está conquistado en términos de paridad de género y de pueblos originarios, donde se incluye también a los independientes, y organizar bien las reglas y condiciones, porque también hay elementos que generaron ciertas complicaciones en la Convención que hay que asumir y corregir. Y a partir de ahí fijar el marco de acción. 

Tal vez se puede acompañar este órgano con expertos, con más constitucionalistas que le den sustento técnico al trabajo. No lo sé, hay distintas alternativas,  pongamosla todas sobre la mesa. 

Lo que no puede ocurrir es que yo imponga mi visión, la Convención Constitucional, o que del otro lado me impongan una comisión de expertos, porque ni lo uno ni lo otro va a tener legitimidad democrática, eso se construye a través de acuerdos. Eso es justamente lo que debemos conversar para delimitar cuáles son los caminos que nos van a permitir seguir hacia adelante

-¿Entonces el Presidente tiró el “tejo pasado” al casarse con una nueva Convención en caso que gane el Rechazo?

-Lo que hizo el Presidente fue marcar su posición y me parece bien. De hecho la comparto porque creo que ese es el camino más razonable y lógico, pero en términos de procedimiento eso no se puede imponer. Eso tiene que ser a partir de un acuerdo político que habilite una reforma constitucional en el Congreso que permita abrir ese nuevo proceso. 

Eso requiere no cortar los puentes que el día de mañana vamos a tener que volver a cruzar, porque esos acuerdos y esas mayorías las vamos a necesitar. Por eso que es bueno también cuidar el tono, pero yo parto desde la misma posición de la cual parte el Presidente Boric. En esto no podemos retroceder, pero al otro lado tendrán otra posición y eso es justamente lo que hay que conversar y consensuar.

-¿No le parece curioso que el Presidente, a quién le asiste una suerte de rol de árbitro en esta coyuntura, haya adelantado un mecanismo? 

-Él dio su opinión. Es legítima y yo la comparto, pero insisto: pongámonos de acuerdo, sentémonos a la mesa a dialogar y tratemos de alcanzar acuerdos que sean consensuados en el mundo político, pero que tengan legitimidad social porque también es legítima la pregunta de si, a lo mejor, las condiciones o las opiniones de la gente son distintas y eso también es legítimo. Pongamos sobre la mesa todas las posibilidades y veamos qué es lo mejor.

¿No se debilita la opción del Apruebo, si las máximas autoridades de la República aseguran que, pese a todo, el Proceso Constituyente continuará? 

-Al contrario, esto plantea muchas más ventajas para el Apruebo porque el punto de partida, si nos ponemos en la situación de un acuerdo  cualquiera sea el resultado, la pregunta que viene es: ¿desde dónde es mejor partir ese acuerdo el 05 de Septiembre? ¿Desde el Apruebo o desde el Rechazo?”. 

Cuando el Presidente se puso en ese escenario fue traer al presente el 05 de Septiembre y dar a entender de que si no tenemos un plan para un acuerdo, lo que va a haber es un caos donde nadie va a entender nada, donde cada uno hace sus propias reflexiones y análisis, y donde no tengamos un camino. Entonces, lo que hay que hacer es anticiparse justamente a aquello. 

Lo que nosotros decimos con claridad es que es mucho mejor partir el 05 de Septiembre desde el Apruebo que desde el Rechazo por una razón muy sencilla: el Apruebo permite avanzar desde el Estado Social y Democrático de Derecho, avanzar desde un catálogo importantísimo de derechos sociales que no están en la actual Constitución, avanzar desde una visión verde, paritaria y descentralizadora de nuestra sociedad, cosa que tampoco tiene la actual Constitución.

-¿Aprobar para reformar, entonces? 

-Corregir y mejorar aquellas cosas que pueda generar legítimas dudas a la población, porque efectivamente hay errores que corregir, esto no se puede desmentir. 

Toda Constitución es perfectible y tenemos que estar disponibles a eso, pero en el caso contrario, si gana el Rechazo, es partir desde cero con la absoluta incertidumbre desde el punto de vista de que hay que empezar a conversar todas estas cosas que estamos justamente conversando acá: los mecanismos, las reglas del juego, cómo construimos los acuerdos en el Congreso. Creo que da más certezas el Apruebo que el Rechazo desde esa perspectiva. 

Ahora, eso no significa que no tengamos que ponernos también en esa situación y empezar a conversar para lograr ese acuerdo y dar certeza el 05 de Septiembre si es que efectivamente ese escenario llega a ocurrir.

-Sin embargo, el Acuerdo del 15 de Noviembre en ninguna parte contempla que se repita el proceso en caso de ganar el Rechazo en el Plebiscito de Salida.

-Pero si usted se queda con una Constitución ilegítima, lo que ocurre es estancamiento, crisis política, crisis constitucional, un gobierno y un Estado con una Constitución que está en contra de lo que quiere el 80% de la ciudadanía. Efectivamente, lo que se estableció en su momento era que ahí terminaba el proceso, pero hoy día existe bastante consenso en el mundo político de que lo responsable es darle muerte a la Constitución del ’80 y ver efectivamente cuáles son los siguientes caminos para un cambio. 

-¿Y Chile aguanta dos procesos constituyentes seguidos? 

-En esa pregunta está justamente implícita la incerteza que genera el Rechazo, por eso planteamos que es mucho mejor partir desde el Apruebo. En ese escenario no se parte de cero, el texto constitucional ya está. Y en la eventualidad que se requiera un nuevo Proceso Constituyente, se puede partir desde esa misma base. También está el proyecto de Bachelet como insumo. 

A lo mejor se necesitaría menos tiempo, a lo mejor algo más acotado que permita concentrar los esfuerzos más en los aspectos técnicos que políticos. Eso está por verse. 

-El Chile de Octubre del 2020, que se expresó con un 80% a favor de una nueva Constitución, ¿es el mismo Chile de Julio del 2022, donde hay dudas con el texto, críticas al trabajo de la Convención, y con encuestas que registran un alza del Rechazo? 

-Es el mismo Chile, pero con preocupaciones y problemas distintos. La crisis social que nos llevó al Estallido dice relación especialmente con la brecha de desigualdad, la sensación de abuso y abandono desde el Estado a las personas. El trasfondo de eso es el Estado subsidiario. 

La desigualdad y los abusos están en el corazón del descontento social, con la política en general y con la institucionalidad democrática en particular. La crisis social sigue allí, no ha terminado, está en un paréntesis porque estamos en un Proceso Constituyente, está en un paréntesis porque hemos vivido una crisis sanitaria, una Pandemia, pero los problemas de fondo siguen allí y tenemos que hacernos cargo.

Ahora, los problemas son distintos, por cierto. Hoy día el problema principal que preocupa a la ciudadanía es la crisis de seguridad pública. Por otro lado está el alto costo de vida y la inflación. Todavía mucha gente está descontenta y eso incide también en las decisiones políticas que se tengan que ir tomando.

-También se puede abordar este debate desde otro punto de vista: en el camino la ciudadanía perdió la convicción inicial ante la propuesta de nueva Constitución.

-¿Lo que usted está asumiendo es que tenemos que continuar con la Constitución del ’80?

-No asumo nada, pero le puedo asegurar que será uno de los argumentos que tendrá el Rechazo en caso de ganar el 04 de Septiembre. ¿Qué incentivo tendrá la derecha de allanarse a un acuerdo con la victoria del sector en sus manos?

-Yo no he escuchado a nadie decir eso, salvo Republicanos, que son los únicos que están por mantener la actual Constitución. Mira, creo que hay conciencia hoy día de que si no avanzamos en esos cambios y transformaciones, finalmente vamos a volver a generar inestabilidad en nuestro país y vamos a aumentar ese descontento y esa crisis social. Al final, todo lo que queremos es estabilidad, tranquilidad y paz social. Yo le aseguro que la derecha no va a querer llevar a Chile nuevamente a una crisis. 

Todos tenemos que asumir las responsabilidades que nos corresponden, tenemos que ceder y avanzar. Mire, si la derecha hoy día ha planteado un Estado Social y Democrático de derechos, pero tienen en sus principios fundantes de sus partidos, como concepción y principio, el Estado subsidiario; si quieren dar una prueba de fe de verdad, que modifiquen sus principios. 

Tenemos que asumir esa responsabilidad, de lo contrario vamos a dejar que este país se vaya a un abismo que no es lo que queremos para Chile.

Araucanía y Seguridad

-En su Cuenta Pública, usted le  extendió una invitación al Presidente Boric para que visitara la Araucanía. ¿Por qué la presencia del Mandatario ayudaría a resolver la crisis en la Macrozona Sur?

-En política las señales son importantes. Yo creo que el Presidente Gabriel Boric va a ir a la Araucanía, él va a decir cuándo y lo respetaremos y lo apoyaremos en su momento. 

Acá no estamos hablando que las autoridades de gobierno vayan a la Araucanía por ir, sino que vayan efectivamente a llevar inversión social para solucionar los problemas de pobreza extrema que hay en la Araucanía, en la macrozona sur en general, pero especialmente en la Araucanía y en Malleco. Servicios sociales, un plan de seguridad permanente y de diálogo político, que no es incompatible con la seguridad; ambos son necesarios y el deber del Estado es garantizarlos. 

Hoy día existe bastante consenso en el mundo político de que lo responsable es darle muerte a la Constitución del ’80 y ver efectivamente cuáles son los siguientes caminos para un cambio”. 

Cuando hago mi cuenta pública, llamé a la derecha a apoyar el diálogo político porque sin diálogo no se avanzan en soluciones, y al mismo tiempo le hago un llamado al oficialismo a respaldar las medidas de seguridad porque es deber del Estado y del gobierno asegurar la aplicación del Estado de Derecho y utilizar todas las herramientas que sea necesarias para lograr la seguridad de las personas. 

Son dos deberes ineludibles del gobierno y del Estado. Yo planteé una opinión muy personal que me salió bien espontáneamente, pero en ningún caso es un emplazamiento. Muy por el contrario, es una invitación respetuosa a que en algún momento pueda ocurrir, que tengamos en conjunto entre gobierno y el parlamento. Finalmente, el tiempo nos va a dar la razón.

Insisto: ¿De qué serviría que el Presidente visite la Araucanía si el Estado no tiene una respuesta concreta para la crisis de seguridad que se vive allá? El proyecto de Infraestructura Crítica fue rechazado con votos transversales, tampoco hay consenso respecto del uso del Estado de Excepción.

-Yo creo que el Estado de Excepción lo ha sido porque ha logrado disminuir entre un 30 y un 40% las cifras de violencia, delincuencia y terrorismo en la Macrozona Sur. Eso habla de que el gobierno, a pesar de que tuvo dudas en un comienzo, tomó la decisión correcta que era apoyar una medida que en el pasado no había apoyado, porque gobernar significa utilizar las herramientas que estén a disposición para entregar certezas y tranquilidad a las personas. Hoy día la preocupación número uno es la seguridad, no se puede renunciar a aquello. 

Entonces, si se cae el proyecto de Infraestructura Crítica, fue porque Chile Vamos actuó irresponsablemente para hacer un punto político y hacer un daño al gobierno. 

-¿Entonces?

-Vamos a tener que extender el Estado de Excepción o ver cómo reponer esta otra iniciativa de Infraestructura Crítica. Lo que no puede ocurrir es que nos quedemos sin ninguna herramienta en la Araucanía y que las cifras de violencia se nos vuelvan a disparar. Me imagino que el gobierno va a hacer algún anuncio en esta materia, y nosotros estaremos disponibles desde el Congreso a colaborar en ese esfuerzo, porque tenemos que garantizar esa seguridad.

El gobierno y una estrategia ausente

-¿Y qué le dice a usted que el veto sustitutivo del Ejecutivo al proyecto de Infraestructura Crítica haya sido rechazado con 16 votos oficialistas? 

-Lo que uno esperaría en temas tan relevantes como estos, es que se apoye al gobierno y que no actuemos en función de opiniones con exceso de carga ideológica, sino que en función del sentido común y del pragmatismo que se requiere.

Pueden haber diferencias políticas dentro de las coaliciones, de los partidos, pero tiene que haber unidad de propósito y yo veo ahí una inconsecuencia. Eso se puede mejorar si hay una mayor coordinación, una mejor comunicación, y si existe un diseño estratégico, un diseño político que permita establecer con claridad cuáles son los domicilios políticos de ambas coaliciones.

Yo planteé una opinión muy personal que me salió bien espontáneamente, pero en ningún caso es un emplazamiento. Muy por el contrario, es una invitación respetuosa”, dice el diputado sobre la invitación, extendida al Presidente Boric en su Cuenta Pública, a que se apersone en la Araucanía.

Apruebo Dignidad está a la izquierda, el Socialismo Democrático está en la centro izquierda. No estoy de acuerdo en avanzar a una sola coalición, que se consoliden las dos coaliciones con personalidad propia y que transparenten sus legítimas diferencias, pero a partir de allí entendamos cuál es el rol de cada una en cada uno de los temas, en cada uno de los proyectos, y fijemos criterios para entendernos en función de un objetivo común, que es ayudar a los proyectos del gobierno y a la aplicación de su programa. 

Hoy día los trámites legislativos se están dando de forma absolutamente espontánea, eso no está bien y debe ser corregido. Se debe ordenar la base política del gobierno, falta un diseño estratégico detrás.

-¿Qué responsabilidad tiene ahí el ministro Giorgio Jackson donde su ministerio, Segpres, es la cartera encargada precisamente en lo que usted me está diciendo; coordinar, diseñar y trazar estrategias legislativas?

-Estoy hablando de algo mucho mayor. Estoy hablando no solamente de coordinación legislativa, estoy hablando de coordinación política, de diseño estratégico respecto de las coaliciones de partidos que le dan base al gobierno. Y ahí el rol debe ser del gobierno, pero también de los partidos de ser mucho más proactivos en autodefinirse respecto de lo que son, respecto de cuál es su rol, y de cómo a partir de ese rol son contribuyentes al objetivo que es apoyar al gobierno.

-Lo que usted plantea son objetivos de mediano y largo plazo, pero en el día a día legislativo hay un ministro que tiene serias dificultades en garantizar los votos desde sus propias huestes. 

-Siempre hay diferencias. Yo creo que no hay regimientos en política, los partidos son espacios democráticos de debate, de reflexión permanente, y de cambio. Eso está bien, no hay que dramatizar las diferencias. No veo ahí un problema, no tenemos por qué estar siempre todos votando iguales. 

Lo que no puede haber es la falta de estrategia, falta de diseño, la falta de entendimiento y falta de coordinación. Y lamentablemente eso está presente y debe ser corregido. En este caso se sabía que no se iba a contar con algunos votos para Infraestructura Crítica, como también lo fue para el Estado de Excepción. También se contaba con los votos de Chile Vamos, pero cuando ellos deciden hacer el punto político al gobierno, finalmente se termina cayendo. Ahí está la mayor responsabilidad en este caso.

Es difícil hablar de fracaso anticipadamente, todavía no conocemos el resultado. Creo que la situación se va a revertir y terminará ganando el Apruebo”.

-La semana pasada el Presidente Boric planteó una propuesta de nueva Convención en caso que gané el Rechazo. En Socialismo Democrático se quejaron de que no les avisaron de esa propuesta. Usted ahora dice que se require mayor coordinación política. ¿Qué rol le cabe en esto al Presidente Boric? 

-El Presidente Boric no puede estar en todo, debe tener equipos de trabajo que cumplan ese rol político de comunicar y establecer las coordinaciones. Eso tendrá que verse y corregirse en caso de ser necesario, pero obviamente que el Presidente Boric tiene un liderazgo que es ampliamente respetado en el mundo político en general y especialmente en nuestro sector. Claro, uno esperaría que desde abajo sea más apoyado, ¿verdad?

-A propósito: ¿el gobierno le avisó de la propuesta constitucional que iba a hacer el Presidente Boric?

-No, no estaba en conocimiento. Sí tenía conocimiento de que el gobierno estaba abriéndose a la posibilidad de evaluar escenarios post Plebiscito en caso de que gane el Rechazo, y que una de las posibilidades era la alternativa que se planteó. Pero no tenía claro cómo, cuándo y dónde iba a ocurrir, y la verdad es que me sorprendió un poco. Sin embargo, igual ha servido el efecto de generar certezas respecto de lo que va a venir.


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